LA BATALLA DE ALMONACID,
PRÓXIMA A SONSECA
El pueblo de Almonacil con el castillo al fondo. Foto de J. Vicente Saavedra
11 DE AGOSTO DE 1809
El General Venegas comanda el ejército de la margen izquierda del Tajo, que reunía sus tropas en Madridejos.
La Junta Central da instrucciones de seguir a Tembleque y Ocaña, pero sin comprometerse. Al mismo tiempo, el general Cuesta (foto izquierda), su jefe, le instaba a presentar batalla para descargar a las tropas que merodeaban en las proximidades de Toledo.
Venegas cuenta con 26. 298 infantes, 3.383 soldados a caballo, 23 cañones y 7 obuses de artillería de campaña.
El general francés Sebastiani (foto derecha) manda al enemigo con 22.000 hombres, entre ellos franceses, polacos y alemanes. Además intervino la guardia real del Rey José compuesta por dos divisiones de caballería con unos 4.000 caballos, 4 batallones, 24 piezas de artillería; en total 29.000 hombres.
El General español se adelanta con el propósito de rendir Toledo.
Sebastiani se establece en Nambroca un 10 de agosto de 1809. En la madrugada del día siguiente se traslada a Almonacid.
Los españoles ya ocupan las mejores posiciones: los Cerrojones y el cerro del castillo, pero dispuestos de forma precipitada, con falta de solidez.
El éjército francés con más habilidad para la maniobra se dirigen a los Cerrojones, recurriéndose a la bayoneta después de un severo castigo artillero. Los franceses hacen un movimiento envolvente que obliga a nuestras líneas a retirarse detrás de Almonacid, buscando la mejor huida.
Castillo de Almonacid. Fotografía de J. Vicente Saavedra
Los franceses persiguieron a las tropas españolas por Mora, Consuegra y Madridejos. Aprovechando esta persecución, las partidas guerrilleras de Mir y Ventura Jiménez (natural de Mora) atacan la ermita de la Virgen de la Oliva, ocupada por los francés, rescatando a los heridos españoles y matan a 240 enemigos.
Los guerrilleros llegan a Almonacid, y hacen huir a los 500 soldados que lo defienden.
El ejército español tiene entre 4 o 5.000 bajas, más de mil heridos y la pérdida de 20 piezas de artillería y muchos carros.
El llamado Ejército de la Mancha, el mejor organizado, fue derrotado. Los invasores siguen en poder de Toledo y Madrid.