miércoles, 5 de junio de 2019

DON MARTÍN MARTÍN MARTÍN-TERESO EN LA PRENSA DE TOLEDO

  Don Miguel Ángel Dionisio en su Torreón de San Martín de la  Tribuna de Toledo del 5 de junio de 2019, nos trae una semblanza: Un sonsecano, un hijo de nuestra tierra de repercusión universal.


Don Martín, el día de San Agustín del 2010, ve bailar la bandera al alférez.



    MARTÍN AL CUBO

      Se llamaba Martín. Martín Martín Martín. Bueno, realmente, el último Martín era compuesto, Martín-Tereso, un apellido reciamente sonsecano. Un hombre bueno. A decir de las gentes de Tucumán, entre las que vivió sus últimos años, y que le quieren canonizar, un santo. Una de esas personas que irradian paz, alegría, amor, a su alrededor. Uno de tantos hombres y mujeres que, cruzando los mares y dejando nuestras tierras toledanas, han entregado su vida al servicio de los demás. Figuras muchas veces desconocidas, de las que la Historia apenas guarda recuerdo, pero que han contribuido a hacer de nuestro mundo un lugar mejor, más humano, fraterno y solidario. Una contribución oculta, pero quizá más eficaz que las actuaciones de los ‘importantes’, de los que abren portadas o son ‘trending topic’ en las redes sociales.


Don Martín contemplando a la Virgen de los Remedios en el museo de su ermita en el 2006.
   
     Por eso quiero evocar hoy su figura. Porque estoy convencido de que una de las misiones de los historiadores es rescatar esas historias, esos personajes que no suelen aparecer en los libros, pero que son luz para los que se encuentran con ellos. Porque es de justicia que su paso por el mundo sea recordado y conocido.

    Nació don Martín un 11 de noviembre, día de San Martín de Tours, del año 1923 en Sonseca. En los turbulentos años de la Segunda República ingresó, durante el curso 1934/35 en el Seminario Menor de Toledo, donde estudió Humanidades hasta 1942, con la interrupción producida por la guerra civil, continuando en el mismo la Filosofía y la Teología hasta que el último curso, 1948, marchó a Salamanca, ingresando en la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, que dirigían el Seminario toledano desde 1898, tras un famoso motín, del que espero poder hablarles otro día, pues fue un episodio que alteró la tranquila vida del Toledo finisecular.


Don Martín, José Luis López y don Victór en las clarisas de Madridejos.

     Ordenado sacerdote en 1949, y tras un primer destino en Sanlúcar de Barrameda y luego en Segovia, marchó a América, donde permanecería el resto de su vida, pasando por Uruguay, Brasil y Argentina. Aquí trabajó muchos años en Tucumán, atendiendo al Seminario, colegios, parroquias, familias, ancianos, la cárcel de mujeres. Y aquí falleció, de un infarto, el 25 de junio de 2011.


Don Martín y su papiroflexia, su afición para proporcionar regalos salidos de sus generosas manos.

    Conocí a don Martín siendo yo estudiante y luego, más tarde, en mis años de Sonseca, donde él acudía los veranos que podía. Siempre irradiando alegría y paz. Siempre dispuesto a servir y trabajar. Mi ‘reencuentro’ con él fue el año pasado. Impartía yo un curso en Tucumán, en la Universidad, y un domingo me acerqué al bonito cementerio de San Agustín. Allí estuve junto a su tumba, en la que nunca faltan flores ni oraciones. El cariño que la gente le profesa sigue vivo, el padre Martín es alguien presente en la vida de la ciudad, aún después de muerto, y su fama de ‘santo’ no deja de extenderse por Argentina.
Martín Martín Martín. Un sonsecano, un hijo de nuestra tierra de repercusión universal.






    Miguel Ángel Dionisio Vivas es licenciado en Estudios Eclesiásticos (Facultad de Teología de Burgos), licenciado en Geografía e Historia (UNED), licenciado en Antropología Social y Cultural (Universidad Autónoma de Madrid), licenciado en Teología (Universidad San Dámaso) y doctor en Historia (Universidad Autónoma de Madrid).
   

    Actualmente es el director del Archivo Diocesano de Toledo, ha sido elegido nuevo miembro numerario de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.


   Estuvo de coadjutor varios años en la parroquia de Sonseca.

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Gracias amigo visitante por compartir este paseo por esta singular visión de mi pueblo, fruto de inquietudes recopiladoras desde...

Gracias, por ocupar parte de su tiempo en descubrir estos retazos, fragmentos, pinceladas de un laborioso pueblo como Sonseca, que ha demostrado a lo largo de su Historia saber superar con inteligencia creadora y ejecutiva las circunstancias más desfavorable.

Gracias, por leer y observar mis "entradas" metidas a golpe de corazón, como intuyendo lo que nos une y nos anima a seguir ampliando nuestros límites personales afianzando lo que somos y de donde venimos.

Disculpas por las erratas que siempre lleva un texto escrito aunque se haya realizado con lo mejor que uno ha aprendido.
























































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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