La salida: PLAZA DE LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS
CALLE LOS ROJAS
Ya en el siglo XVIII existía la calle sobre la que
se asienta esta casa. Su descripción en el Catastro e Ensenada (1752) era: “calle que de la plaza Majuelos va a parar a
la Ermita de los Remedios”. Aunque solo existía el margen más cercano al
Arroyo, donde nos encontramos ahora solo eran huertas. En esta Calle nació el
médico sonsecano Julián García Grajales, famoso por llevar la vacuna de la
viruela a América, también estuvo durante un tiempo el Hospital antes de pasar
a la Calle Toledo. El actual nombre de la calle ya existía antes de 1753 y
quizás se debe a que aquí vivió el Licenciado Alonso de Rojas.
El padre de la actual propietaria fue el que
compró esta casa en los años 40, concretamente la primera escritura de
compra-venta está fechada en 1947 y el precio fue de sesenta mil pesetas.
Gerardo Peces hasta entonces estaba trabajando como guarda de la finca de
Villaverde, a partir de una operación de estómago y quedándose muy débil
decidió venirse al pueblo a vivir. Aquí crio a sus hijos y a algunos nietos.
El actual patio guarda poca semejanza con aquel
que encontró Gerardo, en primer lugar
todo el suelo estaba empedrado y la actual casa, aunque existía, era interiormente muy diferente a lo
que es ahora. Uno de los elementos más
significativos y antiguos es el pozo de noria con grandes galerías en su
interior, y es incierta su fecha de construcción aunque puede ser del siglo
XVIII, ya que tenemos un plano de Sonseca del siglo XIX y aquí había construcciones por lo que tuvo que ser anterior.
Con el paso del tiempo y el crecimiento de la
familia se construyó una vivienda en la parte que daba a la calle, donde justo
hoy está el porche, la parte del patio que quedaba libre siguió empedrada y se
hizo además un depósito de agua subterráneo, que aún se conserva, por la
escasez que había entonces del preciado elemento. El pozo refrescaba las
bebidas en los tórridos veranos, bajando una cesta atada a una cuerda con las
botellas, además existía una tremenda higuera que daba sombra a todo el
recinto, eso sí, con una raíces que llegaban buscando agua hasta los pozos
vecinos.
Aquí nacieron, cuando el parto todavía era en las
casas, dos de los nietos de Gerardo, Fernando y Antonio, hace más de 50 años.
Cuando falleció Gerardo y años más tarde su mujer
Juana, la casa que estaba pegada a la calle fue derribada dado su precario
estado y se construyó el patio que veis hoy en día. Se conservó el pozo con el
brocal, pero todo lo demás es nuevo.
Antonio Gallego Peces
CALLE TOLEDO
Entrar en esta
casa por esta puerta con jambas y adintelada es remontarnos al siglo XVIII. En
varias con esta misma construcción dispersas por el casco antiguo del pueblo
reza en su dintel la fecha de cualquier año del siglo mencionado.
Unas cantareras
en el portal de entrada nos dan la bienvenida, antes llenas de cántaros y
botijos de barro que rozaban el agua en verano para los trabajadores que se
afanaban por hacer paños, en un telar situado a la derecha del patio, el del
tío paterno, Francisco.
Un portal y una
gran parra daban sombra y también uvas a esta numerosa familia de los Martín
Martín-Tereso, 11 hermanos más doña María Juana, maestra y don León, trabajador
del textil, los padres.
Hace unos 30
años, las exigencias de la vida moderna les llevó a realizar las reformas:
cerrar el portal y solar el patio eliminando el empedrado y agregar la parte
derecha de los primos Blasa y Benito. La parra se fue haciendo vieja lentamente
hasta que dejó de existir. Unos arbolillos y plantas la suplen para hacerle más
acogedor y habitable.
¿Una casa con
un telar de paños y además con corral?
En el corral hay
cuadra con pesebrera… Sencilla la explicación, los paños que se fabricaban, los
que se elogiaban en la prensa toledana del año 1902, los vendían en los pueblos
de nuestros alrededores y para transportarlos necesitaban un carro de varas y
sus correspondientes animales de tiro.
El pozo, ahora de
medianería, tan común y necesario lleva adjunto su pila de piedra berroqueña
donde abrevaban las caballerías. Ahora los árboles de gran copa le dan un toque
de viejo huerto, que posiblemente lo sería anteriormente.
En los años
cuarenta se vinieron a vivir aquí toda esta gran familia que se quedó muy
pronto sin madre: Elisa, Juan,
Victoria, don Martín, don Víctor (sacerdotes) Mise y Margarita (monjas) hasta
llegar a Esteban el último de los hermanos han correteado por estos patio y
corral.
Este patio
siempre ha estado con sus puertas abiertas. Algunos de ustedes incluso vinieran
de niños, allá por años 60 a recibir catequesis en la habitación de la derecha,
el llamado Círculo, y observaran los dibujos en la pared, las típicas
sexifolias, seis hojas, hecha con compás y pintadas por los albañiles de turno, símbolo romano de culto a la vida.
En el llamado corral, ahora, ajardinado se hizo una sencilla, pero emotiva semblaza de la vida de don Martín Martín Martín-Tereso, que gozó de esta casa antes de irse de misionero, Sacerdote Operario, a San Miguel de Tucumán (Argentina) a mediados de los años 50 del pasado siglo. Su labor sacerdotal ha sido tan ejemplar de amor a Dios y a su prójimo que se le ha abierto la causa de su beatificación a pocos años de su muerte en su parroquia de Tucumán.
CALLE PARRA: patio y bodega.
La llamada popularmente casa de Las Palomeras de
apellido García-Aranda no sabemos exactamente cuando fue su construcción. No
obstante, en una de las vigas de la bodega ha aparecido la fecha de 1848.
Al tener bodega, se entiende que sus propietarios se
dedicaban a la agricultura, a obtener vino de sus vides e incluso también a
extraer aceite de sus aceitunas.
Una de las herederas se casó con uno de los pioneros de
la fabricación de mazapanes en Sonseca, Manuel Donaire.
La tradición vitivinícola de Sonseca viene de lejos, ya
en la 2ª mitad del siglo XVI se habla de las vides sonsecanas. Las bodegas
proliferaron de tal manera que actualmente quedan vestigios de unas 60
repartidas por el casco antiguo.
Se conservan
como una decena, de las cuales, la de Las Palomeras es la mejor
conservada porque su actual propietario José Manuel se ha encargado de
conservarla, repararla y ornamentarla con tanto detalle que la ha convertido en
un auténtico museo etnológico.
Se ha salvado, afortunadamente, porque las vigas de
madera no podía salir por su longitud ya que Viriato Gómez, artesano de la
madera, las quiso comprar para hacer una obra en El Escorial. Lo que ha
desaparecido es el palomar, uno de tantos de los que existían en el pueblo.
Sus tinajas son tan enormes que se hubieron de fabricar
en el interior de la propia bodega. Ésta tiene un sumidero en el centro que
gracias al suelo con cierta vertiente, recogería el vino que se vertiera de
alguna posible explosión de las tinajas en el proceso de fermentación.
Para entrar la
bodega hemos de cruzar el umbral de la puerta, el portal y el patio empedrado
que nos predisponen con su cuidadosa ambientación a recordar y disfrutar de
tiempos nos tan lejanos donde lo expuesto era de uso cotidiano.
Todo cambia con
tanta rapidez que…
Nota: En esta casa nació el prestigioso cardiólogo don Víctor López García-Aranda. Fue pregonero de las Ferias y Fiestas del año 2002.
Nota: En esta casa nació el prestigioso cardiólogo don Víctor López García-Aranda. Fue pregonero de las Ferias y Fiestas del año 2002.
CALLE DE LA SALUD, en la plazuela.
Este patio, en la plazuela de la calle de la Salud, en otra hora
espacio de juegos populares para la chiquillería, transformado con tanto gusto y detalle, nos
remonta a años atrás, no tantos, que ustedes recuerdan de las casas de
agricultores.
Sus padres Alberto y Emilia adquirieron esta casa en los años 60 y
la adaptaron a su modo de vida, la agricultura. El agricultor necesitaba un corral para guardar sus caballerías,
animales de tiro, herramientas y utensilios, sobre todo, el carro. La cuadra,
el pajar, el portal, las guarreras para el apreciado guarro, que no faltara
todos los años en la matanza, conforman este espacio para ellos tan imprescindible.
Angelita y Miguel al quedarse con la casa la han adaptado a su
forma de vivir, que ya no es la agraria. El típico empedrado lo han cambiado
por el solado más cómodo de barrer. Mantienen su pozo, siempre un tesoro para las
casas de este pueblo, como ustedes bien saben.
Lo digno de valorar en sus dueños es mantener presente la historia de la casa y de
la familia convirtiéndolo en un pequeño museo de sus orígenes agrícolas con los
aperos y herramientas colgados en sus paredes y la vistosidad de sus macetas,
en Sonseca tarros, con cuidados esmerados diarios de riego, eliminar hojas
secas… El porche le da un toque moderno y de comodidad. Es obra de Miguel.
Trasformación que han experimentado
muchos de los patios sonsecanos al pasar de la economía agraria, los llamados
“currucaneros” a trabajadores de la industria maderera, (la viruta) textil o de
dulces…
Esta casa con su patio ha sido testigo y
lugar en los años 60 del pasado siglo de varias mayordomías con motivo de la
celebración de la fiesta de nuestro patrono, San Juan Evangelista, sobre todo
en los años que el señor Alberto, padre de Angelita, fue Presidente de la
Cofradía.
Al paso
CALLE MAYOR
Al entrar en este patio tan largo nos da la
sensación de que es un callejón cerrado. Nuestro paisano y arqueólogo Juan
Manuel Rojas, en una conferencia sobre el Casco Antiguo de Sonseca en la
Jornada de Estudios Sonsecanos nos dejó caer esta hipótesis, que también
sucedería en alguna otra zona del pueblo.
Patio típico de vecindad, en su día con cuatro
familias, ahora con Justina y los hermanos Vargas, Jesús y Miguel Ángel.
Con situación muy céntrica, cercano al templo
parroquial y a las campanadas del reloj, conserva el sabor de Sonseca más
artesano de los llamados “cardaores” (trabajadores por cuenta ajena) y pastores tan abundantes en el pueblo, de
tradición.
Conserva su pozo con brocal de granito revocado
por su poca calidad y su pila donde se lavaba la ropa y se daba de beber a la
borrica, medio de locomoción para ir y venir de la majada del vecino pastor.
Todos los vecinos contaban con un pequeño corral donde tenían su basurero. El
cuarto de aseo aún no había llegado. Los basureros se solían sacar una vez al
año por el mes de octubre. El del pastor era algo mayor, necesitaba una cuadra para guardar su borrica y un pajar.
Los bueno de este patio es que tiene cada vecino
todas las habitaciones reunidas. En otros casos, la misma familia tenía que
cruzar el patio para ir de la cocina a la alcoba, por ejemplo. Hoy nos parece
ilógico, pero estas situaciones se daban.
El empedrado, como pueden apreciar, más incómodo
para los modernos zapatos de tacón, se ha sustituido por una capa de cemento
también más fácil de limpiar.
Es un lugar de convivencia y amistad aún para los
vecinos residentes que nos han permitido abrirlo a todos nosotros para
compartir este espacio tan alegre gracias a las plantas en tarros, macetas y
arriates que se encargan de cuidar diariamente de forma conjunta.
También se ponen de acuerdo desde hace unos años
para adornar la fachada el día de Corpus Chisti como merece la ocasión. Este
tramo de la calle Mayor forma parte del itinerario de nuestras principales
procesiones, como todos sabemos.
De los patios de vecindad contados con los dedos
de las manos que quedan en Sonseca, este es uno.
Patio en los años 60 del pasado siglo. Varias pudimos ver cogidas con pinzas en los alambres de la ropa. |
CALLE TOLEDO
PATIO DEL HOSPITAL DE JORNALEROS, AHORA ESCUELA DE MÚSICA.
Si desea información sobre este patio puede entrar en la entrada de este blog EDIFICIOS RELEVANTES: HOSPITAL DE JORNALEROS.
CASA DE LAS CADENAS EN LA CALLE NUEVA
Entre en la entrada EDIFICIOS RELEVANTES: CASA DE LA CADENAS de www.sonsecaenelzurrón.com y tendrá información sobre su patio.
Patios, corrales, bodegas... con su historias detrás dignas de
conocer para vivir más más consciencia el presente gracias a la memoria.
Actividad organizada por Activarte y patroncinada por el Excmo. Ayuntamiento.
CONTINUARÁ