viernes, 15 de mayo de 2015

EL 8 DE MAYO, ISAAC MARTÍN DELGADO PREGONÓ LA ROMERÍA DE SAN GREGORIO 2015



MIRANDO AL CIELO

   Dignas autoridades civiles y eclesiásticas; Sr. Presidente y hermanos de la Cofradía de San Gregorio; queridos vecinos de Sonseca; señoras y señores:
Para alguien que ha nacido y vive en Sonseca es siempre un orgullo que le encomienden la tarea de pregonar una fiesta del pueblo, a pesar de la complejidad que el encargo supone en sí mismo. Ser pregonero es complejo porque implica abrir en cierto modo el interior de uno mismo, compartir ideas y reflexiones con personas a las que ni siquiera conoce y tratar de responder a las expectativas que, al menos los seres queridos, hayan podido hacerse. 

Isaac Martín Delgado da el pregón en la puerta de la ermita de San Gregorio
   Aún así, cuando el Presidente y el tesorero de la Cofradía, Valentín y Antonio, me invitaron a serlo, no dudé ni un segundo en decir sí. Y lo hice como muestra de apoyo a la valiente decisión que han tomado de asumir la dirección de una cofradía secular, que se encarga de organizar esta importante fiesta para todos nosotros y de mantener la devoción por San Gregorio. Hace apenas unas semanas se podía leer en la prensa provincial el siguiente titular: “La Cofradía de San Gregorio de Sonseca, al borde de la desaparición”. Hoy, gracias a la generosidad de unos pocos sonsecanos, que se suman así a la manifestada por tantos otros a lo largo de la historia, podemos seguir disfrutando de esta fiesta. Quiero, por ello, que mis primeras palabras sean de agradecimiento y reconocimiento a todos los miembros de la nueva Junta Directiva de la Cofradía, por dedicar su tiempo, sus esfuerzos e, incluso, su dinero,para que todos nosotros podamos disfrutar de esta fiesta. 

San Gregorio Nacianceno en la hornacina de su ermita.
   Me gustaría que se fijaran tan sólo un momento en la imagen de San Gregorio que preside esta Ermita. Por si alguno no pudiera verla desde donde se encuentra situado, se la describo: un joven Obispo, con un libro en la mano izquierda; la mano derecha, adornada con el anillo episcopal,situada en su pecho, a la altura del corazón; y la mirada hacia lo alto. En esta imagen está concentrada la esencia de la fe que él vivió y que se encargó de custodiar, como obispo, y de defender ante herejías de su época, como cristiano. Palabra, humildad ante Diosy ojos hacia lo alto fijos en Él constituyen la esencia de la fe, esa misma fe que nos congrega hoy aquí; esa misma fe a la que, sin embargo, casi no damos importancia; la misma fe que estamos perdiendo en nuestro día a día y también en nuestras celebraciones religiosas tradicionales. 
   Es la mirada de San Gregorio hacia lo alto la que va a centrar mis reflexiones en este Pregón, precisamente como reacción frente a la pérdida de fe que está llevando al deterioro de la sociedad y que se evidencia en esta romería.
   Hoy en día vivimos devorados por la velocidad del ritmo de vida. Nuestros trabajos, nuestros compromisos e, incluso, nuestras aficiones, nos llevan frenéticamente de un lado para otro sin tiempo para profundizar en el sentido de las cosas. Hemos perdido la costumbre de mirar hacia lo alto. A ello se une la incapacidad para salir de nosotros mismos y mirar más allá de nuestras propias necesidades y apetencias, que anteponemos a todo lo demás. El cada vez mayor ruido exterior y la introversión egoísta obnubilan nuestros sentimientos y nuestra voluntad y nos conducen a vivir en la superficialidad permanente.
   Ninguno de nosotros escapa de esta tentación. Esa mirada hacia lo alto que nos invita a hacer San Gregorio es, pues, más necesaria que nunca. 

Foto de la ermita en los años 50 del siglo XX
   Se cumplen hoy 440 años de una inmensa lección de nuestros antepasados. Ellos construyeron esta Ermita, allá por 1575, como tributo a San Gregorio para rogar a Dios, por intercesión suya, ante las plagas de langostas que arrasaban las cosechas en aquella época. Hoy en día, seguramente muchos de nosotros veamos en esta decisión una muestra de superstición, una forma de vivir la fe ya superada, propia de gente sin cultura y sin los medios tecnológicos que tenemos actualmente. Sin embargo, estamos ante una prueba profunda de fe, de la que mucho podemos aprender. Esta acción de los sonsecanos del siglo XVI es una auténtica mirada hacia lo alto, desde la certeza de que Dios, Padre y Creador, no deja de proteger a quien se lo implora pues, no en vano, es hijo y criatura suya. Una acción que podemos y debemos imitar en las múltiples necesidades que experimentamos a lo largo de nuestra vida, en los momentos en los que percibimos nuestra pequeñez, cuando sufrimos, cuando lo estamos pasando mal: Dios es nuestro Padre y nunca nos abandona. 

Fotografía de la ermita de San Gregorio a principios de los años 80
   Una ermita en medio del campo dedicada a San Gregorio supone, además, un reconocimiento de quienes nos han precedido en la vivencia de la santidad como estilo de vida.Los cristianos vivimos la vocación a la santidad, a la que todos los bautizados estamos llamados, con suma indiferencia, como si no fuera con nosotros. Llegar a ser santo exige no sólo ser bueno y no cometer grandes males, sino reconocer a Dios como Señor, entregarnos a Él y a los demás en nuestro día a día, sabernos importantes en el seno de una comunidad y poner nuestros dones, los muchos o pocos que tengamos, al servicio de todos.
   San Gregorio ganó su santidad desde la defensa de la fe y la fidelidad a la Iglesia en un contexto de expansión, pero también de grandes enfrentamientos e, incluso, de persecuciones, en el Imperio Romano Oriental del siglo IV. A pesar de querer dedicarse a la contemplación en soledad, como asceta, por obediencia se ordenócomo sacerdote y aceptó ser consagrado Obispo. 45 discursos, 244 cartas y más de 400 poemas hicieron que fuese declarado Doctor de la Iglesia. Lo definió muy bien el Papa Benedicto XVI: “es un hombre que nos hace sentir la primacía de Dios y por eso nos habla también a nosotros, a nuestro mundo: sin Dios, el hombre pierde su grandeza, sin Dios, no hay humanismo auténtico” (Discurso de 22/8/2007). 

La Banda de Música Juvenil acompañó al Santo con sus marchas en la procesión.
  
La procesión discurrió esta año por un itinerario más largo, iniciativa de la nueva Junta Directiva de la Cofradía.

 Es por ello que hoy, en Sonseca, lo sacamos en procesión a nuestros hombros, como señal de reconocimiento por su santidad y para mostrarlo a todos como ejemplo de vida.      Podemos y debemos, pues, acoger sus enseñanzas, aprender de sus valores, imitar su ejemplo.
   Una ermita en medio del campo implica, junto con todo lo anterior, expresión del respeto por la naturaleza, obra de Dios. Me ha llamado poderosamente la atención que en el programa de fiestas se nos advierta, de manera reiterada, de la necesidad de mantener limpio el prado y de no causar destrozos en la zona. Hemos perdido el sentido de la importancia de la creación, de la naturaleza, entendida como regalo de Dios al ser humano para disfrutar de sus dones como medio de subsistencia, pero también como legado que requiere de nuestro cuidado más exquisito para poderconservarlo.
   Detrás de todo ello hay algo mucho más profundo: hemos perdido el sentido de comunidad y la relación con nuestro Creador. Hijos de un mismo Dios, todos somos hermanos. Creados con capacidad para trascender de nosotros mismos, estamos llamados a elevar nuestra mirada para dirigirla hacia lo sobrenatural. Desde el lugar que ocupamos cada uno de nosotros, hemos de poner nuestros dones al servicio de los demás.Por eso, lo digo una vez más, es necesario mirar al cielo, ser conscientes de que hay Alguien superior a nosotros que nos ha regalado todo –la vida, la naturaleza, las cosas que tenemos, lo que somos–.
   Un día de romería esuna auténtica fiesta. Supone reunirse alrededor de una ermita para confraternizar, descansar, divertirse como comunidad local. Pero también para celebrar algo. En nuestro caso, la festividad de San Gregorio, que coincide este año con su día. Ello implica reconocerse miembros de una comunidad espiritual, la Iglesia, que comparte su fe en Dios y su devoción a San Gregorio transmitida por nuestros antepasados. Pero exige, en uno y otro caso, ser conscientes de que una y otra, la comunidad local y la comunidad espiritual, requieren de nuestra entrega, y no de nuestro aprovechamiento egoísta, de nuestra generosidad con los demás, de nuestro reconocimiento de que el otro es hermano.
   Estamos, por tanto,ante una fiesta de la fe. Una fiesta religiosa de esta naturaleza, por definición, tiene dos características: de un lado, la de peregrinar como comunidad por devoción a un santo; de otro, la de, tras la peregrinación, realizar una celebración popular en el campo, alrededor de la ermita. La primera la hemos perdido; la segunda, estamos a punto de hacerlo, porque la centralidad de la ermita y de su santoen la fiesta cada vez es menor. 

En los años 60, los romeros se acercaban a venerar a San Gregorio montados en carros encalanados.
  Pero nunca es tarde. Estamos a tiempo de reaccionar y trabajar por volver a nuestras raíces, de recuperar esa peregrinación desde el pueblo hasta la ermita. Me consta la ilusión renovada de la nueva Junta. Os propongo hoy aquí, como homenaje a nuestro Santo, volver a organizar la peregrinación, proponer, sin complejos, recuperar el sentido religioso de esta fiesta, tan diluido. Que esos carros adornados vuelvan a subir desde el pueblo a la Ermita, pero no como simple tradición, sino como manifestación de la fe, de un pueblo que peregrina y se pone en camino para honrar a su santo y, con él, al mismo Dios.
Termino esta breve reflexión con un texto del propio San Gregorio que expresa, mucho mejor de lo que lo he hecho yo, lo que he intentado transmitirles:
   “Reconoce de dónde te viene la existencia, la respiración, la inteligencia, la sabiduría y —lo que es más importante— el conocimiento de Dios, la esperanza del reino de los cielos (…).  Reconoce, además, que te has convertido en hijo de Dios, coheredero con Cristo y, por usar una imagen atrevida, ¡eres el mismo Dios! (…).
¿quién te permite ver la belleza del cielo, el curso del sol, los ciclos de la luz, las miríadas de estrellas y toda esa armonía y orden que siempre se renueva maravillosamente en el mundo, haciendo alegre la creación como el sonido de una cetra?
   ¿Quién te concede la lluvia, la fertilidad de los campos, el alimento, el gozo del arte, el lugar donde habitas, las leyes, el estado y, añadamos, la vida de cada día, la amistad y el placer de tu parentela?
   ¿Quién te ha colocado como señor y rey de todo lo que hay sobre la tierra? (…) ¿quién te regaló esas características tuyas que te aseguran la plena soberanía sobre los seres vivientes? Fue Dios.    ¿Y qué te pide Él, a cambio de todo esto? El amor. Te pide constantemente, primero y sobre todo, amor a Él y al prójimo. El amor a los demás lo exige lo mismo que el primero. ¿Vamos a ser tacaños para ofrecer este don a Dios, después de los numerosos beneficios que de El hemos recibido y que nos ha prometido? ¿Nos atreveremos a ser tan desvergonzados? Él, que es Dios y Señor, se hace llamar Padre nuestro; ¿y nosotros vamos a renegar de nuestros hermanos?
   Estemos atentos, queridos amigos, para no convertirnos en malos administradores de lo que se nos ha regalado. (…)
   Comportémonos de acuerdo con aquella suprema y primordial ley de Dios, que hace bajar la lluvia sobre justos y pecadores, y hace surgir el sol igualmente para todos; que ofrece a todos los animales de la tierra el campo abierto, las fuentes, los ríos, los bosques; que da el aire a las aves y el agua a los animales acuáticos; que a todos reparte con gran liberalidad los bienes de la vida, sin restricciones ni condiciones, sin ningún límite”. (Discurso 14). 
   Miremos al cielo.
   ¡Viva la devoción a San Gregorio Nacianceno! ¡Viva Sonseca!

Isaac Martín

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Gracias amigo visitante por compartir este paseo por esta singular visión de mi pueblo, fruto de inquietudes recopiladoras desde...

Gracias, por ocupar parte de su tiempo en descubrir estos retazos, fragmentos, pinceladas de un laborioso pueblo como Sonseca, que ha demostrado a lo largo de su Historia saber superar con inteligencia creadora y ejecutiva las circunstancias más desfavorable.

Gracias, por leer y observar mis "entradas" metidas a golpe de corazón, como intuyendo lo que nos une y nos anima a seguir ampliando nuestros límites personales afianzando lo que somos y de donde venimos.

Disculpas por las erratas que siempre lleva un texto escrito aunque se haya realizado con lo mejor que uno ha aprendido.
























































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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