domingo, 18 de enero de 2015

UNA SONSECANA DIO SU VIDA POR EL PUEBLO AFRICANO HACE 26 AÑOS

   La revista Bisagra publicó en febrero de 1989 un reportaje sobre la misionera sonsecana Isabel Rodríguez, muerta accidentalmente en Benin.

   Lo reproduzco recordando la efemérides y, sobre todo,  como pequeño homenaje a tantos y tantos  misioneros que ha dado y dan la vida gratuitamente por los demás por esos mundos de Dios.

Isabel nunca perdió la sonrisa a pesar de las numerosas dificultades.

   Una sonsecana, Isabel Rodríguez Matín, se ha convertido, después de su muerte, producida en accidente de tráfico el pasado mes de enero, en un auténtico emblema y ejemplo en el país africano de Benin, donde esta religiosa ha estado desarrollando su labor misionera durante los últimos años. Las gentes de este rincón africano y especialmente las de Beterú no olvidarán a sor Isabel.
   Precisamente en Beterú, Isabel Rodríguez se encontraba fundando una nueva misión en la que su labor sería la catecúmena, para lo cual, los misioneros del sector de Nikki-Pereré venían realizando encuentros para estudiar las costumbres de las gentes de la zona y fue de camino a Pereré, donde iba a celebrarse uno de estos encuentros, cuando Isabel Rodríguez encontró la muerte en un desafortunado accidente de tráfico.
   Sin embargo, lo que podría ser una luctuosa crónica de sucesos se convierte en un relato de esperanza por parte de los familiares de esta sonsecana, sus padres, Vicente y Victoria, que todavía viven en Sonseca, y sus hermanos, Vicente, Mavi y Mari, que quedaron sorprendidos de la forma en que todo el pueblo de Benin se volcó con ellos para mostrarles su gratitud tras la labor realizada en estas tierras por Isabel.

SEIS AÑOS EN ÁFRICA

   Isabel Rodríguez ha pasado los seis últimos años de su vida en el país africano de Benin. Sus padres recuerdan que su primer destino como religiosa fue en Lérida donde ya se especializó en enfermería, en un hospital de la Seguridad Social, para ser luego trasladada a Barcelola. Posteriormente, comenzó a ejercer su labor misionera como integrante de la congregación de las Terciarias, de tal forma que en los últimos seis años ha estado destinada en Benin.

Autoridades africanas acompañaron
a los familiares en el masivo entierro.

El grueso de su trabajo lo ha desarrollado en la localidad de Zagnanado, donde ha permanecido hasta hace unos tres meses como enfermera y educadora. Su labor, junto con otras cuatro misioneras españolas, consistía en atender a unos 150 enfermos diariamente en un dispensario que no se caracterizaba precisamente por contar con excesivos adelantos técnicos, aunque contaba con medicamentos procedentes de Alemania y Francia principalmente.
   En Zagnanado, Isabel tuvo que curar desde mordeduras de serpientes hasta infecciones, pasando por todo tipo de enfermedades, una de las cuales adquirió ella misma, la del paludismo, de la que se curó el pasado verano en nuestro país, en la última ocasión que Isabel estuvo en Sonseca donde acudía cada dos años. Todo ello lo realizaba, al igual que sus compañeros, hablando el dialecto de la región, que ya comenzaba a dominar esta sonsecana.

Su dedicación fue principalmente la sanitaria.
   Su familia pudo comprobar en tierras africanas el cariño que los nativos sentían por Isabel, que se ha convertido en un auténtico emblema para la nueva misión que se está creando en Beterú. Sin embargo, Isabel Rodríguez no era muy conocida en Sonseca hasta que, durante su estancia el pasado verano en el pueblo a lo largo de tres meses, entró en contacto con numerosos vecinos que le ayudaron para recoger una cantidad de dinero que rondó el millón de pesetas que han ido destinadas para la nueva fundación misionera de Benín en Beterú, dinero que ya se encuentra en tierras africanas.
   En la actualidad, la congregación a la que pertenecía Isabel Rodríguez, de las monjas Terciarias, está recopilando toda la labor llevada a cabo por esta misionera sonsecana para publicar posteriormente un libro sobre sus vivencias en tierras de África. De la figura de Isabel también se ha hecho eco la revista Selva y Sabana perteneciente a la Sociedad Misiones Africanas que dedica su primera página a  recordar a esta misionera sonsecana y donde se pone de manifiesto el dolor entre todos sus compañeros, religiosas y sacerdotes, así como de los nativos de la zona, situada al norte de Benín.
                      CARLOS NAVALÓN

OTROS MISIONEROS SONSECANOS

Baldomero Rielves estuvo destinado en la antigua Rodesia
   Sonseca cuenta  todavía con dos vecinos que se dedican a realizar labores misioneras. Se trata de Baldomero Rielves y Martín Martín Martín. El primero estuvo cinco años en Rodesia realizando una labor educativa entre los pequeños.
   Allí estuvo durante cinco años, desde el 65 al 70, en una primera etapa, y durante otros tres, posteriormente.
   Tiene 62 años y en la actualidad se encuentra en Madrid como misionero auxiliar del IEME, un instituto encargado de organizar misiones.
   El que sigue realizando su labor misionera es otro sonsecano Martín Martín Martín, que en la actualidad está destinado en Argentina donde también se dedica, desde su sacerdocio, a educar y evangelizar.

   Gracias a la colaboración promovida por Isabel Rodríguez entre la parroquía de Sonseca y Beterú en Benín, se fundó la O.N. G. Kinásibu que sigue su andadura en la actualidad ya con más de 26 años de historia.
   Para más información pueden consultar la entrada de este blog ASOCIACIONES: O.N.G. KINÁSIBU.

Puedes rebuscar en los siguientes apartados:

EL OTRO tiempo DE UN PUEBLO...

DE BUEN NACIDOS ES...


Gracias amigo visitante por compartir este paseo por esta singular visión de mi pueblo, fruto de inquietudes recopiladoras desde...

Gracias, por ocupar parte de su tiempo en descubrir estos retazos, fragmentos, pinceladas de un laborioso pueblo como Sonseca, que ha demostrado a lo largo de su Historia saber superar con inteligencia creadora y ejecutiva las circunstancias más desfavorable.

Gracias, por leer y observar mis "entradas" metidas a golpe de corazón, como intuyendo lo que nos une y nos anima a seguir ampliando nuestros límites personales afianzando lo que somos y de donde venimos.

Disculpas por las erratas que siempre lleva un texto escrito aunque se haya realizado con lo mejor que uno ha aprendido.
























































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































Seguidores