miércoles, 18 de octubre de 2023

DON MARTÍN MARTÍN MARTÍN-TERESO YA TIENE ESCRITA SU BIOGRAFÍA. EL DÍA 11 DE NOVIEMBRE DE 2023, SU CIEN ANIVERSARIO, LA CONOCEREMOS, DIOS MEDIANTE.

   Gracias a su autor, don Miguel Ángel Dionisio Vivas, les adelanto un resumen publicado en la revista de Estudios monteños Nº 183 auspiciada por la Asociación Cultural Montes de Toledo.




DE LOS MONTES A LOS ANDES: MARTÍN MARTÍN MARTÍN, UN SONSECANO EN TUCUMÁN


Mirando hacia Sonseca desde la sierra de Los Yébenes

Hace cien años, a la sombra de esa prolongación oriental de los Montes de Toledo que es la sierra de Yébenes, nacía un niño que, ya desde su bautismo, por su peculiar nombre, parecía destinado a tener un pequeño hueco en la historia. Cuando ha pasado un siglo, aquel pequeño, Martín Martín Martín-Tereso, es una figura muy conocida al otro lado del Atlántico, en tierras argentinas, y ha adquirido nueva relevancia tanto para su pueblo, Sonseca, como para nuestra provincia de Toledo, al haberse iniciado su proceso de beatificación. Nos encontramos ante un sonsecano universal, cuya vida vale la pena conocer. En el presente artículo ofrezco un primer esbozo de su biografía, recogiendo los datos esenciales de la misma, a la espera de poder realizar una obra de mayor amplitud. Para esta pequeña aproximación biográfica me basaré en la abundante documentación inédita que se conserva en Roma, en el Archivo de la Hermandad de Sacerdotes Operarios, a la que perteneció y que constituye el referente esencial para la reconstrucción del recorrido vital de nuestro protagonista, ya que recoge copias de documentos procedentes de otros archivos, como es el caso de las partidas sacramentales del archivo parroquial de Sonseca, así como numerosos textos escritos de la mano de Martín y su amplia correspondencia.

Martín nació un 11 de noviembre de 1923, festividad de san Martín de Tours, en el seno de una familia numerosa, de modo que, a pesar de lo llamativo que era, se le impuso el nombre del santo del día. De pequeño fue un poco débil y enfermizo, pero se recuperó totalmente y su madre le ofreció a la Virgen de los Remedios, patrona del pueblo. Por su carácter posterior, podemos imaginarnos a un niño inquieto, un poco pieza, siempre divertido y sonriente, pero en el que la honda vida religiosa familiar hizo calar la vocación al sacerdocio. Esto le condujo a ingresar en el Seminario Menor de Toledo el curso 1934-35. Eran años difíciles, en medio de un fuerte ambiente anticlerical, que creció de manera especial a lo largo de la primavera de 1936, tras la victoria del Frente Popular. El estallido de la guerra civil encontró al joven seminarista en Sonseca, que quedó dentro del territorio republicano. Martín fue testigo de la violencia clerófoba, que asesinó a todos los sacerdotes de su pueblo y destruyo el rico patrimonio que albergaba la iglesia parroquial de San Juan Evangelista, a excepción de la arquitectura del espléndido retablo de Pedro Martínez de Castañeda, así como la del resto de edificios religiosos de la localidad. Fueron años de zozobra interior, sometido a fuertes presiones externas e internas, como reflejó en un sincero texto autobiográfico.

Pasada la guerra, Martín reingresó en el Seminario. Su brillante expediente pasaba desapercibido por la sencillez de la que hacía gala, por su ironía y simpatía. Quizá sea esta la gran característica que le acompañó a lo largo de su vida: la alegría, la sonrisa permanente en el rostro. En la vida del Seminario participaba en veladas literarias, de teatro, y, ya en el Seminario Mayor, recibió la tarea de ayudar en la educación de los pequeños seminaristas.

Seminario Mayor de Toledo

Esto le hizo madurar la idea de formar parte de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, que, fundados a finales del siglo XIX por el gran renovador de la formación sacerdotal en España, el beato Manuel Domingo y Sol, se habían hecho cargo, en tiempos del cardenal Sancha, de la dirección del Seminario toledano. De este modo, el último año de sus estudios los pasó en Salamanca, donde completó sus estudios.


Martín recibió la tonsura el 15 de mayo de 1946, las órdenes menores de ostiario y lector el 20 de diciembre del mismo año, las de exorcista y acólito el 1 de marzo de 1947; el subdiaconado se lo confirió el cardenal Pla y Deniel el 22 de mayo de 1948 y el diaconado lo alcanzó el 23 de enero de 1949, éste de manos del obispo de Salamanca, Francisco Barbado Viejo. La alegría por su ordenación diaconal la manifestó en una simpática coplilla:

¡Albricias, hermanos, albricias!

¡Que el Señor me quiere bien!

No obstante mis muchas picias

Diácono me hizo también.

Sanlúcar de Barrameda

Finalmente fue ordenado presbítero, en la capilla del Seminario Menor de Toledo, el 11 de junio de 1949, por el obispo auxiliar de Toledo, Eduardo Martínez González. Celebró su primera misa en Sonseca el 13 del mismo mes. Poco después recibió su primer destino, el Seminario Menor de Sanlúcar de Barrameda, en aquel entonces diócesis de Sevilla, como prefecto. La etapa en Sanlúcar fue breve. Al año siguiente fue destinado al Seminario de Segovia, un nombramiento que recibió con la misma alegría que el primero. En Segovia Martín permaneció tres años. Un acontecimiento familiar de gran gozo tuvo lugar en esta etapa, la ordenación de presbítero de su hermano Víctor, celebrada durante el XXXV Congreso Eucarístico que tuvo lugar en Barcelona, el 31 de mayo de 1952, y en cuya primera misa, en la parroquia de Sonseca el 15 de junio, predicó. Don Víctor sería con el tiempo un párroco monteño, encargado de Ventas con Peña Aguilera.


Misionero en América 

Barco en el que hizo unos de sus viajes de vacaciones a Sonseca en postal mandada.

La vida de nuestro protagonista dio un giro inesperado con su envío a Sudamérica en 1953. La Hermandad había comenzado a atender seminarios americanos en 1899, aún en vida de mosén Sol, iniciando su labor en México. A Argentina llegaron en 1932, encargándose en 1933 del Seminario de Tucumán, donde Martín desempeñaría muchos años de servicio. De momento, tras un largo periplo en barco, que incluía parada en la colonia francesa de Dakar, en la costa africana, llegó a Buenos Aires el 13 de octubre. Allí recibió como destino el Seminario de Florida, en Uruguay, a donde fue en calidad de director espiritual. Aquí permanecería hasta 1958. En esta misión irá acumulando diferentes y variados cargos: director espiritual, profesor, director de la catequesis, profesor en la Academia Teresiana de Maestras y Profesionales Católicas. En su segundo curso impartió clases de Latín, Castellano, Religión y Griego de segundo y tercero. Los dos últimos años ejercerá sólo como director espiritual y profesor. En su primer curso había 36 seminaristas, aunque fueron creciendo en número. Ese primer año fue muy duro para Martín, le costó bastante abarcar las distintas áreas de trabajo y lo pagó al final. En estos años de Florida, Martín fue mostrando algunos rasgos significativos de su modo de vivir sacerdotal como por ejemplo, dejando los estipendios que recibió en Buenos Aires durante las vacaciones, para la construcción de la parroquia de San Pío X, que estaba levantando la Hermandad, o cuando se quedaba ayudando a los Operarios que estaban solos. Iba creciendo en él un deseo de mayor intensidad de vida espiritual.

San Miguel de Tucumán

A finales de 1958 llegaba Martín a Tucumán, un destino que marcaría su vida. Un año antes la diócesis de San Miguel de Tucumán había sido elevada a sede arzobispal, siendo su primer arzobispo monseñor Juan Carlos Aramburu. Aquí sería conocido como “el padre Martín”. Iba integrar la comunidad del Seminario Menor como administrador y profesor de lengua latina de 2º año y lengua griega de 3º, 4º y 5º año. Allí tenía lugar la formación de los futuros seminaristas mayores, en un espacio que se encontraba al pie del cerro, a unos 13 km de la ciudad, rodeado por la naturaleza y propicio para el silencio y la oración. La primera impresión que le dio el Seminario fue desastrosa. Aunque se trataba de un Seminario grande, todo estaba “Sucio, mugriento, polvoriento, viejo, roto”. La Hermandad se empeñaría en la ampliación y mejora del mismo, concluyendo la edificación del ala única existente, añadiendo dos más, además de un aula amplia y un comedor para 150 alumnos. Pasó el primer curso con gran amargura, causada por el cambio de Florida y también “por el desorden general que reina en este Seminario a lo que no me he podido adaptar”. Se quejaba de que no podía preparar bien las clases, que era nuevo en la administración y encontraba las cuentas un poco enrevesadas. En este campo estaba un tanto perdido. Fue una labor en la que entró poco a poco, debido a su inexperiencia. Junto a la labor en el Seminario, Martín se hacía presente en diferentes lugares, siempre dispuesto a echar una mano.

A fines de 1966  Martín terminó con el cargo de administrador en el Seminario, pero un nuevo desafío lo esperaba. Marchó primeramente a Córdoba y de ahí a Petrópolis, Brasil, donde fue enviado como prefecto y profesor al Seminario de esa ciudad. Sin embargo, la experiencia no fue del todo buena, pues tuvo varias dificultades con el obispo, no sintiéndose valorado por él. Uno de sus mayores obstáculos fue el aprendizaje del portugués. Al terminar el curso 1967-1968 de común acuerdo entre el obispo y la Hermandad, los Operarios se retiraron del Seminario y  Martín tendrá que esperar nuevo destino.

Éste sería, de nuevo, Tucumán. A  comienzos del curso de 1969, fue designado como vicerrector y profesor del Seminario Menor. Tres años más tarde, fue nombrado vicerrector en el Seminario Mayor Nuestra Señor de las Mercedes de Tucumán, cargo que ocupó hasta 1976, fecha de su traslado a Buenos Aires. En la capital argentina colaboró pastoralmente con algunos colegios como el de Nuestra Señora de la Misericordia y el Colegio de la Divina Pastora. En ellos se dedicaba a preparar a los alumnos para los sacramentos y destacaba por el interés que dedicaba a la confesión. Asistió también a los chicos de un Centro de Jóvenes de Acción Católica, y fue asesor del Movimiento Familiar Cristiano y de Cursillos de Cristiandad. Al principio le costó el traslado a la capital. En Tucumán conocía a todo el mundo, estaba siempre muy ocupado, pero Buenos Aires era una ciudad que desbordaba por su tamaño. Además, coincidió con una situación política compleja, la dictadura militar que dirigió el país entre 1976 y 1983.

Este mismo año, Martín regresaba, ya de modo definitivo, a Tucumán, en la que sería la última etapa de su existencia. Se reintegró al Seminario hasta que en 1992, tras dejar los Operarios la dirección del Seminario, fue nombrado vicario de la parroquia de Nuestra Señora de Montserrat, en la misma ciudad de Tucumán, dedicándose a la atención espiritual de numerosos grupos y movimientos. En esta última etapa de su vida, Martín pudo desplegar una gran actividad pastoral, fecunda e inolvidable no sólo en el ámbito parroquial, sino en toda la ciudad de Tucumán. La parroquia y el Colegio habían sido construidos en uno de los barrios marginales del norte de la ciudad de Tucumán. En ambos desplegó todo su celo apostólico. Acudía también a la cárcel de mujeres, al convento de las hermanas Carmelitas, a la comunidad de las Hermanas del Huerto y era capellán del Instituto de Orientación Juvenil Buen Pastor, colaborando asimismo con otros colegios parroquiales. Su entrega a los enfermos, ancianos y necesitados extendió su fama por la ciudad, cuyo Ayuntamiento decidió otorgarle el reconocimiento de “mayor notable”, el 6 de noviembre de 2006. Nadie desconocía al “padre de la bicicleta”, pues era éste el modo en el que se trasladaba, siendo inconfundible su imagen sobre ella, vestido con su vieja sotana.

Muerte y fama de santidad

Durante los últimos años de su vida, fue creciendo, dentro de la comunidad católica de Tucumán, la fama de santidad de Martín. Esa fama se desbordó con su muerte.

El sábado 25 de junio de 2011, como era su costumbre, Martín se dirigió al Hogar de ancianas san Roque para presidir la misa de las 8 am. Terminada la misa, las hermanas le habían preparado el desayuno, que aceptó, aunque indicándoles que no se encontraba bien. Marchó a la casa parroquial, y se retiró a descansar. A las 11 le avisaron que una señora quería verle. Martín se dispuso a atenderla, pero se encontró con un sacerdote que le pidió que hiciera la reserva del Santísimo expuesto por ser víspera del Corpus. Cuando Martín subía al altar, sintió un mareo y cayó desmayado. La mujer que lo esperaba con otras que de casualidad estaban allí corrieron a socorrerlo, le levantaron suavemente la cabeza y lo envolvieron en un abrigo. Por un instante recobró la conciencia, insistía en que tenía que hacer la reserva, pero los presentes lo convencieron de que se tranquilizara, a lo que él respondió dando bendiciones por la atención que tenían con él, inmediatamente perdió nuevamente la conciencia y no volvió a recuperarla más. Le llevaron a un hospital y allí los médicos señalaron que había sufrido un preinfarto y necesitaba terapia. Su estado empeoró y recibió la unción de enfermos por parte de su hermano Víctor, que tras su jubilación había marchado a Tucumán a colaborar con él. Poco después, tras gritar “¡Padre!”, Martín expiró.

Al mismo tiempo que se extendía la noticia de la muerte del padre Martín, iban brotando los testimonios que hablaban de su santidad.  El propio arzobispo de Tucumán, Luis Héctor Villalba –creado cardenal, estando ya retirado, por el papa Francisco en el 2015- rezó el responso y dijo en voz alta y sin miedo al error: “el padre Martín es un santo”, a lo que la gente que allí se hallaba respondió con un fervoroso aplauso y lágrimas. La prensa se hizo eco de la muerte de Martín, un hecho que conmocionó a toda la sociedad tucumana.



La fama de Martín, con el paso del tiempo, no ha hecho más que crecer, y los homenajes han continuado, con la dedicación en Tucumán de una plazoleta, y la erección en la misma de una estatua en su memoria, el 1 julio de 2021.

Una fama que ha llevado, en un tiempo relativamente breve, a incoar su proceso de beatificación. Este se inició el 5 de octubre de 2022, en Tucumán, abriéndose poco después la fase diocesana en Toledo, clausurada el 26 de abril de 2023 por el arzobispo Francisco Cerro.


Nos encontramos, pues, con una figura contemporánea, marcada por la sencillez, la alegría, el servicio a los demás. Un hijo de estas tierras toledanas que, marchando, como el personaje protagonista del relato de Edmundo de Amicis, no desde los Apeninos, sino desde los Montes de Toledo, hasta los Andes, ha hecho presente, allende los mares, como tantos hombres y mujeres de estos lugares –pensemos en un fray Sebastián de Totanés- su patria chica, recordando que, en muchas ocasiones, son personas así quienes hacen avanzar, de un modo callado y humilde, a la humanidad.


FUENTES ARCHIVÍSTICAS

-        Archivo Central de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos de Roma.

BIBLIOGRAFÍA

-        Amenta, Sara Graciela (Coord.), Aportes para la historia de la diócesis de la Santísima Concepción. Tucumán, Tucumán, UNSTA, 2014.

-        Santos Lepera, Lucía- Folquer, Cynthia, Las comunidades religiosas: entre la política y la sociedad, Buenos Aires, Imago Mundi, 2017.

-        Rubio Parrado, Lope et alia, Sacerdotes Operarios Diocesanos. Aproximación a su historia, Salamanca, Sígueme, 1996.

Miguel Ángel Dionisio Vivas

Académico de Número de la RABACHT

 

              Algunas fotos en su pueblo, Sonseca.










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Gracias amigo visitante por compartir este paseo por esta singular visión de mi pueblo, fruto de inquietudes recopiladoras desde...

Gracias, por ocupar parte de su tiempo en descubrir estos retazos, fragmentos, pinceladas de un laborioso pueblo como Sonseca, que ha demostrado a lo largo de su Historia saber superar con inteligencia creadora y ejecutiva las circunstancias más desfavorable.

Gracias, por leer y observar mis "entradas" metidas a golpe de corazón, como intuyendo lo que nos une y nos anima a seguir ampliando nuestros límites personales afianzando lo que somos y de donde venimos.

Disculpas por las erratas que siempre lleva un texto escrito aunque se haya realizado con lo mejor que uno ha aprendido.
























































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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