Firmada por Izquierdo y foto de Casero, les transcribo la entrevista tal cual se publicó, cuyo recorte conservo por ser el entrevistado uno de mis bisabuelos. Después de cincuenta y cuatro años, considero que, se merece un recuerdo, sobre todo, por los muchos descendiente que ha dejado. En vida tuvo dos tataranietos.
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León Sánchez-Mayoral Marín |
Acercándome a la villa de Casalgordo en busca de noticias para los lectores, me he podido enterar de algunas de sus historias antiguas y actuales, que he recogido conversando con un anciano, que también es noticia importante por ser centenario.
Según los testimonios de este anciano, se dice que la villa de Casalgordo ocupa una gran extensión por los restos de pareces y otros objetos que han aparecido en su contorno.
Y preguntamos:
- ¿Cómo se llama el abuelo?
- León Sánchez-Mayoral
- ¿Cuántos años tiene?
- Pues tengo cien años, soy de la quinta del 92.
- ¿Se siente orgulloso de haber vivido tanto tiempo y de vivir la época actual?
- Claro que sí.
- ¿Está enterado de los viajes a la Luna?
- Sí que he oído algo de eso, pero no lo creo.
- Pues créalo que es cierto!
- ¿Ha nacido en esta villa?
- Sí he nacido y me he criado.
- ¡Cuéntenos algo más de su vida, pueblo y alrededores!
- Pues, mire, aquí en Casalgordo, en la iglesia que hay, existe un retablo de san Pedro, que había estado en un convento o cenobio, el cual venía a visitar mucha gente de sus alrededores, pero, principalmente, un tal Venancio Gómez, de Orgaz, que tenía mucha devoción al retablo, pero que en tiempo de guerra se lo llevaron, aunque ahora se encuentra nuevamente en la iglesia.
- Abuelo, he oído que se han querido llevar el retablo a un museo para que, con su coste, pudieran restaurar y arreglar un poco la iglesia, pero que los vecinos de la villa no querían ¿es cierto?
- Sí que es cierto, porque pensábamos que no íbamos a tener ni retablo ni arreglo de la iglesia.
- ¿Ha estado en la guerra?
- No, que no he estado, pero estuve a punto de ir a la guerra de Cuba y no fui porque mi padre pagó por mí 20.000 reales, que eran las cuotas que se pagaban entonces por quien no quería ir; sin embargo, había otros que estaban encerrados y se prestaban voluntarios para ir a Cuba y se vendían, existiendo el contratista de Chueca, y los daban de comer en Ojuela. Conocí también la guerra carlista.
- Vivían bien y tenían diversiones por aquellos tiempos?
- No se vivía bien por el motivo de que había personas que tenían ollas y recipientes llenos de oro y al ser de dinero de tan gran valor la gente lo guardaba y no lo disfrutaba.
-Me gustaría oír alguna de sus anécdotas.
- El año que entré en quinta fue la primera vez que me puse zapatos.
- Recuerdo que para levantar el badajo de la catedral de Toledo ninguno podía y lo conseguí yo.
- También me acuerdo que por ocho duros que me dieron compré tres fanegas de tierra que hoy día valen un millón de pesetas.
Observando su aspecto físico, muy bien conservado, ya que fue un hombre fuerte, terminamos esta entrevista, agradeciéndole su grata conversación y noticias.
Realmente, León Sánchez-Mayoral Marín vivió 98 años y unos meses.