viernes, 12 de junio de 2009
Poesía reflexiva
PALABRAS DE ATARDECER
AUTOR: Enrique Barbero Peces
IMPRIME: Gráficas/85, S.A.
Gamonal 5 Madrid. 2005
Dos párrafos de su introducción, el segundo y el penúltimo:
"Tenéis ante vosotros unos escritos breves. He procurado no ser prosaico al escribirlos. Si son poéticos o no, lo dejo a vuestro criterio. De todas formas no busquéis en ellos al versificador de las rimas clásicas ni al poeta de las metáforas brillantes. No son mi fuerte. Simplemente he pretendido acercarme a la realidad desde la perspectiva personal de mis años, de mis lecturas, de mis observaciones y de mi reflexión y vivencias. Pero he querido, eso sí, dar a mis palabras un ritmo que las musicalice y acerque a vosotros".
"Me sentiría muy satisfecho si, a través de lo que ahora tenéis en vuestras manos, sintieseis enriquecida vuestra interioridad, hoy tan fuertemente amenazada en nuestra cultura".
Tras el vivir intenso
del día que se apaga,
el horizonte arde,
atestiguando ufano,
silencio y arreboles,
la ofrenda de la tarde.
De su poesía Recuerdos
Sonidos en la noche
"Cada sitio tiene su música", unas estrofas.
Yo recuerdo conmovido
mis noches sin descansar
en que los ruidos hablaban
queriendo hacerse notar.
Noches largas de mi tierra,
noche de luna sombría,
noche de fríos y nieves
noche de presencias vivas.
Los perros ladrando al fondo,
las cigüeñas crotorando,
los grillos en lejanía
y las lechuzas silbando.
Y acercándose lenta,
con paso tranquilo
y a golpe de chuzo
la voz del sereno
que a todos anuncia:
"Las tres y nevando".
Y sobresaliendo
por su gallardía,
como gran señor,
el gallo que canta
anunciando
que ya viene el día.
Noches vivas de mi tierra,
noches de mi infancia ida.
Su epílogo concluye con unas palabras de Diego Sabiote:
"Espera, no impacientes:
Las estrellas no despiertan
hasta el atardecer".
Don Enrique vivió su infancia en Sonseca; su casa estaba situada enfrente de la Iglesia, junto al Casino. Ahora hay un bloque de pisos.