UN 20 DE ABRIL DE 1985
SE PUBLICABA UN ARTÍCULO DE Don Manuel López Rielves.
En aquella época solía escribir y divulgar sus pensamiento sobre su querida Sonseca.
Con ánimo de ayuda a mi pueblo a salir de los baches que nos traído los tiempo, lo reproduzco.
¡Qué nos sirva para mantenernos en nuestro estilo de vida característico conseguido con mucho esfuerzo, el que tenemos que renovar día a día!
En la Mancha Alta, emerge este pueblo,
que geográfica tiene poco que ver con la Mancha, pero que tampoco es clasificable con otros entornos, y que está ahí, a muy pocas distancia al sur de Toledo, en los caminos que se van abriendo a partir de Los Yébenes y Mora, hasta los campos de Montiel.
Aquí no hubo molinos, ni ventas, ni Caballero alguno, que con su fuerte brazo pusiera orden en las encrucijada, aquí nos encontramos con gentes y hábitos distintos, con escasas tradiciones, con una vocación, yo diría, que agonista por el trabajo y este es su mérito principal, sacar, de donde no hay, ahorrar hasta en infinito, ganar, para seguir invirtiendo y trabajar más y más.
¿De qué nos viene esto a los sonsecanos?
¿Nos influiría este espíritu la orden benedictina, que con su divisa ORA Y LABORA, tuvo asiento en SONSECA, seguramente por los años fundacionales?
Esta es la Castilla despoblada y yerma que vio Azorín y Machado, mísera y orgullosa, de una estirpe que ama a su tierra, que engendra unos seres telúricos que sin comida, descalzos y famélicos, patearon el ancho mundo.
Estos "hombres de Sonseca", así los llama la refranería popular, están aquí, confinfurando la Nueva Castilla, la que alumbró con su heroísmo, el sexto Alfonso, que al conquistar Toledo, fue dejando en estos pueblos del sur, judíos, árabes y cristianos, ya que la vocación del medievo fue casi universalmente la convivencia de razas y credos.
Y este es, sin duda, el asentamiento de este pueblo, con variedad raciales y radicales, muy peculiares, integradoras de estos contornos y que juntamente, han cuajado, en el denominador común, de un espíritu indomable para la empresa y el trabajo. De el se hizo eco, Urabayen, cuando escribía de Sonseca, son las inteligencias más ágiles y emprendedoras de toda la provincia...".
Veríais sus campos ásperos y duros de encinas y de robles, abatidos por esos hombres, carboneros de Sonseca y el aprovechamiento de los escasos pastizales por los pastores, de universal fama, ¿QUIÉN NO LOS RECUERDA AÚN? y las diminutas huertas, en cada casa, aquí no hay ríos, ni arroyos, el valle seco, no da nada, llueve muy poco, pero se horada la tierra y cientos, miles de pozos alumbran su escaso caudal y se obtiene milagrosamente el agua benéfica que regará cientos de hectáreas, administradas y utilizadas con dedicación en los amaneceres y anochecidos, para obtener verduras y hortalizas en cantidades y calidades.
Una naturaleza así, tendrá que vencer voluntades indómitas, juntamente con una vocación artesanal, que convierte cada hogar en un taller, más tarde en pequeñas industrias, y los textiles, muebles castellanos, cerrajerías y los famoso mazapanes conocidos en el ámbito nacional por su autenticidad y por una tradición de muchísimos decenios.
Esa fama de míseros, es pura leyenda y oculta una animadversión haca la laboriosidad de nuestras gentes, que nunca se muestra remisa para engrosar suscripciones cuando se llama a su conciencia de cristianos viejos, y esta faceta proviene del hondo de la historia, fue descubierta por Azorín cuando escribía en le capítulo IV de LA VOLUNTAD, que a primeros de siglo, con asombro y admiración a la vez, al oír, en la Posada Nueva de Toledo, a un arriero de Sonseca, hablar y sentir sobre la resignación y lo precario de nuestra vida, como podría hacerlo Fray Luis de León o Padre Granada.
Y todo viene a quedar, en que España donde el pesimismo que invade a nuestras gentes, la angustia que provoca el paro, la miseria que ronda a nuestros hogares, son muy poca cosa, para los hombres que tienen fe en su propio destino, porque saben trascender y sabrán auparse sobre las difucultades.
Se ha publicado un libro, que se considera debe ser leído para pensar. "Riqueza y Pobreza", que nos viene a decir testimonialmente, que la riqueza de un país no proviene dolo de sus recursos sino de la cultura, del trabajo, de la fe y de la solidaridad, que nos hermana en el esfuerzo común de buscar soluciones que nunca estarán enmarcadas en la proletarización ni en el capitalismo inmisericorde.
Este es el mensaje de un pueblo, que sin desmayo, busca cada día nuevos horizontes, manifestando una vitalidad y una capacidad asombrosa para encontrar nuevas actividades y que en su amor a la tierra y al trabajo, no le tentó la emigración, que en tantos lugares de España, dejó los pueblos vacíos.
