NUESTRA VIEJA PATRIA CHICA
Allá cuando el gran Cisneros
las España regentaba,
era Sonseca una aldea
de humilde casitas blancas.
Corredor desaparecido en la Plaza de Juan Carlos I, inicio de la calle del Horno
Una vetusta casona
entre todas se agiganta:
cuna de estirpe guerrera,
¡un florón de nuestra raza!
Llegaban a Valhermoso
los montes de la Oretana,
entre los cuales había
una ermita solitaria,
donde pastores y labriegos
y cazadores oraban.
Devotamente acudían
al toque de la campana,
y ante el apóstol San Pedro
contritos se arrodillaban.
Ruinas visigodas de San Pedro de la Mata, siglo VII.
Hoy solo allí vemos ruinas,
cuyas múltiples quebrajas,
tomando lenguas de viento,
de negligentes nos tachan.
Más acá la Mezquitilla,
lo que un día fue barrida
árabe de Casalgordo,
triste aspecto presentaba.
Por el pobladode La Mezquitilla, pasaron romanos, visigodos y árabes.
Las huestes de Alfonso VI
la dejaron arrasada;
en ella hizo la morisma
una resistencia brava.
¡Espantosa perspectiva!
renegrida y derrocada
por doquier muros roídos
entre almenas desdentadas.
Paredones que simulan,
unas siniestras quijadas,
otros altos centinelas
que ante el viento vacilaban;
o fantasmas que al vacío
sus huecos ojos miraban.
Las conocidas sepulturas del Moro, excavadas en granito.
En un viejo cementerio
calaveras exhumadas;
el aire en sus cavidades
lúgubre rumor formaba,
cual prolongados quejidos
que al más valiente espantaban.
La solitaria corneja;
al atardecer chillaba;
y en las sombras de la noche
los murciélagos volaban,
sobre estas ruinas horrendas
cuan negras y errantes almas.
Manuel Sánchez de Rojas
Programa de Ferias y Fiestas de 1956