miércoles, 6 de septiembre de 2017

DESDE 1984 EN SONSECA SE VIENE DANDO AÑOS TRAS AÑO EL PREGÓN DE LA FIESTA EN HONOR DE NUESTRO BEATO FRAY GABRIEL DE LA MAGDALENA.


  PREGÓN DE LA FIESTA
 EN HONOR DE FRAY GABRIEL DE LA MAGDALENA 2017
 DON GERMÁN GUERRERO PECES

El pregonero, Germán Guerrero, 1º por la derecha junto al alcalde, presidente de la Hermandad  y ...
                  Sr. Alcalde de Sonseca, Sres. concejales y dignas autoridades civiles que nos acompañan en este acto.
·                  Muy queridos y estimados sacerdotes de nuestra parroquia, D. José Carlos, Don José, Don Natalio, párroco y vicarios respectivamente.
·                  Mi afectuoso saludo para Don Primitivo, y Don Víctor que también han querido estar aquí presentes en este pregón.

·                  Mi obligado y emotivo recuerdo para D. Román, que en paz descanse, que regresó a la casa del Padre el pasado 31 de Mayo. Estamos seguros de que nuestro paisano Gabriel intercederá por él para que goce eternamente de la presencia de Dios.
·                   
·                  Querido Presidente de la Hermandad de Fray Gabriel de la Magdalena y queridos miembros de su Junta Directiva.

·                   Queridos paisanos y queridos amigos los que siendo de otros lugares vivís entre nosotros y formáis parte de esta comunidad humana, nuestra querida Villa de Sonseca.
      Buenas noches a todos.
    Agradezco de corazón,  como no podría ser de otra forma,  la invitación que me hizo la Hermandad de Fray Gabriel de la Magdalena por boca de Julián, su Presidente, para ser el pregonero  de  las  fiestas  en  honor  de  nuestro  Beato Gabriel en la víspera de la conmemoración de su martirio y glorificación en tierras japonesas.

     Siendo como lo es un tópico, no quiero, sin embargo, desaprovechar esta oportunidad que inmerecidamente me habéis brindado para manifestaros que me llena de inmensa alegría poder pregonar a nuestro Beato Gabriel. Decir lo contrario sería faltar a la verdad o a la sinceridad.

    Queridos amigos: antes de ponerme manos a la obra para preparar este pregón necesitaba despejar la principal duda que asaltaba a mi mente y a mi corazón: de qué hablar, cuál hubiera de  ser el mensaje que os debería transmitir.

    La respuesta que recibía era siempre la misma: -“Pregúntale a Fray Gabriel”. Yo dócil a esta proposición le pregunté a Fray Gabriel pero siempre recibía de él la misma respuesta –“Pregúntale a Jesús” De modo que se iban pasando la pelota el uno al otro como si de un simpático juego se tratase.
    Pronto entendí que lo que me pedían uno y otro era que hiciera de este solemne acto una sencilla acción de gracias que agradara a Dios y que nos acercara un poquito más a Él.

   Y esa acción de gracias pasa necesariamente por abrir mi corazón y manifestaros lo que supone y significa Dios en mi vida. ¿Qué otra cosa podría hacer yo sino hablaros de mi experiencia personal? 


Pintura del Beato Fray Gabrel en la capilla de la ermita de la Virgen de los Remedios
   
  Pero lo quiero hacer sirviéndome para ello de nuestro paisano Fray Gabriel de la Magdalena que, cual fiel mediador, sabrá poner en mis labios las palabras adecuadas para que toque a su vez vuestros corazones. A él le pido este favor y a vosotros comprensión y benevolencia si no estoy a la altura de las circunstancias.

    Por otro lado, exhorto y animo a aquellas personas a las que Fray Gabriel ha alcanzado y siga alcanzando favores por medio de su intercesión para que los compartan abiertamente con los demás, que no queden ahogados en el olvido o se los guarden para ellas, sino que por el contrario los cuenten, los revelen de modo que todos conozcamos los prodigios que Dios realiza por medio de él y ojalá Dios obre el milagro tan esperado que permita impulsar la causa de canonización del más ilustre de nuestros paisanos.

    ¿Qué puede deciros un pobre pecador repleto de defectos si no es mi amor por Jesucristo y su Santísima Madre?
      Cierto día por pura misericordia de Dios tuve un encuentro personal con Dios que me cambió la vida. Ignoro si a Fray Gabriel le pasó lo mismo o si la fe que recibió desde su Bautismo fue echando raíces en su corazón y se mantuvo fiel hasta su martirio. Lo que es indudable es que ese anhelo por inmolar su vida, por la fe en Jesucristo, junto a sus hermanos, no hubiera sido posible sin ese encuentro personal y sin esa experiencia real del Señor vivo y resucitado. 


Calle donde nacío el pregonero, cercana a la iglesia parroquial de Sonseca.
   
   Mi caso fue el de un niño feliz, nacido a escasos 400 metros de este auditorio, una noche fresquita de febrero.
     Germán, el menor de 6 hermanos, allá por los años 70 acudía a misa los domingos, a la misa de diez y media para cantar con otros niños, casi todos compañeros del colegio. Algunos de ellos, me consta, están aquí y pueden dar  fe de ello, otros, como “Inmaculada”, nuestra queridísima “Inma”, seguro que siguen haciéndolo desde el cielo.  
     Grato recuerdo de mi niñez es el de mi catequista, de Primera Comunión, Elena Perezagua, a la que tengo tanto que agradecer aunque ella lo niegue, le reste importancia o no se lo  llegue a creer. Aún hoy esbozo una sonrisa al recordar unas palabras que solía decir a otros niños y a algunos adultos. Las decía tan convencida que a veces me hacían dudar si serían ciertas o no. Decía: “Germancito sabe más que los maestros”. Por descontado que no era cierto. Las aceptaba como un halago cariñoso de mi catequista.

     Con ella, 40 años más tarde, ¡quién lo hubiera imaginado! y con otras hermanas,  a día de hoy, comparto grupo de alabanza todos los martes en nuestro templo parroquial.

    Qué importantes son las raíces de nuestra fe, las familias cristianas, las personas que Dios pone en nuestro camino para acercarnos más a Él. Qué encomiable labor realizan los catequistas, miles y miles  de hermanos nuestros en todo el mundo, con los niños y con los jóvenes. Ellos se dejan hacer, ellos se abren a Dios con sus almas sencillas.

    ¿Cómo alabaría Fray Gabriel a Dios? ¿Y su primera comunión? ¿Cómo sería su primera comunión? ¿Cómo sería la infancia y la juventud de Fray Gabriel? De esto no sabemos apenas nada. Sólo nos ha llegado que su vida era tan dada a la piedad que sus coetáneos le llamaban “santo”. No iban nada descaminados. Seguro que nuestro beato se dejó asombrar -y mucho- por el Señor, y esa alma sencilla de niño y de joven se fue abrasando, no por la pira martirial en la que entregó su vida, sino por otro fuego mucho más gratificante y dichoso: el fuego del amor de Dios.

      Y es así, que mi primera palabra esta tarde quiere ir dedicada a todos los catequistas, en especial a los de nuestra Parroquia. Vuestro quehacer, vuestra oración, vuestro trabajo callado y silencioso, vuestro amor por esos niños y jóvenes que la Iglesia os ha encomendado para formales en la fe es un ejercicio de caridad de incalculable e ilimitado valor y estamos seguros que Dios os lo premiará y recompensará con creces.

     ¿Cómo llegó a enamorarse Fray Gabriel del Señor? ¿Sería tal vez por la influencia que ejerciera sobre él algún sacerdote, algún amigo, algún familiar además de sus padres? ¿Tal vez algún maestro?

     ¡Cuántas personas anónimas que nunca aparecerán en las crónicas de las vidas de los santos hay detrás de cada santo! Esta noche quiero rendir  homenaje a cuantos Dios puso en el camino de Fray Gabriel y que contribuyeron a hacer crecer la semilla de la fe que Dios le regaló desde su Bautismo, hace ahora 450 años.


Salida de la imagen del Beato Fray Gabriel en la procesión del 3 de septiembre del 2017
    
  Volvamos nuevamente a mi vida. El niño dio paso al adolescente, que se rebelaba y buscaba su identidad y su madurez.  Mi fe era muy pobre, y focalizada más en el seguimiento a personas transitorias que al Señor. Aún no había llegado mi bautismo de fuego. Además, el contexto político y social que me tocó vivir marcó mucho esa etapa de mi vida: España estaba viviendo un periodo de transición política y para un niño que se abría a la juventud ese ambiente le marcó grandemente.

      Así las cosas, a la edad de 15-16 años me alejé de la iglesia, a la que no regresé hasta los 32 años. Muchas veces aún sigo preguntándome por qué. No deja de ser un misterio, pero, aunque no lo entiendo, sé que estaba en los planes de Dios; y eso que tantas veces me quitaba la paz, hoy me llena de esperanza y de alegría. Tal vez por ello cada día tengo presente a quienes como yo un día se alejaron de Dios y para los cuales renuevo esta noche una plegaria, pidiéndole a nuestro hermano Gabriel interceda por ellos en el cielo para que el Buen Pastor los cargue sobre sus hombros y los devuelva al redil de la Iglesia, su Madre, donde se sepan amados y sostenidos.

     Atrás dejé, sin embargo, unos años preciosos de mi juventud llenos de ilusiones y de inquietudes, no exentos de complejos que también los hubo, sobre todo cuando las chicas no se fijaban en mí por mi corta estatura…

     Los caminos del Señor en mi caso me llevaron, en lo profesional, tras mis estudios de Letras en Madrid, a trabajar poquito tiempo en la madera con mis hermanos los Guerrero, para pasar después ocho años de mi vida al servicio de Sonseca como concejal, algo que siempre repito me llena de recto y sano orgullo, pues Él, por medio de la persona de Antonio Cerrillo (q.e.p.d.) quiso regalarme la oportunidad de poder trabajar por la justicia y el bien común de mis vecinos, entregándome a esta tarea, tantas veces denostada y vituperada, pues nuestro pecado la corrompe, pero que vivida con integridad y honestidad, es tan preciosa e imprescindible. Por ello también aprovecho este pregón para alentar a quienes se sientan llamados a esta noble tarea de orden temporal y tan necesaria para la ciudadanía, que es la política, para que sean generosos y pongan a disposición de los demás sus mejores talentos.


Concejales elegidos en Sonseca en las elecciones de 1995, entre ellos el pregonero.

     Ligero de equipaje, tras estos ocho años para mí maravillosos entregado a lo público, Dios quiso hacerme otro regalo más, ¡y son ya tantos…! Me concedió poder cuidar a seminaristas y a sacerdotes en la Casa de Formación que tienen los Misioneros Siervos de los Pobres del Tercer Mundo en Ajofrín.  ¡Menudo contraste! Así las gasta Él y aquí llevo ya 18 años. 


German Guerrero en el Seminario de los Misioneros Siervos de los Pobres del Tercer Mundo de Ajofrín.
     
  Como os decía antes tengo mucho que agradecer a Dios. Me alejé de Él, de mi madre, la Iglesia, y el Señor no opuso resistencia, pero, se engaña quien crea que a Dios esto le daba lo mismo, no le era en absoluto indiferente. Ahora estoy seguro de que sufría como el Padre de la parábola del Hijo Pródigo  y que cada mañana salía a la terraza para otear el horizonte y para ver si regresaba a casa ese joven al que Él modeló, al que Él dio la vida, que deseaba la felicidad e inquieto no dejaba de buscarla.

     En el año 1995 dejó a las otras 99 y me cargó sobre sus hombros. Me sentí el ser humano más amado del mundo.
    El instrumento del cual se sirvió para este rescate fue Angelines, mi esposa, a quien le debo, entre otras muchas cosas, estar esta noche aquí.

     Mi vida desde entonces es una continua acción de gracias por tanto como he recibido gratuitamente, por unirme sacramentalmente a ella hace 21 años, por los dos hijos que nos ha regalado, Mª Teresa y Martín Mª, por mis hermanos, por los sacerdotes, por mi parroquia, por los que os dejaron también, en especial por mis padres, Facundo y Sagrario, y por mi suegro Loreto, quien me quiso como a un hijo y yo quise como a un padre.

    Y, ya puestos a dar gracias -perdonadme que lo haga por los más cercanos- sería injusto si no les dijera que hay una persona en mi familia que nos ha transmitido siempre su amor y devoción por Fray Gabriel de la Magdalena. Ella me adoptó como a un hijo a la muerte de mi madre, de manera que Dios me regaló otra madre para que no me sintiera huérfano de aquella. Se trata de Juliana. Ella nos ha dado ejemplo de devoción al Beato Gabriel de la Magdalena participando en sus actos de culto, eucaristías, novena y procesión y ha apuntado además a alguno de sus nietos a la Hermandad. Ella debería estar más aquí que un servidor, Gracias Juliana de todo corazón.

     Nada tiene que ver el contexto histórico-social y cultural de mi vida con el de Fray Gabriel, y es de suponer que él, como joven, tendría también sus inquietudes, sus interrogantes, sus preguntas aún por responder. No así su vocación profesional como médico y cirujano ni su vocación como religioso de la Orden Franciscana.

    Mi otra vocación es la de esposo y padre de dos hijos, para mí una misión casi imposible aunque ciertamente mucho menos sacrificada que la de nuestro Beato Gabriel, quien a la edad de 34 años no dudó en inscribirse en la Misión de Fray Juan Pobre de Zamora que estaba organizando para ir a las islas Filipinas. Esta fue su consagración como misionero la mía el día de mi boda. Contaba yo con la edad de 33 años.

     Mi segunda palabra esta noche quiere ir dirigida a todos los misioneros que están diseminados por todo el mundo y que anuncian a todas las gentes, con la entrega de su vida, siguiendo el mandato de Jesús, la Buena Nueva del Evangelio.

    Pero no solo a ellos. Europa, España, nuestra diócesis, Sonseca es tierra de misión. Muchas familias se han alejado de Dios, de la Iglesia, muchos de sus hijos no conocen a Jesucristo, el laicismo exacerbado busca imponerse y por desgracia se está instalando en la vida pública, en la política, en nuestras escuelas, en nuestro lugar de trabajo, en los medios de comunicación, en nuestras vidas. Dios nunca puede ser una amenaza para nadie, al contrario, es la manifestación de amor más determinante y definitiva a la humanidad de toda la historia. Dios es amor. Qué bien lo entendió Fray Gabriel que partió a extremo oriente a anunciar a Cristo, a sanar en su nombre las heridas del cuerpo y del  alma de muchos hermanos nuestros que no habían oído hablar del Señor. Cinco siglos más tarde urge una nueva evangelización de Occidente, de Europa, de España, de nuestra diócesis, de Sonseca. 


Busto de Fray Gabriel de la Magdalena en la confluencia de las calles Mora y don César Perez
    
  A nuestro Beato Gabriel de la Magdalena le pedimos su intercesión para que, siguiendo sus pasos, salgamos de nosotros mismos, de nuestra comodidad, de nuestro egoísmo, y ofrezcamos a nuestros vecinos, a los alejados, nuestro pobre testimonio y la alegría de la fe que, como don precioso, hemos recibido y acogido. Que seamos capaces de perder los respetos humanos y no nos dé vergüenza proclamar a Jesucristo, único Señor  capaz de dar pleno sentido a nuestra vida. Un alma que se sabe habitada por Cristo es un alma feliz, que se sabe amada, salvada, transformada, vivificada y renovada. Seamos misioneros del siglo XXI.

     Mi tercera palabra quiere el Señor que esta noche vaya dedicada a nuestra conciencia.
El martirio nos deja siempre atónitos, y sacude nuestras conciencias hasta el punto de abrirnos a la conversión y a la fe.
Decía Kierkegaard, filósofo y teólogo danés del siglo XIX, considerado padre del existencialismo que: “ninguna vida tiene un efecto tan grande como la de mártir, porque el mártir sólo comienza a actuar después de la muerte”.
     A nuestro Beato Dios le concedió la gracia especial del martirio y se ofreció como María a su Hijo al pie de la cruz.
Su morir con Cristo fue un abismarse, un sumergirse con Él en el misterio divino. Lejos de considerar su donación como pasividad al entregar su vida, el martirio, supremo testimonio de amor, fue para nuestro ilustre paisano Gabriel el sí de libertad, dado a Cristo y al Evangelio, más radical de toda su vida.

     Hoy día también es época de innumerables mártires en los distintos continentes. Recordarles supone reconocer humildemente nuestra cómoda vida y valorar dónde se sitúa nuestro grado de fe, si es que ésta la pudiéramos medir en niveles o grados.

   “Donación total de la propia vida”, palabras muy bonitas que los mártires nos las recuerdan hechas pasión en su carne.

       Queridos hermanos: vivimos en un mundo de muerte pero en una sociedad que siente horror a morir. Fray Gabriel y todos los mártires nos enfrentan a nuestra propia muerte, desde su propia opción por Cristo, de este modo el sentido de nuestra propia existencia se define al afrontar la propia muerte.
     Mediante este supremo don, que Dios otorga sola a determinadas almas, el sí a Cristo penetra en la eternidad, y la eternidad de Dios se hace presente en la carne.

     El don de la vida es un regalo que Dios nos hace. Por la fe esa vida se convierte en don para los demás.
    Por eso esta palabra quiere ir dirigida a nuestra conciencia, a ese “sagrario del hombre, en el que está solo con Dios y cuya voz resuena en lo más íntimo de ella”.

    ¿Somos nosotros don para los demás? ¿En qué medida somos capaces de vaciarnos de nosotros mismos para que se haga en nosotros la voluntad de Dios y nuestra vida sea pura entrega y ofrenda a Él y a nuestros hermanos?

     Desde esta verdad que por medio de la fe, nos es revelada nuestra vida no nos pertenece, pues solo tiene sentido y es colmada de plenitud si es dada.

Voy acabando ya.
Mi cuarta y última palabra quiero dedicársela esta noche a Nuestra Madre la Virgen, pues no en vano este año 2017 está siendo un año muy especial para mí y para los míos por habernos  consagrado a Jesús por medio de María. 



  
   Decía San Buenaventura, y razón no le faltaba: “nunca he leído de santo alguno que no haya profesado especial devoción  a la gloriosa Virgen”.

    ¿Cómo sería el trato, el diálogo, la intimidad de nuestro Buen Gabriel con la virgen?  Es fácil suponer cómo veneraría nuestro paisano Gabriel a María, modelo de confianza, de humildad y de amor.

     Con desbordante de alegría, como buen franciscano, Fray Gabriel daría gracias al Padre celestial por el don de la maternidad divina concedido a María. Ella, en efecto, llevó durante nueve meses en su seno virginal a Cristo.

     Jamás ninguna criatura ha amado tanto a Jesucristo ni se ha conformado tanto a su voluntad como su Santísima Madre.

      Permitidme que termine esta alocución con una oración que un homónimo mío, San Germán, obispo de París del siglo VI, escribió de María.

      Con esta serie de alabanzas, requiebros y florecillas, que a mí me gusta más llamar piropos me despido de vosotros.
     Que Ella sea, como estamos seguros lo fue para nuestro beato Gabriel de la Magdalena, nuestro refugio, nuestra esperanza y el medio más seguro para llevarnos hasta su Hijo del que brotan todas las gracias.


Procesión del Beato Fray Gabriel muy cerca de la avenida que lleva su nombre el 3-9-2017
   
   La oración dice así:
   ¿Quién no se llenará de admiración ante ti? Tú eres firme protección, refugio seguro, intercesión vigilante, salvación perenne, auxilio eficaz, socorro inmutable, sólida muralla, tesoro de delicias, paraíso irreprensible, fortaleza inexpugnable, trinchera protegida, fuerte torre de defensa,, puerto de refugio en la tempestad, sosiego para los que están agitados, garantía de perdón para los pecadores, confianza de los desesperados, acogida de los exiliados, retorno de los desterrados, reconciliación de los  enemistados, ayuda para los que han sido condenados, bendición de quienes han sufrido una maldición, rocío para la aridez del alma, gota de agua para la hierba marchita, pues según está escrito, por medio de ti “nuestros huesos florecerán como un prado”.
Amén.
      ¡¡Viva la devoción a nuestro Beato Fray Gabriel de la Magdalena!!

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Gracias, por ocupar parte de su tiempo en descubrir estos retazos, fragmentos, pinceladas de un laborioso pueblo como Sonseca, que ha demostrado a lo largo de su Historia saber superar con inteligencia creadora y ejecutiva las circunstancias más desfavorable.

Gracias, por leer y observar mis "entradas" metidas a golpe de corazón, como intuyendo lo que nos une y nos anima a seguir ampliando nuestros límites personales afianzando lo que somos y de donde venimos.

Disculpas por las erratas que siempre lleva un texto escrito aunque se haya realizado con lo mejor que uno ha aprendido.
























































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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