¡ADIÓS, SONSECA! Sonseca de mi querer, mi querer... cantaban los niños, rumbo a El Castañar.
... Como piafan impacientes
los caballos, y relinchan
cuando acuden los jinetes
y los cepillan y encinchan
cual si estuviesen conscientes
de la próxima carrera
que entre jubilosas gentes
les aguardan, les espera;
de manera semejante
los camiones y motores,
los chóferes y bocinas
manifiestan anhelantes
la marcha que se avecina...
Enfilados los camiones,
toman la ruta elegida,
Eustaquio, Pedro, Domingo,
Gregorio con su familia.
Son conductores de abrigo,
y como bravos leones
que en no pocas ocasiones
expusieron ya su vida...
Mazarambroz a la vista
y luego La Alcantarilla...
Corre Pedro a El Castañar
y Gregorio va la alcance
sin que ocurra algún percance.
Le sigue Domingo audaz
y Eustoquio, que es muy capaz,
aprieta bien el volante
y vuela como el que más...
Dando ya vista a la Blanca
la rapidez acortaron
y todos juntos saludaron
a la Virgencita Santa.
Luego llega la marquesa
desde su regio palacio...
En llegando que llegaron,
los niños les saludaron
con sus caras sonrientes;
la mayoría inclinaron
sus cabeza reverentes
y todos se dirigieron
de la Virgen a la Ermita,
donde devoto oyeron
la Misa que está prescrita...
De Don Castor Marañón, párroco de Sonseca
Era costumbre en esos años 50 del siglo pasado ir de excursión los catequistas de la parroquia con los niños que habían recibido la Comunión a la finca de El Castañar. El cura párroco escribió esta singular crónica hilando versos.
Publicada en:
SONSECA, Organo de Información Parroquial
Junio de 1956