Su inicio fue en 1963 gracias a la iniciativa de componentes de la J.O.C. (Juventud Obrera Católica) con el paisano y sacerdote don Víctor Martín al frente con el objetivo preferente de elevar el nivel cultural y moral de los jóvenes sonsecanos.
Ahora se cumplen 30 años del revuelo del "Revuelo", su renovación, su reinicio. Los años se volatilizan, pero el recuerdo lo tengo tan vivo que, me da la sensación de que cada día que ha transcurrido no he dejado de pensar en esta etapa de mi vida.
¿Qué puedo explicar de esa intensa y continuada actividad cultural con un increible poder de convocatoria que teníamos y que no desperdiciamos?
 |
| La Coral Polimnia en el cine San Juan de Verano durante la IX Semana Cultural (27/8/1983) |
En primer lugar, hubo un trabajo enorme por parte de todos los que pasamos por allí. Todos dimos mucho de nosotros mismos, porque la esencia del "Revuelo", la cultura liberadora que solo tiene sentido si transforma a la persona, si la hace dueña del mundo y si la moviliza para transformarlo, era el aire que allí respirábamos.
Este convencimiento, el de que la cultura nos ayuda a vivir, a conocer y sentirnos parte del mundo y de que éste es transformable, nos llevaba a que cualquiera que asistiera a algunos de los actos se convirtiera en parte activa del propio "Revuelo".
Nos basábamos en una continua reflexión sobre la realidad de nuestro pueblo y qué queríamos mejorar de ella. Las más arduas discusiones fueron sobre si tenían sentido o no las actividades que realizábamos, si se desviaban o no de la auténtica cultura. Esta feroz autocrítica nos ayudó a mantener el rumbo.
El estudio crítico sobre la Historia del "Revuelo" que realizamos en 1983 es un ejemplo de madurez a la que habíamos llegado.
No hay que olvidar, que fue el acierto de las sucesivas proposiciones de actividades culturales, el fundamento, la base, sobre la que se sustentaba el cuerpo "revuelista".
Teníamos un ambiente que favorecía la proposición de actividades, su aceptación y sus puestas en marcha por difícil que resultaran, por ejemplo: conseguir un torno de barro, profesores de danza o teatro...
 |
| Becquer parece observar las evoluciones de quienes también se apasionaron por los pinceles. |
Estas propuestas no venían de la Administración, ni estaban en los libros, como ahora. Eran innovadoras, imaginativas y resultaban muy atractivas por la gran ilusión que se ponía en ellas.
De un folleto que repartimos casa por casa en octubre de 1981.
Las ofertas de actividades en las que se podía participar eran las siguientes:
"Creemos que debemos tener en nuestro pueblo todas las oportunidades posibles. Nos quedan ganas de trabajar e imaginación para rato. Además estamos abiertos a todo el que quiera formarse y aportar lo mucho o poco que pueda".
El "Revuelo" fue posible gracias a una organización sólida y coherente. Sirva por ejemplo, la formación de la Unidad Sonsecana Pro-Casa de la Cultura, iniciativa que llevó consigo la formación de quince comisiones con una coordinadora permanente en la que participaban trece organizaciones del pueblo con reuniones periódicas.
La Unidad Sonsecana funcionó hasta que la responsabilidad de la construcción de la Casa de la Cultura pasó, como era lógico, en exclusiva al Ayuntamiento. Se levantó en pocos meses.
Algo que no se puede olvidar, sobre todo, en los primeros tiempos de esta andadura, es la publicidad tan innovadora e imaginativa, ahora hasta la consideraríamos como un poco agresiva. Tuvo su importancia a la hora de llenar conferencias, recitales y demás actos. Todos tenían éxito. Hoy día, ¿pasa igual?
 |
| Una de las múltiples conferencias organizada por el "Revuelo". |
Las oportunidades culturales en Sonseca actualmente son numerosas y aceptables, pero pienso que seguro que... vendría bien un grupo de jóvenes que rompieran los esquemas para llenar muchos huecos, que seguro están sin cubrir.
 |
| Taller de prensa 1982 |
No quiero despedirme sin recordar a aquellos "revuelistas" que se fueron y no pueden celebrar este 30 aniversario, Eduardo García Ruiz, Moises Caberta de la Cruz y Manolo Ramos Gil de la Serna.
VICENTE RODRÍGUEZ MARTÍN
