Estas pinceladas históricas sobre la Virgen de los Remedios de Sonseca las he seleccionado del libro de Manuel Balleteros: Memorias y Curiosidades de la Historia de Sonseca, al que doy las gracias una vez más por su ardua y persistente labor de investigación y recopilación sobre el pasado de nuestro pueblo. Me permito el lujo de propagarlas con cierta sucesión en el tiempo por este medio tan universal para su público conocimiento.
Así ambientamos las peculiares Ferias y Fiestas de este año, que no son las primeras que se suspenden en la Historia por epidemias como apunto en esta entrada.
Utilizo el SABÍAS QUÉ...
Ilustro con fotogrfías anacrónicas, están hechas las mayoría hace unos pocos años. Algunos de Vds. hasta le pueden poner fecha.
En 1822 , Trienio Liberal en España, por órdenes constitucionales se suprime el refresco que se daba a sacerdotes y mayordomos el día 8 de septiembre, fiesta de la Virgen de los Remedios.
Cuatro años más tarde, 1826, se reanuda el refresco que ofrece el Ayuntamiento a autoridades, alabarderos, músicos y público en general el día 8 de septiembre entre la misa y el Ofrecimiento.
La fiesta de la Octava de la Virgen se volvió a instaurar en 1828 sufragada por el caudal administrado por los patronos de Nuestra Señora: un sacerdote, el alcalde y un seglar administrador.
Saturio Méndez López, conocido por "el pollo" fue el alférez de la Compañía de Alabarderos más antiguo del que tenemos referencias allá por 1850.
9.000 reales se recaudaron en el Ofrecimiento de 1855 a la Virgen de los Remedios. Fue un record en aquellos años. Además se le hizo una rogativa para pedir el fin de la epidemia que causó setenta muertos.
El Patronato de la Virgen de los Remedios prestó 4.000 reales al Ayuntamiento para la traída del agua potable al pueblo en 1869.
Según acuerdo municipal de 28 de agosto de 1870 se celebró por 1ª vez una feria de ganado durante los días 11, 12 y 13 de septiembre. Al año siguiente de acuerdo con el Patronato de la Virgen se pasó a los días 8, 9 y 10 para conseguir más concurrencia. Se instaló en lo que es ahora la Avd. de Europa, carretera de Mazarambroz y calle Antonio Moraleda.
A partir de 1879, por acuerdo del Ayuntamiento, los actos populares de las Ferias y Fiestas se trasladan de la plaza pública a la plazuela de la Virgen.
Por 25 pesetas sacaron la bandera en la "rifa" de 1882 los padres de Eugenio Rojas Cabello para que este la portara al años siguiente. En aquellos años esta cuantía fue una auténtica barbaridad.
El Ayuntamiento decidió suspender las Ferias y Fiestas el día de San Agustín de 1885 a causa de la epidemia que se padecía hasta que mejorara la situación sanitaria.
Aunque los actos principales ya se celebraban en la plazuela de la Virgen, el Ayuntamiento dispuso que hubiera los tres días de Ferias y Fiestas de 1888 conciertos de la Banda de Música en el Paseo.
El 15 de agosto, la Asunción de la Virgen, de 1890, el Ayuntamiento vuelve, de acuerdo con el Patronato de la Virgen y Compañía de Alabarderos, a suspender la celebración de las Ferias y Fiestas por la epidemia de cólera.
Pasadas las epidemias, el Ayuntamiento propicia que las Ferias y Fiestas de 1893 tuvieran más realce. Se puede decir que echó la casa por la ventana. Para conseguir su pretensión: subvencionó con 300 pesetas a la empresa que organizó las corridas de toros con mejor ganado y lidiadores, costeó la madera de los puestos de los feriantes cobrando 10 reales por cajón, se iluminaron la plaza pública, el paseo, la plaza del Ayuntamiento y los Remedios con luces de colores variadas y se contrató a la Banda de Música para dar conciertos los días de fiesta entre el 15 de agosto y el final de las Fiestas en el Paseo así como las dianas todos los días de feria de 5 a 6 de la mañana.
Además acordó divulgar por medio de impresos a toda la provincia el orden de los festejos y lo que ofrecía a los feriantes de ganado. Pudera ser el primer Programa de Ferias y Fiestas.
No podía faltar el acto caritativo. Don Venancio Ballesteros, el veterinario propuso y se acordó la distribución por valor de 75 céntimos cada uno de 200 bonos en especie a 200 familias pobres.
Durante los años 1902 y 1903 la Virgen de los Remedios no fue escoltada por la alabarda la Panadera al quedarse sin salir. En esos años se gastaron los alabarderos 46 pesetas en 1,5 arrobas de tostones, 26 en dos arrobas de vino, 14 en cohetes, 8 en tambor y clarines y 4 en el trabajo del muñidor, Juan Martín-Maestro. Cada alabardero hubo de pagar 6,12 pesetas.
La cofradía de la Virgen de los Remedios estaba en hora bajas en 1917, solo tenía 29 cofrades.
Julián Rojas del Castillo sacó la bandera de la Virgen de los Remedios para su nieto Antonio por 550,01 pesetas, un céntimo más que su oponente en la rifa (puja) del año 1919. Máximo Rielves era el primer año que hacía de muñidor.
Al año siguiente, Julián Ruiz Santos, sonsecano con residencia en Toledo, cuatriplica el valor de la bandera de la Virgen en la "rifa" del día de la Octava con tal de llevarsela para un ñiño que se llamaba Mariano.
Acordaron el Ayuntamiento y el Patronato de la Virgen en 1928 costear entre los dos, a medias, el refresco del día 8 de septiembre a las autoridades, alabarderos y cofradía de Nª Sª de los Remedios.
En 1931, recién proclamada la II República, don Leoncio, el párroco, se opuso a que se hiciera la bandera de la Virgen con los colores republicanos por lo que el niño abanderado Eduardo de la Cruz llevó una antigua bandera existente de la I República de 1873. Las alabardas si llevaron los colores republicanos.
Lorenzo Valentín-Fernández fue alférez de la Compañía de Alabarderos en los años 1935, 1939 y 1940. Guardó una bandera de la Virgen dentro de un cajón en el fondo de un basurero durante los años de la Guerra Civil.
Nada más acabada la Guerra Civil en 1939, un consierable grupo de sonsecanos recibieron a la Virgen de los Remedios en el cordel cerca de Ajofrín proviniente de Toledo entre ellos los alabarderos que sobrevivieron del 1935 y el niño de la bandera Francisco Gil. En la plaza de la ermita se celebró una misa de campaña de bienvenida oficiada por cura paisano don Román Ruiz. Ubicaron el altar en el quiosco de la Música. A la Virgen se le dio aposento momentáneo en la casa del administrador don León García-Comendador, calle Mora Nº 1 hasta que la ermita fuera limpiada y adecentada.
Se crearon dos nuevas alabardas, la primera y segunda del mariscal de campo, el Junco, ese año. El día 8 de septiembre, como no había ni andas ni carroza, a la Virgen se le procesiona subida su imagen sobre la cabina de un Ford-8 abandonado de la Guerra preparado para la ocasión. Los alabarderos la escoltaron y le precedió una formación de falangistas.
Acabada la Guerra Civil, desaparecieron inexplicablemente los viejos libros del Patronato.
La costumbre y el honor de empujar la carroza de la Virgen de los Remedios por los antiguos alféreces y ayudantes arranca de 1943. Antes era empujada por los obreros del administrador don León García-Comendador y cobraban por ello. Era párroco en Sonseca don Joaquín González de la Llana.
A la Virgen de los Remedios, antes del actual himno, se le cantaba:
La Virgen de los Remedios / de Sonseca, limpio sol, / amante madre del justo / remedio del pecador. / Ella en mi niñez / mi cuna meció,/ por eso la quiero tanto, / que la doy mi corazón.
Para que el relevo de las alabardas el día de la Octava fuera visto por más público se sacó de la antesala de la ermita a la plaza en 1982 y años después se dispuso realizar el acto en un escenario portátil en medio de la plaza con la imagen de la Virgen presente.
El primer pregón de Ferias y Fiestas lo dio Manuel Ramos Gil de la Serna el 7 de septiembre de 1983 desde el balcón del Ayuntamiento.
Al año siguiente, para pregonero de nuestras Ferias y Fiestas fue elegido don Gregorio Peces-Barba Martínez, oriundo de Sonseca, Presidente del Congreso de los Diputados, que lo pronunció también desde el balcón principal del Ayuntamiento.
Don Luis García Montero, poeta, Catedrático de Literatura y director del Instituto Cervantes lo pronunció en el 2018 en el patio Nelson Mandela de la Casa de la Cultura.
Amigos visitantes de este blog, desearos la más salud posible. Os invito a poner la prudencia debida y cumplir las conocidas normas preventivas para que el dichoso virus se aleje por fin de nosotros.
La Historia se repite, como han podido comprobar. Y, después de la tempestad, viene la calma. Esperemos que el año que viene podamos hacer como en 1893, resarcirnos con unas Ferias y Fiestas con más realce y concurrencia.