En estas fechas, los colaboradores del programa de Ferias y Fiestas ultiman sus artículos para entregar a la Agente Cultural, (yo ya lo he hecho) encargada de recopilar todos e ir dando los pasos oportunos para que comience a trabajar la imprenta con el tiempo suficiente y así tenerlos a disposición del pueblo a mediados de agosto, aproximadamente. Los que se animen tienen aún la posibilidad de entregarlos.
Para alimentar este blog semanalmente, me nutro de mis archivos, entre ellos, la colección de programas festivos que repaso en la búsqueda de algún artículo interesante para ser difundido por este blog hacia el mundo mundial.
Pasada la fiesta del Corpus Chisti, este año en una fecha veraniega, para terminarla con pinceladas de reflexión, con un texto; me encuentro en el programa del 2005 un artículo haciendo balance de los 25 años del inicio de la creación de alfombras con serrín tintado. Lo veo oportuno.
Como pasa el tiempo, 20 años de la publicación del artículo. A partir de él, ya podríamos escribir otro para ver la evolución.
Por otra parte, las bodas de oro están a la vuelta de la esquina, son números como más redondos para hacerlo. Nos esperaremos pues estos cinco años que faltan, Dios mediante.
Transcribo las páginas 48 y 49 del programa de Ferias y Fiestas del 2005
Corpus Christi 2005.
Un año muy especial
Unas de las tradiciones más recientes que se realizan en nuestro pueblo, es la confección de alfombras de serrín el día del Corpus. Este año se han cumplido 25 años de la primera alfombra coincidiendo, además, con la celebración del Año Eucarístico.
¿Por qué se hacen las alfombras?
Porque cuando una persona importante o famosa visita un pueblo se engalanan las calles, los balcones, se tienden alfombras rojas... Para muchas personas de Sonseca, lo más importante y querido que puede visitar nuestro pueblo es Jesucristo y, el día del Corpus, en la custodia de la procesión, es Él quien camino por nuestras calles. Por eso se perfuma y decora el recorrido.
Con esta idea, en el año 1981, una joven planteó a su padre embellecer la puerta de la iglesia con una alfombra de serrín y harina. El padre aceptó y entre ellos y una amiga comenzaron la tradición, que ahora, mantenemos más de cien personas cargadas de ilusión.
A lo largo de estos años han sucedido muchas anécdotas. Entre ellas podemos mencionar que el año 1998 no se pudieron realizar porque estuvo lloviendo el día y noche anterior; que otros años, como el 2004 llovía a las 2 h. de la madrugada y a las 4 un viento secó las calles; que por encima de ellas han pasado coches y motos; que un año, a comienzos de los años ochenta, después de la procesión se juntaron más de 200 personas para barrer las calles, porque era la condición para realizarlas; que durante varios años se realizó un camino de serrín que unía las alfombras. Pero, por encima de todas las dificultades ha prevalecido siempre la ilusión de muchas personas.
El proceso de realización de una alfombra es largo y, el algunos aspectos, dura todo el año. Son muchos los pasos que se realizan pero, podríamos agruparlos en cuatro principales: diseño, preparación del serrín, búsqueda del tomillo y realización de las alfombras propiamente dichas.
El diseño comienza en los días de Semana Santa. Primero se piensan los dibujos (el tema principal es la Eucaristía) y se realizan los bocetos ya coloreados a tamaño folio. Estos bocetos son ampliados al papel que servirá de guía a los artistas que hacen la alfombra la madrugada del Corpus.
Se realizan nueve alfombras, cinco rectangulares de 17,5 metros cuadrados y cuatro circulare de 10 metros cuadrados. A lo largo de estos años se han realizado diseños para localidades que se han unido a nuestra idea como Chueca, Ajofrín y Los Yébenes.
La búsqueda y preparación del serrín es seguramente la tarea menos agradable. Durante el año se recogen unos 20 sacos, 100 en los años que se realizó el camino. El tintado del serrín se hace durante el mes y medio anterior.
Primero se criba se criba para eliminar las impurezas y después se vierte en un cuezo grande. A parte se prepara la mezcla de agua y tinte -se utiliza tinte alimenticio: para caramelos, fruta escarchada...- . La mezcla se vierte poco a poco en el serrín y se mueve manualmente hasta que toma el color y la humedad apropiada, según los bocetos diseñados. Cuando todo el serrín está tintado, se organiza, colocando en sacos y bolsas la proporción correspondiente a cada alfombra. Este año se ha realizado una gran innovación: el tintado con hormigonera.
Días antes del Corpus, otro grupo de personas busca lugares donde recoger las plantas más olorosas: tomillo, cantueso... La víspera salen a los parajes previstos y llenan un remolque entero, con la dificultad añadida de los años de sequía.
Con estos pasos previos se llega a la ansiada madrugada del Corpus. A las 4 h. de la mañana comenzamos a reunirnos a la puerta de la iglesia. En primer lugar, se colocan las vallas para cerrar el recorrido y después se distribuyen las alfombras (boceto pequeño en color y el papel que estará debajo del serrín y que nos sirve de guía). Previamente, varias personas han recogido los sacos numerados del serrín coloreado y los han distribuido con un tractor en los lugares correspondientes a cada alfombra.
Alrededor de las 4:15 h. de la madrugada se comienza a colocar el serrín sobre los papeles, labor que concluirá entre las 8 y 9 h. de la mañana. Cinco horas agachados, en cuclillas, tumbados... pero, con mucha ilusión y disfrutando según se va viendo el resultado.
Los artistas utilizan platos, cucharillas, cuchillos, palillos, espátulas, llanas..., el toque final es el cepillado con el que el dibujo se convierte en un cuadro.
A las 7 h. de la mañana, las personas que recogieron las plantas que perfumarán las calles, las distribuyen a lo largo del recorrido, salvando con el tractor los múltiples obstáculos que le generan las alfombras.
Cuando la alfombra está terminada, los vecinos barren los restos de serrín, preparan los altares y engalanan los balcones.
Por encima de todo, nos gustaría destacar que la realización de las alfombras es un gran ejemplo de trabajo comunitario, de ser Iglesia. Es la suma de las acciones desinteresadas de muchas personas. Es como la realización de un gran puzzle donde cada persona pone su pieza lo mejor cuidada y con el mayor cariño posible. Es una actividad donde participa gente de todas las edades, en la que trabajan juntos personas que no se conocen y que luego se hacen amigos, donde a pesar del esfuerzo realizado nadie se queja cuando se pisan, porque se han hecho con amor para que Jesucristo camine por ellas.
Continuará