domingo, 29 de diciembre de 2013

LA SOCIEDAD DE SOCORROS MUTUOS "La Caridad", una visión desde el Derecho

   Concluimos, con la tercera  parte, el texto de la conferencia impartida por ISAAC MARTÍN DELGADO, Profesor Titular de Derecho Administrativo de la Universidad de Castilla-La Mancha, el 17 de dicicembre de 2010, en el marco de los actos conmemorativos del 115 aniversario de la fundación de la Asociación Cultural Recreativa "La Concordia".

3ª PARTE

   Su funcionamiento: honor y disciplina.
   Los fondos de la Sociedad se cuidaban tanto como el propio patrimonio. Para que nos hagamos una idea, a los diez años de su constitución disponía ya de 8.793 pesetas y de 79 más en inmuebles y efectos. Existe una contabilidad impecable y, junto con ello, se tomaron decisiones de inversión segura de los fondos que excedían del mínimo necesario para el funcionamiento ordinario y la atención de los socorros. De este modo, se ingresó parte del dinero en el Banco de España y se compró deuda pública (sí, de esa misma que suena tanto estos días...). Incluso en algún acta se puede comprobar cómo el propio Presidente pone dinero de su bolsillo para poder comprar deuda porque faltaba alguna pequeña cuantía para llegar a la cantidad exigida para la compra, y ello "sin interés alguno". Hubo incluso intentos de inversión originales y creativos, como el de constitución de una cooperativa dedicada a la venta de artículos comestibles a los socios. Después de mucho debate, con polémica incluida que llevó al socio discrepante a renunciar a su condición de miembro de la Sociedad (discrepaba porque entendía que la Sociedad iría a la bancarrota al no tener los productos aceptación entre los socios) y tras la imprescindible modificación de los Estatutos, llegó a formarse la cooperativa en un local alquilado, que se amuebló debidamente para la ocasión y que contaba con su correspondiente dependiente, quien debía cumplir un total de trece normas cuidadosamente elaboradas por la Junta. Nacía así el primer "bar", el 6 de noviembre de 1899. El 1 de noviembre de 1900, año después, se acordaría su cierre por ser deficitaria (en 135 pesetas).
    Muy curiosa es igualmente la iniciativa de comprar Lotería, que se adoptó el 2 de diciembre de 1900. El número, el 21.626.



   Desde el principio se buscó la protección de la Sociedad de las posibles interferencias por parte de los poderes públicos. Se era muy consciente de que las decisiones fueran adoptadas por los propios socios en estricto cumplimiento de la legalidad vigente y de las normas que ellos mismos se habían dado. Por esta razón, se incluye expresamente la prohibición de que los funcionarios públicos que ejerciesen autoridad obtuvieran cargo alguno en la misma. Se dieron varios casos en los que, bien el Presidente bien algún otro miembro de la Junta, después de ser elegido para el cargo, obtuvo alguna encomienda pública. Siempre presentó la dimisión, aunque no siempre fue admitida. El muy curioso en este sentido el caso de uno de los presidentes, allá por 1899. Tras ser elegido cargo público presentó su renuncia en aplicación del Reglamento. Sin embargo los socios, por unanimidad, le dieron un voto de confianza y le confirmaron en el cargo, en atención a la excelencia de su gestión. En otra ocasión, el Presidente fue nombrado Teniente de Alcalde y presentó renuncia. Directamente, el resto de miembros de la Junta Directiva la tuvo por no puesta.Clara contradicción de los Estatutos expresada por la Asamblea soberana. La lectura final que ha de hacerse de estas anécdotas es que es necesaria la existencia del Derecho, pero no siempre resulta imprescindible la aplicación de la norma concreta. Lo que funciona, que no lo que el Derecho: el Derecho ha de ceder espacio al sentido común cuando éste resuelve mejor los problemas que aquél regula. Esta relativa importancia del Derecho tiene su manifestación directa incluso en el propio Reglamento, en el que se dice expresamente, tras otorgar a la Junta Directiva facultades normativas para regular situaciones no previstas en el mismo, que tales facultades han de ejercerse con moderación para evitar romper la unidad reglamentaria. Perfecta muestra de técnica normativa.
   La búsqueda de la independencia frente al poder público no significó, en cambio, la inexistencia de una proyección pública de la Sociedad en el pueblo: "por sus socios y para sus socios", rezaban los Estatutos.
   El hecho de que era una Sociedad para el pueblo se comprueba en la circunstancia de que sólo podían ser socios los residentes, con independencia de que hubieren nacido o no aquí, de tal modo que perdían el derecho o causaban baja quienes se ausentaran del pueblo (si bien, siempre podían reingresar en caso de regreso).



   También constituye prueba del carácter público de la Sociedad la decisión de realizar una aportación extraordinaria al Estado español para ayudar a cubrir los gastos originados por la Guerra de Cuba: "la triste situación que atraviesa España y estando abierta una suscripción nacional" llevó a la Junta a convocar Asamblea extraordinaria que aprobó por mayoría (47 frente a 15) esa contribución, si bien nunca llegó a ingresarse porque la guerra se perdió antes de que los fondos se entregaran (100 pesetas). Finalmente se acordó repartirlos entre los soldados sonsecanos que volvieron enfermos de Cuba, Puerto Rico y Filipinas y entre los padres que habían perdido algún hijo y quienes habían quedado huérfanos en estas guerras.
   Pero, bajo mi punto de vista, y aunque tuvo su pequeño grupo de detractores, la mayor proyección pública de la Sociedad estuvo en el Círculo, centro de formación y de ocio abierto incluso a los forasteros (siempre que se acompañara un socio, claro). Creado en 1902 como centro de ocio, pero también de formación, y ubicado justo enfrente de donde ahora nos encontramos, fue siendo dotado paulatinamente de los correspondientes instrumentos: alumbrado eléctrico, mesa de billar, radio, periódicos, junto con todos los juegos que no estuvieran prohibidos (ajedrez, tresillo, sólo, asalto).



   Pronto se le comenzó a llamar casino (en 1903 hay constancia de ello). Y en 1904 se separó formalmente la condición de socio de La Caridad de la de socio del Círculo. 
   El interés por la cultura se puede apreciar en pequeños gestos, tales como la petición de varios socios de retrasar la hora de cierre del salón de lectura. La formación tuvo, sin embargo, fracasos. El 1903 se suspende la decisión de aprobación de la Escuela de Adultos, por no haberse matriculado en ella ningún socio, y se hace "con el sentimiento propio de quien trata de proporcionar instrucción a los que lo necesiten" y ve cómo fracasa el intento. En el ámbito de la formación y la educación, se daba mucha importancia a la debida compostura. No sólo porque se exigía la asistencia con el debido decoro, sino porque se imponía el deber de guardar ante los consocios "las consideraciones que el hombre merece de hombre".



   Para saber cómo se entendía esta expresión, basta con conocer una de las primeras decisiones de expulsión adoptadas por la Junta (apenas dos años después de la creación de la Sociedad), motivada porque el socio "había faltado de palabra al recaudador de la sociedad". Honor y disciplina, ciertamente.
   Otras sanciones que se impusieron por esta misma falta fueron la suspensión temporal de socorro si se caía enfermo y la prohibición de entrar en los Salones del Círculo.
   Además, con el fin de evitar conflictos, se prohíbe expresamente toda discusión sobre política y religión, así como toda conducta que se separe de lo pertinente al bien de la sociedad. Aún siendo así, no fueron pocos los conflictos que se produjeron entre  socios por estos motivos, especialmente en épocas convulsas, como la segunda república. 
   En algunos casos se sancionó a los socios por no ir decorosamente vestidos y no guardar la compostura debida; en otros, por haber tirado al suelo los periódicos que no les gustaban, por haber acudido borrachos, por haber insultado a otro socio llamándolo "revolucionario y de poca cultura"... Pero, sin duda, el mayor conflicto que tuvo la Junta en los primeros años de constitución de la Sociedad fue con uno de sus recaudadores, al que se le acusaba de no cumplir su función. En respuesta a la acusación, reaccionó con la ocultación de los libros de actas de los Salones de Lectura. Fue expulsado, si bien, en un acto de benevolencia por parte de la Junta, en lugar de llevarle a juicio por apropiación de dinero y ocultación del libro de actas, se le convocó para darle la oportunidad de retractarse. La respuesta del interesado no fue la esperada: amenazó con "echar abajo la Sociedad".
   Ante una nueva oportunidad y convocada Asamblea General extraordinaria, se autoriza al Presidente para actuar como en Derecho proceda. El socio, lejos de amedrentarse, demandó a la Sociedad pidiéndola que se respete el contrato y se readmita en la casa en la que se alojaba.
   La respuesta del presidente en el acto de conciliación fue firme, y es de sumo interés jurídico:
" No pagará al recaudador hasta que no entregue la documentación oculta.
Se había aplicado el Reglamento correctamente en cuanto a la decisión de rescindir el contrato
No considera oportuno dar explicaciones al Juzgado acerca del gobierno interior de una sociedad que rige por un reglamento debidamente registrado, puesto que los acuerdos de la Junta sólo puede juzgarlos la Asamblea General, que los aprobó por unanimidad"
   ¡Qué firmeza la del presidente!
   La justicia le dio la razón. El tiempo fue transcurriendo, superando la Sociedad los avatares de la Historia. Guerra Civil, que se llevó por delante a 72 socios y que hizo que el edificio fuera utilizado por los milicianos como comisaría; transformación de su naturaleza jurídica, en aplicación de la Ley de Mutualidades; cambios estatutarios (potenciando la formación, con inclusión expresa de conferencias y lectura de buenos libros); y cambios de personas.
   El tiempo pasa, pero la institución permanece. En definitiva, creo que estas breves consideraciones sobre el contenido del Reglamento y su aplicación práctica por la Junta y la Asamblea General permiten captar no sólo qué era la Sociedad, sino también qué se buscaba con ella y cómo funcionaba. Se trata, sin duda, de un modelo aún vigente hoy en día, debe constituir nuestro referente.

CONCLUSIONES. LOS RETOS PARA LA ASOCIACIÓN CULTURAL LA CONCORDIA
  No puedo terminar esta breve conferencia sin incluir una serie de reflexiones finales a modo de conclusión, que buscan iluminar los futuros pasos de nuestra Asociación teniendo muy presente el pasado y el origen de la misma.
   A los 54 socios fundadores que tomaron la decisión de constituir la SOCIEDAD DE SOCORROS MUTUOS LA CARIDAD  en 1895 jamás hubieran pensado que la institución por ellos creada superaría el siglo de vida.
Y lo ha hecho, a pesar de las circunstancias. Hemos sobrevivido a crisis sociales, revoluciones políticas, guerras civiles, dictaduras.
   Nuestro reto ahora es sobrevivir a la indiferencia, tanto la que demuestran los que están fuera como la que practicamos quienes estamos dentro. Para ello considero imprescindible volver al modelo originario.
   En primer lugar, al nombre, que reflejaba mejor la finalidad de nuestra Asociación. No se trata de ser amigos, sino de crear una pequeña comunidad lo suficientemente conjuntada como para que pueda se vista como una auténtica hermandad.


   CONCORDIA es conformidad, unión; caridad, en cambio, va más allá, al conectar directamente con la ayuda y la estima mutuas y recíprocas. Me atrevo a proponer, pues, recuperar el nombre original, puesto que estoy convencido de que con ello podemos empezar a recuperar otros valores presentes en los orígenes y ahora muy desaparecidos. Y si eso se nota aquí, se notará en el pueblo.
   Estoy igualmente convencido de que cuando un colectivo tan importante como el que constituye esta Asociación está bien avenido y es capaz de crear lazos fuertes de hermandad eso tiene su influencia positiva directa en los demás.
   Por otro lado, no podemos limitarnos a ser simple casino, esto es, un lugar para el juego y el ocio. Si llevamos en nuestra denominación el adjetivo cultural, ello ha de notarse en las actividades que aquí se realizan. Por eso, hemos de valorar muy positivamente la iniciativa que se ha adoptado esta año de celebrar el 115 aniversario de la constitución de la sociedad con alguna que otra conferencia, junto con las tradicionales comidas, recepciones y bailes.
   El ocio no está reñido con la cultura; al contrario, ambos se complementan perfectamente, puesto que la cultura es también ocio y el ocio, bien aprovechado, puede resultar muy formativo.
   Finalmente, el gran reto es bajar la edad media de los socios. Siempre he tenido un gran respeto por las personas mayores de edad, auténticos maestros de la vida. Recuerdo con mucho cariño a mis abuelos y sus enseñanzas. Pero la experiencia ha de ir siempre acompañada del impulso de la juventud.



   De la Sociedad podían ser miembros los varones de 17 a 50 años (entonces se vivía menos). Hemos de trabajar por conseguir que se unan más socios entre los jóvenes de nuestro pueblo. Y entre las jóvenes. Sé que esto es difícil, porque supone modificar inercias sociales, pero nada es imposible. Debemos, pues, cambiar nuestros Estatutos, personalizarlos en función de lo que queremos hacer de este colectivo. No nos valen unos Estatutos genéricos, basados en un modelo dado, sino que, después de reflexionar sobre lo que queremos ser, lo recojan en sus normas, como hicieron los socios fundadores.
   Me gustaría terminar agradeciendo nuevamente la invitación que me fue dirigida para participar en este acto. Ha sido un placer dedicar tiempo al estudio de la Sociedad y mucho más compartir este momento con todos ustedes.
 Muchas gracias.

martes, 24 de diciembre de 2013

IV SAN SILVESTRE SONSECANA


EN LA MAÑANA SOLEDAD DEL DOMINGO SE CELEBRÓ  LA SAN SILVESTRE (EL DÍA DE SAN DEMETRIO) CON EL FONDO DE LOS NIÑOS DE SAN ILDEFONSO CANTANDO LOS NÚMEROS DE LA LOTERÍA NACIONAL


Mucha participación sonsecana en el evento deportivo que cada vez tiene más afluencia de corredores de fuera, más variedad de pruebas y espectadores.






























LOS MÁS RÁPIDOS























Éxito de participación y público de la IV San Silvestre Sonsecana

El atleta del Bikila Álvaro Gómez, vencedor de la prueba, seguido de Mariano Villarrubia y de su compañero Javier Chozas.

La organización de la IV San Silvestre Popular Sonsecana realiza un positivo balance de la prueba celebrada el pasado domingo 22 de diciembre, que registró un récord absoluto de participación, ya que fueron más de 400 los atletas de todas las edades los que disfrutaron de una fantástica jornada de deporte, seguida durante toda la mañana por numerosos vecinos de la población.

El atleta del club Bikila Álvaro Gómez fue el ganador de la carrera, con un tiempo de 23.24.16, seguido en línea del meta por Mariano Villarrubia y el también corredor del Bikila Javier Chozas. El primer local en cruzar la línea de meta fue Rubén Cerrillo, del club Extermín Triatlón, que hizo un meritorio séptimo puesto.

Una de las grandes novedades de la carrera fue la prueba especial para personas con discapacidad, que contó con una veintena de participantes, quienes recibieron un homenaje por parte de la organización. Fueron galardonados con un recuerdo de su participación, sobre todo la atleta sonsecana Lidia Lorente, figura destacada de este deporte a nivel nacional.

Lorente, que actualmente compite con la selección española, ostenta títulos de campeona de España en 100 y 200 metros. También participó en el Reto de Castilla-La Mancha 2010. En 2011, compitió en Nueva Zelanda en el Campeonato Paraolímpico, y en 2012 en Ámsterdam en el Europeo.

La prueba tuvo en todo momento un carácter festivo y marcadamente navideño, al que contribuyó la presencia de una batucada, que animó el comienzo y desarrollo de la carrera principal.

 Comunicado del gabinete de prensa del Ayto. de Sonseca

Más información sobre la prueba en:

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EL OTRO tiempo DE UN PUEBLO...

DE BUEN NACIDOS ES...


Gracias amigo visitante por compartir este paseo por esta singular visión de mi pueblo, fruto de inquietudes recopiladoras desde...

Gracias, por ocupar parte de su tiempo en descubrir estos retazos, fragmentos, pinceladas de un laborioso pueblo como Sonseca, que ha demostrado a lo largo de su Historia saber superar con inteligencia creadora y ejecutiva las circunstancias más desfavorable.

Gracias, por leer y observar mis "entradas" metidas a golpe de corazón, como intuyendo lo que nos une y nos anima a seguir ampliando nuestros límites personales afianzando lo que somos y de donde venimos.

Disculpas por las erratas que siempre lleva un texto escrito aunque se haya realizado con lo mejor que uno ha aprendido.
























































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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