"VIRGEN DE LOS REMEDIOS"
cumple su mayoría de edad.
Para celebrarlo me permito divulgar por este blog el PRIMER PREMIO del Primer Certamen que se publicó en el programa de FERIAS Y FIESTAS de 1993.
LEMA: "Los Rojas"
TÍTULO: "Niña que no va a la Feria"
AUTOR: Tomás García - Aranda Gutiérrez
Temblando un lucero está
en el cielo de la Feria...
Las campañas de la ermita
alegres repiquetean...
está en la calle la Virgen,
llena de gracia morena.
Desde que Dios te pensara
antes de la Creación,
hizo tan bella tu cara
virginal e inmaculada,
que por Madre te eligió.
La Madre del Cielo fue
en la procesión aquella,
con manto de pedrería
con el mejor que tenía,
todo cuajado de perlas.
Por ser el día de su fiesta
iba en un trono de flores
la Virgen de los amores
en su carroza de Reina.
Pasará el atardecer
con su belleza morena,
por la calle de Los Rojas,
la calle que va a la Feria,
por una casita humilde
de limpio portal de piedra.
Allí está una ventanita
la de las viejas maderas,
donde se asoma la niña
niña que no va a la Feria,
la de la mirada triste
la que a la Virgen espera.
Por la calle de Los Rojas
la Virgen Morena viene,
lleva en sus divinas manos
al Dios que el mundo sostiene.
La escoltan las alabardas
por sagrada tradición,
se acerca la Labradora,
ya se ve la Laborante,
también el Junco y Bastón
la Arriera y la Panadera, ...
Junto a la Reina del Cielo
va Alférez y Alabarderos,
y el Niño de la Bandera.
Ya se aproxima la Virgen
al viejo portal de piedra.
aunque es la morada humilde
limpia está, gusto da el verla
porque se asome la Virgen,
y en ese espejo se vea.
Al llegar frente a la casa
la Virgen paró por verla,
y se entreabrió la ventana,
aquella ventana estrecha,
y volaron a la Virgen,
besos de luna y de seda
que salieron de unos labios,
pálidos, de rosa seca.
Temblando quedó un suspiro
entre los flecos de seda,
se cruzaron sus miradas
y temblaron las estrellas,
en el firmamento oscuro
de la noche de Sonseca.
"Tú, que pasas, Virgen mía,
sáname que estoy enferma..."
y llora tras la ventana
la de las viejas maderas,
esa niña que está sola
que no puede ir a la Feria.
La Virgen la ve entre lágrimas
ella muda la contempla...
En la cara de la Virgen,
que en el cristal se refleja,
ponen un beso sus labios
cárdenos, de rosa seca,
pegándose a los cristales
su piel de cristal, con venas.
Hay un sollozo en la tarde,
cargado de honda tristeza...
Y se cierran los cristales
y la procesión se aleja,
va por la calle Toledo
ya camino de la Iglesia,
y en aquel trono de flores
una flor más centellea,
como los ojos con fiebre,
de la niña azul, enferma.
Los cuchillos del silencio
partieron el alma aquella,
y en la carroza preciosa
mustias quedaron las rosas
de desilusión y pena.
En el día de la Octava
no pares Virgen Morena
frente a la casa sencilla
del viejo portal de piedra.
Ya no te espera la niña
triste que no va la Feria,
no hay nadie tras los cristales,
nadie en la ventana ciega,
nadie que te tire un beso
no pares Virgen Morena,
que si al parar tus reflejos
otra vez allí se quedan,
se quebrarán los cristales
de aquella ventana estrecha,
como se quebró la vida
de la niña azul enferma.
La noche sembró de luna
los caminos de Sonseca,
los polvorientos caminos
de tierras que están sedientas.
Rumor de lento verano
aires llenos de cadencias,
ya está muy lejos la niña,
niña que no fue a la Feria...
Ya se la llevó la Virgen,
más allá de las estrellas.
