SONSECA, QUIOSCO DE LA MÚSICA
Entre
las definiciones que podemos manejar de la palabra quiosco está la de “una construcción ligera formada por
varias columnas o pilares que sostienen una cubierta”…”su función es dar
protección de la lluvia o el sol, y sobre todo servir de espacio escénico para
cualquier representación o espectáculo al aire libre…” Se suelen situar en
plazas y jardines de ciudades o pueblos”.
En
España los primeros quioscos en ciudades y pueblos datan de los Ss. XVII y
XVIII, pero su auge se sitúa en los Ss. XIX y XX.
Normalmente
eran de forma circular u octogonal y diseñados para conciertos de música.
Construcciones
similares ya existían en la antigua Grecia y se inspiraban en los Tholos, que
eran templos de forma circular y rodeado de columnas, ubicados en el Ágora.
En
la época de la Ilustración y su influencia social en el S. XVIII, con la
urbanización de las ciudades, y la aparición en ellas de plazas, parques y
jardines con cierto romanticismo, comienzan a surgir los primeros quioscos. Con
la utilización de estos espacios lúdicos y el disfrute de los mismos como
lugares de paseo y conversación fueron apareciendo estos elementos
arquitectónicos, que además añadían un componente de estética al espacio donde
se ubicaban.
Estas
construcciones eran casi siempre impulsadas por los Ayuntamientos en un afán de
popularizar la cultura, sobretodo la cultura musical. El ámbito de la música
había estado hasta entonces reducido al ámbito aristocrático, salas de
concierto, ceremonias religiosas y por supuesto los palacios. Este
reconocimiento de la música como enseñanza popular propició la aparición de
escuelas musicales y bandas de música municipales.
Foto del programa de Fierias y Fiestas de Sonseca 1948 mejarada por Gregorio Barbero. |
El
quiosco se convirtió en un elemento de distinción cultural dando un cierto
prestigio al lugar donde se situaba, barrio, jardín, ciudad o pueblo.
En
su origen se construían en madera, después en ladrillo y finalmente en hierro,
añadiendo elementos decorativos de fundición que le daban elegancia y robustez.
Cuando
la nueva ordenación del espacio lo requería o el deterioro del antiguo era
importante, el quiosco se reubicaba o sustituía por otro más moderno, amplio y
funcional.
Recuerdo
que en la plaza de la Virgen, en los años 60 del pasado siglo, cuando la plaza
estaba empedrada, había un quiosco poco convencional, si tenemos en cuenta lo
relatado anteriormente.
No
tenia cubierta, no era redondo, ni ovalado, ni octogonal. Era cuadrado con sus esquinas redondeadas,
tenía una barandilla de hierro, y en la parte baja, rodeándolo, un poyete.
El
poyete no sé si cumplía una función arquitectónica de contrafuerte o sujeción,
pero lo que si sé es que tenía una función social. Los vecinos, de todas la edades, acudían a él
para sentarse a descansar, tomar el sol en invierno y charlar.
El
antiguo quiosco estaba ubicado frente a la Ermita de la Virgen, junto a la cruz
de piedra y a una fuente.
No
tenía grandes dimensiones. Cuando lo utilizaba la banda municipal de música al
completo se las veía y deseaba para no entorpecerse en su trabajo individual,
por la escasez de espacio para todos y para que las notas salieran al aire con
sus alas musicales desplegadas.
Pero,
¿Y cuando la banda de música no lo utilizaba?.. Ah! Entonces era el deleite de
la chiquillería que íbamos a jugar a las cuatro esquinas o seis si éramos más
que sus esquinas, a saltar por su escalera o a pisar piedras en lugar de
cantos, por sus alrededores. Juegos que no estaban en los manuales.
También
alguien lo utilizó para poner algún graffiti como una herida en su piel, que
ahora sólo la tecnología puede curar.
Para
tristeza de algunos, ese quiosco cuadrado, sin techo, como un aprendiz de quiosco
y menor de edad que no llegó nunca a su madurez, desapareció en una
remodelación del espacio. Fue sustituido por otro más esbelto, con más espacio
y cubierto. Creo que este nuevo ya nació maduro, ya nació quiosco y por esto
más distante y altanero que el anterior. Quizás por esto tuvo una vida más
corta que nuestro aprendiz de quiosco.
Desafortunadamente
los quioscos están desapareciendo y sólo los que están en lugares emblemáticos
o históricos, arropados por el conjunto, o aquellos que por su estilo o
singularidad están protegidos permanecen. Pero sólo su uso les sacará de su
tristeza y hará que perduren en el tiempo.
Hasta
aquí mi pequeño homenaje o recordatorio a aquel primer quiosco que vi en mi
vida, y que nos sacó de apuros a la chiquillería de la época, cuando se
acababan las ideas de a qué jugar o a dónde ir.
Fernando
de la Cruz
04-08-2018
PD.
Dedicado a Salva Peces, que me pidió estas cuatro letras.
Muchas gracias, hermano, por colaborar en este tu blog.
Muchas gracias, hermano, por colaborar en este tu blog.