REALIZÓ LA PINTURA, EL DORADO Y EL ESTOFADO DEL RETABLO ENTRE EL 18 DE DICIEMBRE DE 1583 Y EL 19 DE JULIO DE 1587.
Colaboraron con él, su hijo, junto a Juan Pérez y Blas de Prado.
Nace en Toledo en torno a 1530. En 1555 ya es pintor de imaginería en el retablo de Santa María de Huéscar (Granada) junto a Nicolás de Vergara el Viejo y Bautista Vázquez.
Según Quilliet (1816) tuvo un destacado lugar entre los pintores españoles y, desde luego, entre los teledanos, ya que al morir su cuñado Hernando de Ávila pasa a ocupar el puesto de Maestro Mayor de la catedral en 1571.
Su estilo parte del conocimiento de Juan Correa de Vivar y Francisco de Comontes, al que va sumando el manierismo italiano a través de los escuralenses y ciertas influencias de El Greco. Aparece frecuentemente asociado a Blas de Prado, con quien , con frecuencia comparte encargos, entre ellos la entrada de Santa Leocadia (1583).
La primera pintura que le encargan de importancia es la del retablo de Fuentelancina, provincia de Guadalajara.
En 1560 pinta el retablo de Casar de Escalona (Toledo). El cardenal Silíceo le encarga cuatro años después unas pinturas en la Capilla Mayor de Santa María la Blanca de Toledo. En Villarrobledo (Albacete) hace cuatro pinturas para el retablo de la Virgen en la iglesia de San Blas. Sus pinturas también se dejan ver en la catedral de Toledo, un Cristo con la cruz a cuestas situado en la capilla de Santiago y otro en la Capilla de San Ildefonso, una Crucifixión. Los retratos de los cardenales Quiroga (1594) y García de Loaysa (1599) de la sala capitular son de su factura.
En 1572, hizo un retablo para Lupiana, provincia de Guadalajara y en 1574, el retablo mayor de la iglesia de la Asunción de Navalcarnero (Madrid). Vuelve a Guadalajara para pintar junto a Nicolás de Vergara el retablo del pueblo de Auñón.
Es un pintor muy solicitado por muchos pueblos de la zona centro, sobre todo por los de la provincia de Toledo. Realiza varias centenas de trabajos pictóricos tanto en tablas para retablos como cuadros. Deja su huella en Las Ventas con Peña Aguilera, Rielves, Torrijo, Los Cerralbos, Arcicollar...
En 1583, deja el encargo del retablo de Hormigos, pasándoselo a Pablo Cisneros para pintar el de Sonseca. En él deja su arte de forma patente con una evocación clara de El Greco en algunas cabezas de ancianos. Sus desnudos anatómicos son especialmente tratados.
Aparición de Jesús Resucitado a la Virgen en el retablo de Sonseca. |
De las seis tablas y dos círculos que pintó en el retablo de Sonseca, merece especial mención la RESURRECCIÓN junto a la Virgen María, una de las más bellas composiciones de aquel tiempo en Toledo, evocadora de artistas madrileños del siglo XVII, como Carducho.
Ecce Homo de Luis de Velasco en el retablo parroquial de Sonseca |
Debió ser muy importante su fama como pintor en la Ciudad Imperial en el último cuarto del siglo XVI, ya que fue el tasador del cuadro del Señor de Orgaz de El Greco.
Pintura de Luis de Velasco en el 2º cuerpo del retablo de Sonseca |
Muere en Toledo en 1606, a una edad muy avanzada para ese época.
Fueste de información:
Pintura toledana de la segunda mitad del siglo XVI.
Isabel Mateo Gómez
Amelia López-Yarto Elizarde
Consejo Superior de Investigaciones Científicas.