Siendo vicario parroquial don Miguel Ángel Dionisio Vivas en Sonseca, publicó en el programa de Ferias y Fiestas de 1999 un estudio sobre las nuevas vidrieras que pusieron en la reforma de la iglesia parroquial.
Todas tienen su significado y simbolismo que gracias a él podemos conocer, siendo el complemento a su observación en el interior del templo una a una.
Desde que en el siglo II de nuestra era surgió el Arte Cristiano, este ha conjugado tanto la funcionalidad como el simbolismo, si bien es cierto que en determinados periodos ha podido primar uno o otro aspecto.
Los primeros cristianos, en Roma, decoraron las catacumbas con símbolos que en aquella época de persecución, eran comprendidos exclusivamente por los bautizados ("iluminados"). De esta modo se creó todo un repertorio que en gran parte sería constante a lo largo de la Historia del Arte Cristiano y que ha sido tomado en la decoración de algunas de nuestras nuevas vidrieras.
Éstas no cumplen sólo una tarea funcional, sino que poseen un profundo significado, ya que desde el final de ROMANTICISMO se comenzó a cerrar los vanos que iluminaban las iglesias con vidrios de colores.
Es una época en la influye decisivamente la obra de Pseudo-Dionisio Aeropagita. Este teólogo, inspirado en la filosofía neoplatónica, tiene como centro de su obra una idea: Dios es luz, y de esta luz participan todas las criaturas. La LUZ es por tanto una manifestación divina y las brillantes imágenes de las vidrieras eran como una imagen de la palabra de Dios. Así lo expresa el Obispo Guillermo Durando en 1285:
"Las ventanas de cristal de la iglesia con las Sagradas Escrituras que impiden el paso del viento y la lluvia, es decir, de los elementos nocivos, y el dejar pasar la claridad del sol verdadero, DIOS, a la iglesia, esto es, a los corazones de los fieles, iluminan a los que residen en ella".
Por tanto la vidriera, como el resto de los ámbitos de la iglesia, poseen, junto a la funcionalidad una simbología profunda: a la vez sirven de cierre del espacio exterior y crean, dejando pasar la luz matizada por los vidrios de colores, una atmósfera espiritual.
La luz solar se convierte en luz no natural, de carácter trascendente y místico.
Para comprender correctamente el programa iconográfico diseñado para las nuevas vidrieras hemos de ponerlas en relación con los diversos ámbitos litúrgicos en los que el templo se divide.
La NAVE CENTRAL nos recuerda, mediante los arcos de medio punto que la separan de las laterales, que somos pueblos de Dios peregrino en esta tierra rumbo a nuestra verdadera patria, la JERUSALEN celestial. Nos dirige hacia él que es el núcleo central del edificio, el Altar, donde diariamente se actualiza el sacrificio redentor de Cristo.
LAS VIDRIERAS
CAPILLA MAYOR.
Las vidrieras que la decoran representan por una parte, el momento central de la Historia, la encarnación del Hijo de Dios n las entrañas virginales de María, siendo copia de una Anunciación del pintor renacentista Molozzo da Forli. La otra vidriera nos muestra el Martirio de san Juan Evangelista delante de la Puerta Latina de Roma.
Según la tradición san Juan, ya anciano, fue condenado en el año 95 por el emperador Domiciano a sufrir azotes y a ser sumergido en una caldera de aceite hirviendo de la que salió no sólo ileso, sino rejuvenecido.
Esta vidriera reproduce la imagen central del retablo de Pedro Martínez de Castañeda, destruida en 1936.
Junto al Altar Mayor, en la Capilla de la Inmaculada, una vidriera, en un antiguo óculo tapiado, que ha sido recuperado, representa el anagrama de María.
EN LA NAVE CENTRAL
A ambos lados nos encontramos con los otros dos ámbitos litúrgicos importantes: el Baptisterio y la capilla del Santísimo, donde se reserva la Eucaristía. En esta una vidriera reproduce un mosaico bizantino que decoraba el Altar de la iglesia de Tabga, edificada en el lugar donde, según la tradición, Jesús multiplicó los panes y los peces. El mosaico representa por dos peces y simboliza la Eucaristía.
Las vidrieras nos recuerdan estos dos ámbitos.
EN EL LADO SUR
Nos encontramos con un ciclo bautismal: la oveja que se aferra aun ancla (símbolo de la virtud salvadora de la cruz) representa la esperanza de la salvación que nos ha traído Cristo por el Bautismo.
A continuación, la imposición de la casulla a san Ildefonso evoca a este Padre de la Iglesia Toledana que desarrolló un tratado teológico sobre el Bautismo.
La paloma que representa al Espíritu Santo nos trae a la memoria que este Espíritu es infundido en nuestros corazones a través del sacramento del agua y del Espíritu.
El último motivo representa a unos ciervos que se acercan a beber a una fuente, evocando las palabras del salmista ("como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a Ti, Dios mío") y simbolizando al catecúmeno que apaga su sed en las aguas del Bautismo, como expresa bellamente san Jerónimo en su Comentario al Salmo 41:
"Nuestros ciervos (los catecúmenos) buscan la fuentes de la iglesia, que son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo".
EN EL LADO NORTE
Las vidrieras hacen referencia a la Eucaristía sacramento de la presencia real de Cristo Resucitado. Así, un racimo de uvas y una gavilla de espigas se sitúan a cada lado, respectivamente, de la vidriera con la representación del Crismón, símbolo de Cristo, formado por las dos primeras letras del nombre de Cristo en griego (XP),
Y la fuerza de la Eucaristía permite al cristiano afrontar las dificultades de la vida, dando testimonio del Señor, incluso derramando la sangre por Él. De ahí que la cuarta vidriera (primera de la izquierda desde la entrada) nos recuerda a los mártires con el símbolo que les representaba en el Arte Paleocristiano.
SOBRE LA PUERTA PRINCIPAL
El rosetón central está decorado con el águila, que dentro del Tetramorfos (representación simbólica de los cuatro Evangelistas) simboliza a san Juan, dada la altura de pensamiento de éste.
La FINALIDAD de todo este programa iconográfico es ayudar al fiel que entra en la Iglesia a profundizar en su propia Fe por medio de esta catequesis visual e invitarle a ser piedra viva que forma la Iglesia de Cristo y luz del mundo a través de la cual se refleja la Gloria del Señor Resucitado.
