viernes, 12 de septiembre de 2025

EL MÉDICO ANESTESISTA Y PAISANO ALFONSO MARTÍN CABELLO PREGONÓ EL DÍA 7 DE 2025 LAS FERIAS Y FIESTAS EN HONOR DE LA PATRONA LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS.

   El patio Nelson Mandela de la Casa de la Cultura, abarrotado de asistentes, fue el escenario del pregón de las FERIAS Y FIESTAS.

   Para su mejor conocimiento con una lectura y relectura, si hace falta, lo publico gracias a la gentileza del pregonero, que se ha brindado en mandármelo por correo electrónico.


     PREGÓN DE FIESTAS DE SONSECA 2025

    ALFONSO MARTIN CABELLO

   ¡Buenas noches a todos!

   En primer lugar, un saludo a nuestra alcaldesa, María Victoria, a la corporación municipal (y autoridades que nos acompañan), a nuestro párroco, don José Carlos, a los vicarios –don Ignacio y don Luis-, diáconos. A nuestro alférez, Javier, y compañía de alabarderos, reina y damas de las fiestas, a mis padres –Alfonso y María-, a mis hermanos, a mi mujer, Raquel, y mis hijos, a mis familiares –mis tíos, mis primos-, a mis amigos, a los organizadores de este evento, a todos los que nos acompañáis, a los que no han podido venir.

   Un saludo a mi hermana Rosa María, que es monja de clausura. He ahí la gran paradoja: ser inmensamente libre dentro de un claustro.

   Un recuerdo emocionado a mi primo Luis que, desde el cielo, seguro, nos estará viendo.

   GRACIAS, María Victoria, y a la corporación municipal, por haber pensado en mí para este pregón. Es un honor y un privilegio, que no merezco, y es una responsabilidad. No podía negarme a este servicio para con mi pueblo.

   Gracias a mis padres, por su ejemplo y generoso esfuerzo, SIEMPRE, por sacar una familia adelante. Nunca os lo agradeceremos lo suficiente. Gracias a mis hermanos, por nuestra unión, apoyo y amistad. Gracias a mi mujer, Raquel, y a mis hijos, Alfonso, Isabel y Esther, vosotros sois la estrella y el motor de mi vida.

   Gracias a mis familiares y amigos, por su paciencia conmigo, que me siguen esperando a pesar de mis desvaríos.

   Gracias a todos los que me acompañáis en este momento.

   ¡¡BUENAS NOCHES, SONSECA!!

   -Para los que no me conocen, soy Alfonso Martín Cabello. Nací aquí, en Sonseca, en 1963, en una casa de la calle Sagunto, cerca de la guardería municipal. Mis padres son Alfonso, el cerero –y también mataperros- agricultor jubilado; y María la arrecía, trabajadora de la casa, del textil y del mazapán.

    Hoy es 7 de Septiembre y, bien podríamos decir, con el grupo Mecano, “el 7 de septiembre es nuestro aniversario”, aniversario del pregón de las fiestas de Sonseca, y aniversario del preámbulo o prólogo de nuestra fiesta grande en honor de la Virgen de los Remedios. A partir de ahora, también para mí, como para Nacho Cano, este día tendrá un significado muy especial.

   Decía el viejo profesor, don Enrique Tierno Galván, que también fuera alcalde de Madrid entre 1979 y 1986, que los pregones tienen que ser como las minifaldas: cortos y que enseñen mucho.

   Trataré de ajustarme a sus exigencias, que no son menores.

   Mis primeros recuerdos –como ya escribiera Antonio Machado- son también de un patio, de un patio empedrado, con un pilón y un pozo, de una casa de vecinos, en la calle Toledo, 37, donde viví unos años siendo niño. De ahí recuerdo, sobre todo, la habitación donde dormía, que quedaba separada por el patio de la sala de estar, lo que contribuía a mis miedos nocturnos hasta que me vencía el sueño.

   Como casa de vecinos, el patio era un lugar concurrido, donde jugábamos los niños y, por las noches, se hablaba de las actividades y sucesos del día. Y la convivencia iba haciendo familia.

   Algunos días, mi padre , muy temprano, me cogía en brazos y me llevaba a casa de mis abuelos para poder empezar él y mi madre las labores del campo. Aún recuerdo el aire fresco y el estremecimiento de mi cuerpo a esas horas, el calor de los brazos y los hombros de mi padre. No se veía ni un alma por la calle. Era tan temprano que volvían a acostarme.

   Gracias a mis abuelos, por su cariño, su paciencia, por su labor abnegada durante tantos años, y su participación en mi educación. Con ellos me sentía como en casa.

   A los pocos años, nos trasladamos a la casa del Cerrillo, donde aún viven hoy mis padres.

   Cuando pensaba en la preparación de este pregón, me preguntaba…, ¿de qué les hablaré?... Por supuesto, de mis recuerdos, pero no solo de eso. Después, pensando en vosotros y en mí, en el pueblo de Sonseca, …ya supe de qué hablar.

   En el saluda del programa de fiestas os decía, refiriéndome al lema de nuestro pueblo, “con el hilo hice camino”, que ¿adónde?, ¿hacia dónde nos lleva el camino?. Sin ánimo de anular otros posibles destinos…  si pienso en Sonseca, el camino  me lleva, y de ello tengo que hablar:

   -hacia LA LIBERTAD INTERIOR,

   -a una TRAVESÍA POR EL DESIERTO,

   -hacia hombres y mujeres de verdad,

   -y, como consecuencia de las anteriores, hacia LA ALEGRÍA.

   Recuerdo la figura del pregonero, no de las fiestas, sino del pregonero municipal, que tocaba un cuerno a modo de trompeta, convocando a los vecinos del barrio para comunicarnos algún bando u ordenanza municipal. Ahí nos agolpábamos un grupo de personas ansioso de noticias nuevas.

   -Al señor Berrojo, que abría las llaves de paso, que había en algunos cruces de calles, para que el agua llegara a las casas, porque no se disponía de agua corriente las veinticuatro horas del día.

   -Al guarda de la porra, Gonzalo, que con su indumentaria, su gorra militar, su gesto serio y el movimiento que hacía con los labios, era el terror de los niños de entonces, incluido yo. Más de una vez salí corriendo despavorido a esconderme debajo de la cama, al verlo, tras abrir la puerta.

   - A chicos jóvenes, que ya desde muy temprano, vendían churros para el desayuno, a la voz de “el churrero”, y si le pedías más de uno los unía atravesándolos con un junco.

   - A la señora Juana que, con su carrito lleno de golosinas, maíz, palomitas, cromos, hacía las delicias de los niños. Se situaba enfrente del casino, y en la plaza de la Virgen.

   -Diferentes juegos con los amigos, como los bolindres y el juego del gua, las chapas –para lo que hacíamos caminitos con las manos, en las calles que, entonces, eran de tierra; el juego del tejo, a pídola, al cinto escondido, a correr con el aro, al pitel…

   -Recuerdo a Máximo Rielves, también con su carrito, los domingos, vendiendo helados por la calle, en los cruces, en horas de fuerte calor, tocaba una corneta, y gritaba: “el heladero”. ¡Quién podría olvidarse del sabor de aquellos helados! Eran una delicia que te transportaban a otro lugar.

   -La taberna de mi abuela Leona, en la calle Ramón y Cajal, donde se juntaban vecinos de Sonseca en la tarde-noche para compartir vivencias, cantares, vino y algo de picar. El vino se servía en una jarra y todos bebían de la misma sin displicencia. El vino alegra el corazón, desata la lengua y aviva el alma.

   -Un equipo de fútbol, de Sonseca, que jugaban bien al fútbol. Recuerdo algunos de sus integrantes: Satur, Ruiz, Angelito, Flores, Ochoa, Paco sopla, Higinio… ¡Eso era un equipo! Perdón si me olvido de alguno…

   - La Kermés, donde ahora está el lavadero de coches y el bar de Angel, con actuaciones en directo. Recuerdo la de un cantante, Basilio. Con mesas y sillas, para disfrutar sentado y tomar alguna bebida. Música, el salón a media luz…y, seguro, momentos románticos para enamorar y enamorarse…

   -El bullicio de la gente por la calle, a la una después del mediodía, tras el sonido de las sirenas de las fábricas, del textil, del mueble, del mazapán, del herraje. Hombres y mujeres que se dirigían a sus casas para comer y descansar un rato antes de reemprender el trabajo. Todos sabemos de la gran actividad que gozaba Sonseca sobre los años ochenta. ¡¿Quién quedaba en Sonseca sin trabajar entonces?!

   -Los movimientos “Junior”, reuniones de un grupo de chicos o chicas jóvenes con un tutor, en mi caso, Salvador Peces, para hablar de caminos y de vida, amenizándolas con juegos y debates. Llegamos a representar una obra de teatro en Santa Casilda: “Dos baturros en Madrid”.

   -Y recuerdo tantas tardes con mis amigos de la infancia, a los que quiero agradecer su amistad: Ismael Ventas, Jesús González, Germán Guerrero. Tardes de juegos, de estudio, de hacer tareas, de discutir y regañar, de perdonarnos… ¡HAY TAMBIÉN ALGO DE VOSOTROS AQUÍ, CONMIGO, AHORA!

   Mi agradecimiento para vuestros padres, por su cariño, porque ya, desde pequeño, podía ver en ellos su entrega, sacrificio, bondad y generosidad, que constituyen los pilares para poder volar en libertad pasados unos años.

   Por eso, quiero acordarme también de mis padres, mis abuelos y mis profesores de las escuelas del Calvario –don Pablo y don Antonio-, de la calle Toledo –doña Lola-, del puente –don Ricardo-, del instituto viejo –doña Margarita, don José Roldán, Paco Caballero, doña Lola, don Felipe, don Juan, doña María, etc.- Todos ellos pusieron las bases que nos permitirían ir creciendo y forjándonos como personas.

   Mirad, en la plaza de Ramón Y Cajal de la Ciudad Universitaria de Madrid, entre las facultades de Medicina, Farmacia y Odontología hay una escultura conocida como “los portadores de la antorcha”. Representa la transmisión del conocimiento, del saber, entre generaciones, a través del acto de una persona joven recogiendo una antorcha de un anciano débil. Esta obra, creada por la escultora Anna Hyatt Huntington, simboliza el relevo y la continuidad del saber a lo largo del tiempo. El joven y la antorcha simboliza la nueva generación que recibe el conocimiento y la sabiduría de las anteriores. La antorcha es el símbolo universal del conocimiento, la luz y el saber, cuya posesión se transfiere.

   En este grupo escultórico se representa el mito de Prometeo, aquel valeroso personaje que acudió un día al monte Olimpo, tratando de encontrar una protección para el hombre, roba a Hefesto y a Atenea su sabiduría profesional, junto con el fuego –ya que era imposible que sin el fuego aquella pudiera adquirirse o ser de utilidad a alguien- Es decir, adquirir la sabiduría requiere del fuego, de LA PASIÓN, del ENTUSIASMO. Pero Prometeo fue perseguido hasta caer muerto, no sin antes entregar la antorcha olímpica a otro hombre más joven y fuerte que él, que en la obra en cuestión hace un esfuerzo sublime por detener el galope brioso y bravío del caballo.

   ¿Por qué digo esto? Todos recordamos esa época de tanto trabajo y empresas en Sonseca –del textil, el mueble, el mazapán-, todo el mundo tenía trabajo… y parece que todo se perdió. Los tiempos cambian, las circunstancias, el mundo globalizado, el comercio mundial… NO TODO SE HA PERDIDO. Quiero rescatar esa escultura de los portadores de la antorcha para nosotros, pueblo de Sonseca, representando el legado, la antorcha, que nos han transmitido a nosotros los que nos han precedido. En esa antorcha está la transmisión de un valioso patrimonio, de los que nos han precedido y nos la han pasado a nosotros. En esa antorcha se contiene todo un legado de libertad interior, de travesía por el desierto, de cómo ser hombres y mujeres de verdad, todo un legado de ALEGRÍA!!! Y que nosotros tenemos que cuidar, sacar brillo, engrandecerlo, mejorarlo más aún, para transmitirlo igualmente en la antorcha que nos tocará pasar a los que nos sucedan.

   Decía Unamuno, en su Diario íntimo: Se dice, y acaso se cree, que la libertad consiste en dejar crecer una planta como ella quiera, sin ponerle rodrigones, ni guías, ni obstáculos; en no podarla, obligándola a que tome esta u otra forma; en dejarla que arroje por sí, y sin coacción alguna, sus brotes, sus hojas y sus flores. Y la libertad no está en el follaje, en las hojas ni sus ramas, SINO EN LAS RAICES, y de nada sirve dejarle al árbol libre la copa y abiertos de par en par los caminos del cielo, si sus raíces se encuentran, al poco de crecer, con dura roca impenetrable, seca y árida o con tierra de muerte. “La libertad está en las raíces”.

   Fijaos qué coincidencia con un poema de Juan Ramón Jiménez:

    ¡Sí, cada vez más vivo

   -más profundo y más alto-

   Más enredadas las raíces

   Y más sueltas las alas!

   ¡Libertad de lo bien arraigado!

   ¡Seguridad del infinito vuelo!

   Y así como las raíces sustentan y alimentan al árbol para su crecimiento, debemos descubrir aquello que hace verdaderamente crecer al hombre, de modo que su proyecto como persona sea lo más rico posible.

   Es la libertad uno de los mayores anhelos del ser humano. Y quisiera destacar la libertad interior de los sonsecanos. No me refiero a la libertad exterior: libertad de movimientos o de expresión, sino a la libertad interior: de pensamiento y sentimientos, DE LA MENTE Y DEL CORAZÓN, ese espacio interior que nadie nos puede arrebatar!

   Hemos nacido en un pueblo en que, desde pequeños, hemos visto en sus gentes: capacidad de trabajo, sacrificio, entrega, renuncia, disciplina, orden, constancia, motivación, ilusión, para sacar una familia adelante, construir un hogar, si es posible dar estudios a los hijos, ahorrar por si surge algún imprevisto… Y en este afán se ha ido renunciando a las satisfacciones inmediatas (ya sea un viaje, juegos, un festival, cine, ir de copas…), así, a base de repetirlo, uno se ha ido haciendo, cada vez, más dueño de sí mismo, capaz de dirigir su vida hacia donde quiere. ¡ESAS SON LAS RAICES! ¡LA LIBERTAD ESTÁ EN LAS RAICES: sacrificio, esfuerzo, abnegación, perseverancia!

   Y nos falta un ingrediente importante. La libertad no consiste en hacer lo que me apetece, lo fácil y cómodo, sino en la capacidad de elegir aquello que me hace más persona, lo bueno, lo mejor, el bien. La libertad consiste en la capacidad de buscar y elegir siempre el bien. La libertad está relacionada con el bien, no se entiende sin el bien, hasta el punto de que no existiría sin él.

   Esto también lo vi en las gentes de Sonseca: la generosidad, la humildad, el servicio, la bondad, el perdón, el amor, la compasión.

   Hace ya muchos años, cuando las semanas culturales las organizaba el club “Revuelo”, recuerdo que una de ellas tenía por lema: “No podemos aceptar que el amor sea alguna vez menos”. Pues éso, buscar y elegir siempre el bien, el amor. “SOLO QUIEN AMA VUELA”.

 

   Sigue siendo un camino por el que tenemos que crecer. Aún no hemos conquistado la cima ni la plenitud. Tenemos que seguir avanzando, con ilusión, que es la alegría de llevar los argumentos de la existencia (amor, trabajo, cultura) hasta el final.

   Sonseca, camino de una libertad interior, cada vez más completa, más depurada y más plena.

   Me gusta mucho el himno de un pueblo del Norte, del que recuerdo algún fragmento:

   Quiero saltar de la rama de un roble/  gritar tu Nombre/ y echar a volar      //Tengo la fuerza del viento del Norte/ y esa bravura que viene del mar.

   Nos está hablando de ese gran deseo del hombre que es la libertad, VOLAR, en el que también se ve esa búsqueda del bien: gritar tu Nombre. Tiene la fuerza del viento del Norte, que, en nuestro caso, equivaldría a esa fuerza que nos viene del esfuerzo, del trabajo y la entrega tenaz, La bravura que le viene del mar, también la tenemos nosotros, en nuestro caso esa bravura nos viene del espíritu de LIBERTAD INTERIOR.

   Entre las figuras con una insigne libertad interior tenemos, por ejemplo, a TOMÁS MORO. Jurista, filósofo y político inglés, que llegó a ser Canciller del rey Enrique VIII, pero renunció y fue decapitado por su negativa a reconocer el divorcio del rey y la separación de la iglesia de Inglaterra.

   Pero también: Fray Gabriel de la Magdalena, don Martín Martín Martín-Tereso, figuras de nuestro pueblo que, desprendidas de todo, se fueron de misión a países lejanos.

   ¡Qué sea Sonseca un camino que permite volar, cada vez, en mayor libertad!       ///

   En fin, pasado el tiempo de estudio en el pueblo, fui, junto con otros amigos, a estudiar bachillerato en el instituto “El Greco” de Toledo. Ïbamos en el autobús del Colegio Mayol. Teníamos jornada partida y volvíamos sobre las siete y media de la tarde. Luego, había que hacer algunas tareas o estudiar algún tema.

   Recuerdo, claro, a algunos profesores, como Luis Madrás, Rafael Alonso… Incidir aquí, brevemente, en que ya sabemos que el mundo de la educación está muy difícil, que hay niños rebeldes, que no ponen atención, que revientan la clase… pero si hay uno que pone interés…, si hay dos…, tres…  hay que luchar por ellos. Ardor y coraje, y que esos profesores sean también maestros, es decir, que no sólo enseñen su materia, sino también a… ¡VIVIR!. Yo y muchos como yo no nos hemos olvidado de quienes fueron nuestros maestros.

   En el Greco, en uno de los cursos, tuve como profesor de Educación Física a Juan Antonio Rosique, que me hizo aficionarme al atletismo, siempre como aficionado. Y recuerdo entrenamientos aquí, en Sonseca, con Manuel Jesús, con Pedro “matagallinas”, que se nos fueron al Cielo, a correr en plenitud de LIBERTAD.

   Todos sabéis cómo factores ambientales, como el exceso de sol, fumar o beber en exceso, el aumento de partículas en el ambiente como el asbesto, pueden influir negativamente en nuestra genética, alterarla, y dar lugar a enfermedades graves. Pero no todo tiene que ser malo.

   Existen también costumbres o hábitos que, a fuerza de repetirlo durante años, ponen un sello, una marca, una etiqueta en nuestra genética. Y me refiero a ese hábito sonsecano del trabajo tenaz, sacrificado y perseverante, que, repetido a lo largo de años, pone un sello en nuestra genética. Está en nuestra genética ese espíritu sonsecano; como punto de partida, luego, por supuesto, influirán el ambiente y el estilo de vida. De ahí que tengamos que confiar en nuestros hijos y nuestros jóvenes, por mucho que los vientos soplen no favorables.  ///

   Vino después la universidad. Facultad de Medicina de la universidad Complutense de Madrid, año 1981-82. Y aquí he de hablarte de una etapa de mi vida que abarca todo primer curso, que, para mí, fue “mi travesía del desierto”, un tiempo difícil, de adaptación, de dolor y desgarro, al que hoy no puedo sino mirar con alegría y mucho amor, pero que, entonces, fue un martirio.

   Acostumbrado a vivir, estudiar y estar siempre en casa, de golpe, me vi en la capital, solo, con una tremenda exigencia, y sin el consuelo físico y cercano de mis padres.

   El metal se limpia de impurezas en el fuego del herrero, se pone al rojo vivo, se le golpea para darle la forma y que sirva para la función para la que fue diseñado.

   Soledad, lucha en solitario, exigencia, y estoy lejos de casa. Yo me revelaba contra todo aquello, ¿por qué a mí? ¿por qué ahora? No lo entendía.

   -Para hacerte humilde

   -Para conocerte mejor

   -Para hacerte fuerte, madurar, crecer, aprender a vivir. ¡CUÁNTO SE APRENDE EN LOS DESIERTOS!

   ¿No hablábamos que la libertad está en las raíces? Pues había llegado el momento de echar raíces más fuertes, más profundas, vencer la resistencia de la tierra seca y apretada, luchar contra la dificultad, para ganar en libertad, crecer en libertad interior, volar más alto y más libre. Como decía el poeta: ¡Sí, cada vez más vivo/ -más profundo y más alto-/ más enredadas las raíces/ y más sueltas las alas!...

   ¡Bendito desierto que lleva a tal libertad!

   Si queremos que esa libertad interior se afiance en nosotros y constituya parte de nuestra estructura, que no sea algo superficial que desaparece con los primeros vientos o los primeros soles de justicia, tenemos que pasar LA TRAVESÍA DEL DESIERTO, el dolor, la tribulación.

   ¡No te desanimes, ten ánimo, sé valiente! Está a la vuelta hacerte hombre.

   En medio de la tempestad, siempre hay alguien que te espera, tus padres, tus hermanos, tus amigos de verdad, tus maestros, siempre hay alguien que te espera. Incluso el mundo al que tú tienes que aportar tu pequeño grano de arena, tu risa, tu alegría, tu dolor, tu cariño, tu mensaje. Incluso, entonces, ya hay pacientes, enfermos, que te esperan. Por ellos, ¡SIGUE!, no te rindas, no hay tiempo que perder.

   Así lo dice el poema: “De noche iremos, de noche/ sin luna iremos, sin luna/ que para encontrar la Fuente/ sólo la sed nos alumbra.     Es decir, aún en medio de la noche, cuando no se ve nada, nos dirigiremos hacia nuestra meta si nos embarga la pasión, el coraje, la tenacidad y la ilusión.

   Si alguien está pasando por lo que yo pasé entonces, le diré: ¡Embriágate de pasión por alcanzar tu meta. No te detengas por las dificultades –las mejores para forjarte-, paso firme y decidido, hasta la cima!

   Durante los veranos entre los cursos de Medicina, iba a trabajar al taller de los hermanos Palencia. Así me desintoxicaba un poco de libros y gozaba de otra perspectiva de la vida. Es un taller de herraje. Ahí también encontré espíritu sonsecano, de trabajo, de sacrificio y entrega, de equipo. Y me acuerdo de Esteban y Jesús Palencia, Félix Juanín y Agustín “boliche” y sus canciones del grupo Triana. Quizás sin saberlo, volaron en plenitud de libertad.

   Iban pasando los cursos del grado de Medicina, cada vez más complejo. El médico debe tener pasión por el hombre, por el conocimiento completo del hombre, y poder dispensarle el mejor tratamiento..

   Cuando era un niño o quizás adolescente pensaba que el médico era un privilegiado entre otras profesiones porque conocía el misterio del hombre, el secreto que esconde. Creía que el médico, por sus conocimientos y por las confidencias de sus pacientes en la consulta, conocería el misterio del hombre… Pero, queridos amigos, resulta ser que el médico es también “UN HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO”.

   En cierta ocasión, cayó en mis manos un poema que quiero contarte, porque yo lo titularía “el espíritu sonsecano”, aunque como realmente se llama es “el espíritu de Quest”.

   El Quest es el nombre del barco capitaneado por Sir Ernest Shackleton, explorador de la Antártida, anglo-irlandés, una de las mayores figuras de la conocida como Edad heroica de la exploración de la Antártida. En circunstancias extremas, cuando su barco encayó en un banco de hielo que lo fue aplastando hasta hundirlo, los marineros estuvieron aislados más de dos años, pero gracias a la habilidad de su líder consiguieron volver todos con vida del continente helado. 

   En el reverso de la puerta del camarote del capitán, se podía leer grabado en bronce:

   “Si sueñas, y los sueños no te arroban –es decir, no te hacen perder el juicio-/ si piensas, y pensar no es tu ambición/ Si al triunfo y al desastre te acomodas/ y ves en uno y otro un impostor / Si a tu cerebro, y pecho y nervio obligas/ a estar despiertos, aunque ya agotados,/ y así sigues bregando con la vida/ porque tu voluntad dice ¡sigamos!/ Si ocupas el minuto inexorable/ de sesenta minutos de tu afán/ tuyo es el mundo, tuyos sus caudales, / Y tú eres, hijo, un hombre de verdad.

   La primera parte nos refiere a las raíces: el trabajo, el sacrificio, la disciplina y la abnegación. Califica al triunfo y al desastre como impostores, esto es, como falsos. El triunfo, si te estacionas y te duermes en él; y el desastre si te desanimas y no sigues adelante. También nos sirve como indicación de DESPRENDIMIENTO, de no estar apegado a nada, para poder volar. La segunda parte nos habla de la libertad: tuyo es el mundo, tuyos sus caudales.

   Y se atreve con algo más tajante: “y tú eres, hijo, un hombre de verdad”. Es decir, un hombre firme, sólido, coherente, pétreo, difícil de derribar. ¡QUÉ BIEN LO DICE EL POETA!

   Podemos observar, entonces, una coincidencia. Las condiciones a que nos referíamos para adquirir la libertad interior –esfuerzo, trabajo, perseverancia- son también las condiciones para ser un hombre de verdad. Y es que ambas están íntimamente relacionadas. Nacimos para ser hombres y mujeres de verdad, y nacimos para ser LIBRES. En el camino hacia ser un hombre de verdad, uno se va haciendo cada vez más libre, y también al revés.

   ¡Sonsecano, tú que llevas ese sello en tu genética, tú que eres así… ¡TUYO ES EL MUNDO, TUYOS SUS CAMINOS!

   Pero… ¿y el bien? El poema no dice nada del bien –cuando decíamos que la libertad consiste en la capacidad de buscar y elegir siempre el bien-. Pero, fíjate, el bien está en el capitán, Sir Ernest Sachkleton, que se ocupaba y preocupaba siempre por la seguridad y bienestar de sus marineros.

   El poema concluye: y tú eres, hijo, un hombre de verdad. ¿Es que hay hombres de mentira?

   Como dice el psiquiatra Enrique Rojas, vivimos en la época de lo LIGHT, del café descafeinado, la sacarina, la cerveza sin alcohol, la coca cola light… y EL HOMBRE LIGHT. Esto ya es más grave, que los hombres y las mujeres podamos ser LIGHT, es decir, ligeros, faltos de peso, faltos de raíces, faltos de BIEN y, por tanto, faltos de LIBERTAD INTERIOR.

   Las características de este hombre light están tan extendidas en la cultura dominante, que lo impregna todo; de tal forma que todos tenemos algo de este hombre light, yo el primero. Hay que tratar de tener de él lo mínimo posible.

   Se refiere al hombre cuya filosofía de vida es el relativismo: todo es relativo, no hay verdades absolutas sino que todo depende de la perspectiva, del ángulo de visión con que se mire, y, por tanto, todo está permitido, no hay líneas rojas, restricciones ni prohibiciones. Es el hombre del materialismo y del consumismo, de la cultura del placer, del individualismo. Se entroniza lo material: el tener, el dinero, el poder, la fama, el bienestar, y se margina lo espiritual, los principios y valores. ¡Naciste para ser libre y nos hemos creado un montón de esclavitudes!

   En fin, terminé Medicina, año 1987. Hice el servicio militar obligatorio. Me presenté a la oposición para escoger especialidad, el MIR. Volví a Madrid para hacer la especialidad  de Anestesia y Reanimación en el Hospital de la Princesa. Madrid se iba haciendo una constante en mi vida a pesar de lo mal que nos habíamos caído el uno al otro en mis primeros tiempos allí. “El roce hace el cariño”.

   Rebelde ante algunas tensiones que surgieron en mi servicio de anestesia en Madrid, acabé recalando en el Hospital Mancha-Centro de Alcázar de San Juan, y de allí vine a Toledo, donde sigo ejerciendo actualmente.

   Mirad, en cierta ocasión, una muñeca de sal recorrió miles de kilómetros de tierra firme porque quería ver el mar (otra vez el desierto, también esta muñeca atraviesa el desierto en su vida… para profundizar sus raíces y vivir en libertad!). Cuando llegó al mar, se detuvo ante él, asombrada por su belleza y su inmensidad, por cómo se acercaba y, al poco, se alejaba otra vez. La muñeca de sal le preguntó: ¿Y tú quién eres? El mar, dibujando una sonrisa, le dijo: entra y lo verás.

   La muñeca fue entrando en el mar; y, a la vez que se adentraba en él se iba deshaciendo, hasta deshacerse por completo. Antes de eso, cuando aún quedaba un pequeño trozo por deshacerse , gritó: ¡Ahora ya sé quién soy!

   Y lo gritó con una inmensa ALEGRÍA.

   Sin afán de abarcar el significado completo de esta fábula… la muñeca de sal supo quién era cuando volvió a sus orígenes, al lugar del que había salido, volvió a su madre y a su padre, al mar y a la mar.

   En el mar había echado sus primeras raíces, que se habían hecho más profundas y robustas en su travesía del desierto, hasta alcanzar la plena libertad al volver a sus orígenes. Y esto le invadió de ALEGRÍA.

   En los libros, muchas veces se nos dice que la alegría es el resultado de haber alcanzado algún objetivo que nos ha supuesto un esfuerzo, o por algún suceso alegre que nos ha ocurrido. Es una alegría efímera, que se nos escapa más o menos rápidamente.

   Mis queridos amigos, que también nosotros gritemos ¡Ahora ya sé quién soy! ¡Ahora ya sabemos quiénes somos! –no es necesario deshacernos o ¿quizás sí?- y lo gritemos CON ALEGRÍA,  volviendo a nuestros orígenes, a nuestras raíces, a nuestra Madre la Virgen de los Remedios. Mañana celebramos su cumpleaños y estas fiestas son en su honor. Tenemos que ir a felicitarla, volver al origen, tener algún detalle de hijo.

   Ella siempre está ahí, amándote, acompañándote… en silencio. No se olvida del sonsecano.

   Ella es la Madre de la Alegría, la Madre de la Libertad interior, que también tuvo su travesía del desierto; y es Mujer de verdad, esforzada, íntegra, coherente y sin doblez. Y los hijos siempre tienen algo de sus madres. Ella es la razón de nuestra ALEGRÍA, y no de una alegría efímera sino para siempre, sin necesidad de haber alcanzado un objetivo o ningún suceso alegre, sino volviendo a Ella, a nuestros orígenes!!!

   Hemos recorrido un camino, “con el hilo hice camino”, un camino noble y digno. Nos pasaron un testigo, muy bien armado y tejido, para que también nosotros hiciéramos camino, mejorándolo y puliéndolo, dirigiéndolo a metas más altas. Y nosotros tendremos que pasar la antorcha a los que nos sucedan.

   Hemos hablado de libertad interior, que se conquista por el esfuerzo y el bien, de travesía por el desierto, para echar raíces fuertes y crecer y volar en libertad, de hombres y mujeres de verdad, trabajadores, que hablan con los hechos, coherentes, auténticos, y, hemos hablado de ALEGRÍA, de volver al origen, a nuestra Madre!

   Ahora, permitidme una confidencia:

   Cuando me disponía a empezar este pregón hubiera preferido unos cuantos golpes a tener que empezar. Ahora, que me dispongo a terminar, preferiría unos cuantos golpes a terminar.

   ¡SONSECA!      OS QUIERO LIBRES; A VECES, HABRÁ QUE ATRAVESAR DUROS DESIERTOS, OS QUIERO HOMBRES Y MUJERES DE VERDAD… Y OS QUIERO… ¡¡¡SIEMPRE ALEGRES!!!

   Ahora, gritad conmigo: ¡VIVA LA DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LOS REMEDIOS!

   ¡VIVA SONSECA!

   ¡VIVA ESPAÑA!

  ¡MUCHAS GRACIAS!

 

 


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Gracias, por ocupar parte de su tiempo en descubrir estos retazos, fragmentos, pinceladas de un laborioso pueblo como Sonseca, que ha demostrado a lo largo de su Historia saber superar con inteligencia creadora y ejecutiva las circunstancias más desfavorable.

Gracias, por leer y observar mis "entradas" metidas a golpe de corazón, como intuyendo lo que nos une y nos anima a seguir ampliando nuestros límites personales afianzando lo que somos y de donde venimos.

Disculpas por las erratas que siempre lleva un texto escrito aunque se haya realizado con lo mejor que uno ha aprendido.
























































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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