Julia Garrido Rodríguez, una vez más, ha escrito unos teatrillos con pinceladas de humor sobre un hecho historico y un personaje popular que vivió en su Sonseca natal para disfrute de los espectadores.
Transcribo debajo de las fotos retazos de sus diálogos gentilmente cedidos por ella.
Los beneficios obtenidos de la representación fueron para BUBISHER.
Presentaron el acto Sandra y Roberto miembros de la A. de amigos del pueblo saharahui. |
VIAJE REAL
El 30 de abril de 1762, el rey Carlos III y su hermano el Infante don Luis comieron en casa del acaudalado alcalde de Sonseca don Francisco Martín Torredeneyra tras una cacería en la finca de El Castañar.
La abuela cuenta a sus nietos las historias de Sonseca arropados con una manta fabricada en la villa. |
GABRIEL- Abuela, queremos que nos cuentes lo de cuando
vino un rey a Sonseca.
TODOS
–Sí,sí,
eso.
ABUELA- ¿Queréis que os cuente lo del
viaje que hizo Carlos III a Sonseca?
Eso paso hace muchos años, a mí me lo conto mi abuela, a ella la suya y así, pues veréis la cosa fue
así…
CRIADA-
JUANA- (Está dando instrucciones a su hija Luz que lleva un
manojo de ropa para lavar) Ya sabes hija, la ropa
blanca cuando termines lo dejas
en una caldereta en azulete, que la señora es muy exigente con la blancura de
su ropa
LUZ-Ya
lo sé madre no es menester que me lo repita. En eso que entra don Alfonso Torredeneyra con su
esposa Clara. En esos tiempos,
don Alfonso era el alcalde de Sonseca y uno de los más ricos del pueblo.
ALFONSO- Déjalo
estar mujer, sí, tengo que decirte que soy feliz y aunque no tenemos
hijos, tu llenas mi vida además somos
los más ricos de este pueblo, y encima
soy su alcalde,
pero no obstante…. (Ahí baja la cabeza y se pone triste su esposa que se da cuenta le dice).
CLARA- Tú felicidad no es completa esposo,
bien sé que hasta que
al lado de tu nombre no figure el
título de noble, seguirás con una espinita en tu
corazón.
ALFONSO
- Dices bien esposa, ya sabes que mi familia anda
entre litigios para que se le
reconozca el derecho del título de noble.
ALFONSO – Bien, poned
mucha atención a lo que os quiero decir. El próximo día 30, en esta casa y si
Dios quiere tendremos una visita real.
CLARA-
¡Alfonso,
déjate de bromas y dinos para que nos has reunido.
ALFONSO
–
Si esposa, aunque te parezca mentira, nuestro monarca el rey Carlos III y su hermano el infante don Luis nos harán el honor de venir a esta casa, ya
está confirmado.
TODOS
– (Murmullos entre
los criados).
ALFONSO-
¡Silencio, atended todos! Si el rey os pregunta, vosotros escuchad bien
lo que os diga, pero hablad lo menos posible y responded con brevedad a sus preguntas.
Los criados escuchan la noticia y las indicaciones de comportamiento ante el rey de don Alfonso. |
JUAN- Señor, Doña Clara
me ha dicho que me busca
ALFONSO-
Sí, Juan, no sé si sabrás que el carruaje
de la comitiva real va tirado por
caballos.
JUAN- Algo he oído señor.
ALFONSO- Bien,
pues quiero que seas
tú quien se encargue de que no le
falte agua y forraje a los caballos de la comitiva real
JUAN- Así lo hare señor, pierda cuidado.
ALFONSO- No escatimes por que traen varios
carruajes. Ten en cuenta que llevan medicinas, escopeta comida, ropa en fin todo lo necesario para un rey.
NOVIO- Gracias señor, verá soy Antonio, seguro que ya le han
informado del motivo de mi visita
PEDRO-
Si ya me dijeron que ha estado
antes aquí cuando yo estaba por
medicina para ella. Por qué antes de que salga de casa quiero ponerle al
corriente lo de su tratamiento
NOVIO- ¿Cómo es que
está enferma?
PEDRO- ¡No se
preocupe, si no es nada es que aunque en realidad es
una auténtica mula también tengo que decir que es un poco delicada.
NOVIO – (poniendo gesto) ¡ja, ja! que
bromista es usted
PEDRO- Si hombre además estos días así se
pone, nervioso y le da por tirar pataditas. Pero no se asuste luego se le
pasa y se pone mansita, mansita
NOVIO- ¿Pataditas?
¿Ha dicho usted patadas? ¡Vaya como se las gastan en esta casa
PEDRO- Es muy normal en ell. Además es bueno
que usted lo sepa puesto que viene con la intención de llevársela
NOVIO- ¡Si si esa es
mi intención la quiero para mí!
PEDRO- Tengo que decirle que la tengo un
gran cariño por eso le aconsejo que sepa tratarla bien, tiene que llevarla a pasear al campo y
darla de comer alfalfa fresca y avena
NOVIO- ¿Alfalfa? ¿Avena? (Empieza a desabrocharse el cuello del
sofoco)
PEDRO-
¡No se arrebate amigo, yo la conozco mejor que nadie, hágame caso .
Además le recomiendo que al principio no la cargue mucho está un poco débil.
PANFILO- Pues vera, pienso hacer muchas
cosas con ella, me la llevaré a la huerta,
desde el primer día a trabajar, que sepa
que tiene que ganarse la comida.
PEDRO- (Extrañado) ¿De modo que quieres que
ella trabaje para que se gane su comida. Je, je.
No ha hecho más que empezar y ya me esta cayendo bien, que gracioso es
PANFILO- Y si no quiere trabajar la daré “pa”
el pelo hasta que entre en vereda.
PEDRO- ¿Pero, tratas así a todas?
PANFILO- ¡Quía! Y si es menester la dejare sin comer varios días, verás como
aprende.
PEDRO-
¡Je,je! ¡Qué bien me caes
muchacho! Pero con esta, lo llevas claro
PANFILO- ¿Por qué?
PEDRO- Porque esta está acostumbrada hacer
las cosas a su manera, además su madre no lo permitirá
PANFILO-¡Pues me llevo también a la madre! Se levantarán a las cinco de la mañana y
comerá en el pesebre.
PEDRO- ¡Mira que gracioso! y ¡Qué bien me
esta cayendo¡
PANFILO- Mire usted, esto es como “to”, si no
educas bien desde el primer día luego no hay quien las dome.
NOVIO - Tienes el valor de preguntar. Tú eres
quien me tiene que dar explicaciones a mí.
¿Quién es este mequetrefe?
PANFILO- Oiga que yo no soy ningún mequetrefe,
si yo solo he venido a comprar una mula.
PEDRO- (Echándose las manos a la cabeza) ¡Ay
hija, que ya sé lo que pasa! Hemos tenido una pequeña confusión. (A Pánfilo) Creí
que este era tu novio. (Al novio) Y que este venía por la burra.
CURA
–
Con su permiso majestad, cuando usted
diga bendeciremos la mesa para
comenzar a comer.
REY- (Se dirige al cura) Cuando quiera padre.
ALFONSO-Vamos
a ver paisanos, ¿qué es lo que pasa?
PEDRO- – Pues, mire
usted señor alcalde, el quejarnos no es de vicio. Ya sabe usted que somos gente tranquila, pero es que no estamos conformes con los
últimos acontecimientos.
JUANA - -1 Lo que mi
marido quiere decir es que el tener que dejar su trabajo de cortar leña
para no asustar la caza de su majestad, nos ha traído pérdidas a la familia.
JUAN –3 Yo señor digo lo
mismo que la Juana. A mí el no poder sacar mis ovejas al campo por no molestar
la caza también me ha perjudicado,
PANFILO- Pues mirarme
a mí que todo el forraje para los caballos salió del pajar del tío Juan. ¿Cuándo
lo cobrará?
ALFONSO
- No me vayáis a decir ahora que su majestad el
rey Carlos se portó mal con vosotros.
TODOS
–
(Abuchean) ¡Qué no se repita! ¡Qué no se repita¡
ALFONSO
– Prometo que
pondré todo mi empeño en ello.
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FRANCISCA ARROYO "LA CASQUITA"
En 1700 y 1701, Francisca Arroyo "la Casquita" y su hija Juana fueron acusadas de supertición y hechicería por la Inquisición.
El proceso lo comenzó el presbítero de Sonseca don Antonio Gómez Tavira, luego pasó al fiscal de la Inquisición de Toledo.
Se conocen seis causas contra ella. El Tribunal del Santo Oficio, después de interrogar a doce testigo, casi un año después, en abril de 1701, dijo que fuera advertida y reprendida. El comisario de Sonseca fue el encargado de hacerlo. "La conminó a no decir ni hacer cosas que escandalizaran a los vecinos de Sonseca, ni a persona alguna, previniéndola en nombre del Tribunal que si no el castigo sería mayor, y la susodicha dijo que lo cumpliría".
MUJER-
Pues, sí, padre como le iba diciendo, mi
marido está enfermo desde que la dichosa Casquita echara sapos y culebras hacia mi esposo.
CURA- ¿Y dices qué fue por reclamarla que pague lo
que debe?
AGUACIL-
Sí, padre, yo pude oírlo. Le echó mil maldiciones, la tenía usted que haber
visto. Que si el desgraciado del
alcalde, que si maldecía su casta, que ojalá se muera… Ya le digo yo que parecía una bruja.
CURA- (El cura da unos paseos reflexionando
hasta que dice ) No cabe duda, esto
es un caso de mal de ojo.
VECINA 2 – (MUJER DEL ALCALDE)
¡Dios mío!
Esta
mujer siempre causando problemas.
¡Ojalá se vaya a vivir a otro sitio!
CURA-
¡Pues, de momento, a tu marido no le conviene que salga del pueblo.
AGUACIL-
¡Perdone usted padre, pero tan a gusto que nos quedaríamos sin ella .
(Las
vecinas en la fuente guardan cola para llenar sus cantaras. La Casquita está entre ellas)
CASQUITA- (Se dirige a las que están delante de ella)
¡Qué
pasa que llevo ya aquí dos horas y esto no cunde¡
( Contesta la de adelante ) - Pues, dile a la fuente que se dé más prisa.
CASQUITA-(Va
hacia ella enfadada) ¡Oye tú te has colado,
yo estaba antes que tú, así que aparta ( La empuja, llena su cantara y remedándola
sale. Las vecinas sé quedan comentando)
VECINA-1-
Dejarla que se vaya, esta no atiende a razones.
GUARDIA-
¡ Francisca Arroyo, la llamada, Casquita! ¡ Estás detenida por superstición,
hechicería y brujería! Hay varias
denuncias contra ti, se te juzgara ante el Fiscal de la Inquisición del Tribunal
de Toledo.
Temo que si no te enmiendas serás quemada en la hoguera.
CASQUITA-
(Forcejeando) ¡Quita tus manos sobre mí! ( Le escupe y él saca a ella a empujones de escena).
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Y así
más o menos era Francisca Arroyo, la
Casquita, mujer temida por todos, pero que ante la amenaza
del fiscal de Toledo, parece que se le bajaron los humos y no volvió a dar problemas.
A final de las dos representaciones, saludos al público con la autora y el director Carlos Manzanares. |
Para más información pueden consultar LA INQUISICIÓN EN SONSECA, uno de los doce TEMAS SONSECANOS publicados por su autor Francisco Gil Gallego.