jueves, 24 de septiembre de 2009

Santa Quiteria y San Pedro de la Mata


La ermita visigoda de SAN PEDRO DE LA MATA se introduce en la literatura de la mano de SANTA QUITERIA (patrona de Marjaliza) con una leyenda que relaciona a los dos.

  Según el Conde de Cedillo, la ermita o cenobio visigodo de San Pedro de la Mata mereció no solo atención desde el punto de vista arqueológico y artístico, sino también literario.
  Varios autores han relacionado a Santa Quiteria con la ermita en forma de novela, fábula, leyenda, como Julián Pérez, el historiador Conde de Mora y el padre Higueras.
  La leyenda es la que en esta caso nos interesa. Una poética leyenda resumida, concisa, sin los prolijos detalles con los que se le ha aderezado.
Se puede comenzar de la siguiente manera:

  





























  El Arzobispo de Toledo, San Eugenio, mandó edificar la Ermita, que dedicó al Príncipe de los Apóstoles, San Pedro. (Foto de Gregorio Barbero)
Imperaba Trajano, cuando en la ciudad de Belcajia, en Galicia, vivía con su familia la virgen cristiana Quiteria.

  Inspirada por Dios y guiada por un Ángel, marchó a la región de Toledo, llegando al "valle Eufrasia" situado a seis leguas al sur de la Ciudad y próximo a la ciudad de Adura, Abria, Marcalia o Espinum, que estaba donde hoy el pueblo de Marjaliza, el ángel le señaló el "Monte Columbino", allí cercano, donde le dijo descansaría en el Señor. Allí, se retiró con otras treinta doncellas practicando todas las virtudes cristianas.


Marjaliza y segunda cadena de los Montes de Toledo

  El señor de aquella tierra, régulo de los Carpetanos, el idólatra Leutianano mandó prender a Quiteria y sus compañeras como defensoras de las doctrina de Cristo.


Con este motivo, la santa obró muchos prodigios, uno de ellos hacer brotar en aquel paraje una fuente de deliciosas aguas, que se sigue llamando de Santa Quiteria y sanaba a cuantos enfermos bebían o se lavaban con ellas.
  Y otro prodigio no menor fue la conversión de su mismo perseguidor Leutiniano, atónito con las maravillas debidas a la santa doncella.
  Libre de esta persecución, suscitóla otra su propio padre, régulo de Galicia y Lusitania, quien envió contra ella unos sicarios que le dieron muerte.

Entonces el cuerpo de la mártir cogió su misma cabeza y caminado por el monte, anduvo más de dos leguas (11km) hasta llegar la Ermita de San Pedro, donde el santo cuerpo descansó o se dio tierra a sí mismo.

Vista desde el puerto de Marjaliza hacia el Norte

  Pasaron seis siglos más. Deteriorada con el tiempo o arruinada la Ermita habíala reedificado el rey Wamba.
  Tal era la seguridad que las gentes tenían del lugar en que fue enterrada, que siendo Cura de Casalgordo un clérigo llamado Ldo. Tavira, yendo con una procesión de la Letanías de San Marcos, desde su Lugar a la Ermita ya nombrada, donde aquel día se juntaban muchos lugares y procesiones quiso certificarse si estaba el cuerpo de Santa Quiteria para lo que empezó a cavar en el sepulcro. Fue tan el alboroto de todos los presentes, diciendo que quería hurtar el santo cuerpo, que le requerían tuviera licencia del Sumo Pontífice.

Ruinas de San Pedro de la Mata vistas desde el Sur

  El cura, atemorizado, volvió a echar la tierra de una espuerta que había sacado y se afirma que una persona, testigo del hecho, según el padre Higueras, notó un olor con agradable fragancia cuando se empezó a excavar la sepultura, que admiró a los presentes. Aquel olor era celestial, que transcendía de un cuerpo santo. Así confirmaba con la tradición tan antigua.

Texto escrito gracias a las investigaciones del sacerdote sonsecano Don Francisco Peces Caberta.


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Gracias amigo visitante por compartir este paseo por esta singular visión de mi pueblo, fruto de inquietudes recopiladoras desde...

Gracias, por ocupar parte de su tiempo en descubrir estos retazos, fragmentos, pinceladas de un laborioso pueblo como Sonseca, que ha demostrado a lo largo de su Historia saber superar con inteligencia creadora y ejecutiva las circunstancias más desfavorable.

Gracias, por leer y observar mis "entradas" metidas a golpe de corazón, como intuyendo lo que nos une y nos anima a seguir ampliando nuestros límites personales afianzando lo que somos y de donde venimos.

Disculpas por las erratas que siempre lleva un texto escrito aunque se haya realizado con lo mejor que uno ha aprendido.
























































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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