Una fecha redonda para recordar en estos preambulos festivos en los que Vds tendrá de seguro el amplio programa de Ferias y Fiestas del 2018 y así contrastar las realidades de Sonseca con cinco décadas de diferencia.
Iglesia parroquial de Sonseca en los años 60 del pasado siglo. |
Iglesia Nueva, Vida Parroquial Nueva
1968
Un año más llega a vuestras manos el programa de las fiestas sonsecanas, pregonero popular de los festejos que se avecinan en honor de nuestra Patrona LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS, grato mensajero de unos días de gozo, alegría y regocijo, desbordantes, que disfrutaremos unidos los que permanecen en esta tierra que le vio nacer, los que en estos días vuelven a ella desde distintos puntos de nuestra geografía y cuantos se asientan en este pueblo laborioso e industrial.
Pero este año el programa gustosamente se hace también eo de nuestra actualidad parroquial: LA REFORMA Y ADECENTAMIENTO DE LA IGLESIA. De ello conocéis los detalles más salientes:
Obras a realizar, como son, la adaptación del presbiterio en piedra de granito a las nuevas exigencias litúrgicas, la renovación del baptisterio, pintura y zócalos de toda la Iglesia y de la sacristía, bancos y confesionarios actualizados, repaso de tejados, restauración de puestas, cancelas y ventanas, servicio de calefacción...
Presupuesto Total, que asciende a la cantidad de....................... pesetas, y
Suma recaudada, que en la fecha de escribir estas líneas sobrepasa con creces el medio millón de pesetas.
Quisiéramos también instalar un nuevo equipo de altavoces, puesto que trasladaremos a la Ermita del Cristo el que disponemos en la actualidad, y acariciamos la ilusión de iniciar siquiera la restauración del artístico retablo, verdadera joya de inestimable valor. Como veis queda campo abierto a vuestra generosidad, de la que habéis dado prueba ya desde los comienzos de esta obra.
Pero sobre todo quisiéramos que caléis hondo EN LA FINALIDAD Y AIRE DE ESTA OBRA, que tiene que ser sin duda alguna conciliar; para que así veáis con buenos ojos y asimiléis con acertado criterio las reformas que se avecinan.
Es preciso que tengamos ideas claras sobre la naturaleza y finalidad de un templo, de una iglesia; porque, aunque pueda parecer extraño, la Iglesia no es principalmente la casa de Dios, sino la CASA DEL PUEBLO DE DIOS, de los fieles cristianos, que se reúnen en ella para escuchar la palabra de Dios, celebrar la Eucaristía, recibir los sacramentos, adorar a Cristo presente en el Sagrario y practicar sus devociones comunitarias o personales.
Por ello el Concilio ha señalado que "Al contruir nuevas iglesias, el reconstruirlas o adaptarlas, se procure con diligencia que resulten adecuadas para celebrar las acciones sagradas, conforme a su auténtica naturaleza, y obtener la participación activa de los fieles".
Una Iglesia, un templo, se ordena ante todo para que los fieles CELEBREN LA EUCARISTÍA, escuchando la palabra de Dios, dándole gracias y ofreciendo el Sacrificio de Cristo que se renueva en el altar.
Esto exige un lugar amplio y destacado donde se coloque EL ALTAR de la Celebración. EL AMBÓN, donde se proclama la Palabra de Dios y LA SEDE de sacerdote celebrante, así como la destinación promordial de los espacios libres de las naves para la colocación ordenada y cómoda de los fieles que le haga posible y fácil su participación activa y comunitaria.
El Concilio recalca: "téngase especial cuidado en disponer el lugar de los fieles de modo que puedan ver las celebraciones sagradas y participar debidamente en ellas con su espíritu". De ahí que busquemos ampliar el presbiterio para colocar digna y visiblemente el altar, el ambón y la sede, ejes de la celebración de la Misa; de ahí que pretendamos aprovechar el mayor espacio posible para la conveniente colocación de los fieles, poniendo bancos suficientes y eliminando los obstáculos que fueren precisos -tarima, altares, etc... - para favorecer así la participación del pueblo de Dios reunido en torno al altar.
En segundo lugar, la Iglesia sirve para la administración de los Sacramentos, fuentes de vida cristiana, principalmente para aquellos que requieren un espacio determinado en el templo, como son el bautismo y la penitencia.
Por ello pensamos habilitar en su totalidad las naves laterales de la Virgen de Fátima y del Cristo de la Misericordia, decorándolas oportunamente con alusiones bautismales y penitenciales, y colocando en la primera la pila bautismal y en la segunda tres confesionarios nuevos para la celebración de estos sacramentos, siempre que se posible con un sentido comunitario y eclesial.
Por último, la Iglesia es también lugar para la reunión de los cristianos con vistas a ejercicios piadosos y devociones populares. Merece especial atención la devoción eucarística. Lo ideal sería disponer de una capilla más pequeña dentro de la Iglesia, donde reservar la Eucaristía en el Sagrario, celebrar los cultos semanales y fomentar la oración personal. Como no podemos conseguir esta solución ideal, colocaremos el Sagrario al fondo del presbiterio en la parte baja del retablo.
Finalmente unas palabras obre las imágenes de los santos. De acuerdo con la tradición de la Iglesia y la enseñanza del Concilio "rendimos culto a los santos y veneramos sus imágenes, manteniendo firmemente la práctica de exponerlas a la veneración de los fieles"; pero también cuidaremos de que "sean pocas en número y guarden entre ellas el debido orden, a fin de que no causen extrañeza al pueblo cristiano ni favorezcan una devoción menos ortodoxa".
En consecuencia conservaremos algunas imágenes situadas en lugares apropiados de nuestra Iglesia, mientras las restantes, colocadas con la mayor dignidad y estima en el coro, que vendrá a ser como una capilla de los santos, serán expuestas a la pública veneración de los fieles con motivo de sus fiestas y cultos.
Esta serán las líneas directrices de la reforma y adecentamiento de nuestra Iglesia, para convertirla más y mejor en CASA DEL PUEBLO DE DIOS, que celebra la Eucaristía, recibe los Sacramentos y tributa en sus devociones el homenaje de Adoración a Cristo Sacramentado y de veneración a las imágenes de los Santos.
Será así el edificio de nuestra Iglesia un elocuente mansaje, una constante llamada a sentirnos comunidad parroquial, familia de Dios que alimenta en su palabra, en los Sacramentos de Cristo y en las sanas devociones de la Iglesia se siente en la vida misionera y testigo del Señor. Se cumplirá así la afirmación que titula estas líneas IGLESIA NUEVA, VIDA PARROQUIAL NUEVA.
Para conseguir ambas cosas vosotros sois imprescindibles, OS NECESITAMOS. Os necesitamos para llevar a feliz término las obras, que nos den una "Iglesia nueva". Necesitamos vuestra aportación generosa, repetida y alegre; de los presentes y de los ausentes; de todos cuantos nos sentimos hijos de Sonseca y fieles de esta Parroquia.
Os necesitamos sobre todo, para conseguir una "vida parroquial nueva". Aportación ésta, sin duda alguna más costosa y decisiva; porque no son ya vuestras cosas, ni siquiera vuestro dinero, sino que sois vosotros mismos, son vuestras personas, las que han de comprometerse en un estilo de vida parroquial, evangélico, misionero y apostólico, apoyado en la justicia, en el amor y la verdad.
Que la VIRGEN DE LOS REMEDIOS, Madre de la Iglesia, Madre de nuestra Parroquia, nos conceda disfrutar con sentido humano y cristiano la alegría de sus fiestas y nos ayude a convertir en realidad el reiterado lema: IGLESIA NUEVA, VIDA PARROQUIAL NUEVA.
DAMIÁN URÍA
Pbro.
Obras a realizar, como son, la adaptación del presbiterio en piedra de granito a las nuevas exigencias litúrgicas, la renovación del baptisterio, pintura y zócalos de toda la Iglesia y de la sacristía, bancos y confesionarios actualizados, repaso de tejados, restauración de puestas, cancelas y ventanas, servicio de calefacción...
Presupuesto Total, que asciende a la cantidad de....................... pesetas, y
Suma recaudada, que en la fecha de escribir estas líneas sobrepasa con creces el medio millón de pesetas.
Quisiéramos también instalar un nuevo equipo de altavoces, puesto que trasladaremos a la Ermita del Cristo el que disponemos en la actualidad, y acariciamos la ilusión de iniciar siquiera la restauración del artístico retablo, verdadera joya de inestimable valor. Como veis queda campo abierto a vuestra generosidad, de la que habéis dado prueba ya desde los comienzos de esta obra.
Retablo parroquial de Sonseca en los años 70 del siglo XX |
Pero sobre todo quisiéramos que caléis hondo EN LA FINALIDAD Y AIRE DE ESTA OBRA, que tiene que ser sin duda alguna conciliar; para que así veáis con buenos ojos y asimiléis con acertado criterio las reformas que se avecinan.
Es preciso que tengamos ideas claras sobre la naturaleza y finalidad de un templo, de una iglesia; porque, aunque pueda parecer extraño, la Iglesia no es principalmente la casa de Dios, sino la CASA DEL PUEBLO DE DIOS, de los fieles cristianos, que se reúnen en ella para escuchar la palabra de Dios, celebrar la Eucaristía, recibir los sacramentos, adorar a Cristo presente en el Sagrario y practicar sus devociones comunitarias o personales.
Por ello el Concilio ha señalado que "Al contruir nuevas iglesias, el reconstruirlas o adaptarlas, se procure con diligencia que resulten adecuadas para celebrar las acciones sagradas, conforme a su auténtica naturaleza, y obtener la participación activa de los fieles".
Una Iglesia, un templo, se ordena ante todo para que los fieles CELEBREN LA EUCARISTÍA, escuchando la palabra de Dios, dándole gracias y ofreciendo el Sacrificio de Cristo que se renueva en el altar.
Esto exige un lugar amplio y destacado donde se coloque EL ALTAR de la Celebración. EL AMBÓN, donde se proclama la Palabra de Dios y LA SEDE de sacerdote celebrante, así como la destinación promordial de los espacios libres de las naves para la colocación ordenada y cómoda de los fieles que le haga posible y fácil su participación activa y comunitaria.
El Concilio recalca: "téngase especial cuidado en disponer el lugar de los fieles de modo que puedan ver las celebraciones sagradas y participar debidamente en ellas con su espíritu". De ahí que busquemos ampliar el presbiterio para colocar digna y visiblemente el altar, el ambón y la sede, ejes de la celebración de la Misa; de ahí que pretendamos aprovechar el mayor espacio posible para la conveniente colocación de los fieles, poniendo bancos suficientes y eliminando los obstáculos que fueren precisos -tarima, altares, etc... - para favorecer así la participación del pueblo de Dios reunido en torno al altar.
En segundo lugar, la Iglesia sirve para la administración de los Sacramentos, fuentes de vida cristiana, principalmente para aquellos que requieren un espacio determinado en el templo, como son el bautismo y la penitencia.
Confesionario fabricado por Viriato Gómez para la reforma de 1968 |
Por ello pensamos habilitar en su totalidad las naves laterales de la Virgen de Fátima y del Cristo de la Misericordia, decorándolas oportunamente con alusiones bautismales y penitenciales, y colocando en la primera la pila bautismal y en la segunda tres confesionarios nuevos para la celebración de estos sacramentos, siempre que se posible con un sentido comunitario y eclesial.
Por último, la Iglesia es también lugar para la reunión de los cristianos con vistas a ejercicios piadosos y devociones populares. Merece especial atención la devoción eucarística. Lo ideal sería disponer de una capilla más pequeña dentro de la Iglesia, donde reservar la Eucaristía en el Sagrario, celebrar los cultos semanales y fomentar la oración personal. Como no podemos conseguir esta solución ideal, colocaremos el Sagrario al fondo del presbiterio en la parte baja del retablo.
Finalmente unas palabras obre las imágenes de los santos. De acuerdo con la tradición de la Iglesia y la enseñanza del Concilio "rendimos culto a los santos y veneramos sus imágenes, manteniendo firmemente la práctica de exponerlas a la veneración de los fieles"; pero también cuidaremos de que "sean pocas en número y guarden entre ellas el debido orden, a fin de que no causen extrañeza al pueblo cristiano ni favorezcan una devoción menos ortodoxa".
En consecuencia conservaremos algunas imágenes situadas en lugares apropiados de nuestra Iglesia, mientras las restantes, colocadas con la mayor dignidad y estima en el coro, que vendrá a ser como una capilla de los santos, serán expuestas a la pública veneración de los fieles con motivo de sus fiestas y cultos.
Esta serán las líneas directrices de la reforma y adecentamiento de nuestra Iglesia, para convertirla más y mejor en CASA DEL PUEBLO DE DIOS, que celebra la Eucaristía, recibe los Sacramentos y tributa en sus devociones el homenaje de Adoración a Cristo Sacramentado y de veneración a las imágenes de los Santos.
Será así el edificio de nuestra Iglesia un elocuente mansaje, una constante llamada a sentirnos comunidad parroquial, familia de Dios que alimenta en su palabra, en los Sacramentos de Cristo y en las sanas devociones de la Iglesia se siente en la vida misionera y testigo del Señor. Se cumplirá así la afirmación que titula estas líneas IGLESIA NUEVA, VIDA PARROQUIAL NUEVA.
Pila bautismal de la Iglesia Parroquial de Sonseca. |
Para conseguir ambas cosas vosotros sois imprescindibles, OS NECESITAMOS. Os necesitamos para llevar a feliz término las obras, que nos den una "Iglesia nueva". Necesitamos vuestra aportación generosa, repetida y alegre; de los presentes y de los ausentes; de todos cuantos nos sentimos hijos de Sonseca y fieles de esta Parroquia.
Os necesitamos sobre todo, para conseguir una "vida parroquial nueva". Aportación ésta, sin duda alguna más costosa y decisiva; porque no son ya vuestras cosas, ni siquiera vuestro dinero, sino que sois vosotros mismos, son vuestras personas, las que han de comprometerse en un estilo de vida parroquial, evangélico, misionero y apostólico, apoyado en la justicia, en el amor y la verdad.
Que la VIRGEN DE LOS REMEDIOS, Madre de la Iglesia, Madre de nuestra Parroquia, nos conceda disfrutar con sentido humano y cristiano la alegría de sus fiestas y nos ayude a convertir en realidad el reiterado lema: IGLESIA NUEVA, VIDA PARROQUIAL NUEVA.
DAMIÁN URÍA
Pbro.