Nuestro recuerdo en el 50 aniversario de su ida de este mundo.
(5 de septiembre de 1916 - 17 de febrero de 1971)
Victoria, hija de Juan Marín y María Alameda, nació en el número 27 de la calle Rosario.
Los recursos económicos de sus padres procedían de la venta de cal que ellos hacían, de ahí, "los Caleros", apelativo, apodo popular con el que conocemos a sus descendientes.
Victoria con su madre, María, y Alberto, su hermano menor. |
Desde muy adolescente, Victoria, mostró dotes de trabajadora e inquietud emprendedora.
A sus quince años ya aprendió el arte de la costura con esas maestras dominadoras de la aguja y dedal que tanto predominaban en el pueblo al principio de la década de los años 30, concretamente, con doña Felisa y su marido, de profesión sastre.
Con esa juventud ya fue capaz de montar un taller de confección en su casa dando empleo a cinco mujeres. Hacían trajes de hombre, vestidos de novia y prendas varias.
Comenzada la Guerra Civil en 1936, recien estrenada su veintena confeccionaba trajes para los milicianos que se los pedían.
Victoria, de pie a la izquierda, en el taller de costura de doña Felisa. |
Las ganancias que iba cosechando las aportaba al fondo común de la familia. Sus padres, en esa época, lo invertían en comprar tierras y huertas, ya que la agricultura era lo que predominaba en el pueblo.
En 1944 se casó con Emilio Sánchez García, ebanista de profesión, con el que creó un pequeño taller de carpintería.
Emilio y Victoria |
Su inquietud de progreso se diversifica y a la par que cosía comenzó a criar cerdos para después sacrificarlos y dedicarse a la empresa cárnica de hacer longanizas, morcillas, chorizos, curar jamones...
Su producción salchichera, muy solicitada, que en un principio vendía en la capital, Madrid, también era requerida por los vecinos de Sonseca, por lo que abrió en los años 50 una tienda de charcutería en la calle don Pelayo Nº 2 para dar respuesta a la demanda.
Victoria con su suegra, Apolonia, echando de comer a los cerdos. |
En el año 1956 compró un solar al lado del cuartel de la Guardía Civil, en la avd. Fray Gabriel de la Magdalena. En él instaló una pequeña taberna con el objetivo de vender aprovechando el bullicio que allí se formaba durante la celebración de nuestras Ferias y Fiestas. Es el inicio del nuevo negocio de restauración.
En los años 60, amplió la casa y dio el salto a construir un amplio salón para poder celebrar banquetes de boda.
Compró más terreno en la parte de atrás hacia la calle Santa Ana y en una gran pantalla proyectaba películas en el verano para todos los públicos, el cine de "la Calera".
Los dos negocios, restauración y charcutería caminaban paralelos en esos años de desarrollo industrial de Sonseca.
En esos tiempos, los condes de El Castañar la solicitaban para que fuera a la finca. Era la gobernanta de las matanzas de cerdos que realizaban.
Víctoria, atendiendo en su bar de la Avd. de Fray Gabriel de la Magdalena.
Su trabajo no le impidió tener cinco hijos: María, Apolonia, Sebastián, Emilio y Ana María por los que se afanaba cada día.
Una larga infermedad se la llevó en 1971.
Victoria, "la Calera", trabajadora toda su vida.
- ¡Menuda mujer, tu madre!
Así se la recuerdan los vecinos sonsecanos a su hija menor Ana María.
El mejor premio que la pueden dar, su recuerdo presente.
Las notas biográficas me las ha proporcionado la misma Ana Mari, que quiere dejar constantancia de su agradecimiento a su madre por inculcarle el espíritu de lucha y fuerza en la vida.
En la celebración de esta efeméride tan señalada, su corazón llora por su ausencia y acrecienta su anhelo de poder darle los besos que cada día le manda al cielo.
Gracias Ana María por descubrirme con detalles la vida de tu madre. Que sirva de pequeño homenaje en este sencillo blog a la vida de tantos anónimos, esforzados y valientes paisanos/as que han hecho posible el Sonseca actual.