Se representó con motivo de la clausura de la celebración
del 450 aniversario de su nacimiento
y
del 150 de su beatificación por el Papa Pío IX.
del 450 aniversario de su nacimiento
y
del 150 de su beatificación por el Papa Pío IX.
Unas imágenes tomadas desde la fila 8 que me atrevo a compartir y para que quede constancia de otra obra original llevada a buen término para ensalzar la vida de nuestro Beato por un nutrido grupo de sonsecanos de toda las edades.
Del guión, cedido gentilmente por la autora, he seleccionado unos diálogos complementarios a las imágenes (escenas) para compartir los retazos esenciales de la obra, peripecia humana de Fray Gabriel.
Don José Carlos Arellano, párroco, presentó la obra ensalzando las virtudes del Beato Fray Gabriel. |
En la villa de Sonseca, en 1567, sucede un hecho extraordinario para sus vecinos, viene a nuestro mundo, Gabriel, un pequeño niño, simpático y amigable con todos, tanto que, a esta tierna edad ya se distinguía por servir y ayudar a los que le rodeaban.
En su juventud, tomaría una decisión que le cambiaría el resto de su vida, tomar el habito de la Orden Franciscana.
No contento con esto, quiere conocer nuevo mundo, y anunciar a todos, que si hay algo más fuerte que la codicia y los egoísmos es el amor, que nadie podrá abatir.
Fray Gabriel de la Magdalena entendió que su vida tendría sentido si la entregaba para conseguir la felicidad de los que tenía cerca, su familia, amigos, vecinos... Él fue más allá, también aquellos que se fue encontrando en su camino en Filipinas, Japón...
Tuvo una vida corta, pero intensa dedicada a sus semejantes.
Texto tomado del folleto ofrecido a los espectadores.
CURA. -
Vera señor alcalde se trata de un
paisano nuestro que apenas se le conoce en el pueblo, es fray Gabriel
de la Magdalena. Aquí le dejo una pequeña biografía de su vida escrita
no hace mucho para que pueda conocer más de cerca quien fue este valiente
muchacho.
Érase una vez en una tierra lejana y pequeña que había una bonita villa de gente buena y humilde. En el corazón de los campos soleados de castilla donde vuela el águila imperial y las murallas recorren como una preciosa joya su región, allí está ella, Sonseca.
En este pequeño pueblo nació un niño de
nombre Gabriel. En el nº 2 de la calle de los Remedios.
GABRIEL. - Me llamo Gabriel. Hace mucho tiempo que
viví en estas tierras, igual que
vosotros, todavía recuerdo cuando era niño y jugaba por las calles de mi
pueblo… de Sonseca.
A
pesar de los años transcurridos, y del tiempo que pasé fuera, a mi pueblo lo
llevé siempre en el corazón y así fue hasta mi último aliento.
NIÑA
INÉS. - Ya hemos llegado ¡madre mía, que
lejos está!
TRILLIZAS. -
¡Por fin ya estamos aquí! (Empiezan
hablar y hacer ruidos)
NIÑO
ALEJANDRO. - ¡Suuu! Ahora tenemos que hablar bajito porque si no despertaremos a la mora
NIÑA
ÁNGELA. - Yo no me creo lo de la mora
NIÑA
INÉS. - ¡Pues es verdad ¡ Mi abuelo me lo
cuenta muchas veces, dice que cuando el sol calienta la boca de la
torre, la mora sale a peinarse.
NIÑA
ADRIANA. - No habléis tan alto, ya sabéis que puede salir por nosotros….
NIÑA
LUCÍA. - Pero si solo sale a peinarse los sábados y hoy es martes.
NIÑA
ALEJANDRA. - Y… ¿Vive aquí…, ella sola?
NIÑA
LUCÍA- Claro. Y dice mi abuelo que
tiene el pelo tan largo que le arrastra por el suelo, pero…, a veces llora.
NIÑA CARMEN. -
¿Llora, por qué?
NIÑA
ÁNGELA. - Porque hace muchos años, pero
muchos, muchos, la mora se enamoro de un joven de Sonseca, pero cuando se
enteró su padre, la encerró y no la dejo
salir.
NIÑA
ALEJANDRA. - ¿Por qué era de Sonseca?
NIÑA
ÁNGELA. – Porque su padre no quería un
novio cristiano para su hija, desde entonces sigue cautiva y todas las mañanas sale a peinarse al sol para verle. Y dicen que canta como los ángeles…
NIÑO. -
¡Que tontas sois las niñas! Eso es mentira, yo vengo mucho con mi padre por
aquí y no he visto nunca a esa mora.
NIÑA
MARÍA.- Tú sí que eres tonto, no sabes
que cuando hay gente ella no sale. Desde su desdicha ella no quiere ver a nadie porque sigue muy triste esperando al
mozo del que se enamoró.
NIÑO
ALEX.- ¡Pues a mí no me da miedo y ahora mismo voy a subir a la torre, el que
quiera que me siga¡
NIÑA
JULIA - ¿A ver quién es la primera en a subir hasta lo más alto?
(En
ese momento una niña pequeña que va de la mano de su hermano se pone a lloriquear)
NIÑA
ALEJANDRA. - (Haciendo pucheros) Yo no
quiero ir tengo mucho miedo de la mora.
NIÑO -
(Dirigiéndose al niño que la lleva de la mano) Lo ves, te hemos dicho que no te
traigas a la llorona de tu hermana.
NIÑA
ANDREA. - Es que si no me traigo a mi hermana yo no puedo venir, no sabes que mi
madre está en la vendimia y yo tengo que cuidar de ella.
NIÑA
INÉS. - Lucía no pasa nada, no recuerdas que sólo sale los sábados.
NIÑO. - Venga entonces vamos, a subir todos a la
torre y tú… (Dirigiéndose a la pequeña le dice) como te
chives verás.
(
Le amenaza con la mano)
(Esta vuelve a llorar aun más fuerte)
NIÑA
MARÍA.- ¡Pero rápido que tenemos que
volver pronto al pueblo antes que se entere nuestra madre que hemos venido
hasta aquí sin su permiso.
NIÑO
ALEJANDRO.- Vamos a ver quién sube el primero!
(Sale corriendo todos, detrás la pequeña llorando)
(Sale corriendo todos, detrás la pequeña llorando)
PÁRROCO. - ¡Pero muchacha , ¿cómo no has entrado con tus amigos a ver las obras de la Iglesia?
PÁRROCO.- Bien hecho siempre obedecer a los padres.
Una
plaza transitada por vecinos que van y vienen, las mujeres esperan en la fila
para llenar sus cantaros de agua entre
tanto echan una charlita hasta que entra el pregonero.
ESPERANZA. -
¿Quién es la última, que como estáis tan arremolinas no se sabe?
JUANA.- La última soy yo, pero no tengas prisa mujer y hecha una charlita con nosotras que hay
tiempo “pa tó” ¿Habéis oído lo que se dice por el pueblo?
ESPERANZA.-
Yo no sé “ná” , bastante tengo con lo
mío, como “pá” preocuparme de nadie
ALEJANDRA. -
¿Qué te pasa mujer? Mira que andas amohina.
ESPERANZA. -
Y no es “pá” menos Con la pasada
sequía y la plaga de langosta, la cosecha de este año ha sido mala y en mi casa pasamos mucha necesidad.
JULIA.-
No solo en tu casa, Remedios, así estamos todos,
REME
- Mi marido dice que los animales no tienen que
comer, las plagas han" dejao" el campo “arrasao”.
AMPARO.- Yo creo que esto es una maldición o un
castigo del cielo.
NATI. -
Por eso nuestro párroco ha tenido la
gran idea de construir una ermita en honor a San Gregorio, para que nos proteja
de las plagas.
PREGONERO.- (Hace sonar la trompeta y las
vecinas se acercan a escuchar como lee el pregón).
- “Se hace saber que el próximo domingo, en
Fuensalida, nuestro paisano Gabriel, hijo de Pedro de Tarazona y de Isabel
Rodríguez, tomará los hábitos de la Orden Franciscana".
El
señor cura párroco, el alcalde, y algunos familiares de Gabriel le acompañarán
en dicho acto. Se hace saber que en la
sacristía puede apuntarse todo aquel que quiera colaborar con las tareas de los
preparativos. También se hace saber que en dicha sacristía hay velas para el
que quiera acompañar a nuestro paisano en este acto.
Sonseca, tres de Mayo del 1598”.
(Interior de la Iglesia de Fuensalida)
SACRISTÁN.-
Buenas tardes, ¿Ustedes vienen desde Sonseca, ¿no es así?
PÁRROCO. –A si es, venimos a acompañar a
nuestro paisano Gabriel y a echar una
manita en lo que sea necesario
SACRISTÁN. -
Bienvenido a la casa del Señor,
llegan como agua de mayo, porque hay mucho que hacer.
OBISPO. -¿Quieres pertenecer a la Orden franciscana?
GABRIEL.- ¡Sí, quiero! Prometo obediencia,
castidad y pobreza hasta la muerte con la ayuda de Dios y el auxilio de
vuestras oraciones. Acéptame Señor,
según tu promesa y viviré. Que no quede frustrada mi esperanza.
LETANIAS.
(Lo repiten los asistentes. Después, Gabriel
se arrodilla delante del obispo y éste le pone las manos sobre la cabeza. En
ese momento se acerca un fraile con el
hábito doblado y se lo pone. Después se tumba en el suelo mientras el obispo
habla).
OBISPO.- Demos gracias a Dios por nuestro
hermano Gabriel, y pidamos por la
intercesión de San Francisco de Asís para que su vida esté llena de bendiciones
y le conceda la gracia que necesita para su vida religiosa. En el nombre del
Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.
MADRE. - (Saca
una medalla de su bolso) También te
he traído algo que pertenecía a tu padre
y quiero que la lleves siempre tú.
GABRIEL. -
¿Qué es madre?
MADRE .- Es
la imagen de nuestra Virgen de
los Remedios, llévala siempre en tu corazón, ella te protegerá.
(Entra el prior a saludarle)
PRIOR. - Ya eres uno de los nuestros,
Gabriel, me alegro mucho por ti.
GABRIEL. - Gracias padre. Yo también me
alegro mucho. (Pequeña pausa)
Ahora que le tengo presente me
gustaría hablar con usted.
PRIOR. -
Adelante pues, te escucho.
GABRIEL. - Tengo entendido que se está organizando una misión a Filipinas.
¿Sabe usted algo?
PRIOR. -
Continuamente están llegando noticias de esas tierras. En la última misiva
nos cuenta el martirio que han sufrido seis de nuestros hermanos todo por defender nuestra religión y fe en Cristo.
(Se santiguan) por ello
pronto partirán algunos de
nuestros hermanos.
GABRIEL. - Padre, me gustaría poder ir allí y participar en la misión.
PRIOR. - Eres valiente Gabriel, pese a tu
juventud. Piénsalo bien muchacho, tú tienes un gran porvenir aquí en España.
GABRIEL.- Ya, pero no sé, siento que puedo hacer algo más.
PRIOR. - Los conocimientos que tú tienes, tanto en
latín como en medicina, te abren muchas puertas aquí en tu mismo país
GABRIEL. - Mi deseo es poner al servicio de
esa gente mis conocimientos,
PRIOR. - Has pensado bien, que ese viaje está
lleno de innumerables penalidades, el
trayecto no será menos de 10 meses en barco. Te puedes imaginar lo que eso
supone.
GABRIEL .- ¿Qué pasa padre, pretende
asustarme? Dios ha puesto en mi corazón el deseo de marchar y ya lo tengo
decidido
PRIOR. -
Cuenta con mi aprobación, sé que si te lo propones lo conseguirás
JAPONESA INÉS.- (Una de las que está en el corro se levanta pero cuando ha dado
unos pasos se tuerce el pie )
¡Aaaah, duele, me duele mucho!
FRAILE 3.- ¿Qué te pasa mujer (se agacha para ver su pie)
INÉS.-
¡Duele,duele!
FRAILE 2.- ¡Cómo no te va a doler si tienes una buena lesión. ¡Rápido, llamad a Gabriel! ( En
ese momento entra Gabriel) ¡Gabriel!
¡Gracias a Dios que estás aquí¡ ¡Llegas en el momento más oportuno! Esta pobre
mujer necesita tu ayuda.
GABRIEL - (Acercándose a la mujer, la observa el
pie y mientras se lo venda, dice:
). -¡Pobre mujer, Siento su dolor
como si fuera mío, pero hay enfermos por
todas partes, las gentes sufren de
fiebres y epidemias desconocidas.
FRAILE 1.- Damos gracias a Dios hermano Gabriel por tenerte.
GABRIEL.- Hay tanto que atender que me temo que por mucho
que me multiplique no pueda llegar a todas partes.
FRAY ALFONSO. - Gabriel esta niña corre
peligro si la ven con nosotros la castigaran
y ya sabes cómo se las gasta el gobernador.
GABRIEL. – No podemos abandonarla. Esta niña
es huérfana. Juré a sus padres antes de morir que me haría cargo de ella. Era tan pequeña cuando murieron, que ellos no
sabían que era muda de nacimiento.
FRAILE 3. - ¿Pero hermano tendrá alguien,
algún familiar o pariente lejano con
quien la podamos dejar, como la vamos a llevar siempre con nosotros?
GABRIEL.-
(Acariciándola) Haceos a la idea
de que no tiene a nadie más que a nosotros, y entre todos la cuidaremos debemos dar la vida por ella si es necesario.
(Sale con Loto)
FRAILE 1.–
Que gran corazón el del hermano Gabriel, puede contar con que
seremos como una familia para esa niña.
(Al poco entra Loto que trae alimentos al fraile en una
cesta)
SOLDADO 1. - (Al verla la coge de un brazo y la zarandea) ¿Qué haces tú aquí,
mocosa, dónde están tus padres?
LOTO -
Dice que no con la cabeza. (El soldado la zarandea)
SOLDADO 1.- Seguro que es un espía. ¿Qué
tienes? ¿Por qué no me hablas? (Amenazándola) ¡Mira qué si me enfado!
SOLDADO 2. -
(Observando a Loto) ¡Eh, tú! ¿Di cómo te llamas?
SOLDADO 1. – Este mico no nos contesta, se
burla de nosotros.
SOLDADO
2. - (Dirigiéndose al compañero y
compadeciéndose de Loto al darse cuenta de que no puede hablar) ¡Déjala, no ves lo que pasa, esta niña no
puede hablar, haremos como que no la hemos visto.
GOBERNADOR. - He oído decir que realizas
artimañas de brujería, pues se te ha visto en lugares distintos a la vez, y
hasta haces aparecer el pan. ¿No es ese Dios vuestro el que multiplicaba
panes? ¡Ja, ja! Si no dejas de decir
fantasías a la gente, te costará muy caro. ¿Qué tienes que decir?
GABRIEL.- Señor, paso el día curando
enfermos. Decidme: ¿qué mal hago en ello?
GOBERNADOR. - No es por eso por lo que estás
detenido. (Cogiendo la cruz que Gabriel lleva en el pecho) ¿Qué significa esto?
GABRIEL.-
Ésta es la señal de Cristo Nuestro Señor.
GOBERNADOR.-
¿Nuestro Señor, dices? ¡Yo no conozco a tu Señor!
GABRIEL.-
Pero Él conoce el corazón de cada hombre, por tanto, también os conoce a vos y
os ama.
SOBRINA. - Este joven tiene algo diferente a
los demás.
SIRVIENTA. - Serán esos harapos que lleva
Señorita, ya sabe, la gente de fuera…
SOBRINA.- No, no es eso. (Está como pensativa) es algo en su
mirada, en sus ojos…
SIRVIENTA. - Si, y si no fuera por esa manía
que tiene con contradecir a vuestro tío, todo sería mucho mejor.
SOBRINA - No puedo quitarme de la cabeza su
mirada, hay tanto amor en ella, nunca había conocido un hombre como él, tan
bueno y humilde.
SIRVIENTA. - Mi niña… (La coge con cariño) Sé que quieres ayudarle y, va a ser difícil,
pues ya sabemos lo que les espera.
SOBRINA.- Ni siquiera lo pronuncies; rápido,
vamos a ver que podemos hacer antes de que nos escuchen los soldados.
GOBERNADOR.
- Ya sabes, porque te hago venir.
GABRIEL. - Señor, si es porque vuestras fiebres persisten, solo habrá que
aumentar la dosis, y en unos días mejorará.
(El
gobernador se estremece ante la bondad
de Gabriel).
GOBERNADOR - No estás aquí
solo por eso, quiero ofrecerte mi
amistad.
GABRIEL- Nada me alegraría más señor
GOBERNADOR - ¿De dónde eres?
GABRIEL - Soy de España, de un pueblo llamado
Sonseca, al que siempre llevo en el
corazón (Haciendo una reverencia al
gobernador) Señor permitidme que os hable de mi pueblo.
GOBERNADOR – Habla te escucharé.
GABRIEL - En Sonseca los portones no se
cierran ni de día ni de noche. Aún cada mañana, cuando despierto, en este palacio,
creo oír el ir y venir de sus gentes trabajadoras mezclarse con el cántico de
los pájaros que anidan en la torre de la Iglesia parroquial donde me bauticé, al
lado de mi casa. Pero si hay algo que no olvido de mi pueblo es su olor. Mi
pueblo huele a huerta, a horno caliente, a vellón de lana recién cortada, a
serrín gastado…
GOBERNADOR. - Mis ojos descansan en ti, sólo
tú me das alegrías. ¿A qué se debe esta visita? A estas horas, algo muy
importante debe de ser.
SOBRINA. - Mi señor, os he querido y
respetado como a un padre. Nunca pedí nada para mí, pero hoy vengo a pedir
clemencia para Gabriel, a quien tanto debemos y de quien os digo que es la
persona más noble y pura que conozco, por eso estoy dispuesta a salvarle la
vida. Sé que vos lo apreciáis tanto como yo.
GOBERNADOR.- Ni el sol si me pidieras te
negaría, pero lo que pides no es posible, a no ser que Gabriel renegara de su
fe, pero ese Dios al que él adora, es más importante para él que su propia
vida.
SOBRINA.- ¡Pero vos apreciáis a Gabriel, sé
que le apreciáis
GOBERNADOR.- (Echándose las manos a la cara) ¿Crees que no lo he intentado
haciendo que los jueces disimularan con
él? El pueblo se me echaría encima. ¡No, no puedo y en contra de mis
sentimientos! En breve será
martirizado.
SOBRINA.- No tío por favor no hagáis eso! ¡Tened
clemencia!
SOBRINA. - Os ruego que me digáis, ¿qué tengo
que hacer para ser de los vuestros?
GABRIEL.- ¡Arrodíllate! (Saca
una concha de su bolsa y coge agua de una vasija). Yo te bautizo en el
nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.
GOBERNADOR - ¡Se te pregunta por última
vez! ¿Renuncias a tu fe?
GABRIEL.- (Gabriel tose y respira mal)
Lo que tengáis que hacer, hacedlo. ¡No renunciaré nunca!
GOBERNADOR.- !Esta noche serás quemado
vivo!! (Sentenciando)
Julia Garrido, la autora con ... A la derecha, Natalia García de Blas, que se ocupó de la parte técnica. |
Ana Iniesta, directora, recibe una placa del presidente de la Hermandad del Beato, que hizo de narrador. |
"Al final sólo Tú quedas junto a mí cuando todo el resto muere"
Luces y escenografía: MARIO LÓPEZ PINILLA Y NATALIA GARCÍA DE BLAS
Guión: JULIA GARRIDO
Dirección: ANA MARÍA INIESTA