martes, 13 de septiembre de 2016

PREGÓN DE LA FIESTA A FRAY GABRIEL DE LA MAGDALENA 2016 DE SONSECA

     PREGONERO: 
     DANIEL RODRÍGUEZ DE LA CRUZ, JOVEN SACERDOTE SONSECANO


   Querida hermandad de Fr. Gabriel de la Magdalena, especialmente a su presidente D. Julián que por cuestiones personales no ha podido estar aquí hoy. Queridas autoridades civiles y queridos hermanos sacerdotes. Permitidme aquí hacer mención a D. José Talavera y a D. David Casas. Sin duda, D. José ha sido para mí “el párroco de to la vida” y D. David “el sacerdote de mi vocación” dado que ha estado presente en toda mi vida de seminarista ¡Cuantas gracias tenemos que dar a Dios todos los sonsecanos por estos dos regalos! ¡Y cuantas gracias debemos dar a Dios por los nuevos sacerdotes! D. José Carlos y D. José. A ellos dos solo les puedo decir que Sonseca es un pueblo que merece la pena ser vivido, es más, es un pueblo por el que merece la pena dar la vida. Rezo por vosotros en este nuevo ministerio que se os ha encomendado, para que todos los sacerdotes seáis el amor del corazón de Dios en medio de mis paisanos.


Don Daniel Rodriguez de la Cruz, pregonero fiesta Fray Gabriel de la Magdalena.

    Mi querido pueblo de Sonseca:
Cuando uno se dispone a hablar de una persona, en este caso de Fr. Gabriel, creo que uno se debe hacer esta pregunta ¿Qué me aporta su vida? ¿Qué puedo aprender de una persona que murió hace 386 años? ¿Sigue vigente su enseñanza? ¡Si el mundo ha cambiado! ¿Qué me puede decir una persona que ha vivido hace tanto?
  
  No podemos acercarnos a la figura de este santo con una disposición negativa: “bien, celebramos al beato, fue buena gente, pero, se termina la fiesta y apaga y vámonos, a otra cosa mariposa” No! Entonces, nunca conoceremos verdaderamente a una persona. Querido Sonseca, la cosa no está en conocer datos de la vida de Fr. Gabriel, la cosa está en hacer experiencia propia la vida de Fr. Gabriel. Y esto lo sabemos por propia experiencia. Mirad, cuando se inicia una relación de amor (típico ejemplo chico conoce a chica), ambas personas deben tener experiencia de la otra, no basta con que otro hable maravillas de ella (Mira ese chico o chica que majo/a es…) No, con eso no basta, con eso nadie se puede enamorar. Necesita un conocimiento personal, que esa persona forme parte de mí.
  
   Por eso hoy, al iniciar este pregón os voy a hacer un regalo, ¡Hoy estoy generoso! Pero va a ser algo original, no una estampa del beato, o unas llamitas del Fr. Gabriel (que no estaría mal), sino que os voy a regalar la vida de Fr. Gabriel.

   Eso sí, si queréis este gran regalo, tenéis que estar dispuestos a recibirlo!! Tenéis que pensar: “quiero la vida de Fr. Gabriel para mí”, coger este regalo e ir poco a poco desenvolviendo. Con calma, es un regalo bueno, pero frágil, e incluso el envoltorio es importante en este regalo. Con que, vamos con ello!! A ver si conseguimos que al final del pregón tengamos el regalo abierto.

Y, ¿Qué es lo primero que hay que hacer al desenvolver un regalo? Quitarle el lazo!! El lazo es lo que sustenta todo el regalo, lo que impide que el papel y el regalo se caiga. ¿Qué tiene que ver esto con la vida de nuestro beato? Mirad, Fr. Gabriel nació en el año 1567 en Sonseca. Durante su estancia en el pueblo estudió cirugía y a los 30 años inició su vida religiosa. Por tanto, podemos decir que sabemos muy poco de la vida de Gabriel en nuestro pueblo. Y… ¡Qué bonito! Resulta precioso ver, no sólo que conociera la construcción del retablo, o que, por providencia estuviera en casa los mismos años que Cristo, sino que durante 30 años su vida se estuvo forjando dentro del seno de su familia. 
  
    Si queridos paisanos, todos nos forjamos en el seno de nuestras respectivas familias ¡Éste es el lazo de la vida de Fr. Gabriel y de la vida de cada uno de nosotros! ¡El lazo que sustenta todo lo que somos! Y es en esa vida silenciosa donde se configura la vida de sus miembros.

   ¡Esta es una enseñanza de fray Gabriel que nos debe calar hasta los huesos! Nuestra vida nace, crece y se desarrolla en el seno de una familia. Si a fray Gabriel ya en el pueblo tenía la fama de santo es porque ya su familia le habló de la santidad.
Sor Lucía, una de las videntes de la Virgen de Fátima, dijo que “la batalla final entre Cristo y Satanás será sobre la familia y el matrimonio”. No saco esta frase porque quiera anunciaros el fin del mundo, sino para que veamos lo importante que es defender la familia, nuestras familias. Si no lo hacemos, nuestra vida corre el riesgo de no ser vivida en plenitud, corre el riesgo de agotarse, porque cada familia es para cada uno de nosotros esas raíces de la que nos nutrimos para que nosotros seamos un gran árbol que da nuevo oxígeno al mundo.

   La vida oculta de nuestro paisano en Sonseca, en su familia, nos manifiesta que, a pesar de que algún día tengamos que partir, nunca nos olvidemos de nuestra patria chica, de nuestro hogar. 
  
   Queridos sonsecanos: todos tenemos una familia, que maravilla!! Que no es perfecta?? No importa, vivámosla!! Yo no he sido ni soy el hijo perfecto, de hecho he sido el “borriquito de mi familia”. Pero, siempre he sabido que en la familia es donde aprendemos a amar. Por ello, Fray Gabriel pudo ingresar en la orden franciscana, sintiéndose amado, quiso amar más en las misiones. Habiendo descubriendo el amor de Dios en su familia, quiso llevar a Dios al mundo.

   Bien! Ya hemos dado el primer paso para desenvolver nuestro regalo, quitar el lazo, que es esa parte tan importante en nuestra vida, la familia, que sin ella, todo lo demás se caería. Habiendo descubierto que significa el lazo en la vida de nuestro paisano, toca lo más divertido… Romper el papel de regalo!! Esto siempre se hace con muchas ganas! Pues vamos a descubrir con ganas esta parte de la vida del beato.
Pues bien, Fr. Gabriel, habiendo bebido de estas raíces tan fundamentales para la vida de todo hombre, decidió entregar su vida a Dios. Y no sólo eso, sino que decidió partir a la misión en 1601.

   ¿Qué es lo que hace que un hombre joven decida prescindir de las comodidades de su casa para entregar su vida a Dios en la austera vida franciscana? Es más, ¿Por qué decide ir a, literalmente, “otro mundo”, alejándose de todos sus seres queridos? Su espíritu inquieto le llevó a la otra punta del mundo, a nunca desfallecer, a, incluso en la clandestinidad, seguir actuando aún en riesgo de su vida, a predicar el evangelio, a salvar vidas tanto física como espiritualmente, a dar su vida en el martirio.
   
  ¿Qué es lo que le llevó a hacer tales cosas? Queridos hermanos, Fray Gabriel munca dejó de tener un corazón joven incluso en su ancianidad.
  
   Este corazón joven es el papel de regalo. Es lo que hace más precioso recibir un regalo, es lo que hace que vayas con más ilusión a descubrir lo que hay dentro. Al verlo, incluso, decides romperlo.
Me niego a ver a gente que ya ha perdido la ilusión, que ya lo ha abandonado todo por el simple hecho de decir: “Ya no puedo hacer nada más” y ya no quiera romper el papel… ¡Mentira! Dios ha hecho el corazón del hombre tan grande que incluso, cuando faltan las fuerzas físicas, se puede seguir entregando la vida de otras formas.


Don Daniel Rodríguez de la Cruz, pregonero fiesta de Fray Gabriel 2016
  
   No nos creemos la falsa ilusión de decir: “ya lo he cumplido todo en esta vida, ya puedo parar” No!! ¿Acaso puede decir un esposo a esposa que ya no puede amarla más? Eso es imposible, estás matando esa relación. ¿Cómo puede decir una persona en su adultez ya no aspira a nada más? Eso es imposible, el corazón del hombre está preparado para cosas grandes. ¿Cómo un joven puede decir que no sueña con una vida en plenitud? No podemos admitir que le pase esto a la juventud, en palabras del Papa Francisco eso sería un joven-jubilado. Tomemos la actitud de salir de nosotros mismos, coger el regalo y ver lo que hay dentro. No tengamos miedo!! En esto consiste la aventura de la vida!!

   Por ello, tenemos que tomar la actitud de nuestro paisano: mirar siempre a lo alto. Si nos fijamos tanto en el cuadro que hay en la ermita de la Virgen como en la talla que sacamos en procesión, tiene la misma actitud: nuestro paisano mira al cielo, a lo alto. Ahí es donde están todas nuestras aspiraciones de nuestra vida y no en otro sitio; ahí es donde debemos de mirar y no pensar que en otros sitios alcanzaremos la felicidad.

   Querido Pueblo: el cielo es nuestra meta!! Sí, debemos tener devoción al cielo!! Si nuestro paisano se se desgastó en Japón fue siempre con la mirada puesta en el cielo, sabiendo que entregando la vida es como se alcanza la felicidad eterna. No nos quedemos en lo pequeño, tengamos un corazón siempre joven, dispuesto a darlo todo. A salir de nosotros mismos al encuentro de los demás.

   Tener un corazón joven no es ser un chico que haga locuras descontroladas; Es vivir con el empeño de tener grandes aspiraciones. Y esto, lo aprendemos de la juventud. Ahora me dirijo principalmente a las personas adultas: no pensemos que la juventud está perdida. Qué triste es pensar que el futuro, que son los jóvenes, está perdido. Motivemos a nuestros jóvenes que vivan una vida en plenitud, que pongan su corazón en lo que realmente merece la pena, que no se entretengan en lo poco y fijen su mirada en lo mucho, en palabras de Juan Pablo II: son la esperanza del mundo.

   Queridos jóvenes, no nos conformemos con poco!! El gran drama de la juventud del s. XXI es que se den por vencidos, que decidan no seguir adelante, que vean demasiado empinado su futuro. Pero, queridos chicos, en el arte de subir lo importante no es caerse, sino no permanecer caído. Si te caes?? Mira hacia arriba, ¡Se como Fr. Gabriel! Él también tuvo caídas en su misión, pero sabía que era lo importante, y luchó por ello.

   No nos encerremos en nosotros mismos, salgamos fuera, el mundo nos espera! No nos acomodemos en falsas esperanzas, no nos dejemos arrastrar por ellas, seamos libres y elijamos una vida auténtica. Nunca, nunca, nos cansemos de buscar la verdadera felicidad. Fr. Gabriel no se cansó y la encontró en el amor a Dios y en la entrega a los demás. ¿Os imagináis que Fr. Gabriel se hubiera acomodado en su puesto de trabajo? ¿Le hubiésemos recordado? 

   No, sería uno más… ¿Queréis, jóvenes, y en definitiva todos, que se os recuerde? Imitemos a Fr. Gabriel, Salid de las comodidades y entregaos totalmente, así es como dejaremos huella en la historia.
Queridos paisanos, ¿queréis hacer locuras? Amad, amad, amad!! esa es la mayor locura del mundo, lo que te hará hacer lo más grande.
   Cuando una persona ama, es cuando descubre lo que hay detrás del envoltorio, lo que ya nos anuncia cuál es el regalo: la caja. Es lo que sostiene al regalo, lo que protege lo que hay dentro. No es algo que carezca de valor, pues ayuda a que lo de dentro permanezca intacto.

   Y, ¿Qué es lo que hace que la vida de un santo tenga mucho valor? Dar la vida por Aquel que te ama y a quien amas. Dar la vida… el martirio. Dar la vida por amor es la mayor obra que un hombre puede hacer. No pensemos que lo mayor que podemos hacer son obras materiales, se las lleva el viento. Dar la vida, en eso se mide la grandeza de una persona.

   Si nosotros celebramos a Fr. Gabriel es porque vemos en él un ejemplo de cómo hacer la mayor obra: dar la vida. Él no lo dudó: entregando su vida a Dios, entregó su vida a los demás y luego la dio para mayor gloria de Dios. Su grandeza está en su entrega. No despreciemos la entrega. Muchas veces nos empeñamos en pensar: seré grande si hago cosas grandes. No es cierto… al final el valor de una vida se mide por su entrega. Pasa lo mismo que con la caja, aparentemente no vale nada, pero es lo que ayuda a proteger el valor de lo que hay dentro. ¿Quieres una vida grande? Entrégala!!

   Esta es su mayor enseñanza, su vida, su entrega en el martirio todavía hace resonar en nuestros oídos: una vida entregada es una vida ganada. ¿Queremos ganar una vida? Entreguémosla!! ¿Queremos vivir en plenitud? Demos nuestra vida por amor. Como nos recordaba el Papa Francisco en la JMJ: el que no vive para servir no sirve para vivir.

   Y ya, por fin, llegamos al regalo, lo que hace que todo lo demás tenga sentido, lo que ha hecho que la vida de nuestro paisano y de muchas personas sea especial: la fe, que se sostiene en una vida entregada, si no, esa fe, como el regalo que se cae de la caja, se muere.

   Si Fr. Gabriel decidió consagrarse a Dios, fue porque confiaba en Él, ahí encontraba su felicidad; si decidió ir a la misión, fue porque confiaba en Dios, sabía que Él guiaba su vida; si se entregó al martirio, fue porque confiaba en Dios, porque había experimentado su amor y nunca le iba a abandonar, aún en medio de los sufrimientos.

   La fe no es conocer a Dios, sino es tener experiencia de Dios. El drama de nuestro tiempo del mundo no es que no conozca a Dios, a todos alguien le ha hablado de Dios. El problema es que muchos no tienen experiencia de Dios, y claro, cuando no se tiene experiencia de una persona, no existe. Queridos hermanos, la vida de Fray Gabriel nos hace constatar la vida de una persona que tuvo una gran experiencia de Dios, y esto lo llevó a querer cambiar el mundo a través del amor.

   ¿Cuál es el secreto de un Santo? Dios, el motor de su vida. Marca la diferencia, como dice S. Juan de la Cruz, es ese no se qué que lo hace todo distinto.


Julia Garrido, miembro de la Directiva de la Cofradía entrega una placa al pregonero.

   Querido Sonseca: Cojamos el regalo que nos dejó Fr. Gabriel: su propia vida. Adentrémonos en ella, veamos como en la familia él aprendió a vivir; Cómo nunca dejó de tener un corazón joven, que lo llevó a hacer cosas grandes; cómo decidió entregar su vida para ganarla, morir en el día a día tiene que llegar a ser para nosotros algo ordinario; Cómo en la fe, nuestro paisano encontró el motor de su vida: a Dios.
 
   Dejemos, como Fr. Gabriel que Dios sea el motor de nuestra vida y así, haremos de lo ordinario, algo extraordinario.

   ¡Viva la devoción a Fr. Gabriel de la Magdalena!

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Gracias amigo visitante por compartir este paseo por esta singular visión de mi pueblo, fruto de inquietudes recopiladoras desde...

Gracias, por ocupar parte de su tiempo en descubrir estos retazos, fragmentos, pinceladas de un laborioso pueblo como Sonseca, que ha demostrado a lo largo de su Historia saber superar con inteligencia creadora y ejecutiva las circunstancias más desfavorable.

Gracias, por leer y observar mis "entradas" metidas a golpe de corazón, como intuyendo lo que nos une y nos anima a seguir ampliando nuestros límites personales afianzando lo que somos y de donde venimos.

Disculpas por las erratas que siempre lleva un texto escrito aunque se haya realizado con lo mejor que uno ha aprendido.
























































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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