miércoles, 25 de noviembre de 2009

El chozo: un auténtico hogar

En un altozano de la estepa castellana, se divisa apuntando hacia el cielo, la majestuosa silueta cónica de un 

CHOZO.
Según el DRAEChozo.- Choza pequeña.
Choza.- Cabaña formada de estacas y cubierta de ramas o paja, en la cual se recogen los pastores y gente del campo.

¿Cuántos habrán levantado los sonsecanos a lo largo del tiempo y en lugares tan dispares?


Los pastores de Sonseca se han destacado por ser buenos constructores de chozos, como el de Primitivo Hernández 
( imagen) con su gatera, en la finca La Legua, cercana a Toledo.

  El chozo, hogar solitario de numerosas familias diseminadas por esos campos de Dios, expuesto a los cuatro vientos, en muchas ocasiones. Familias, no solamente dedicadas al pastoreo en las fincas circundantes al pueblo y de la vega del Tajo (primordialmente entre Toledo y Aranjuez), también al carboneo en los Montes de Toledo, Sierra de San Vicente, Gredos...

De los cuadrilleros de las viñas, ¿se acuerdan Vds.?
  Éstos los hacían los hacían en los lugares más altos del pago asignado, con la puerta al lado contrario del camino, para vigilar y procurar que los amigos de lo ajeno no hicieran una "lobá" en el majuelo de fulano o perengano. La uva es un fruto apetitoso para echarse a la boca y fácil de encontrar en época de escasez. Las caballerías, ganado lanar, caprino... también podían hacer daño.

Acordémonos del refrán: El chozo, guarda la viña.


Chozo fotografiado en la década de los años 80 en el término de Sonseca.

  Incluso en las eras (espacio empedrado), se levantaba un chocito para guardar las herramientas y dar un poco de sombra al botijo y... cuando se "hacía el verano", trilla, limpia... de cereales y leguminosas.
  Actualmente, en algunas regiones españolas se está utilizando como reclamo turístico (pasar las vacaciones en una majada de pastores), un ingrediente más para el turismo rural en auge.


  En Sonseca, afortunadamente, aún contamos con verdaderos artesanos del chozo, que nos pueden enseñar el proceso constructivo con los materiales más autóctonos del término.
  Considero que transmitir este saber popular a otras generaciones es
una obligación. ¡Ahí va mi granito de arena!
  La construcción de un chozo lleva un proceso pormenorizado. Para escribirlo he contado, como no podía ser de otra manera, con la colaboración de una persona que ha hecho más de uno y más de dos... en su vida: NICANOR DE LA CRUZ, pastor jubilado y además artesano del esparto.


Nicanor de la Cruz haciendo un chozo en el patio del I. E. S LA SISLA de Sonseca a principio de los años 90.

Para empezar, hay que dejar claro, que los chozos como todas las construcciones tienen su estilo, la impronta del que lo hace, características peculiares, distintos materiales..., adaptándose a las circunstancias del lugar; por lo que no hay que confundir por ejemplo, el de un pastor con el de un carbonero, su entorno condiciona.

Nicanor nos explica como se hace el chozo pastoril.

PARA LEVANTAR UN SEÑOR CHOZO:
¿Qué material debemos preparar?
El material básico en nuestro término es el junco hueco. En la vega del Tajo, se suele utilizar la espadaña, el carrizo...  Para plantear el esqueleto, hay que preparar entre 20 y 25 palos de álamo negro (lo que más abunda por el término), también puede utilizarse si hubiera, por ejemplo: fresno, quejigo... El chopo tiene una madera demasiado endeble.
  Las latas (madera en rollo y sin pulir, según el DRAE) se hacen con ramas de almendro, retama (lo más socorrido por estos contornos), "gelgueras", tarayes...
  El aro de una cuba viene muy bien para sujetar los palos en la parte de arriba. Si no lo tuviéramos, puede hacer el mismo papel unas varas de almendro o retama.
  La puerta no puede faltar, se es de madera habrá que ajustarla su correspondiente marco.
  Para coser y atar, imprescindibles las soguillas de esparto. Por término medio se suelen utilizar doce docenas, es decir, 144 vueltas. La vuelta es una medida hecha con el brazo, y equivale aproximadamente a un metro.
  Para rematar, no debe faltar una cruz en la cúspide.



¿Dónde se ubica?
Ante todo, huir de las corrientes de agua; por eso en una suave loma, altozano, puede ser un lugar adecuado.

¿Qué tamaño?


  Depende de las personas que van a vivir en él. El modelo que hemos escogido es para cinco o seis personas.
  Para habitarlo de forma holgada, el diámetro de la base, tendrá unos 24 pies.

¿Cómo lo hacemos?

  Para trazar la circunferencia de la base, se clava un palo en el centro del lugar elegido (sirve de eje), se ata una cuerda y se gira alrededor señalando con otro palo atado en el otro extremo, hace de compás.
  De los palos preparados, se eligen seis para hacer de maestras, tan largos como el diámetro de la base. Se atan de la punta y con la ayuda de sogas y borriquillas (trípodes hechos de palos), se levantan repartiéndolos por la circunferencia con un arco entre uno y otros lo más iguales posibles.

Ángel Mora colabora con el blog con la cesión de varias fotografías del proceso de fabricación del último chozo que hizo en un patio de Sonseca cuando el siglo XX se agotaba.

Se suelen clavar al suelo, aunque el viento azota relativamente a una silueta cónica.Para saber si está a plomo, se improvisa fácilmente una plomada con una piedra atada con una lía. Se suelta desde arriba y si coincide la piedra con el centro de la circunferencia, todo correcto y a otra cosa.

  La rosca se ajusta, lo mejor posible, a los seis palos por el interior en la parte de arriba. A ella, se atan los palos restantes más cortos, repartiéndolos por la circunferencia.
  La mejor manera de orientar la puerta es entre el levante y el mediodía para librarse de los vientos del norte y poniente.
  A dos palmos del suelo y paralelo a éste, se ata la primera lata, a la misma distancia, dependiendo de la altura del junco, luego la segunda, más arriba la tercera y así sucesivamente hasta pasarse de la rosca.

Los juncos hay que coserlos muy bien, procurando que no sobresalgan por el interior, para evitar los pinchazos. Se hacen "manás" con las cabezas juntas, "cabezaítos" y se cosen con las puntas hacia arriba formando lechos de lata a lata, uno sobre otro. (Foto de José Vicente Saavedra) La puntada se da atrás y adelante con una aguja, generalmente de madera, enhebrada con su soguilla correspondiente. El cosido se hace entre dos personas, una por fuera y otra por dentro del chozo. Una tercera puede ayudar a dar las "manás".


  El marco de la puerta conviene que esté agujereado para coser muy ajustaditos los juncos; así se eliminan las rendijas por las que entra el frío.
  En el remate de arriba, la cúspide, se colocan los juncos de tal manera que se puedan atar como una escoba. Como colofón, se coloca la cruz preventiva de males.
  Para fortalecer el chozo, la parte de abajo del exterior, el primer lecho, se recubre de tierra, el llamado "aterro". Gracias a él, entra menos frío y agua, si llueve. Se suele quitar, a veces, en primavera para dejar que corra el aire.

En ocaciones, los juncos se cubren con un bardo de leña de chaparro hasta unos dos metros para dar más consistencia a la construcción.

SUS INTERIORIDADES

Si el chozo no es familiar, es decir, sólo van a vivir pastores, por tradición se suelen construir tres camastros alrededor y a la altura de la primera lata. Por la forma cónica del chozo, cuanto más bajos se coloquen, más anchos salen y más terreno se aprovecha.


Interior de chozo con su iluminación característica. 
(Foto José Vicente Saavedra)

Siguiendo la jerarquía profesional, el mayoral duerme solo en el camastro de la izquierda, en el de la derecha el "ayudaor", que comparte a veces con otro. Éstos, como están cerca de la puerta, llevan un zarzo en la cabecera para resguardarse del aire (viento) si se abre, generalmente por la noche. Los zagales duermen en el situado enfrente.


Las cantareras se colocan a la izquierda de la puerta con un vasar a su altura destinado a cacharros de cocina. A la derecha, según entramos, se apila la leña.
  En el centro del suelo, se sitúa el "overil", el fuego para cocinar y calentarse, sin chimenea. El humo sale entre los juncos, normalmente con buen tiro. Cuando llueve y el junco se hincha suele salir con más dificultad al quedar menos rendijas.



Suspendido desde la cúspide, el caldero. Constituye, sin duda, el elemento indispensable de la cocina del pastor. Se sube y baja dependiendo del fuego del "overil". Sirve de continente para su alimento básico , la leche, de oveja o cabra. Un caldero sin leche, no es un caldero, según el dicho.

En la foto, una de las muchas familias sonsecanas que se dedicaban al pastoreo. Ángel con su padre, hijo y nieto junto al último chozo construido en el pueblo.

Hasta aquí nuestra sencilla aproximación a la cultura pastoril atesorada por tantas familias de sonsecanos, comunicada oralmente de padres a hijos, que se nos va como el agua en una espuerta de esparto de las que ellos tan bien saben hacer.
Su artesanía del esparto: serijos, esteras... merece otros articulillo ilustrado.

CURIOSIDAD:
El monumento al pastor se encuentra en el kilómetro 307,5 de la nacional I (Madrid - Irún) entre Ameyugo y el desvío hacia Encío, a la salida del desfiladero de Pancorbo en dirección a Miranda de Ebro (Burgos).






















   Cuando se hizo el monumento, eligieron a dos pastores sonsecanos para hacer los chozos de la imagen: Faustino Muñoz, q. e. p. d. y Cesáreo Romero.


Chozo, con mezcla de materiales, contruido por Nicanor de la Cruz con ayuda de albañiles en la finca Puente Romano en la última década. Foto de J. V. Saavedra



En la muestra de belenes que se hace desde hace varias décadas en la Navidad, los pastores dejan su impronta en chocitos en miniatura de artesana factura como éste del situado en la calle Toledo.



Puedes rebuscar en los siguientes apartados:

EL OTRO tiempo DE UN PUEBLO...

DE BUEN NACIDOS ES...


Gracias amigo visitante por compartir este paseo por esta singular visión de mi pueblo, fruto de inquietudes recopiladoras desde...

Gracias, por ocupar parte de su tiempo en descubrir estos retazos, fragmentos, pinceladas de un laborioso pueblo como Sonseca, que ha demostrado a lo largo de su Historia saber superar con inteligencia creadora y ejecutiva las circunstancias más desfavorable.

Gracias, por leer y observar mis "entradas" metidas a golpe de corazón, como intuyendo lo que nos une y nos anima a seguir ampliando nuestros límites personales afianzando lo que somos y de donde venimos.

Disculpas por las erratas que siempre lleva un texto escrito aunque se haya realizado con lo mejor que uno ha aprendido.
























































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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