Ver, mirar, obervar, contemplar y admirar.
El viernes 25 de junio del 2021, después de la misa de 20.30 h, los investigadores nos dieron a conocer sus estudios debajo del mismo escudo situado encima de la puerta pequeña de la Capilla Mayor que da a los jardines adjuntos, antiguo cementerio.
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| Don José Carlos Arellano, párroco de Sonseca, hizo la presentación del acto. |
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| Don Francisco Gil contextualizó la construcción del escudo en la Historia de Sonseca |
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| Don Antonio Gallego, coautor, indicaba con el rayo láser los cuarteles del escudo. |
Durante el acto, repartieron un folleto gratuito para los asistentes, que transcribo tal cual con su previo permiso.
Don ÁLVARO HURTADO DE MENDOZA Y SARMIENTO fue uno de los seis hijos de la familia noble Mendoza-Sarmiento. Sus padres Juan Hurtado de Mendoza y María Sarmiento y Pimentel, eran condes de Revadavia.
Don Álvaro debió nacer en la primera mitad del siglo XVI y murió en Valladolid el 19 de abril de 1586. Ostentó el título de conde de Pernia, y el 4 de septiembre de 1560 fue nombrado obispo de Ávila, tomando posesión de la sede en abril o mayo de 1561. Después fue de Palencia.
Pero desde antes de 1540 y hasta después de 1552 se estuvo construyendo la Capilla Mayor de la iglesia de SAN JUAN EVANGELISTA de Sonseca, y en este año, se terminaron de poner los yesos a las capillas laterales, la de la Concepción o del Carmen y la del Rosario, y fue en este momento cuando don Álvaro era Cura Propio o Párroco de nuestra iglesia. Como vemos en este documento sobre una confirmación llevada a cabo por otro Obispo en 1548.
Documento de la Confirmación el 24 de agosto de 1548.
Archivo parroquial de Sonseca. Primer libro de Bautismos.
También era Capellán Mayor de la capilla de los Reyes Nuevos de Toledo. Pero al ser nombrado obispo de Ávila, y estando terminándose la iglesia de Sonseca fue cuando a partir de 1560 decidió costear su escudo heráldico para ponerlo encima de la puerta pequeña de la capilla, donde permanece hasta nuestros tiempos pero con los cuarteles muy desgastados.
Aun así, se aprecian algo los elementos heráldicos de los dos cuarteles, y son exactamente iguales a su escudo que aparece en otros lugares, como en la cúpula del convento de san José de Ávila, donde está el obispo enterrado
El escudo consta de dos cuarteles, el de la izquierda con las armas de los Hurtado de Mendoza con cruz en aspa rallado (Mendoza) y pequeñas hojas a los lados (Hurtado), y el de la derecha con las armas de Sarmiento con trece roeles bien ordenados.
En un libro de la Historia de san Segundo de Ávila, publicado por Antonio de Cianca en Madrid en 1595, en capítulo XI, se habla de don Álvaro y cita que era capellán mayor de la capilla de Reyes Nuevos y de la santa iglesia de Sonseca.
También en el libro del profesor Fernández Terricabras, Ignasi, "Felipe II y el clero secular" cita el beneficio eclesiástico que tenía don Álvaro en Sonseca, basándose en las signaturas del Archivo Histórico Nacional CL1519,f13, y AZ 51,f89 y 55.f.142.
Hacia 1562 un grupo de amigos abulenses, encabezados por fray Pedro de Alcántara, luego Santo, se entrevistaron con don Álvaro, ya obispo de Ávila para que aprobara la creación del primer convento y fundación de la Madre Teresa, que accedió a visitarla en la Encarnación, y allí quedó "totalmente mudado" por la Santa, como dijo su secretario.
Desde la inauguración del convento de san José el 24 de agosto de 1562, don Álvaro Hurtado de Mendoza se comportó como un verdadero padre para la comunidad y admiró la empresa fundacional de la Madre Teresa. Ella, en Ávila, y después en Palencia de donde también fue obispo, siempre le pagó con muestras de cariño, y pide a las monjas de Toledo que si las visita "le muestren mucha gracia porque todo de lo debemos... y siempre nos ha hecho mucha merced". Como vemos la ayuda de don Álvaro en la obra reformadora de santa Teresa de Jesús fue decisiva.
De ahí que incluso quisiera ser enterrado en la iglesia del convento junto a su amiga santa Teresa, fallecida en 1582, y así se hizo en 1586, el año del fallecimiento de don Álvaro. Aunque el cuerpo de santa Teresa ya había sido llevado, por mandato del duque de Alba, a Alba de Tormes.
María Hurtado de Mendoza y Sarmiento, hermana de don Álvaro, y esposa de don Francisco de los Cobos, secretario de Estado de Felipe II, también fue una protectora de las monjas de santa Teresa, por la influencia de su hermano, don Álvaro.
Escultura en mármol del obispo don Álvaro de Mendoza y Sarmiento en la iglesia de san José de Ávila, obra de Esteban Jordán.
Unas notas sobre Esteban Jordán.
Nace en León en 1530 y muere en 1598. Se le considera como gran escultor del último tercio del siglo XVI perteneciente al "foco castellano" coincidiendo con el estilo manierista. Realizó retablos en madera policromada, sillerías en madera de nogal y esculturas en alabastro. Su pintura está menos estudiada.
Estuvo casado con Felicia Gónzález de Berruguete, sobrina de Alonso de Berruguete (maestro de Pedro Martínez de Castañeda, escultor de nuestro retablo parroquial).
Sus obras se extienden por la Vieja Castilla: Astorga (León), Paredes de Nava (Palencia) Medina del Campo, Medina de Rioseco (Valladolid) y en la propia ciudad de Valladolid, donde se instaló.
En sus obras se observan influencias de Rafael Sanzio, Miguel Ángel(perfecto estudio de la anatomía) y Juan de Juni. Al final tiende al barroquismo.
Esculpió varios sepulcros de eclesiásticos, de tipo orante y exento, entre ellos el del obispo Álvaro de Mendoza, nuestro protagonista.
En el cancel de la iglesia parroquial aún pueden encontrar algún folleto.
