miércoles, 2 de diciembre de 2015

EN ABRIL DEL AÑO QUE CORRE, 2015, SE CUMPLIÓ EL 70 ANIVERSARIO DE UNA MUY SONADA EN SONSECA: LA CENCERRADA DE LA AGUIRRA.

LA CENCERRADA

   Hasta mediados del siglo XX, se acostumbraba en Sonseca a gastar la broma de la "cencerrá" a los novios, cuando uno de ellos era viudo/a.


   Se organizaba el día de la noche de la boda.

   Los amigos del novio, generalmente, se encargaban de planear y llevar a efecto la broma.

   Se llama cencerrada porque los instrumentos de la broma eran cencerros, que colgaban de bueyes y vacas utilizados para el trabajo del campo. Se hacían sonar moviéndolos de un lado para otro. También  se incorporaban zumbas, cencerros de mayor tamaño y sonido más grave.

Cencerros ya en desuso en un quinto de Mazarambroz

   La broma consistía en aproximarse portando las zumbas y cencerros en silencio a la ventana que daba a la calle de la casa de los recién casado donde sabían que pasaban la noche de boda. A una señal, los badajos se movían enérgicamente produciendo un ruido ensordecedor que sobresaltaba a los novios y a los vecinos cercanos.
   Otra modalidad de cencerrada , broma, se llevaba  a cabo antes de contraer matrimonio, la que nos ocupa en este caso, en el trayecto, recorrido; que los contrayentes andaban entre la casa de la novia y la iglesia.
  
      LA "CENCERRÁ" DE LA "AGUIRRA"

   Por la tradición oral transmitida de mis abuelos a mis padres y estos al que escribe puedo contar que en Sonseca se dio una cencerrada muy sonada.
  Manuel Ballesteros ha tenido la buena idea de dejarla escrita en su libro : Memorias y Curiosidades de la Historia de Sonseca.
  Entre lo oral y escrito me atrevo a divulgar por este blog la cencerrada de la "AGUIRRA".
   Nos remontamos al mes de abril del año 1935, al día 22, concretamente.
   En esa fecha, la sonsecana Victoriana Aguirre, soltera, de profesión modista y 34 años fijó casarse con Feliciano Martín-Maestro, de 40 años, también sonsecano y viudo.
   Según se ha transmitido de unos a otros, ella, en parte, presumía públicamente que se libraría de la acostumbrada cencerrada.
   Para evitar que sucediera la broma, los más previsores, en otras ocasiones mantuvieron en secreto el día y la hora de la boda. Se solía celebrar por la madrugada.
   Feliciano y Vistoriana, sin embargo, decidieron casarse a media mañana, a las 10 h. 

   LO QUE ACONTECIÓ
   Casualmente, ese en ese día de abril, "aguas mil", se puso a llover de tal manera que los obreros del campo no pudieron salir a realizar sus labores agrícolas, mudándose en el pueblo. Lo que se llamaba disfrutar de un día de "San Borce", sin ocupaciones profesionales.
   La boda era una atracción para los desocupados. Se acercaron a la casa de la novia para ver llegar al novio, que la recogía y junto con los padrinos y  acompañantes dirigirse hacia la iglesia. Costumbre que se ha mantenido casi hasta la actualidad.

   El hecho a destacar, lo singular, se produce ahora, el acompañamiento se sale de los cánones establecidos

   La inventiva popular planeó la broma con diligencia y la llevó a  efecto.

   Dos personas, montadas en sendos borricos y también vestidos de novios, disfrazados, iban delante de los futuros esposos.

   Detrás de ellos, un numeroso grupo de personas movían sin cesar, zumbas, cencerros y algunos que otros campanillos con las cabezadas de las mulas, emitiendo una SONADA CENCERRADA.

El cencerro como elemento de ornamentación en nuestros días

   El ambiente de juerga creado, se dice, que fue tal entre los bromistas que pretendieron entrar con los borricos en el templo parroquial. Don Casimiro Rivera, cura párroco, ayudado por los sacristanes, Juan Manuel Barbero y José Peces, se lo impidieron, con el consiguiente enfado por tal atrevimiento.
  
   Los poetas anónimos del pueblo versificaron los sucedido de esta manera relatando algunas consecuencias en su copla final.

  En el pueblo de Sonseca,
una moza con un viudo se casó; 
se le dio una cencerrada
de esto de marca mayor.

   Unos tocaban zumbas,
otros tocaban campanillos
y los directores iban
caballeros en borricos.

   Acudió todo el pueblo en masa
a presenciar este acto,
hasta los viejos decían:
vamos con ellos muchachos.

   El novio los denunció,
allí fue el mayor conflicto,
que le costó a cada uno
treinta reales del bolsillo.
  
   

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Gracias amigo visitante por compartir este paseo por esta singular visión de mi pueblo, fruto de inquietudes recopiladoras desde...

Gracias, por ocupar parte de su tiempo en descubrir estos retazos, fragmentos, pinceladas de un laborioso pueblo como Sonseca, que ha demostrado a lo largo de su Historia saber superar con inteligencia creadora y ejecutiva las circunstancias más desfavorable.

Gracias, por leer y observar mis "entradas" metidas a golpe de corazón, como intuyendo lo que nos une y nos anima a seguir ampliando nuestros límites personales afianzando lo que somos y de donde venimos.

Disculpas por las erratas que siempre lleva un texto escrito aunque se haya realizado con lo mejor que uno ha aprendido.
























































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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