Releyendo, me encuentro un retazo de historia sonsecana firmado por las hermanas Dolores y Francisca Rojas Peces. Lo transcribo a este blog porque considero que estos sucedidos son poco conocidos y se merecen una más amplia divulgación.
Era por el año 1883 cuando Pablo, un hombre honrado del pueblo de Sonseca, carbonero de profesión, decidió contraer matrimonio con Francisca, una bella mujer de este mismo pueblo. De este matrimonio nacieron dos hijos: Remedios, la mayor y Gregorio.
Vivieron felices hasta que llegó una epidemia de peste y desgraciadamente Francisca enfermó y más tarde falleció.
Pablo se quedó viudo, triste, desolado y con dos niños de corta edad. Decidió contraer segundas nupcias con Sebastiana, otra viuda, que también tenía dos niños. De este matrimonio nació un hijo más.
Llegado el otoño, decidieron irse a trabajar en su oficio, a hacer carbón a una finca de Guadalajara por nombre La Venoja. Allí vivía en un chozo construido por ellos mismos.
Era por el mes de julio, cuando en la finca se produjo un gran incendio. Pablo, viendo el peligro en se encontraban, cogió a su familia y se la llevó cerca de un pantano. Allí estaban a salvo porque el fuego no llegó.
Pablo, presintiendo que el chozo se podía quemar, regresó para ver si podía salvar algo. Cuando su mujer, Sebastiana, se enteró que el chozo ardía, pensó en su marido y salió en su búsqueda. Sus hijos al ver que su madre se iba, corrieron tras ella. Sin poder hacer nada, se quemaron antes de llegar al chozo.
Pablo, dándose cuenta de que llegaba tarde y no podía salvar nada, regresó para encontrarse con su familia y desgraciadamente halló a todos quemados.
Gregorio y Remedios, los dos hijos del primer matrimonio de Pablo sobrevivieron, tuvieron la suerte de estar comparando en el pueblo mientras que el incendio se producía. Cuando llegaron a la finca estaban muertos: Sebastiana, la segunda mujer de su padre, Froilán y Manolo, los dos hijos que Sebastiana había tenido en su primer matrimonio y Felipe, el hijo en común de Pablo y Sebastiana.
A la familia de Sebastiana le parecía que era mucha casualidad que solo hubiesen quedado vivos Pablo y sus dos hijos. Además en el pueblo era muy mal visto lo que había ocurrido, ya que no lo creían.
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| Dolores Rojas Peces cedió esta foto de su familia para incluirla en el libro Sonseca en blanco y negro. |
Como a Pablo y sus dos hijos perdieron todo en el incendio, dejaron el trabajo de carboneros que les quedaba por hacer y se vinieron a Sonseca acompañados por un encargado de la finca, porque ellos nos tenían medios ni dinero.
