PREGÓN DE LA FIESTA AL PATRÓN DE SONSECA
SAN JUAN EVANGELISTA ANTE PORTAM LATINAM
5 de mayo de 2019
Antes de
comenzar mi pregón, quiero aprovechar esta oportunidad para felicitar a todas
las madres en este día, dedicándoles unas bonitas palabras de la Madre Teresa
de Calcuta, a quien admiro profundamente:
“Enseñarás a volar,
pero volarán su vuelo.
Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.
Sin embargo…
en cada vuelo,
en cada vida,
en cada sueño,
perdurará siempre la huella
del camino enseñado.”
Estimadas
autoridades, Vicarios parroquiales, D. Víctor, Presidente y directiva de San
Juan Evangelista ante Portam Latinam, cofrades, hermanos, Marina (niña del Bastón), Paula María, Jessica e
Isabel, querida familia, sonsecanos,
vecinos y amigos..., muy buenas noches a todos.
Ser Pregonero de las Fiestas de
San Juan Evangelista es para mí todo un honor, una satisfacción y una
responsabilidad, que me llena de alegría, orgullo y emoción, por eso permítanme
que agradezca a Sergio y a toda su Junta directiva, este reconocimiento que han
tenido hacia mi persona y que sin duda recordaré toda mi vida.
Hace algo
más de un mes tuvimos en mi Familia un emocionado y emotivo recuerdo hacia
Enrique, mi sobrino, pues se han cumplido 10 años desde que ya no está entre nosotros; hoy lo menciono en
mi pregón, porque sigue estando muy presente en nuestras vidas y porque quiero
agradecer a la Cofradía el gesto tan humano y tan bonito que tuvo en su día al
celebrar un Memorial de fútbol en su honor, que se ha mantenido a lo largo de
estos diez años como homenaje hacia su persona y hacia su familia. Muchísimas gracias.
Para
los que no me conozcan diré que soy José Luis García-Ochoa, el menor de los 4
hijos de Julio y Carmen; una humilde Familia
que, cuando yo tenía la edad de 4 años, tuvo que marcharse a vivir a Madrid por
problemas de salud de mi padre, panadero y agricultor hasta ese momento; por lo
que mi infancia y gran parte de mi juventud transcurrieron en esa ciudad.
Charles Darwin dijo: “No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta al cambio.” (algo que, sin duda, tuvimos que hacer nosotros).
Mis padres vivieron momentos muy difíciles porque, de repente, tuvieron
que apartarse de Sonseca, su querido pueblo; su panadería, su campo, sus
respectivas familias y sus amigos.
Vivíamos en un piso de unos 40 m y con la estancia de mis abuelos, a los
que teníamos que cuidar, algunas veces nos juntábamos hasta ocho personas. ¡Cuánta
ropa de algunos vecinos ha lavado y planchado mi madre, a cuántas casas ha ido
a limpiar..., cuántas escaleras han
barrido, fregado y limpiado el polvo mis
hermanas, Conchi y Paula..., y cuántos cubos de basura de todos los vecinos
recogíamos todos los días mi padre, mi hermano Julio y yo!, aunque ciertamente
a mí me tocó ayudar menos porque era el más pequeño.
Con la edad de 12 años yo ya apuntaba
detalles de emprendedor, recogía todas las revistas que los vecinos tiraban, las
metía en un carrito y los domingos, a primera hora de la mañana, me iba al
Rastro a poner mi puesto, esto era por
las mañanas; y por las tardes, ayudaba en un bar en el Vicente Calderón. En
definitiva, me buscaba mis mañas para poder tener lo que otros chicos de mi
edad tenían o hacían y yo no podía, como
comprar cromos o tener un balón.
A los
17 años me fui a la mili; entonces, con el B.U.P. terminado, la mili hecha y un
poco de suerte, podías entrar a trabajar, por ejemplo, en un banco, así que, al
ejército.... Estuve en la Escuadrilla de Honores y desfilé en muchas ocasiones
delante del Rey Juan Carlos I y de Adolfo Suárez. Viví muy de cerca, porque tenía guardia ese
día, el 23F, día del golpe de Estado, dicen los entendidos que ese día nació verdaderamente
la democracia.
Estando
de guardia en la armería llegó sobre las 7 de la tarde el capellán, yo le
saludé:
-A la
orden Pater.
Él me
dijo:
-Ochoa,
voy rápidamente a mi despacho, porque parece ser que hay unos terroristas en el
Congreso.
A los 5
minutos salió el cornetín a tocar estado de excepción; allí acudían soldados que yo no había visto
en mi vida y a todos se les proporcionaba un arma. Imaginen ustedes a un crío
de 17 años con un arma cargada y dando vueltas en un jeep alrededor del
Congreso de los Diputados, ¡qué momentos de tensión!
Esa
noche pasó a la historia como “la noche
de los transistores”. La mayor parte de los españoles no consiguió dormir. En ese momento, con esa edad, no tienes ni
idea de la gravedad del asunto, ni de qué puede pasar, pero recuerdo como si
fuese ahora mismo que mi madre me contaba, días después, la preocupación que
tuvieron por lo que estaba ocurriendo.
Ya en esos
años, en cuanto surgía la oportunidad,
veníamos a Sonseca. De esa época
me acuerdo de las calles empedradas, del bar “La Bombonera” en la plaza de la
Virgen, de las discotecas “El Greco y las 5J”.
Recuerdo perfectamente en estas
fiestas de San Juan, la destreza de los jóvenes subiendo la cucaña y como no,
el encierro y las entrañables capeas donde Jacinto, Jesús “vinagre”, Valentín
“el pillo” y Julián “el churrero”, entre otros, eran los maestros de espadas.
Por
aquel entonces ya jugaba en el equipo juvenil de fútbol de Sonseca. Recuerdo aquel partido contra el Almagro con el campo
a rebosar. Enseguida me ascendieron al
primer equipo del C. D. Sonseca con el que tuve la suerte de vivir el Ascenso a
3ª División, era increíble lo que movía el fútbol en aquellos años...,me
acuerdo especialmente de los partidos contra el Mora, La Puebla de Montalbán,
Los Yébenes o el C.D. Toledo, que ambiente se vivía... En aquella época organicé el primer
partido de fútbol femenino entre Sonseca y Mazarambroz: ¿lo recuerdan? En
aquellos tiempos fue todo un acontecimiento.
En
esos años yo ya vivía en Sonseca y
trabajaba en el mazapán de temporada, en la fábrica DELAVIUDA, en la sección de
las tortas imperiales.
Profesionalmente
mi vida no era un éxito, ni mucho menos... Recuerdo que la abuela de mi mujer, la Sra. Petra,
decía: “este muchacho va a estar limpiando la casa mientras que su mujer
trabaja”.
Al poco
tiempo empecé a trabajar en Viriato como administrativo, pero como no veía
mucho futuro, al cabo de un año me salí para trabajar en una Gestoría que
pusieron en la calle de Los Remedios. La
cosa no funcionó muy bien, por eso llegué incluso a llorar alguna vez, pues no tenía
claro mi futuro profesional. Pero aprendí mucho de mis gestiones en Tráfico, Hacienda y la
Seguridad Social.
Yo creo que toqué fondo y eso me hizo reaccionar. Tuve la suerte de conocer el mundo de los seguros de la mano de Winterthur, muchos de ustedes se acordarán; estábamos en el año 1989 y ahí sí que me volqué totalmente en mi trabajo.
Desde
ese momento, cambié totalmente y me hice una persona más responsable, ordenada
y trabajadora; yo creo que de alguna manera me contagié del
espíritu emprendedor y trabajador que tenía Sonseca en aquellos momentos, pero
al mismo tiempo empezó una vida donde la
rapidez era lo que imperaba en ella: “trabajo, trabajo y más trabajo”.
Enseguida me casé con mi mujer, Sagrario; rápido también vinieron
nuestros hijos, José Luis y Elena. Casi todos los días, yo llegaba a casa del
trabajo bien entrada la noche, porque en un pueblo tan trabajador como Sonseca,
la noche era el mejor momento para visitar a mis clientes, muchos de ustedes se
acordarán porque me recorrí prácticamente el pueblo entero; la verdad es que, a
pesar del esfuerzo, disfrutaba muchísimo
porque esto me hacía conocer a más gente y tener más confianza con aquellos que
ya conocía.
Aquellos años nos hicieron forjar unos buenos cimientos para construir
el equipo que hoy formamos Correduría de Seguros García Ochoa, del que me
siento profundamente orgulloso y satisfecho y con el que hemos podido superar
la crisis tan profunda que asoló a nuestro país y especialmente a Sonseca.
Cuando
solo tenía 32 años de edad me llamó el
párroco D. Francisco Maganto, para decirme que si quería ser Administrador de
la Virgen de los Remedios, yo no sabía qué era eso; así que le pregunté a Julián,
mi suegro, y me dijo: “pero sí hombre, si eso es un honor grandísimo”. Así es
que acepté.
¡Con un
negocio al que dedicaba más de 12 horas al día, con dos niños pequeños y,
encima, Administrador de la Virgen!, y para que no fuese nada fácil, ese año
hubo cambio de párroco, vinieron monjas nuevas, y hubo cambio de alabarderos y
de muñidor.
A todo
eso había que sumar mi afán emprendedor, mi entusiasmo, mi juventud, mi
ilusión... Recuerdo que a los pocos días de mi nombramiento, una mujer de unos 80 años me preguntó:
-Señor
administrador, ¿me dejaría usted subir al Camarín de la Virgen?
Aquella
pregunta me llegó a lo más profundo de mi corazón y enseguida le contesté:
-Faltaría más, usted seguro que tiene más fe que yo y yo no soy nadie
para decirle que no, así es que, la ayudé a subir las escaleras y la dejé sola
en el Camarín.
Ella,
muy agradecida y medio llorando de la emoción, me explicó algo que yo ya sabía, que casi nadie podía
subir allí. Desde ese instante tuve muy claro que aquello tenía que terminar y
se tenía que abrir para todo el pueblo de Sonseca y, con algunas críticas, y no
pocos impedimentos, me dije: “hay que abrir el Camarín, sí o sí”.
Así lo
hicimos, abrimos el Camarín y con todo lo que había dentro guardado en cajas y
con las banderas que se guardaban en casa del Administrador, decidimos hacer el
museo para exponer en él todas las banderas, mantos y otras pertenencias de la
Virgen. También arreglamos la casa de las monjas y reformamos la habitación de
los alabarderos, se hizo el tejadillo de la puerta de acceso a la antesala de
la ermita, intentando mantener la estética con la fachada principal y para
terminar se restauró el Camarín. Por si
todo esto no era suficiente, publicamos, por primera vez, la lista de los
apuntados para ser alférez, hicimos los estatutos del Patronato de la Virgen y
conseguimos que volviese a ser festivo el día 8 de septiembre, día de nuestra
Patrona, ya que llevábamos unos años en los que esa festividad se había
eliminado.
Créanme
que no paramos durante los cuatro años que estuvimos al frente del Patronato, pero
es una obra que quedará siempre ahí para
nuestro recuerdo y, sobre todo, para disfrute de todos los sonsecanos. Este año se cumplen 25 años de mi
nombramiento como Administrador de la Virgen.
Como
digo, vivía con una actividad frenética e intensísima y ponía muchísima energía, pasión y esfuerzo en todo lo que hacía... Creo que esta fue la causa de que mi salud se empezase a resentir, fruto de ello
empecé a padecer dolores crónicos de espalda, tuve una operación muy seria de estómago y dos
cateterismos, en los que me pusieron 5 stents cardiacos, salvando la vida,
según los médicos, casi milagrosamente.
No me
era fácil cambiar mi forma de ser, por eso al poco tiempo acepté ser el Presidente del Casino de la Concordia, pues no
podía permitir que se cerrase y dejar que la ilusión de muchos jubilados por
echar la partida todas las tardes se acabase, porque nadie se hiciese cargo del
Casino. En esta etapa, entre otras
muchas cosas, celebramos el 115 aniversario de esta entidad legendaria y lo que es más importante, las cuentas se
dejaron en positivo con el apoyo de todos los socios.
Puse mucha resistencia pero finalmente, no tuve más remedio que adaptarme a mi nueva vida y me dije: “tienes que cambiar o esto se acaba”. Por este motivo bajé el ritmo de vida y dediqué más tiempo a cuidar mi salud sin abandonar mi trabajo. Afortunadamente y aunque no esté bien del todo, me encuentro mejor, por ello he vuelto a subir la intensidad de mi actividad diaria porque, gestionar una empresa con 13 trabajadores en los momentos actuales no es sencillo y hace falta dedicación, además me gusta mi trabajo y ser emprendedor.
Este
año que celebramos el 30 aniversario de Correduría de Seguros García Ochoa, he
querido organizar un concierto especial, pensando en la Coral Polifónica
Contraste, en la que canta mi mujer, consiguiendo el objetivo nada sencillo de
que vinieran a cantar Los Chicos del
Coro de San Marc; porque me apetecía que Sonseca tuviese un espectáculo único.
Los que asistieron podrán juzgar la calidad del espectáculo, pero el éxito de
público fue rotundo con dos llenos absolutos en el Teatro Cervantes.
Reflexionando sobre la historia más reciente de Sonseca, creo que nuestro pueblo siempre supo adaptarse al cambio que supuso el cierre de algunas importantes empresas y lejos de lamentarse o quedarse en la desolación, los sonsecanos se adaptaron y se pusieron a trabajar, conjuntamente con las que quedaban para superar esa situación y también se hicieron muchas pequeñas empresas que atendían las demandas de las más grandes y ...,¡madre mía, cómo lo hicieron;, seguro que todos recordamos las calles de Sonseca con sus motos y sus bicicletas, a la 1:00 h. del mediodía, cuando salían los trabajadores de las fábricas.
Escuchando a pregoneros anteriores, muy acertadamente, nos advertían de
la necesidad de adaptarnos al futuro, porque todo está cambiando muy rápido y
lo va a hacer todavía a mayor velocidad en los próximos años. Por eso les digo,
sobre todo a los más jóvenes, que tienen que prepararse y adaptarse a los
nuevos tiempos. Ellos, mejor que nadie, saben las dificultades que hay y los
cambios que se aproximan, pero que tienen la obligación de aprender de lo que
Sonseca consiguió en un pasado no muy lejano, aprender del coraje, el esfuerzo,
la dedicación, la ilusión, el amor propio,
la perseverancia, la constancia, el positivismo y la adaptación al
cambio que este pueblo tuvo en su día y,
que yo creo, que han sido las señas de identidad de las gentes de
Sonseca durante muchos años y de las que todos nos sentimos muy orgullosos.
La
Madre Teresa de Calcuta dijo: “A veces sentimos que lo que hacemos es tan
sólo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota.”
Admiro la solidaridad de Sonseca, como ejemplo,
sirva decir que “somos uno de los pueblos que más donaciones de sangre hace en
la provincia”, porque aunque sea sólo una gota de agua en el mar demuestra la
sensibilidad y solidaridad de los sonsecanos.
Pero,
sobre todo, admiro a la buena gente, a la gente que suma, que ayuda, que se
ilusiona, a las personas de buen corazón, a las personas que dan sin pedir nada
a cambio... Esta admiración me lleva desde hace tiempo, aunque con menos
frecuencia de la que me gustaría, a visitar a personas que pasan por alguna
dificultad en su vida: una enfermedad, el fallecimiento de un familiar o
simplemente porque son mayores y no salen de sus casas o están pasando una mala
racha.
Hace
tiempo tenía en mente ir a ver a Jacinto Martín, pero pasaban los días y no
encontraba el momento. Cuando me pidieron que fuese el pregonero de San Juan
pensé, “ahora sí que no hay excusa, tienes que ir a verle, porque ha sido la
persona que más tiempo ha estado como Presidente de esta Cofradía”. Lo hice y
pasé un rato maravilloso y entrañable con quien, fue Presidente de la Cofradía
de San Juan durante 24 años; con quien se hizo el primer encierro (por cierto
para que lo autorizasen, tuvieron que alegar a la autoridad competente,
conjuntamente con Juan Francisco, el alcalde, en aquellos momentos, que era una
tradición de Sonseca de siglos atrás), con quien se instauró el bastón de San Juan y con quien se hizo la
nueva imagen del Santo, en 1985. En definitiva, con quien impulsó junto con su
directiva, según explica en su libro Manuel Ballesteros, que la fiesta de nuestro querido Patrón
tuviese cada vez más notoriedad en nuestro pueblo y que tan bien han sabido
mantener y mejorar las directivas posteriores.
También
pude comprobar cómo han pasado los años por Jacinto y, sobre todo, pude ver que cuando hablábamos de Sonseca, de
nuestro patrón San Juan y de su Cofradía, Jacinto se emocionaba y brotaban con
facilidad por sus mejillas unas espontáneas y sinceras lágrimas que denotaban la
emoción, la nostalgia, el cariño y el amor que guarda dentro de su corazón.
No
quiero dejar pasar esta oportunidad sin contarles una historia real que conocí no hace mucho tiempo. Un miembro
de una ONG visitó un campo de refugiados
y se sintió muy apenado cuando vio las condiciones en las que vivían
aquellas personas y las dificultades tan grandes que tenían, reparó en una
madre y en su hija y pensó: “tengo que
darles lo que necesiten”, así es que a través de un intérprete les dijo que
le pidieran lo que quisieran, que él sería como su hada madrina y se lo
concedería. ¿Saben ustedes lo que pidieron? La madre, agua potable para poder
beber durante 15 días; y la hija, de 14 años, poder darse una ducha de agua
caliente. Por eso les digo: “cada vez que nos sintamos mal, que no tengamos
fuerzas, que las cosas no nos vayan como queremos, por favor, en esos momentos,
tengamos presente que hay personas que lo más importante que le piden a la vida
es tener agua para beber y poder darse una ducha de agua caliente”. Les puedo asegurar que esta reflexión me la
hago muchísimos días.
Por
este motivo les pido que disfrutemos y valoremos todo lo bueno que la vida nos
da cada día, que seamos mejores personas, que seamos solidarios y que ayudemos
a los demás.
Me siento muy orgulloso de Sonseca y de haber nacido aquí, también me enorgullezco de todo lo que los sonsecanos hemos conseguido a lo largo de nuestra historia, de cómo somos, del espíritu que yo llamo del “Cross del mazapán”, acogedor, abierto, cariñoso; de ser un pueblo emprendedor, trabajador, luchador, del esfuerzo que siempre han realizado sus gentes, de las muchísimas ofertas culturales y deportivas que tenemos, de ser uno de los pueblos con mayor número de asociaciones..., y de tantas y tantas cosas.
Sonsecanos, disfrutemos al máximo porque estamos de fiesta, es la fiesta
de nuestro patrón San Juan Evangelista y tenemos que sentirnos afortunados por
poder participar en ella.
Disfrutemos de todas y cada una
de las actividades que la directiva de San Juan y el Ayuntamiento de Sonseca han
preparado con tanto cariño y esmero: de los juegos infantiles, de la cucaña, de la luminaria, de la pólvora,
del chocolate, los bizcochos, los churros y la verbena,… Disfrutemos con
nuestros amigos y con nuestra familia, acompañemos a nuestro Patrón en la procesión, tengamos un recuerdo para todos aquellos que
vivieron esta fiesta con nosotros y
sintámonos privilegiados por tener la suerte de vivir en un pueblo como Sonseca.
¡¡Viva San Juan Evangelista!! ¡¡Viva Sonseca!!
Un abrazo a todos y muchas gracias.
José Luis García-Ochoa García
CONTINUARÁ