domingo, 17 de septiembre de 2023

LOS ALABARDEROS DE LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS de SONSECA, BREVE HISTORIA DIDÁCTICA

 La víspera de la Octava, la que cae más tarde en el tiempo, puede ser un día propicio para contar la Historia de los alabarderos de la Virgen de los Remedios gracias al estudio de un colaborador, Tereso Hidalgo Poza, que me brinda gentilmente para publicar en este blog.

Doy a conocer parte de un trabajo más amplio sobre Sonseca titulado: MONOGRAFÍA SOBRE LA VIDA TRADICIONAL, que realizó cursando 5º de Humanidades.

  Desde muy antiguo la Virgen de los Remedios tiene una guardia de honor formada por los alabarderos, los que con antiguas alabardas, cubiertas con ramos de flores, le dan escolta en todos los actos religiosos y, sobre todo,  en las procesiones que se celebran en la fiestas en el mes de septiembre, la del día 8, Natividad de la Virgen y la de día de la Octava, domingo siguiente al día 10.



  Por los pocos datos encontrados y lo que la tradición ha transmitido hasta estos días, no resulta aventurado decir que su origen se remonta al menos a principios del siglo XVIII,  época en que los distintos gremios de la localidad se agrupaban en distintas organizaciones cívico-religiosas y celebraban sus fiestas. Esto explicaría los nombres que llevan algunas de estas alabardas actualmente tales como: la arriera, la panadera, la hortelana, la pastora y la laborante.



   Esta compañía de alabarderos a semejanza de la de Alabarderos Reales está mandada por un capitán cuyo símbolo de mando es un bastón, un mariscal de campo que lleva como símbolo un junco adornado de flores y un alférez, que lleva una alabarda pintada de cuadritos, cuya misión es la de desplegar la bandera de la Virgen y bailarla o, andarla, también se dice, artísticamente.




   Tiene el alférez un ayudante encargado de desenrollar la bandera y de arrollarla antes y después del baile cuando lo hace en calles y plazas y en actos no religiosos.




   La alabarda del ayudante del alférez es equivalente a la de este. El resto de la compañía lo forman el subayudante o segundo ayudante del alférez con alabarda de color verde; las cuatro de la Virgen con de color rojo con clavos dorados; la primera y segunda del junco o mariscal de campo; y la primera y segunda del bastón o capitán más las correspondientes a los ya comentados gremios, toda ellas de color verde. Como nota singular, incluir al niño o niña de la bandera.




   Tradicionalmente, la misión de esta compañía es la de custodiar y dar escolta a la Virgen de los Remedios, indicando su antigüedad el hecho de que sus componentes no vayan provistos de armas, sino de simples y esbeltas alabardas. Ser alabardero de la Virgen significa: devoción, lealtad y fidelidad. Su custodia se les encomienda, en especial en los actos de sus fiestas en mayo y septiembre. No hay noticias de haber intentado nada en contra de la imagen. Si tal cosa ocurriera, la alabarderos la defenderían hasta con su vida si fuera preciso.




   En 1936 cuando fue asaltada la ermita en la Guerra Civil y destrozada la imagen de la Virgen, los alabarderos se encontraban dispersos en sus casas, en la frente de batalla o habían sido asesinados. No pudieron hacer nada por impedirlo.




  Aún así, algunos expusieron su vida escondiendo en sus casa las banderas, alabardas y algunas otras pertenencias de la Virgen. Pero aunque se desconoce si su principio fue originado pensando en una custodia real de la Virgen o sólo simbólica como lo es ahora, lo cierto es que desde hace más de un siglo según noticias ciertas y quizás más de dos, se lleva la parte metálica de las alabardas cubiertas por un artístico ramo de flores de varios tipos y colores siendo todos los ramos iguales, que se cambian cada dos años, el tiempo permanencia de todos los componentes de la compañía.



   Para llevar la bandera de la Virgen en los desplazamientos que hace la compañía por el pueblo, el abanderado/a es el encargado. Le sacaron la bandera los padres y a veces abuelos u otra persona cercana el día de la Octava de las Ferias y Fiestas del año anterior. Lleva la bandera enrollada sobre su hombro y sostiene la alabarda del alférez mientras este baila la bandera.




    Existe una persona que es el muñidor o mullidor, una especie de conserje o encargado de las gestiones, coordinador de actividades.  Hace cumplir en cada momento las normas, el protocolo a seguir. También subasta lo ofrecido a la Virgen el día 8 los días 9 y siguientes después de la misa de la tarde en la plazueleta de la ermita.




   Para ser alférez debes estar inscrito en la lista de candidatos y por riguroso orden, de tal manera que generalmente son los padres los que lo hacen nada más nacer. La lista es tan extensa, afortunadamente, que gracias a que muchos van renunciando, los alféreces dispuestos pueden serlo a una edad con capacidad de andar la bandera. Si renuncias ya no puedes serlo.




   Llegado su turno, el nuevo alférez elige entre sus familiares, amistades..., todos los alabarderos. El relevo de una compañía a otra se hace el día de la Octava después  de la procesión para una duración de dos años.

   El alférez novato ha de aprender a bailar, andar la bandera si aún no sabe hacerlo, generalmente, con la ayuda de alguno que le ha precedido. Suele utilizar banderas de ensayo. 

   Las vísperas de las fiestas de san Pedro, Santiago y la Asunción de la Virgen, se reúnen todos los alabarderos en la casa del alférez para tomar los acuerdos que correspondan: del dinero que va a poner cada uno, el día que le toca a cada uno la visita de todos etc. Se suele hacer alrededor de un refrigerio.

  La primera vez que salen con las alabardas es el día san Agustín, el 28 de agosto. 




  SU ORDEN POR LA CALLE ES EL SIGUIENTE:



 Muy de mañana, los tambores, corneta y el muñidor de la compañía van a recoger al capitán a su casa, luego todos van por el mariscal de campo, después por las alabardas segunda y primera de la Virgen y todos juntos se dirigen a la casa del alférez.

 
   El ayudante del alférez recoge al niño abanderado y lo lleva también allí. Los demás alabarderos van por separado a la casa del alférez.

  
Ermita del Cristo de la Vera Cruz

Ermita Virgen de los Remedios

  
Calle Rojas

Plazuela Majuelos


  Congregadas todas las alabardas, salen hacia la ermita del Cristo de la Vera Cruz donde se reza un credo y se anda la bandera dentro de la ermita. Después se van a la ermita de la Virgen de los Remedios y se hace la misma operación. Seguidamente,  por las calle Rojas se dirigen a la plaza Majuelos, también se baila la bandera. Allí se hace tiempo hasta la hora de la misa en la iglesia parroquial de san Juan Evangelista.





   Después de la misa, se baila la bandera en la placita de la iglesia,  en el paseo López Ahijado, en la puerta de la casa del alcalde, lo mismo en la del administrador del Patronato de la Virgen y por último en la casa parroquial. Al final, las alabardas terminan en la casa del alférez.





   Por la tarde el recorrido comienza en la plaza Malpica, sigue a la ermita de la Virgen de la Salud, continúa en la plaza del Oteruelo para por la calle Rosario llegar a la plaza del Pozobueno y terminando en el barrio de Jesús Nazareno, conocido como Casas Nuevas
  El relato de la tradición continúa aún más si nos sumergiéramos en los entresijo de los días de las fiestas.
  Considero que lo escrito es lo más importante y aquí me quedo con esta tradición centenaria y tan arraigada en el pueblo de Sonseca.

   

martes, 5 de septiembre de 2023

PREGÓN DE FRAY GABRIEL DE LA MAGDALENA 2023 EN SONSECA POR DON PEDRO MANCHEÑO, PÁRROCO DE MOCEJÓN

   Por inclemencias del tiempo, el pregón se celebró en el teatro Cervantes.

   PREGÓN A FRAY GABRIEL DE LA MAGDALENA 2023

    Don Pedro Mancheño Muñoz, párroco de Mocejón

    Muy queridos hijos de Sonseca:

    Quisiera empezar esta noche, que nos reunimos aquí, expresándoos y manifestándoos el gozo grande que tiene mi alma de estar con todos vosotros. El P. Luis María Mendizábal, jesuita ilustre, y gran ejemplo de vida entregada, nos solía decir a los sacerdotes diocesanos que cuando nos preguntaran de donde éramos, siempre dijéramos que del pueblo donde estábamos destinados, ese era nuestro pueblo. Por lo tanto, en el año 2001, vísperas del 8 de septiembre, fecha clave para cada sonsecano, un joven sacerdote de 27 años, dejando el calzado fuensalidano, por el hilo y el mazapán, se hacía sonsecano, por un tiempo, que si es verdad fue muy corto, especialmente para mí, yo tengo que decir, que no he dejado de serlo, aunque ya no me encuentre entre vosotros, y que siempre lo seré, si vosotros así lo permitís.

  Cuando me cambiaron, quiso la mal llamada suerte, que para nosotros es providencia, que cuando volvía del destino a mi pueblo natal, siempre tenía que pasar por Sonseca, y no os voy a negar, de corazón, que, en más de una ocasión, la lagrima asomó por el recuerdo tan grato de este bendito pueblo. Por esto, que contento estoy de estar entre vosotros. Muy contento y muy agradecido.

    Queridos sacerdotes, querido presidente de la cofradía del Beato Fray Gabriel de la Magdalena, queridas autoridades locales, queridos hijos de Sonseca.

   Me han llamado para pregonar una fiesta, y a eso vamos, a pregonar. Que, en esta ocasión, no es otra cosa sino cantar las grandezas de la vida de un hombre seducido por las palabras de otro hombre, que es Dios, que como hace más de dos mil años, a las orillas del lago de Galilea, empezó ese “Ven y sígueme” a unos pobres pescadores, y que no finaliza, ni finalizará esa llamada. En el transcurrir de los tiempos, un joven sonsecano, el segundo de cuatro hermanos, nacido en la calle los Remedios, la escuchó, y siguió esa voz hasta el martirio. Por lo tanto, lo que nos tres esta noche entre manos es pregonar la fiesta de Gabriel de Tarazona, de Fray Gabriel de la Magdalena.

   Os invito a que hagamos un largo viaje, que viajar es muy hermoso, y abre la mente, os lo digo por experiencia, bueno ese viaje ya lo hemos empezado, en ese lago hermoso de la Galilea Baja, el mar de Galilea, donde Jesús formuló la primera vez esas palabras de: Ven y sígueme, y de ahí me gustaría que voláramos hasta Asís, donde un tal Francessco quedó enamorado de este Galileo para siempre, y fiado en Él, hasta dejarlo todo y vivir en pobreza absoluta, fundara los hermanos menores, los franciscanos, y franciscano, de la rama alcantarina, que nos lleva a ese otro hombre, que parecía hecho de ramas de árboles, en palabras de santa Teresa, franciscano se hizo nuestro Gabriel de Tarazona.

   Quisiera detenerme en por qué franciscano, y como hacer fiesta de un hombre que abraza la pobreza, como sus fundadores, cuando todos en nuestra vida buscamos el progreso y la prosperidad. La pobreza no se elige por que sí, la pobreza se elige porque el tesoro encontrado es más grande que todo lo que nos puede dar este mundo, por otra parte, es bastante poco, para lo que nuestro corazón ansía. La pobreza es tener a Dios como la riqueza buscada, como el tesoro encontrado, por el cual uno vende todo lo que tiene. 

    En este ser franciscano, os invito sonsecanos, a dejaros seducir por Aquel que lo da todo, y no quita nada, a no tener miedo, esas palabras que resuenan de la última JMJ de Lisboa, en palabras del Papa Francisco, y que siempre nos recordaran el pontificado del papa Magno san Juan Pablo II. En un pueblo como el de Sonseca, tan sumamente emprendedor en empresas y quehaceres, que ha llevado el hilo y el dulce hasta los confines del mundo, os invito a no tener miedo de que la conquista sea bajo la bandera del Rey Eterno. Y que salgamos a gritar que el Amor, el amor experimentado, no es amado, y llevemos el nombre de Jesús hasta los confines del mundo. No tengáis miedo, sonsecanos, no tengáis miedo.

 Leía hace unos días, que el miedo es poner la fe en el lugar equivocado.

   Quisiera agradecer en este momento, a todos los sonsecanos, que os habéis dejado seducir por esta llamada del rey Eterno, a las numerosas familias cristianas, que dabais una vitalidad grande a la parroquia, siendo generosos con el don de la vida, a la vida religiosa salida de este pueblo, como fray Gabriel, a la vida sacerdotal, como d. Martín, en reciente proceso de beatificación, y especialmente, me lo vais a permitir, a dos niños, así eran cuando yo estaba entre vosotros, dos niños monaguillos, con el siempre recordado y querido Eloy a la cabeza, que hoy son sacerdotes, muy buenos sacerdotes, D. Daniel y D. Pablo. Y vendrán más, muchos más, porque la sangre de los mártires, del Beato, siempre es semilla de buenos cristianos.

   La pobreza no es simpleza, es sencillez, y la sencillez es propia de almas sabias y grandes. No tenía que ser simple fray Gabriel, todo lo contrario, lo atestiguan sus estudios de medicina. La medicina que nos devuelve la salud perdida y recuperar el ánimo olvidado por la enfermedad. Hay tristezas que no provienen del cuerpo, de la enfermedad corporal, sino del alma y estas son más fuertes y más profundas. 

   Decía san Francisco, que la tristeza es la primera señal de que el enemigo se ha adueñado del alma. Las crónicas cuentas que este cirujano llamado Gabriel de Tarazona, era de gran ánimo e iniciativa. No os dejéis de llevar por la tristeza nunca, no entremos en ese camino. El recuerdo más vivo que me llevé de Sonseca era una parroquia viva y alegre, que hacía que abriéramos los salones parroquiales a las cuatro de la tarde y se cerraran en torno a la media noche, la alegría de cada domingo de la misa de niños, las clases mayoritarias de religión en el instituto, los campamentos, la catequesis. Todo rezumaba vida. Y vida tenemos que llevar, el mundo está mal, ya lo sabemos, no nos detengamos en ello, y empecemos por querer reconstruir lo que tenemos al alcance.

    Nunca el mundo ha mejorado más, que cuando los seguidores de Jesucristo han secundado la llamada. Con ÉL todo. Sin Él nada.

   Y el viaje que os propuse al principio, unidos al gran ánimo y a la alegría, que nos llevé donde Dios quisiera, siempre por Cristo, con Cristo y como Cristo. Como a Fray Gabriel, hasta Filipinas o hasta Japón, donde él quiera, como él quiera, cuando él quiera. Fiados en él nos metemos en la refriega. Porque no hay dicha mejor que anunciar el Nombre que nos da la salvación. Alguien que me escucha, puede decir, porqué puedo yo, que puedo hacer yo. Sabéis una cosa todos, podemos sonreír, que es la entrega de alma.

    Cuando san Francisco de Asís se reunió con el sultán, en tiempos de las cruzadas, para poder ir a recuperar los santos lugares, la Tierra Santa, dicen que el sultán le conmovió la dulzura y la sonrisa de san Francisco de Asís. Hasta el punto de que escribió, me convertiría a tu religión sino fuera por el miedo de lo que pensaría mi gente. Corazón misionero, en cada rincón de mi casa, de mi barrio, de mi pueblo, mostrando la dulzura y la sonrisa proveniente de un corazón lleno de amor y de esperanza, como el beato. Y si eso nos lleva a la muerte, que importa la muerte, cuando lo que esperamos es más grande que la muerte, la muerte es solo la puerta, lo importante no es la puerta, sino lo que hay detrás de la muerte. No hay llamas, ni siquiera las de Nagasaki, que puedan destruir lo que llevamos, si en lo que llevamos siempre está Cristo, el Mesías, el Salvador.

   Queridos sonsecanos, hay motivos de fiesta, de mucha fiesta, en nuestro corazón, y en nuestro pueblo, el beato sonsecano fray Gabriel de la Magdalena nos indica la dirección. Disfrutad que es propio de los cristianos, de los testigos que nos trae la vida, vivid la alegría de vuestros antepasados, sabiendo, que aunque ninguna historia es igual, todos estamos llamados a lo mismo. A la Gloria, y la fiesta es anticipo de la fiesta eterna.

   Disfrutad mucho de estos días. Vivid con intensidad la vida, que es un gran regalo que se nos ha dado, permitidme ser siempre sonsecano, como vosotros. Que el Beato Fray Gabriel y la Virgen de los Remedios os proteja y os guie siempre.


¡Felicidades sonsecanos!

¡Felicidades sonseca!


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Gracias, por ocupar parte de su tiempo en descubrir estos retazos, fragmentos, pinceladas de un laborioso pueblo como Sonseca, que ha demostrado a lo largo de su Historia saber superar con inteligencia creadora y ejecutiva las circunstancias más desfavorable.

Gracias, por leer y observar mis "entradas" metidas a golpe de corazón, como intuyendo lo que nos une y nos anima a seguir ampliando nuestros límites personales afianzando lo que somos y de donde venimos.

Disculpas por las erratas que siempre lleva un texto escrito aunque se haya realizado con lo mejor que uno ha aprendido.
























































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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