lunes, 16 de mayo de 2016

PREGÓN DE LA FIESTA-ROMERÍA DE SAN GREGORIO NACIANCENO 2016 POR DON JUSTO LÓPEZ - ROSADO HERNÁNDEZ.

     El día 13 de mayo del 2016, víspera de la celebración de la romería de San Gregorio Nacianceno, el presidente de la Peña Taurina "SONSECA", don Justo López - Rosado dio el PREGÓN a la puerta de la ermita.

Justo López-Rosado pregona la romería de San Gregorio el 13 de mayo del 2016

      Muy amablemente me lo ha cedido para incluirlo en este blog y así propagarse por esos mundos de Dios para el que lo quiera leer.
   Justo, muchas gracias por tu gentileza.

   PREGÓN DE LA FIESTA - ROMERÍA DE SAN GREGORIO NACIANCENO 2016 EN SONSECA.

   D. Juan Carlos Palencia Sánchez, alcalde de Sonseca y miembros de Coorporación Municipal.
   D. José Talavera García, párroco de Sonseca y sacerdotes de nuestra parroquia.
   D. Valentín Martín - Maestro, presidente de la Cofradía del Santo y miembros de la Junta Directiva.

Justo López-Rosaso dando su pregón rodeado de romeros entre ellos el alcalde de Sonseca.


   Señoras y señores:
   Es un honor para mi el haber sido elegido este años 2016 por la Junta Directiva de la Cofradía de San Gregorio para realizar el pregón de nuestra ROMERÍA. 
   Como toda cofradía, el mensaje que emite es eminentemente religioso, pero mi disertación va a tener un carácter respetuosamente profano, ya que hay personas mucho más académicas y preparadas que yo. Cada uno sabe de sus limitaciones. Esto no es óbice para decirles que soy cristiano y católico fruto de la cultura que recibí en mi casa, en la escuela y en la propia Iglesia. Estoy de acuerdo con sus mandamientos, amarnos y ayudarnos como hermanos y hacer el bien en nuestras vidas.

Justo López-Rosado da el pregón con las puertas abiertas de la ermita en día de la víspera.

   Mi pregón va a constar de dos partes:
   La 1ª, me remontaré a las década de los años 60 y 70 del siglo pasado correspondiendo a mi infancia y juventud para terminar hablando de la romería de San Gregorio de aquellos años y diferencias que yo veo existe con la de hoy.
   Espero coincidir con amigos míos de aquellos años en vivencias, juegos, lugares y hechos que marcaron nuestras vidas. 
   Soy sonsecano de pura cepa, nacido en la C/ Parra Nº 40, aunque desde que murió mi madre, cuando tenía año y medio, he vivido con mi tía Victoria y mi tío Félix en la C/ San Quintín.

Calle San Quintín de Sonseca, donde ha trascurrido la vida del pregonero de San Gregorio.

   Mis padres fueron Juana Hernández y Domingo López - Rosado. Estoy casado con Ascensión, una gran mazarambreña por la cantidad de virtudes que atesora. Tenemos dos hijas, Juana Belén y Blanca, casadas con Javi y Héctor; un nietecito, Javier, la alegría de todos nosotros, y también la cigüeña parece que viene por partida doble.
   A nivel personal, mi curriculúm es muy corto: estudié Bachillerato, llevo más de 40 años con un pequeño negocio con el que me gano el garbanzo de cada día.
   Y hay algo importante que quiero resaltar: llevo 31 años siendo presidente de una gran Peña Taurina de mi pueblo.  Para mí es un orgullo pertenecer a ese grupo de amigos y aficionados que defienden un sentimiento para mí muy español y a un animal único en el mundo, como es el toro bravo, sin olvidarme del programa taurino EL PASEÍLLO, con más de 26 años en antena de nuestra radio, Onda Viva, Sonseca, todos los domingos por la mañana junto a Julio Aragón.

Don José Finat, Conde de Mayalde, José Antonio Donaire y... en las primeras Semanas Culturales.

   Mi agradecimiento a familiares, amigos y a todos Vds. que se han dado cita en este PREGÓN.   
   Comienzo por decirles que en aquellos años 60 las calles San Quintín, Mayor y Rosario eran de las más concurridas del pueblo. Confluyen en el Oteruelo, plaza donde el día de San Antón se festejaba con una gran exposición de animales a nivel local.
   Había casas en las que vivían tres y cuatro familias a la vez al haber una gran penuria económica y material con relación a nuestros días. Sin embargo, quizás había un espíritu más solidario que hoy para compartir lo poco que teníamos y estar sobre todo muy unidos en los momentos difíciles de entonces.
   Recuerdo cuando mi pueblo era más agrícola y ganadero que industrial. Al atardecer, veíamos pasar grupos de seis u ocho yuntas de mulas unas tras otras en perfecta formación con el arado sujeto al yugo hasta llegar a su casa, donde cada una paraba para esperar al dueño, que venía echando una "parlaita" con otros compañeros.   

Ultima noria o arte que ha funcionado en Sonseca propiedad de Manuel Domínguez

   Las norias o los artes eran movidos por caballerías, que sacaban de las entrañas de la tierra un agua muy "rozaíta" y cristalina en verano, que no te cansabas de beber, siendo conducida a la alberca rodeada del fresquito de la sombra que daban los inmensos nogales. Más tarde, cuando la alberca tenía bastante agua, se regaban las patatas y aquellas verduras con un sabor tan agradable y exquisito.
   Se trillaba en las eras y nos gustaba que nos dejaran subir al trillo. Había grandes manadas de vencejos sobre las parvas en busca de insectos.
   El Oteruelo era una barriada muy grande en la que nos encontrábamos muchos amigos: Germán, Ángel, Samuel, Jesús, Tito, Félix, Agustín, Manolillo, otros dos Ángeles de la C/ San Quintín y muchos más.
   Los chicos jugábamos a la trompa, a pírrica cadena, a las chapas, a la taba, al pañuelo, a los bolindres con aquel ¡sin porra, porra "pa" ti, fuera canto, sin porra, porra "pa" ti, fuera canto! Así se estaba continuamente hasta terminar la partida. Mientras, las chicas jugaban al pitel, a los alfileres, a la comba...
   Siempre íbamos a cualquier sitio con nuestro aro, como si fuera una bicicleta y nos llevara caballeros. Tampoco nos faltaba nuestro estirero de madera o hierro con dos gomas que pedíamos al señor Candidita en su taller de la C/ Toledo.  
   
Similar a este "estirero" o tirachinas era el utilizado por Justo López-Rosado

   Por las noches, hacíamos de escaladores. Nos agarrábamos a los huecos de las llagas de las piedras de las escuelas y de punta a punta, sin pisar el suelo, recorríamos todas las ventanas que dan a la C/ San Quintín.

Escuelas Pública construidas en la plaza del Oteruelo. Fachada de la C/ San Quintín.

   La Biblioteca Municipal estaba en la residencia de mayores que hay en la actualidad. Íbamos a leer tebeos o cuentos del pato Donal. Estaba al cargo la maestra Dª Rosario Álvarez. Cuando entrábamos, lo primero que nos pedía es que le enseñáramos las manos. Si estaban sucias, te mandaba a tu casa la lavártelas. Saliamos corriendo y como la plaza del Oteruelo no tenía asfalto se hacían muchos charcos y bien grandes. Ahí, nos lavábamos las manos. Nos las secábamos en el pantalón y... adentro, a que nos diera el visto bueno.
   Otras veces nos íbamos de exploradores a las barranqueras, que había donde está ahora el primer edificio del Colegio. En aquella época solo te encontrabas el cementerio, la casa del cura y las eras, donde echábamos grandes partidos de fútbol. De contrincantes, los del alfar, los de la plaza o los del Oteruelo. Aunque chaparreara no dejábamos de jugar. ¡Qué grandes partidos!

El Martín Juanes de inauguró en 1960

   Luego jugaríamos en el Martín Juanes en grandes campeonatos con equipos como El Júpiter, Los Araciles, El Espugnit con una buena persona de entrenador, es señor Félix Rodríguez-Malo. Fueron años muy bonitos de juventud, que quedaron en el recuerdo de muchos sonsecanos.  
   Recuerdo la cochera del Sr. Jesús, "vinagre", dicho este apodo con el mayor de los respetos, donde encerraba sus camiones que se arrancaban con una manivela. ¡Ojo la guerra que daban en el invierno! Algunos días empujábamos hasta los vecinos. Su hijo José  andaba una bicicleta bien chula con embellecedores metálicos en las ruedas y con timbre automático de campana. De las paredes de la cochera colgaban grandes carteles de toros y el capote y la muleta en la escalera de madera. Este ambiente junto a los pasodobles que escuchaba en la radio todos los días antes del "PARTE", me llevó a ser un buen aficionado.
   Con relación a la afición a los toros, puedo contar que una noche nos fuimos a torear a la finca de "La Laga" Germán, Manolillo y yo. Allí nos esperaba Samuel, encargado del ganado. Éste apartó de la manada una vaca a un pequeña plaza de talanquera. Manolillo de figura y Germán de peón de confianza se lanzaron a realizar la faena con unas mantan viejas. Yo era el vigilante subido en el tejado. Observaba si venía algún coche con las luces encendidas.
   La vaca se las traía. Tenía aviesas intenciones con unos astifinos pitones que brillaban a la luz de la luna y daba unos bufidos que imponían. ¡Haber quién era el guapo que salía!
   Mis amigos querían torear, pero el miedo les atenazaba. Samuel se ponía nervioso.
- ¡O salís a torear o la entro al corral! - les decía.
   En esos instantes aparecieron unas luces y di la voz de alarma. Los tres repiramos. La providencia nos había echado un capote. Rápidamente, Samuel nos llevó a una cuadra o pajar muy grande para escondernos. Al poco de estar allí, teníamos grandes picores por todo el cuerpo. Había un infesto de pulgas. Nos comían a picotazos como si se tratara de un público que había pagado su entrada y le habíamos engañado.
   A las tantas de la madrugada, viniendo al pueblo, pensábamos entre nosotros que a lo mucho que podíamos aspirar era a ver los toros desde el tendido.
   Los días de lluvia, agricultores, ganaderos y pastores no salían al campo. Se visitaban unos a otros y charlaban en las lumbres. Se contaban hechos que les habían ocurrido y muchas anécdotas. Acababan dando una lección ética de las cosas. Eran los grandes catedráticos de la universidad y la sabiduría popular que enseña la vida. ¡Cuánto se aprendía de estas personas!    
   En el barrio se percibían unos olores muy agradables en las carnicerías del Sr. Antonio y la Sra. Emilia en la C/ Mayor y en la tienda del Sr. Elías y la Sra. Hipólita en la C/ Rosario a las especias del chorizo y la morcilla. No me olvido de las matanzas del cerdo que hacíamos en nuestras casas. Serían la despensa para todo el año.

Tienda de Dimas Peces en la actual calle de María Rojas

  Para olores muy agradables a perfumes, en la tienda de regalos del Sr. Dimas y en la droquería del Sr. Martín a las que había que entrar. Otros olores que retengo en mi memoria son las de las grandes chuscas de ramón en las calles por las mañanas de invierno. Por la plaza rondaba un rico aroma a magdalenas, cortadillo, mantecados y mazapán, que nos despetaban el deseo de nuestros estómagos.
   Por las mañanas, todas las mujeres salían a barrer la calle. El día que nevaba cada una limpiaba su acera y se preocupaban de los vecinos mayores, por si les hacía falta algo.
   En verano, los vecinos se reunían para tomar el fresco en la calle. Antes de comer, se metía un saco con el vino y la gaseosa en el pozo para que se refrescaran. 

El cine San Juan se inauguró en 1948. Tenía anfiteatro, ganllinero y sesión doble.

   El mayor ambiente estaba en el centro del pueblo. Se paseba desde el cine San Juan a la Iglesia. Se compraban pastelitos o milhojas en las pastelerías. En el cine San Juan nos echaban películas con Kid Karson y el toro. Su caballo corría más que una centella para detener a los foragidos provocando un gran ruido de los espectadores del gallinero. ¡Hoy parece que nos han raptado el CENTRO de nuestro pueblo!

   Quiero terminar esta primera parte afirmando que estoy muy orgulloso de mi pueblo, Sonseca,  por sus virtudes de trabajador, emprendedor y preparado para afrontar grandes metas, que entre nosotros y otras personas de otras localidades, que vinieron a vivir y a trabajar al nuestro hemos sido capaces de hacer.   
   Ahora, quiero recordar y hablar de nuestra romería de San Gregorio de los tiempo de mi juventud.
   Comenzaba nuestro prado antes de llegar al polideportivo. Cuando yo subía hacía la ermita me parecía inmenso. A sus alrededores, no existían ni chalets, ni casas de campo, ni naves, solo alguna pieza de huerta enjalbegada donde comían y dormían los agricultores y su familia de entonces.   
   Cuando llegaba la primavera, nuestro prado parecía un gran mar con un curioso y bonito oleaje realizado al mecer el viento la gran cantidad de pasto que había. Más tarde, los atos de ovejas del pueblo darían buena cuenta de este natural y nutritivo alimento.
   ¡Cuántas veces iríamos al prado a coger guillos! Dosificábamos ese pequeño chorrillo de agua entre los amigos, el que nos tocaba echar en el agujero para que saliera el grillo.
   Se esperaba la romería con una gran ilusión, pues entonces, no había tantas fiestas como hoy. El campo no estaba mecanizado y se trabajaba de sol a sol, por eso se esperaba la romería, como agua de mayo. Era un día grande para todos. Nos sentíamos obligados a ir al comercio de Braulio o a otro del pueblo para comprarnos unos "botines" de deporte para correr, saltar y estar a gusto en el prado.

Tienda de Braulio Arroyo en la calle La Unión.

   Por la mañana, había cuadrillas de amigos que iban con sus carros hasta la alameda de Casalgordo para cortar grandes ramas de álamos para confeccionar unos arcos muy vistosos y enjaezar y engalanar estos carruaje. Colgaban de estas ramas flores, generalmente, esas rosas preciosas que nos regala mayo.
   Mientras tanto, para las novias y amigas era día de madrugar y andar listas. Había que preparar las meriendas. A las madres les gustaba echarles una mano y sobre todo ir a las amigas, a las hermanas o alguna vecina para dar los retoques necesarios al pelo para estar guapas por la tarde.
   En el prado se colocaban algunos pequeños bares o tascas. Se bebían en el mostrador chatos, gaseosa o limonada con el aderezo de un pinchito casero, que al paladar le venía muy bien.
   Pasada la hora de comer, se subía al Santo en carros, galeras o remolques unos, en bicicleta, alguna Vespa o Torrot, otros, y se dejaba ver algún señalado coche. La gran mayoría de gente subíamos dando un paseo con cestas, esportillos o capachos en los que portábamos suculentas meriendas.
   En cualquier sitio del prado encontrábamos un lugar para realizar todas las actividades de ocio, de juego o simplemente para tumbarse en la hierba, sobraba prado. Corríamos los jóvenes con la compañera que nos había tocado de pareja y las llevábamos en volandas. Después vendrían juegos más tranquilos como la rueda de la alpargata, el pañuelo, etc.
   Los más mayores llegaban con carros o remolques, buscaban un lugar aparente y desenganchaban las mulas. Estas eran atadas a un clavo introducido en el suelo y así sujetas se merendaban el rico pasto que brotaba del prado. ¡También las caballerías tenían derecho a disfrutar de San Gregorio!
   Era una obligación devota ir a la ermita a visitar al Santo, asistir a la misa y rezar con gran fervor alguna oración sin olvidarse de agarrar la cuerda y hacer sonar varias veces esa campana que emite un sonido peculiar a cada sonsecano.  
   Otra costumbre consistía en dar una vuelta por los pequeños puestos instalados en el prado. En ellos se jugaba a las tablas o a las cartas. Te podía tocar, si tenías suerte, un gran garrote de caramelo, de los que vendía mi tío Adrián en su puesto. Te encontrabas al Sr. Cesáreo, "el mono", con su cajoncito de madera vendiendo cacahuetes y caramelos; a la Sra. Juana, con su carrito lleno de infinidad de chucherías y unas pelotas de cuero blanco con una goma, que nos atábamos a un dedo, la lanzábamos y nuevamente regresaba; a la Sra Juana "la cayanda" y su hijo Rafael con su cesta de bollos y un puesto, que me gustaba mucho, el de tiro en la pared de la ermita del Sr. Vicente "sacramento".
   Todo discurría en un tono de alegría y tranquilidad. Llegaba la hora de la merienda y aparecían inmensas tortillas, conejo al ajillo, pollo con tomate y el morcón hecho con la matanza del cerdo. La tripa más gorda se rellenaba de una masa que al echártela  a la boca aparecía un sabor delicioso. Este morcón me lo ha recordado mi buen amigo Martín, que vivió  en barrio del alfar.
    Dando otro paseo, se regresaba al pueblo antes del anochecer. En las calles teníamos aquellas pequeñas luces redondas con un sombrero metálico. No alumbraban mucho pero, para nosotros, era como si fuera la luz del día.

En Sonseca en los años 60 lucían en las calles bombillas similares a las de esta foto.

   Ya de noche, veías pasar los carros con cuadrillas de jóvenes cantando alegres canciones. Disfrutaban con alegría sana que fluye del corazón. En esos años de juventud y en el mes de mayo cuando "la primavera la sangre altera" con motivo de San Gregorio surgían, salían a la luz innumerables parejas de novios, que después se han convertido en matrimonios para toda la vida.
  
   Amigos:
   Para terminar, me gustaría pedir a todos que cuidemos nuestras tradiciones, las que nos han enseñado y entregado nuestros mayores, que tratemos de acrecentarlas participando y colaborando con ellas, como es la romería en honor a San Gregorio Nacianceno. También  protejamos nuestro patrimonio, como es nuestro prado, nuestra "CASA DE CAMPO", para que entre todos consigamos cada día un Sonseca mejor 

Prado de San Gregorio, verdadero púlmón para el pueblo de Sonseca a conservar y proteger.

 ¡Que el ayudarnos unos a otros sea nuestro legado y enseñanza para hijos y nietos!

   Amigas, amigos:
¡Disfruten, diviértanse, vivan con alegría la romería de San Gregorio!

¡VIVA SAN GREGORIO!
¡VIVA SONSECA! 
                

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Gracias amigo visitante por compartir este paseo por esta singular visión de mi pueblo, fruto de inquietudes recopiladoras desde...

Gracias, por ocupar parte de su tiempo en descubrir estos retazos, fragmentos, pinceladas de un laborioso pueblo como Sonseca, que ha demostrado a lo largo de su Historia saber superar con inteligencia creadora y ejecutiva las circunstancias más desfavorable.

Gracias, por leer y observar mis "entradas" metidas a golpe de corazón, como intuyendo lo que nos une y nos anima a seguir ampliando nuestros límites personales afianzando lo que somos y de donde venimos.

Disculpas por las erratas que siempre lleva un texto escrito aunque se haya realizado con lo mejor que uno ha aprendido.
























































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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