Jesús Aguado, de gris perla y oro, tomó la alternativa el 28 de abril del 2000 en la plaza de toros de Madridejos (Toledo) de la mano de Enrique Ponce y Víctor Puerto con toros de la ganadería de Sancho Dávila, de Santiesteban del Puerto (Jaén).
Jesús recibió en el primero, de nombre "Vistero", calurosos aplausos del público, la mitad paisanos desplazados para la ocasión. En su segundo, de nombre "Latosillo", se empleó a fondo con lucida faena. Mató de media estocada y obtuvo las dos orejas. Salieron los tres toreros a hombros de la plaza. Presenció la corrida don José Bono junto al alcalde de Sonseca Juan Carlos Palencia. La Banda de Música de Sonseca amenizó desinteresadamente el festejo. En la faena de Jesús interpretó su pasodoble compuesto por el director Evilasio Ventura Maestro-Muñoz y estrenado en un concierto dentro de los actos de la Semana Cultural Taurina de Sonseca un mes antes.
Con los permisos de palabra del protagonista y del poeta, Tomás García-Aranda Gutiérrez, transcribo unos versos, que éste le escribió.
A JESÚS AGUADO, NUESTRO TORERO
No es un torero gitano,
ni un torero sevillano
al que yo quiero cantar.
Es un chaval toledano
de mi pueblo sonsecano
con ganas de torear.
Por el barrio de Malpica
en la calle san Quintín
subiendo hacia el Oteruelo,
ya se vislumbraba el perfil
de un buen mozo de postín
con andares pintureros.
De buen tipo, bien plantao,
su talle juncal, moreno,
se llama Jesús Aguado,
en Sonseca bautizado
que sueña con ser torero.
Mas no un torero cualquiera
no tampoco del montón;
el quiere se de primera,
que le admire España entera
por su estilo y su valor.
Con sombrero cordobés y
traje corto campero,
olé la gracia torera
que en tierra mazapanera
lleva su garbo torero.
Si va con traje de luces,
¡vaya planta de torero!
cuando está delante del toro,
vestido de seda y oro,
el nieto del carbonero.
Bajo la negra montera
en su figura torera
el talle de una alabarda,,
la blancura en sus chorreras
con alamares y hombreras
que brillan como esmeraldas.
Son sus brazos dos rosales
de donde nacen las rosas,
si torea por delantales
en verónicas preciosas.
Se ciñe su capote de paseo
como el alférez se envuelve en la bandera
y le aclama a Jesús la plaza entera
llegando los olés al Pozobueno.
La Virgen de los Remedios
lleva el capote bordado
que con su gracia el chiquillo,
terminando el paseíllo,
en la barrera ha dejado.
Abre el toril, torilero,
suelta ya ese toro fiero
que en medio del redondel
para enfrentarse con él
lo está esperando un torero.
Ábrelo de par en par,
que es de Sonseca el chaval,
valiente a carta cabal.
Abre el oscuro chiquero
y no te habas esperar
porque lo va a torear
para rampar y mandar,
el nieto del carbonero.
La flor de la torería
se deshoja en tus manos
cuando de capa se abría
con su arte soberano.
Lento el capote de brega,
tersa la roja muleta
que suave peina la arena,
Jesús con la planta quieta
muestra su casta torera
y el buen toreo interpreta.
Cuando sale a torear
vestido de seda y oro
tiene naturalidad,
con esa gran cualidad
que es la de saber pensar
siempre delante del toro.
Nuestro torero dirán,
nuestro torero diremos,
cuan gran orgullo sentiremos
al verte a ti torear.
Tus paisanos que aquí están,
los que en Sonseca nacieron
porque y al verte pisar
con tan aplomo el albero
siento ganas de exclamar:
la tierra del mazapán,
el pueblo que quiero más
por fin tiene un torero.
Nadie lo podrá parar,
ole su garbo torero,
por eso lo ha de apoyar
la gente del pueblo entero.
Con el capote en sus manos,
el torero sonsecano va diciendo:
aquí estoy yo con mi arte soberano.
Échale casta torera,
baja esas manos serenas,
curtidas de piel morena,
y al toro, que es tu locura;
porque la afición entera de Sonseca
a ti te espera
y quiere que seas figura.
Le echó coraje, afición,
arte y sereno valor,
el nieto del carbonero,
cuando de capa se abrió
y luego se espatarró
como los buenos toreros.
Tres verónicas le dio
junto al rojo burladero,
que luego las remató
con una media de ensueño.
Cristo de la Vera Cruz,
Santo Cristo Nazareno,
protege siempre a Jesús,
que se llama como tú,
para que sea un gran torero.
Jesús Aguado aún torea como subalterno acompañando a figuras del toreo, aquellos que le contratan.
Mi sencillo homenaje a la celebración de sus Bodas de Plata como matador de toros.