La víspera de la Octava, la que cae más tarde en el tiempo, puede ser un día propicio para contar la Historia de los alabarderos de la Virgen de los Remedios gracias al estudio de un colaborador, Tereso Hidalgo Poza, que me brinda gentilmente para publicar en este blog.
Doy a conocer parte de un trabajo más amplio sobre Sonseca titulado: MONOGRAFÍA SOBRE LA VIDA TRADICIONAL, que realizó cursando 5º de Humanidades.
Desde muy antiguo la Virgen de los Remedios tiene una guardia de honor formada por los alabarderos, los que con antiguas alabardas, cubiertas con ramos de flores, le dan escolta en todos los actos religiosos y, sobre todo, en las procesiones que se celebran en la fiestas en el mes de septiembre, la del día 8, Natividad de la Virgen y la de día de la Octava, domingo siguiente al día 10.
Por los pocos datos encontrados y lo que la tradición ha transmitido hasta estos días, no resulta aventurado decir que su origen se remonta al menos a principios del siglo XVIII, época en que los distintos gremios de la localidad se agrupaban en distintas organizaciones cívico-religiosas y celebraban sus fiestas. Esto explicaría los nombres que llevan algunas de estas alabardas actualmente tales como: la arriera, la panadera, la hortelana, la pastora y la laborante.
Esta compañía de alabarderos a semejanza de la de Alabarderos Reales está mandada por un capitán cuyo símbolo de mando es un bastón, un mariscal de campo que lleva como símbolo un junco adornado de flores y un alférez, que lleva una alabarda pintada de cuadritos, cuya misión es la de desplegar la bandera de la Virgen y bailarla o, andarla, también se dice, artísticamente.
Tiene el alférez un ayudante encargado de desenrollar la bandera y de arrollarla antes y después del baile cuando lo hace en calles y plazas y en actos no religiosos.
La alabarda del ayudante del alférez es equivalente a la de este. El resto de la compañía lo forman el subayudante o segundo ayudante del alférez con alabarda de color verde; las cuatro de la Virgen con de color rojo con clavos dorados; la primera y segunda del junco o mariscal de campo; y la primera y segunda del bastón o capitán más las correspondientes a los ya comentados gremios, toda ellas de color verde. Como nota singular, incluir al niño o niña de la bandera.
Tradicionalmente, la misión de esta compañía es la de custodiar y dar escolta a la Virgen de los Remedios, indicando su antigüedad el hecho de que sus componentes no vayan provistos de armas, sino de simples y esbeltas alabardas. Ser alabardero de la Virgen significa: devoción, lealtad y fidelidad. Su custodia se les encomienda, en especial en los actos de sus fiestas en mayo y septiembre. No hay noticias de haber intentado nada en contra de la imagen. Si tal cosa ocurriera, la alabarderos la defenderían hasta con su vida si fuera preciso.
En 1936 cuando fue asaltada la ermita en la Guerra Civil y destrozada la imagen de la Virgen, los alabarderos se encontraban dispersos en sus casas, en la frente de batalla o habían sido asesinados. No pudieron hacer nada por impedirlo.
Aún así, algunos expusieron su vida escondiendo en sus casa las banderas, alabardas y algunas otras pertenencias de la Virgen. Pero aunque se desconoce si su principio fue originado pensando en una custodia real de la Virgen o sólo simbólica como lo es ahora, lo cierto es que desde hace más de un siglo según noticias ciertas y quizás más de dos, se lleva la parte metálica de las alabardas cubiertas por un artístico ramo de flores de varios tipos y colores siendo todos los ramos iguales, que se cambian cada dos años, el tiempo permanencia de todos los componentes de la compañía.
Para llevar la bandera de la Virgen en los desplazamientos que hace la compañía por el pueblo, el abanderado/a es el encargado. Le sacaron la bandera los padres y a veces abuelos u otra persona cercana el día de la Octava de las Ferias y Fiestas del año anterior. Lleva la bandera enrollada sobre su hombro y sostiene la alabarda del alférez mientras este baila la bandera.
Existe una persona que es el muñidor o mullidor, una especie de conserje o encargado de las gestiones, coordinador de actividades. Hace cumplir en cada momento las normas, el protocolo a seguir. También subasta lo ofrecido a la Virgen el día 8 los días 9 y siguientes después de la misa de la tarde en la plazueleta de la ermita.
Para ser alférez debes estar inscrito en la lista de candidatos y por riguroso orden, de tal manera que generalmente son los padres los que lo hacen nada más nacer. La lista es tan extensa, afortunadamente, que gracias a que muchos van renunciando, los alféreces dispuestos pueden serlo a una edad con capacidad de andar la bandera. Si renuncias ya no puedes serlo.
Llegado su turno, el nuevo alférez elige entre sus familiares, amistades..., todos los alabarderos. El relevo de una compañía a otra se hace el día de la Octava después de la procesión para una duración de dos años.
El alférez novato ha de aprender a bailar, andar la bandera si aún no sabe hacerlo, generalmente, con la ayuda de alguno que le ha precedido. Suele utilizar banderas de ensayo.
Las vísperas de las fiestas de san Pedro, Santiago y la Asunción de la Virgen, se reúnen todos los alabarderos en la casa del alférez para tomar los acuerdos que correspondan: del dinero que va a poner cada uno, el día que le toca a cada uno la visita de todos etc. Se suele hacer alrededor de un refrigerio.
La primera vez que salen con las alabardas es el día san Agustín, el 28 de agosto.
SU ORDEN POR LA CALLE ES EL SIGUIENTE:
Muy de mañana, los tambores, corneta y el muñidor de la compañía van a recoger al capitán a su casa, luego todos van por el mariscal de campo, después por las alabardas segunda y primera de la Virgen y todos juntos se dirigen a la casa del alférez.
Ermita del Cristo de la Vera Cruz |
Ermita Virgen de los Remedios |