DON DAVID SÁNCHEZ-CABEZUDO NOGUERA
7 DE SEPTIEMBRE
PATIO DE LA CASA DE LA CULTURA
Queridos sonsecanos:
Inmensamente
agradecido a nuestro alcalde y a aquellos que pensaron en mí para esta ocasión, me
dispongo, profundamente honrado, a cumplir con la tarea que me ha sido
encomendada:
encomendada:
Pregonar las
Ferias y Fiestas de nuestro pueblo: Sonseca!
Las Ferias y
Fiestas en honor a nuestra Patrona: la Virgen de los Remedios!
Las Ferias y
Fiestas de todos y cada uno de los sonsecanos!
Ingeniero de Telecomunicaciones. Trabaja en el proyecto GALILEO de la Agencia Espacial Europea |
Permitan que
me presente. Los de la generación anterior a la mía siempre me han conocido como el hijo
de Fulgencio y Mary Carmen, los maestros, a los cuales debo todo lo que soy y les doy las
gracias por ello. Atiendo a los de la generación previa como el nieto de Juan Noguera.
Para el resto, soy sencillamente David, un integrante más de la aquella fantástica quinta del 78.
Nuestra
infancia transcurrió entre los billares y los puestos de la feria.
Más tarde, nuestra efervescente adolescencia se apaciguaba entre el Instituto y las diversas actividades extraescolares que se nos asignaban. Al margen, claro está, de otras sospechosas ocupaciones y eventos clandestinos en el Instituto, en las huertas de los extrarradios o en cualquiera de los pubs de la arroyada. Por supuesto, siempre a toda velocidad a bordo de nuestros Vespinos. El éxtasis llegaba con el encierro de San Juan, con la noche de San Gregorio y, sobre todo, con la Feria de septiembre.
Más tarde, nuestra efervescente adolescencia se apaciguaba entre el Instituto y las diversas actividades extraescolares que se nos asignaban. Al margen, claro está, de otras sospechosas ocupaciones y eventos clandestinos en el Instituto, en las huertas de los extrarradios o en cualquiera de los pubs de la arroyada. Por supuesto, siempre a toda velocidad a bordo de nuestros Vespinos. El éxtasis llegaba con el encierro de San Juan, con la noche de San Gregorio y, sobre todo, con la Feria de septiembre.
Todas estas
experiencias sirvieron para forjar y constituir nuestra faceta social y de interacción
humana.
Banda Municipal de Música |
La música y
el deporte fueron también parte esencial de nuestra educación extraescolar. Con los
colores del Bartosa en Sonseca, y del A.D. Diana más tarde, defendimos por la comarca el
honor y el orgullo de nuestro pueblo a través del futbol y del baloncesto.
Crecíamos en
valores como la amistad, la competitividad y la superación.
La música
centró mis actividades lejos del instituto. Pasaba la mayor parte de las tardes
entre el Conservatorio y la Banda de Música.
En el conservatorio desarrollábamos disciplina y creatividad, mientras que la banda me descubrió una dimensión completamente distinta de la música, una mucho más alegre: la del compañerismo, la de la emoción
entre el Conservatorio y la Banda de Música.
En el conservatorio desarrollábamos disciplina y creatividad, mientras que la banda me descubrió una dimensión completamente distinta de la música, una mucho más alegre: la del compañerismo, la de la emoción
compartida, la de la entrega generosa. Al compás de la Banda de Música, la vida se mostraba
diferente, especialmente durante Santa Cecilia, y como no, durante estos maravillosos
días de la Feria de septiembre. Y si no, fíjense en la sonrisa que tienen todos ellos…
También formé
parte del coro parroquial donde, delante del órgano, y con mi padre como director,
participábamos de la Misa a las doce en punto mientras consolidaba valores como el respeto y
la solemnidad. Sin ánimo de extenderme demasiado, quisiera aprovechar esta ocasión para
valorar el titánico esfuerzo de cada uno de los integrantes del coro, que
siguen ocupando sus
bancos año tras año a pesar de las limitaciones que la edad nos impone después de más de 25 años en la tarea.
Atril del coro de la ermita de la Virgen de los Remedios, |
Todo lo
descrito, no es más que una pequeña muestra, pero el mejor ejemplo de que Sonseca,
formada por todos sus sonsecanos, proporciona con orgullo las herramientas necesarias
para formar al individuo en sus valores básicos.
Soy sonsecano de nacimiento. Sonsecano a buena honra. Y por suerte y desgracia al mismo tiempo,
también soy sonsecano en la distancia desde que cumplí los 18.
Dicen que
todo se aprecia en su justa medida una vez se echa en falta. No puedo estar más
de acuerdo:
caminar por la Acrópolis de Atenas, a la sombra del Coliseo de Roma o entre la marabunta de
la quinta avenida en Nueva York, emociona, conmueve, entusiasma. Te roba el aliento
porque te hace sentir parte de la historia, parte de la humanidad. Y sin embargo, no es
comparable con los sentimientos que se desbordan en mi pecho al pasar por los arcos de la
Feria, o al oler a romero de camino a la Torre Tolanca, y, si me apuran, con la maldita estrechez de la calle Toledo al llegar a la
Arroyada, con la peculiar fragancia
al salir por la
carretera hacia Casalgordo, o incluso con el polvo seco que levantan los coches
al adelantarte
en el camino a San Gregorio…especialmente, cuando vas haciendo deporte.
Calle Toledo |
Puede que
los rincones de Sonseca no resalten por su arquitectura o por su tamaño. Su relevancia
sin embargo, nace de la conexión que hacemos entre dichos lugares y las personas
amadas, de la relación que hacemos entre dichos parajes y nuestras experiencias pasadas, de
la evocación de ciertos olores y sabores al revivir nuestra propia historia. Está en lo más
profundo de nuestro ser. Constituyen nuestro ADN. Los sonsecanos en la distancia
sabrán perfectamente a que me refiero….
Sonseca no
es solo aquello que los sonsecanos hemos forjado física y geográficamente a lo largo de los
años. Por encima de todo, es lo que hemos construido sentimental y emocionalmente.
Y esto,
paisanos, es lo que hoy quiero pregonar: las fiestas de Sonseca como la fiestas
de todos sus sonsecanos:
Sonsecanos de nacimiento y, ojo, sonsecanos de adopción, traídos a esta tierra
castellana movidos por el amor, el trabajo o cualquier otro avatar del destino, pero
igualmente sonsecanos.
No nos
emocionemos. Sigamos. Al lado de
nuestro Patrón San Juan ante Portam Latinam, se encuentra nuestra patrona, la Virgen de
los Remedios. Ambos nos aportan cobijo, protección, esperanza y aliento.
Cuenta la
leyenda que hace varios siglos había un mendigo que siempre llevaba una pequeña
imagen de la Virgen en su zurrón. Cuando ya no tuvo nada, ni para comer, el
pobre mendigo se
vio obligado a vender la imagen. Pero la imagen, volvió a aparecer en su zurrón después. Esto ocurría
una y otra vez, tantas veces como el mendigo vendía su imagen para poder comer. Hasta
que una vez el mendigo hizo lo propio en las proximidades de Sonseca, y la imagen ya no
volvió a su zurrón, sino que apareció en el altar de la ermita que había junto al pueblo.
Desde entonces se la empezó a venerar en esta ermita y se la llamó Virgen de
los Remedios, ya
que la Virgen había remediado una y otra vez el hambre de aquel pobre mendigo.
Dibujos de Elena Martínez González |
Queridos
paisanos. Vivimos momentos convulsos en muchos aspectos. Nuestra sociedad ha cambiado,
evoluciona a cada instante. Debemos intentar comprender los cambios y tratar de
adaptarnos a ellos.
Como saben,
y si no lo saben, se lo digo yo ahora, mi mundo es el espacio.
Un
astronauta de la NASA hace ya algunos años, me explicaba la extrañísima sensación
que se
experimenta en los minutos posteriores a alcanzar la ingravidez en el espacio
exterior después del
lanzamiento.
Lo habrán
visto muchas veces en las películas: una vez se desabrochan los cinturones, los astronautas
y todas las cosas a su alrededor comienzan a “flotar”. Pues bien, dicho astronauta
me describía tal sensación como la que se experimentaría si se cayese continuamente
por un precipicio. El acto reflejo es mirar con vértigo hacia abajo.
Imagínenselo.
Estar cayendo al vacío de forma continua…. ¡Extraño!, verdad? Y sin embargo, al
final el cuerpo humano es capaz de acostumbrarse, incluso a la ausencia de gravedad. A
pesar de ser ésta algo innato al ser humano y a pesar de haberla experimentado cada segundo de su vida durante años.
El ser
humano es por tanto capaz de adaptarse a cualquier situación, por novedosa que
sea. Por
supuesto, lo más fácil siempre será quedarse como estamos, disfrutar de la
gravedad, de la vida
tal y como la entendemos, tal y como nos la enseñaron. Sin embargo, yo abogo por buscar
siempre la luz sin miedo, aunque ello conlleve echar nuevas raíces.
Como les decía,
mi mundo es el espacio, y de igual forma que un pueblo lo construyen sus ciudadanos a
través de sus obras, una misión espacial no existiría si no fuera por las acciones del
grupo humano que existe detrás. Así que concédanme
la licencia de pregonar a Sonseca, a sus sonsecanos y a la Virgen de los Remedios a
través de sus tradiciones, con un aderezo de aceite espacial: Con el
cohete suspendido en la plataforma de lanzamiento, la tensión de los momentos previos al
despegue se ve liberada cuando el cohete comienza su vuelo, dejando atrás una
interminable
cola de fuego y un sonido ensordecedor, fruto de la combustión de miles de kilos de
hidrógeno y oxígeno líquido y sólido. De igual forma, el alabardero coloca el
cohete en la tabla
y con una mezcla entre el olor penetrante de la pólvora y el susurro de la
mecha encendida,
la tensión solo se libera cuando el cohete explota en el cielo. Especialmente
si esto a las
seis de la mañana, verdad … ??
Una vez el
cohete ha salido al espacio, la cofia debe abrirse para liberar el satélite o
la nave espacial que
porte en su interior. La delicadísima operación para separar el cohete del satélite es
de crítica importancia para la continuación de la misión. Igualmente crítico es
el momento en
el cual, el alférez, ante la atenta mirada de miles de sonsecanos, y únicamente después de
la aprobación del Bastón, escoltado por la belleza de la reina y las damas,
recibe la bandera
de la niña, la despliega sobre sus manos y procede a la delicada tarea de
iniciar el baile,
que arte!.
El arte de bailar la bandera por el alférez |
Una vez
separado del cohete, y ya en el espacio, el satélite vuela independiente. Para asegurar su
supervivencia, la primera operación consistirá en desplegar sus paneles solares con
el objetivo de proveer energía con la que alimentar todos sus sistemas
internos.
Al igual que
la actitud firme y de sacrificio del alférez durante el baile de la bandera
sirve de alimento y
motivación para el resto de la compañía de alabarderos y de cuantos aquellos sonsecanos
le observan con devoción.
Alcanzada la
órbita deseada y con el sub‐sistema de potencia funcionando nominalmente, el satélite
se encuentra seguro, pero con el fin de mantener tal situación bajo control, el sub‐sistema
interno de navegación deberá asegurar que el satélite nunca pierda contacto con el Sol –que
proporciona energía ‐ y apunte siempre a la Tierra –para comunicarse con nosotros‐.
De igual forma, el muñidor se encarga de marcar los tiempos a las diferentes actividades
y guiar a los diferentes grupos de personas de forma que la orientación y la navegación
de todos ellos sea la correcta.
Los satélites
pueden volar a millones de kilómetros de nosotros. Por ello, una vez en el espacio, su
control y su monitorización no sería posible sin una infraestructura en Tierra formada por
antenas y centros de control, que a pesar de no gozar de la fama exótica de aquello que
va al espacio, son igual de importantes para la misión. De igual forma, el patronato de
la Virgen y las autoridades civiles, se encargan de asegurar las infraestructuras
apropiadas que aseguren la correcta celebración de las fiestas.
Cualquier
objeto en el espacio sufre unas brutales gradientes de temperatura. Cuando reciben
directamente la luz del Sol, la temperatura del satélite puede rondar los 200 grados, pero
cuando son eclipsados por la tierra u otro planeta, la temperatura puede pasar a menos 200
grados. Imagínense, de +200 a – 200 grados en apenas un segundo. Por ello, deben llevar
un revestimiento térmico que les proteja adecuadamente. De igual forma, las camareras de
la Virgen se encargan de que a la imagen de nuestra patrona no le falte lustre
y que
siempre se encuentre en perfecto estado.
Los satélites
no entienden de días o noches, de sábados o domingos, sino que únicamente atienden a
las leyes físicas y gravitatorias que rigen sus movimientos. Esto hace que sus operaciones
requieran turnos de 24 horas, de lunes a domingos. A semejanza de los cientos de
operadores necesarios en una misión espacial, las decenas de antiguos alférez,
antiguos alabarderos,
antiguos miembros del patronato, antiguas camareras, etc etc, y sobre todo, los
familiares de todos éstos se convierten en las personas clave, que en la
oscuridad de la noche, o en
la soledad de un fin de semana, estarán siempre disponibles para echar una mano. ¡Qué
haríamos sin ellos!
Al igual que
científicos e investigadores, los miembros de las asociaciones sonsecanas se
Pasacalle ecuestre |
esfuerzan
por indagar y proponer nuevos eventos con los que complementar el núcleo de las
actividades de la feria. Caballos, enganches, toros, deportes, música, pintura,
poesía, … no son más
que algunos ejemplos de la amalgama de actividades con la que las asociaciones culturales
de nuestro pueblo nos colman de entretenimiento.
Los datos
recogidos por un espectrógrafo de masas o por un radiómetro a bordo de un satélite
necesitan ser procesados de forma que el usuario final pueda entender apropiadamente
la información recogida por los diferentes instrumentos científicos.
Análogamente,
los músicos se encargan de procesar las imágenes y envolver los diferentes eventos de
forma que cada acto tenga un significado aún mayor, y se convierta en una experiencia
que pueda ser disfrutada con mayor intensidad.
No puedo ni
quiero olvidarme de aquellos sonsecanos que, a pesar de no tener una función en las
actividades puramente dedicadas a la feria, son imprescindibles para que los primeros
puedan llevar a cabo sus tareas.
Me refiero
al personal encargado de hacer mantener el orden y respetar las leyes, de asegurar que
las calles estén despejadas para una procesión o de que la gente disfrute sanamente de
los festejos. Si no sucede nada, nadie se acordará de ellos, pero ay, como las cosas vayan mal…
A los
carpinteros y los herreros, encargados de forjar las estructuras que sujetan
nuestra existencia,
como las andas y el armazón sobre el cual descansa la imagen de nuestra Virgen al ser
paseadas en procesión.
A los
electricistas, encargados de iluminar nuestras vidas a cada paso que damos por nuestro
pueblo.
Al gremio
del textil y a todos aquellos dedicados e embellecernos a nosotros y nuestros alrededores
con el objetivo de enaltecer el homenaje que a nuestra patrona dedicamos estos días.
A los agricultores,
ganaderos, responsables de la alimentación y de proveer los servicios
básicos,
encargados de abastecer las proteínas e hidratos de carbonos sin las que no podríamos
derrochar la energía que estas fiestas merecen.
A los
comunicadores, nuestros ojos y oídos por el mundo, con la tarea de contarnos
fiel e imparcialmente
la realidad.
Al gremio
del mazapán encargados de proveer los azúcares que mantengan perenne la dulzura en
nuestro alma. A los bares
y restaurantes, encargados de proporcionar distracción a todos los anteriores para
asegurar una correcta actitud mental. Y mucho café al día siguiente…
A los
empleados públicos que mantienen el sistema creado por y para todos. A los
educadores, especialmente maestros y profesores. Con la apabullante y no siempre reconocida
responsabilidad de despertar el genio que llevamos dentro y de dar talla a nuestra
personalidad.
A los médicos,
enfermeros y todo el personal sanitario, que nos arreglan a nosotros para que nosotros
podamos arreglar nuestras cosas.
A los
valientes autónomos, cuyo riesgo profesional se traduce en el impulso económico
de cualquier
sociedad.
A las amas
de casa, que mantienen el calor del hogar para que la semilla de la familia florezca.
A los
jubilados. Ellos son la generación que nos ha dado las bases necesarias para
que hoy podamos
labrarnos el presente. Son la generación que puso al Sputnik en órbita, que mandó a
Gagarin al espacio, o que llevó al ser humano a la Luna. Así, nuestros jubilados nos enseñaron
las tradiciones que hoy nosotros pasamos a nuestros hijos.
A las
generaciones que nos suceden. Son las que nos llevarán a Marte, las que perfeccionarán
nuestras herramientas. Las encargadas de preservar y engrandecer nuestro pueblo. Las que
nos harán mejores.
A las
generaciones que nos precedieron y ya nos dejaron. Las generaciones que descubrieron
las bases matemáticas, políticas, filosóficas… Las que contribuyeron a hacer de Sonseca
el pueblo que amamos. Su recuerdo sigue con nosotros. Y seguirá eternamente.
Y por
supuesto, a las generaciones que aún están por llegar, y que harán realidad
nuestros sueños.
Sonsecanos,
ya termino.
Como decía
en la saluda del programa, un griego sabio dijo que “la riqueza consiste mucho más en el
disfrute que en la posesión”.
Patio sonsecano de Ángel Martín |
Así pues,
les animo a disfrutar intensamente, a borbotones, de cada segundo de estas fiestas: de
las dianas floreadas con la Banda de música, de la pólvora, de las verbenas,
del pasacalle a
caballo y del circo, de los cuentos infantiles, de las galas benéficas, de los mercadillos
medievales, de los torneos de ajedrez y la duatlón y de los toros. Y de los chiringuitos,
y de las atracciones, y de los churros y de………y de este fantástico pueblo que es Sonseca y
de todos sus vecinos.
Hoy, aquí,
me comprometo a participar activamente no solo de estas fiestas, sino también de las
futuras, y con el beneplácito de mi maravillosa mujer Valentini, me gustaría
pedir públicamente
al administrador del patronato que apunte a nuestro hijo recién bautizado en la Iglesia,
a la lista de aspirantes a alférez!
Mosaico de la Virgen de los Remedios de 1774 |
Quiero poner
punto y final a este pregón en voz alta, a voces, invitándoles a disfrutar al máximo estos
días que tenemos por delante, pregonando a los cuatro vientos a nuestro pueblo, a
nuestros conciudadanos y sobre todo a nuestra patrona:
¡¡ Viva la
devoción a la Santísima Virgen de los Remedios !!
¡¡ Viva
Sonseca !!
¡¡ Vivan
todos los sonsecanos !!
Muchísimas gracias.