viernes, 25 de febrero de 2022

MARGARITA SÁNCHEZ DE LA CRUZ, MAESTRA DE LA ESCUELA DE ADULTOS DE SONSECA DURANTE MÁS DE CINCO LUSTROS, SE NOS FUE DE ESTE MUNDO DEJANDO HUELLA.

     El fallecimiento de Margarita nos ha conmocionado a los que la conocíamos. Con poco más de sesenta años nos ha dicho adiós dejándonos un hueco y al mismo tiempo una honda huella sembrada de generosidad a sus semejantes gracias a su labor docente y algo más.

  Me permito brindar este pequeño altavoz a dos de sus alumnas para hacerle un sencillo homenaje compartido que divulgue con su sentir hacia ella su treyectoria como maestra y como persona.

   Nos escribe Julia Garrido.

   Hace días que partió Margarita, una gran amiga, buena persona, optimista, sencilla y excelente maestra que amaba su profesión. 

   Quédará en me memoria que, además de enseñarme temas académicos, me alegró la vida, no solo fue mi maestra en la ESCUELA DE ADULTO, sino que me brindó una sincera amistad.

 


   Desde aquí, agradezco el haber compartido con muchos de sus alumnos tantos momentos inolvidables en las aulas y fuera de ellas, en excursiones, reuniones, club de lectura, representaciones teatrales...

   Recuerdo el día en el que la comenté la idea de hacer una obra de teatro sobre la vida de fray Gabriel de la Mágdalena, se le ilumninó el rostro de alegría. Me animó o ofreció toda su ayuda y continuó en los musicales.

 

Obra de teatra sobre la vida de fray Gabriel de la Magdalena
Musical La Flor del Mazapán

Musical La Canción del Cardador.

     Desde aquí, mi sencillo homenaje compartido.

  ¡Qué Dios la tenga en su gloria! 


    Remedios Dorado nos escribe de las vivencias compartidas con Margarita de la manera que ella le invitaba a realizar en muchas ocasiones en sus clases, en prosa y verso.

  


   La pérdida de mi maestra Margarita, me ha dejado un gran vacío, mi cabeza se llena de recuerdos todos, todos positivos.

   Recuerdo cuando fui a la escuela de adultos pensando aprender unas cuantas cosas, no muchas, a mi edad, qué podía aprender. La ilusión que había tenido durante muchos años por saber, solo era una ilusión de las muchas que tenemos y que nunca crees poder realizar.

   Pero encontré en la escuela a una maestra, Margarita Sánchez, que me hizo pensar que todo era posible a cualquier edad, atrapándome en el mundo del saber, ese mundo tan amplio, interminable que es la cultura.

   Lo primero que hizo fue enseñarme a quererme un poco más a mí misma, a no sentirme una máquina doméstica, una cuidadora de niños y de mayores exclusivamente. Tenía esa habilidad del buen maestro para hacer sentirte importante en la pequeñez.

   Me fui metiendo en sus clases tan constructivas, amenas donde todo era nuevo para mí, pero tan mágicas, tan interesantes, que se me hacían cortas aun llevando algunos deberes para casa.

   No aprendía muy bien las matemáticas, las resolvía de cabeza, su práctica me era muy difícil. Trabajaba pero no ponía mucho interés, no me gustaba. Enseguida se dio cuenta y me dijo como si a todo se dirigiera:

-     No todos valemos para lo mismo, a unos se les da bien las letras, a otros la matemáticas, a otros las ciencias…, cada cual tiene que esforzarse, pero no obsesionarse, hay muchos caminos en los que te puedes sentir a gusto.

    Así fue como hizo que me sintiera tranquila, pues me encantaba la Historia, la Geografía, el Arte…, siempre pensando que Margarita me llevaba de la mano, enseñándonos todo con una gran sencillez y habilidad profesional.

   Aprendí, que los viajes que ella organizaba, eran una gran fuente de aprendizaje de la Historia, el Arte y la Geografía.

   Corrimos por muchos sitios de España, Francia, Portugal, todos maravillosos. Con ella aprendí la riqueza que tenemos en nuestra querida España, descubrimos ese gran patrimonio cultural y artístico, que no todos apreciamos.

   En unos cursos, dimos iniciación a la poesía. Me pareció muy difícil, pero ella, como todo lo que nos enseñaba lo trabajaba mucho, nos hacía admirarla y sentirla. Siempre que hacía unos versos se los enseñaba y nunca hallé en ella una mirada, un gesto que pudiera desanimarme a seguir. Escribir me ha hecho en algunas ocasiones sentirme importante, con el tiempo ha sido un escape del pensamiento lo mismo en verso como en prosa.

  Me parecía increíble que algunos de mis escritos se publicaran en la revista del colegio al fin de curso y me sentía feliz también cuando publicaban los de mis compañeros.

   Margarita ha sido tan profesional y gran persona que logró que todos, compañeros y compañeras nos respetáramos y quisiéramos. Teníamos una unión que ha perdurado en el tiempo y aún hoy día seguimos siendo grandes compañeros y seguiremos porque ella nos enseñó que el respeto y el cariño son necesarios para ir por la vida con la cabeza alta.

   Con el tiempo, he comprendido que el saber no ocupa lugar, pero sí nos hace más grandes.

   Nunca podré olvidar todo que he aprendido de esta gran maestra y mujer, hizo que me superara y no me sintiera mal por ser una semianalfabeta cuando llegué a la escuela con una edad considerable.

   Supo decirme sin palabras que nunca es tarde en el mundo del saber.

   Siempre la recordaré, como lo que era, una gran mujer, inigualable profesional y trabajadora incansable. Hizo se mí una persona diferente, me hizo sentir un inmenso amor por el saber en el mundo de la cultura.

     Gracias Margarita por darme tanto. 

 

Club de lectura de la Cruz Roja con Margarita  al frente, su última labor cultural.

    SIEMPRE TE RECORDARÉ

   Querida Margarita:

Ya sé que no vas a leer

estos versos que te escribo

pero si llegaran a ti

sin corregir lo que digo.

 

    Te fuiste sin decir adiós,

como siempre tan discreta,

guardándote tu dolor

bajo una sonrisa ligera.

 

   Has dejado una huella

profunda en el corazón

en todos tus alumnos

que enseñaste con pasión.

 

   Como profesora inigualable,

como mujer excelente,

como trabajadora incansable,

como amiga, la mejor.

 

    Recordaremos siempre

tus clases tan amenas

los viajes contigo

que tanta cultura encierran.

 

   Escudriñando la Historia

el Arte, la Geografía,

todo punto por punto

en una gran armonía.

 

   Lo primero que me enseñaste

fue a quererme un poco más,

el amor por la cultura

que nunca podré olvidar. 

 

   En el mundo de los versos

poco te podía realizar,

pero tú siempre animando

saca lo que en tu corazón está.

 

   Pero yo, escribo y escribo

y no puedo llegar a expresar

todo lo que tú te mereces

nunca lo sabré explicar.

 

   De ti nunca me despediré,

siempre estarás en mí pensamiento.

Solo pido y deseo

que descanses junto a Dios,

te mereces ese premio.

 

  Contribuyo al homenaje añadiendo algunas pinceladas significativas de su vida que conozco gracias a mi trato personal con ella desde que éramos estudiantes de Bachillerato Elemental en la Academia de don Víctor, aunque ella comenzó varios cursos más tarde.

 

Margarita, cuarta por la izquierda de la parte superior, con compañeros de la Academia.

   Allí ya aprendimos a perder la timidez actuando en las pequeñas obras de teatro, iniciando nuestra afición a la interpretación, atesoramos un buen hábito de estudio y gran base cultural.

  El Bachilletato Superior y COU lo hizo en el IES de Mora y Magisterio en la Escuela Normal de Toledo. 

   Volvimos a coincidir ya los dos ejerciendo de maestros en Sonseca. En 1993 la sustituí en el colegio san Juan Evangelista cuando superó la operación de trasplante de riñón. A ella le dieron plaza en la Escuela de Adultos donde estuvo ejerciendo intensamente hasta su jubilación con la responsabilidad de la dirección durante muchos años.

    Pero a Margarita, redundando lo que nos escriben sus alumnas, hay que recordarla como maestra vocacional dentro y fuera del tiempo de clases.

   Mucho de su tiempo libre lo empleó en elevar la cultura del pueblo hasta días antes de su fallecimiento.

  Cuantas fotos de grupos de excursionistas hemos podido ver en los programas de Ferias y Fiestas en los que compartía con el pueblo sus viajes con resúmenes del curso ilustrados en forma de artículos.

   Me decía unas de sus alumnas:

- No hay rincón de Toledo que no conozcamos gracias a ella.

   Era una guía excelente porque se preparaba concienzudamente la documentación del lugar a visitar.

   Muy enamorada del  medio de comunicación radio, escuchaba programas en los que coincidíamos como NO ES UN DÍA CUALQUIERA los fines de semana en RNE presentado por Pepa Fernández. Asistimos juntos a ver su emisión en directo desde la casa de cultura de Mora.

   En la década de los años 90 también compartimos la emisora local, Onda Radio, Sonseca los domingos por la mañana. A su programa Escuela Abierta le seguía El Tren de la Vida que yo compartía con Eufemio Romero en domingos alternos.

 


   No olvidemos como apunta Julia a su faceta como actriz y colaboradora en el más amplio sentido en obras de teatro, recitales y musicales.

 

Margarita Sánchez de la Cruz dando el pregón de la romería de San Gregorio en 2013

   También tuvimos el gusto de escuchar su sentido pregón de la romería de san Gregorio para lo que fue elegida por la cofradía del santo.

  Como colofón a su labor cultural y hasta el último día que pudo después de jubilada, la dirección del Club de lectura de Cruz Roja. 

   Su dedicación a la cultura estuvo encardinada con su entrega generosa en su vida personal como esposa, madre y abuela, que le hacía brotar su humanidad.

   Dios le tendrá en el lugar que le corresponde.

   

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EL OTRO tiempo DE UN PUEBLO...

DE BUEN NACIDOS ES...


Gracias amigo visitante por compartir este paseo por esta singular visión de mi pueblo, fruto de inquietudes recopiladoras desde...

Gracias, por ocupar parte de su tiempo en descubrir estos retazos, fragmentos, pinceladas de un laborioso pueblo como Sonseca, que ha demostrado a lo largo de su Historia saber superar con inteligencia creadora y ejecutiva las circunstancias más desfavorable.

Gracias, por leer y observar mis "entradas" metidas a golpe de corazón, como intuyendo lo que nos une y nos anima a seguir ampliando nuestros límites personales afianzando lo que somos y de donde venimos.

Disculpas por las erratas que siempre lleva un texto escrito aunque se haya realizado con lo mejor que uno ha aprendido.
























































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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