TÍTULO: Tras la tempestad... ¡Resilencia!
AUTORA: María Esther Gómez Rubio
Neurosicóloga, Psicóloga Clínica y Filósofa.
Printed by Amazon Italia Logística S.r.l. Torraza Piemonte (TO), Italy
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PRIMER PÁRRAFO DE SU CONTRAPORTADA
Esta Reina que pone en jaque mate a la misma Adversidad se llama RESILENCIA, misteriosa realidad que hace posible la felicidad en medio del sufrimiento, que trae renacer cuando parece que la vida toca su fin, que anuncia nueva etapa cuando otra se cierra, trae nuevos valores e ideales, trae FORTALEZAS, decididas a vencer oleajes, surcar borrascas y tifones, escalar montañas y librar volcanes, coronar el pico de la montaña más alta, encarar al oleaje para impulsarme con la fuerza del viento, hasta donde yo quiera, ahí donde yo decida, porque me experimento libre, me vivo repleta de pasión, me siento toda fuerza, que vuelo y me crezco frente a toda adversidad, que las emociones del dolor, se toman a la pasión, la valentía, el convencimiento, la FE, la autoconfianza, que remueve la borrasca interior, que con rayos y truenos sorprenden a la misma adversidad, que no se atreve a tocar si quiera, a un yo FORTALECIDO, cargado de todas aquellas armas, preparadas para vencer todos los combates que la adversidad presente.
María Esther recopila en su libro testimonios de varios de sus pacientes, entre ellos, de nuestro paisano Óscar Javier López Martín, brindándonos la oportunidad de conocerlo mejor, su peripecia vital, un ejemplo de superación de los contratiempos, adversidades fortuitos que nos depara la existencia.
Muchas gracias por compartirnos tu testimonio, Óscar, para que sea divulgado por este blog.
ÓSCAR JAVIER
"Mi nombre es Óscar Javier López Martín. Soy tetrapléjico desde el 28 de abril de 1991, triste fecha, Dios mío. En fin, han pasado ya muchísimos años desde entonces. Quedé tetrapléjico, en coma y mucha gente me abandonó, por ejemplo, los dos amigos que venían conmigo en el coche, ninguno me ha visitado hasta la fecha, ni nada, ni lo espero, ni quiero; pero, en fin, allá ellos.
Quería daros ánimo y haceros pensar que nunca, nunca, debéis meteros en problemas, por supuesto, ni "situaciones peligrosas" en vuestra vida, para conservar la vida y la salud y que todo en la vida venga con un futuro más que prometedor y que, tengamos todos, lo mejor de nosotros para siempre.
Yo quedé tetrapléjico. Estuve en coma bastantes días, cuarenta y algunos, me dijo mi madre. Me desperté y como el golpe lo había recibido en las cervicales y en la cabeza, pues me desperté y yo ni conocía ni razonaba ni nada. Tenía la mirada perdida, la voz atrofiada, la vista también, sigo así con la voz, como comprobaréis y la vista un poco mal, todavía me queda bastante secuela.
Os quiero animar a que ninguno de vosotros se vaya para abajo por nada del mundo. Sabed que todo en la vida, incluso esto, se puede vivir con ello, si queréis decirlo así. Tiene una solución, es convivir con ello y tener en estas grandes limitaciones la mayor felicidad que podamos porque es lo que nos vamos a llevar en la vida.
Estuve unos años con medicación psiquiátrica porque yo no lo aceptaba. La verdad es que tenía el cerebro muy mal, muy afectado me dijo la psiquiatra. Poco a poco, haciéndome muchísimos TAC, entonces no había resonancias. Pero mejor TAC porque con la resonancia tuve una experiencia malísima con ella. En fin, quiero deciros que sigáis para adelante, que nunca y nada os haga perder la fe y la moral. Que siempre sigáis un paso adelante con todos los contratiempos que conlleve unas situación así, tan trabajosa para mí y para los míos. Por ejemplo, mi hermana Alicia y mi cuñado Antonio, que en paz descanse el hombre. Les hipotequé la vida, como se puede decir así llanamente. Yo no estoy nada contento con eso, al contrario, sé que le costó muchísimo, pero convivieron conmigo y supieron llevarme, él hasta el final.
Ahora me queda Alicia, mi hermana, la que batalla más por mí con diferencia. Ella lucha constantemente en médicos, en mi medicación, como yo tengo aún tan mal la cabeza. Pero bueno, creo que la he recuperado mucho, ya razono por lo menos. Veo mucho mejor, aunque todavía me queda bastante. Esperar y esperar, no queda otra. Mientras llega ese momento y esperamos hay que sacar todo en la vida, lo más posible porque el tiempo pasa inexorablemente. Pasa para todo el mundo y si no aprovechamos lo poco que tenemos a nuestra disposición, la vida se nos escapa en un suspiro. Nadie nos damos cuenta de ello y cuando nos queremos dar cuenta es demasiado tarde. Por eso nunca debéis tirar la toalla. Seguid para adelante y haced lo que realmente os guste.
Yo tenía un gran amor. Después de mi accidente, a los años, según se me iba arreglando la cabeza, lo pude recobrar, era el ejército, las fuerzas armadas en general.
Ahora soy un gran amigo y un amante de la Legión y ellos me quieren a mí muchísimo siempre que voy a visitarles a Ronda, una ciudad encantadora, os la recomiendo.
Yo en la medida de lo posible he intentado hacer las cosas que me gustan, me completan y me hacen tener una explicación para mi dura, durísima vida, aunque la vida no es fácil para nadie.
También os tengo que decir que, en el año 1998, cuando aún tenía la gran depresión por el terrible golpe que me llevé en la cabeza, me saqué el acceso a la universidad para mayores de 55 años y conseguí matricularme en la asignatura de Geografía e Historia, pero no por la Universidad de Castilla La Mancha, la más cercana, que sólo me puso inconvenientes y pegas, tuve que matricularme por la UNED. Ahí fui comprobando que las asignaturas para mi maltrecho cerebro eran difíciles de asimilar, no memorizaba sus contenidos. El neurólogo me fue recortando las asignaturas en las que matricularme y en las que no. Al final, me quedé sólo con una y tampoco pude con ella, lo tuve que dejar desgraciadamente. "Agua pasada no mueve molino", como dice el refrán. Recobré de nuevo en una de mis visitas a la Academia de Infantería de Toledo (donde hice mi servicio militar) el amor por la Legión. Ya os lo he manifestado. A través de una asociación de antiguos militares, me fui a Ronda. Allí me acogieron con los brazos abiertos. Me quieren muchísimo. Siempre les llevo un pequeño obsequio. Ellos siempre comparten conmigo toda la estancia en Ronda. Me facilitan todos los accesos. Es un lujo estar estar con esa gente.
A grandes rasgos os he contado mi vida. Si os la contara sacando punto por punto mis recuerdos, cada desilusión que me ha llevado esta durísima vida, estaría más de unos 10 o 15 minutos como llevo ahora. Horas y horas me llevaría.
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Seguid para delante, nunca perdáis la fe, amad mucho, muchísimo a Dios, si sois creyentes, por supuesto. Yo lo soy. No lo era antes. Recogí el amor a la Virgen Inmaculada Concepción en la mili, nuestra patrona, y no la he perdido, la he engrandecido todo lo que he podido. Para mí, que yo siga con vida es un milagro que debo a la Virgen en las advocaciones de la Inmaculada y de Los Remedios, la patrona sin olvidarme de fray Gabriel de la Magdalena, nuestro beato de Sonseca que murió en Japón martirizado como san Francisco Javier.
Bueno, os dejo. Espero que mis palabras os hayan sido de mucha ayuda o quizás de poca. A la doctora Esther Gómez Rubio le mando un grandísimo abrazo. Para mí ha sido desde el primer momento alguien muy especial, una persona que siempre, siempre, siempre ha confiado en mí y me ha pedido mis colaboraciones con ella. Hasta pronto amigos, yo os seguiré hablando".
