24 de septiembre de 1973, EL ALCÁZAR

Hace 38 años, se publicaba sobre:

MANUEL GONZÁLEZ, un artista sin fortuna

Fotografía cedida por Carlos Marín Gónzález, nieto del artista y publicada en el reportaje periodístico.

Yo, un simple corresponsal, no soy quien para denominar así a una persona, pero mi pequeño juicio crítico me hace implántarselo y decírselo. Un hombre de setenta y un años, que toda su vida la ha dedicado a cuidar ovejas y cabras, y que toda su vida ha demostrado que podía desempeñar otro papel que el de ser pastor, a pesar de que yo no opino que ser pastor sea algo malo ni desmerecido, pero creo que este hombre por las cualidades que Dios le dio, mereció haber solucionado la vida económicamente para siempre aparte de haber aportado en su trabajo una obra inigualable.
Se llama Manuel González, natural de Sonseca, y resulta que ha sido, y es un tallista fuera de serie. Talla sobre hueso y madera con una simple navaja, pues es su única herramienta, con una precisión y bellezas fabulosas. Les invito con el consentimiento de él a visitar su casa, aquí en Sonseca, en la calle Mazarambroz a admirar su trabajo, que al artista nunca le aportó ni un duro. Premios si tiene, más de veinte y los diplomas tapan las paredes de su pequeño comedor.

Él, allá por el año 1930 intentó cambiar el pastoreo por lo que Dios le concedió y él supo poner tan bien en práctica; pero por causas muy largas y molestas de contar. La fortuna no le sonrió y tuvo que desistir de su empeño.
En el campo y con sus animales como testigo continuó tallando sus obras y todavía está en activo, trabajando a la perfección, sin pedir nada a cambio. Pero no se preocupe, don Manuel, que sus obras siempre quedarán en pie y todos sabremos que usted es, será y ha sido un artista, sin fortuna, pero un artista. IZQUIERDO
En el museo etnológico de la Asociación de Los Montes de Toledo ubicado en Guadamur, podemos apreciar algunas de sus tallas.