lunes, 29 de mayo de 2017

PALABRAS DEL LENGUAJE COTIDIANO SONSECANO CON INICIAL O QUE CONSIDERO TIENDEN A DESAPARECER.

   Anotando en mi libretilla de bolsillo cuando surgen en alguna conversación, he reunido alguna que otra palabra comenzada por la inicial   O  con tendencia a utilizarse cada vez menos.     Algunas de ellas no las encontramos en el DRAE.
   Para que se mantengan y no se olviden, las incluyo en esta entrada, que sigue riguroso orden alfabético con las anteriores.

   OJÍMETRO.- Tener ojímetro es calcular o medir lo que sea preciso con la vista, con el ojo, de manera aproximada. Se le puede consierar sinónima a "tasmeo".
   - Si no me falla el ojímetro, por lo que abultaba la carga que traía el carro de  seras de patatas, habrá pesado unos 1.200 Kgs. 

   OJOGALLO.- Callosidad que suele salir en los dedos de los pies. Si es entre medias resulta muy doloroso tenerlo.
   - No puedo echar un paso con el ojogallo que me ha salido en el dedo chico del pie derecho.




   OLENDERO.- Sinónimo a golendero. Dícese de la persona que se mete en más de las conversaciones que la prudencia aconseja con tal de enterarse de los más posible, si son chismes, con mejor gana.
   - Allí estaba, como es habitual la olendera de...  para que nadie se lo contara.

   ONZA.- Peso que equivale a 287 decigramos. Una onza de chocolate RAQUETA equivalía a la octava parte de media libra.
   - ¿Qué has merendado?
   - Una onza de chocolate y un pico de pan de hogaza.

   ¡ÓRDIGAS!.-  Exclamación, taco que se suele decir cuando te encuentras con algo extraño, algo que te sorprende.
   - ¡ Órdigas, como ha crecido el chaval!

   ORDINARIO.- Persona que se dedica a hacer recados, generalmente, con paquetes entre poblaciones cobrando por ello. En Sonseca había ordinarios que iban diariamente  a Toledo e incluso a Madrid con un carro  de varas tirado con mulas. Vicente Sánchez, "Colorín", era uno de ellos. 
   - Voy a casa de Vicente a pedirle que me traiga la medicina para el niño de Toledo.

   OREAR.- Darle a un cosa el aire para que se le quite el olor, se seque o se le quite la humedad que ha cogido. 
  - Con el aire que corre, se han oreado las sábanas antes de lo que había calculado.

    OREJA.- Cuando se cose un saco, por ejemplo lleno de patatas, se deja los extremos de la boca, cual si fueran orejas para su mejor agarre a la hora de transportarlos.
   - Coge bien el palo y agarra de la oreja, que entre los dos este saco lo echamos al carro.  

   OREJERA.- Cada una de las dos piezas, palos que el arado común lleva metidos en su dental oblicuamente para ensanchar el surco. 
   - Mi padre se ayudaba de la azuela de mano para hacer las orejeras de madera de almedro.

Las orejeras abren el surco.

   ORILLA.- Así le llamamos al estado atmosférico del tiempo.
   - Qué buena orilla ha quedado para hacer la carrera a la torre Tolanca.

   ORUSCO.- Aquella persona huraña, digamos, poco sociable, con carencia de simpatía. 
    - Le he dado los buenos días y no ha sido capaz de contestarme el orusco de mi vecino.

Orza sin asas porque se han roto, en este caso.

   ORZA.- Vasija de barro, alta, genenalmente sin asas, que servía para conservar alimentos, en especial el lomo de cerdo adobado.
   - Voy a subir a la cámara por unas tajaditas de lomo que tengo en la orza para echar la merienda a los hombres, que mañana empiezan de aceituna. 

   ¡OSTREN!.- Exclamación de sopresa, extrañeza. Algunas personas la utilizan como muletilla con el artículo delante.
   - ¡La ostren, esto arde mejor que la tea!

   OVA.- Planta de la familia de las algas que se crían, criaban en el agua estancada de las albercas de las huertas.
   - Hacía tanta calor, que nos hemos bañado en una alberca con ovas, y "to".

   Seguro que Vds. se acordarán de alguna más. Si ha sido así, el objetivo está conseguido, revitalizar nuestro rico vocabulario. Las pueden comentar con los más cercanos y a la vez fomentamos el diálogo.