El pregonero y su esposa junto al Alcalde, Juan Carlos Palencia y su equipo de gobierno municipal. |
PREGÓN
DE FERIAS Y FIESTAS DE SONSECA DEL 2016
Muy
buenas noches sonsecanos de cuna y de adopción, y también a aquellos que aunque
no estéis vinculados estrechamente con este pueblo tengáis el deseo de pasar
unos días geniales con la Feria que está comenzando. Que nadie se sienta forastero.
Con
la edad he ido desarrollando el gusto por los refranes y las citas de hombre
ilustres, así que arrancare con uno muy castellano. Como “de bien nacido es ser agradecido” querría dar las gracias a la
corporación municipal por haberme ofrecido esta oportunidad de dirigirme a
todos vosotros con la sana intención de que pasemos un rato agradable en este
prólogo de las fiestas. También les agradezco a los Alabarderos, demás
autoridades y por supuesto a todos los que estáis aquí, vuestra presencia.
Ya
sabéis muchos de vosotros que soy químico. No sé si esto ayuda al pregón porque
se dice que las cosas que tienen mucha química… en fin, que por lo menos hay
discusión acerca de si son buenas o no. Así que intentaré que el pregón no
contenga mucha de esa química. Sin embargo, cuando las personas se entienden,
cuando conectan entre sí, se dice que entre ellos hay química.
Espero que de esta haya mucha.
Espero que de esta haya mucha.
Primero
las presentaciones, y esta es especial porque solo puedo hacerla aquí. No se
entendería en ningún otro sitio del mundo. Soy hijo de Faustino Mosca, que por
desgracia le mató una mula en los primeros años 60, y de Eduarda, de mote
Aguda, hija del tío Cano el Agudo, al que recuerdo sentado en la puerta de mi
casa con el cigarrillo de picadura apagado y pegado en la comisura de los
labios. Mi madre ha sido mazapanera toda la vida, y su cariño, su trabajo y su
dedicación han hecho posible que yo esté hoy aquí.
Para la gente de mi generación soy simplemente Silvestre, que para algo debe servir tener un nombre poco común. Bueno, quizás también me recuerden yendo en bici con una chica montada en la barra. Esa chica era Maribel, una Espartera que hoy es mi mujer y que seguro que muchos conocéis.
Y para la generación de nuestros hijos, tendrán que conformarse con preguntar a sus padres ¿Quién es ese? Y espero que no obtengan la respuesta a la que me han acostumbrado en casa cuando pregunto por alguien que surge en la conversación… uno que tu no conoces.
Para la gente de mi generación soy simplemente Silvestre, que para algo debe servir tener un nombre poco común. Bueno, quizás también me recuerden yendo en bici con una chica montada en la barra. Esa chica era Maribel, una Espartera que hoy es mi mujer y que seguro que muchos conocéis.
Y para la generación de nuestros hijos, tendrán que conformarse con preguntar a sus padres ¿Quién es ese? Y espero que no obtengan la respuesta a la que me han acostumbrado en casa cuando pregunto por alguien que surge en la conversación… uno que tu no conoces.
Silvestre García-Ochoa, pregornero de las Ferias y Fiestas 2016 de Sonseca |
Reconozco que tengo idealizada a Sonseca. Al haber estudiado y trabajado fuera, el tiempo que he pasado en el pueblo ha sido fundamentalmente para disfrutarlo. Ha sido y sigue siendo un sitio de vacaciones casi perfecto sino fuera porque le falta la playa, o en su defecto un buen río. Pero como los castellanos somos expertos en vencer dificultades, hicimos buenas antaño las albercas para bañarnos, que además tenían la ventaja de que estaban por doquier. Eran una especie de mar a cachitos a los que te llevaban las bicis. Y qué decir de nuestro campo… me ha gustado siempre recorrer los caminos y estoy enamorado de los paisajes que tenemos aquí, que no tienen nada que envidiar a los que encontramos en otros sitios. ¿Quién puede presumir de los mosaicos de verdes que vemos en primavera desde lo alto la Torre Tolanca con las siembras, las viñas y las olivas, o los amarillos en verano cuando la cebada está lista para segar? O para cosechar, como se dice ahora. Todo adornado con los ribetes verdes de las lindes y rematado con la sierra al fondo.
¡Un gran espectáculo!
Es
inevitable ponerse a recordar la vida en el pueblo cuando te pones a pensar en
el pregón. Lo que recuerdo de la infancia es la calle. Todo pasaba en la calle.
Los chavales siempre estábamos en la calle jugando a juegos que hoy
posiblemente se considerarían un poco brutos. Bastaba una voz de nuestras madres,
que se oía en todo el barrio, para hacernos volver a casa. Y si te hacías el
remolón, cualquiera que pasaba por la calle te decía: ¡Que te está llamando tu
madre! Ni con la activación de la localización en el móvil hay tanto control
hoy en día. Una de las cosas que al cabo de los años, y habiendo sido padre, he
acabado valorando mucho es que en aquel tiempo todos cuidaban de todos. En el
pueblo todos estábamos identificados. Y si aparecía un chico nuevo rápidamente
se le preguntaba de quien era o con quien estaba para tenerle localizado.
El caso que me trae este comentario es la ocasión en que buen amigo de infancia y yo decidimos irnos a la huerta de su abuelo con la osadía y la inconsciencia que caracteriza a los niños -tendríamos alrededor de unos ocho años- y cuando estábamos bien adentrados en el campo en que se yo que camino, apareció una chica que venía en bici de la huerta, se paró y nos preguntó que hacíamos por allí. Acto seguido y sin darnos posibilidad de réplica nos montó a los dos en el soportín de su bici –lo que da una idea de lo chicos que éramos- y nos llevó a casa. Allí nos esperaban nuestras madres alarmadas que primero nos dieron besos y abrazos y después nos hicieron lamentar nuestra aventura -los detalles me los callo pero os los podéis imaginar - .
El caso que me trae este comentario es la ocasión en que buen amigo de infancia y yo decidimos irnos a la huerta de su abuelo con la osadía y la inconsciencia que caracteriza a los niños -tendríamos alrededor de unos ocho años- y cuando estábamos bien adentrados en el campo en que se yo que camino, apareció una chica que venía en bici de la huerta, se paró y nos preguntó que hacíamos por allí. Acto seguido y sin darnos posibilidad de réplica nos montó a los dos en el soportín de su bici –lo que da una idea de lo chicos que éramos- y nos llevó a casa. Allí nos esperaban nuestras madres alarmadas que primero nos dieron besos y abrazos y después nos hicieron lamentar nuestra aventura -los detalles me los callo pero os los podéis imaginar - .
Silvestre García-Ochoa ha sido el pregonero de la Ferias y Fiestas 2016 de Sonseca |
Mi
otro recuerdo es la escuela. Yo era uno de los que se lo pasaban bien en la
escuela. Las escuelas del puente en mi caso, donde Don Ricardo, un hombre
bueno, con voz grave y presencia imponente nos enseñaba con la ayuda de la
enciclopedia Álvarez. Tengo que recordar a los más jóvenes que mi generación
fue la primera en que todos los chicos fuimos a la escuela. La generación de
nuestros padres tuvo bastante con salir airosa de los años del hambre y
procurarnos sustento, lo que ha hecho nuestra vida relativamente cómoda.
Y
un poco después llegó El Revuelo. Creo firmemente que parte de hacer de este
pueblo un lugar referente en la comarca tiene un componente cultural que
inevitablemente pasa por el Centro Cultural Revuelo. La parte visible de sus
actividades eran las famosas y recordadas Semanas Culturales donde jóvenes
entusiastas, y no tan jóvenes, disfrutaban y nos hacían disfrutar de un montón
de actos culturales. Pensemos en las obras de teatro, los ciclos de cine, los
debates, recitales poéticos, talleres tan diferentes como cerámica o lectura,
exposiciones, y un sinfín más de actividades. Ha sido un gran ejemplo de
cultura popular.
Un recuerdo muy querido es el de la visita que nos hizo Rafael Alberti, uno de nuestros grandes poetas contemporáneos. No éramos el Comité del Premio Nobel, ni el Jurado del Príncipe de Asturias, ni la Real Academia, y aún así aceptó nuestra invitación. Éramos un grupo de jóvenes que se habían dado en llamar Revuelo. Eso es lo que le llamó la atención. Un grupo de jóvenes inquietos y atrevidos que con los años tendrían un impacto importante en la vida del pueblo.
Un recuerdo muy querido es el de la visita que nos hizo Rafael Alberti, uno de nuestros grandes poetas contemporáneos. No éramos el Comité del Premio Nobel, ni el Jurado del Príncipe de Asturias, ni la Real Academia, y aún así aceptó nuestra invitación. Éramos un grupo de jóvenes que se habían dado en llamar Revuelo. Eso es lo que le llamó la atención. Un grupo de jóvenes inquietos y atrevidos que con los años tendrían un impacto importante en la vida del pueblo.
Silvestre García-Ochoa Dorado, pregonero de las Ferias y Fiestas 2016 |
Mirando atrás, los cambios que ha sufrido el pueblo, tanto en la apariencia como en la forma de vida durante estos cuarenta o cincuenta años lo hacen irreconocible. Dejadme recordar algunos detalles que los sonsecanos de mi quinta hemos vivido y que además demuestran que ya tengo una edad. Muchos de nosotros nos criamos en patios de vecinos. No conocimos una taza de váter o una ducha hasta que fuimos chavales. Las bebidas se refrescaban en el pozo. El día de lavar la ropa era el domingo por dos razones, la primera porque el sábado también se trabajaba, y la segunda porque la lavadora solo daba vueltas a la ropa, el resto lo hacían en aquel tiempo nuestras madres. Se iba a llamar por teléfono a uno de los pocos teléfonos públicos que había en el pueblo. Del pueblo se salía en autobús o en taxi si era urgente. La televisión se iba a ver a casa del vecino que la tenía, y además tardaba un rato en encenderse, que a mí me parecía una eternidad. Mirando estos cambios solo puedo decir que hemos recorrido un largo camino hasta tener el móvil en el bolsillo, pero esto no es nada para los cambios que nos esperan durante los próximos veinte años, que seguro que nos sorprenderán mucho más que los que hemos vivido hasta ahora.
He
de reconocer que en algunas cosas hemos retrocedido. Ahora que hablamos mucho
de Sostenibilidad os invito a pensar en lo que ocurría antaño con los residuos
de la casa: los restos de preparar la comida o las sobras iban a las gallinas y
a los guarros. A la tienda se iba con
el capacho, nada de bolsas de
plástico. A por la leche con la lechera. Todos los envases de vidrio se
reutilizaban. Y el resto, al basurero, que anualmente se llevaba a la huerta
para abonar las siembras. ¿No es un ejemplo perfecto de residuos-cero? Algo
tendríamos que haber aprendido para no acumular montañas de basura que hoy nos
complican la vida.
Silvestre Gª-Ochoa, pregonero en Sonseca de sus Ferias y Fiestas.16 |
El
presente y el futuro también tienen que tener un hueco en este pregón. Ya
sabemos que la situación actual del
pueblo no es la que desearíamos y que muchos de nuestros convecinos atraviesan
dificultades. Yo creo que no solo es un problema de crisis, sino que el mundo
está cambiando de manera acelerada y que por supuesto el trabajo también se va
a transformar completamente. Debido a las nuevas tecnologías, en los próximos
años muchas de las profesiones que conocemos ahora desaparecerán porque hayan
sido superadas, como les pasó a los pregoneros en su tiempo. Por cierto, a pocos oficios les ha quedado un
homenaje tan bonito como al de pregonero: intervenir en este tipo de actos para
dar siempre buenas noticias e invitar a participar en los festejos.
Volviendo
a los oficios que desaparecen, no sé si os habéis fijado que los jóvenes ya no
llevan reloj ¿Para qué si tienen móvil?
La automatización, según sesudos estudios acabará con alrededor de la
mitad de las profesiones actuales en los próximos veinte años. Los conductores
por ejemplo. Ya está ocurriendo en el tren y es cuestión de tiempo que el resto
de transportes públicos no lleven conductor. O los carteros… y un sinfín de
otras actividades. Es algo que a la postre es bueno porque los trabajos que
están surgiendo y los que van a quedar son los que realmente deberíamos hacer
las personas, aquellos que necesitan de nuestras capacidades, aquellos que no
pueden hacer las máquinas ni los ordenadores y al que tú aportas algo y incluso
te lo pasas bien haciéndolo. La ciencia y la tecnología nos hacen la vida más
fácil y agradable y aunque hagan desaparecer empleos clásicos generan un montón
de otros nuevos que son más gratificantes. Hay muchos más detalles en un
articulo muy interesante en el programa de nuestras fiestas.
Una
cosa que he aprendido de la cultura anglosajona es su positivismo. Ellos dicen,
no hay problemas, hay oportunidades.
Es el equivalente a nuestro no hay mal que por bien no venga, pero yo diría que con un punto más de optimismo. Hay razones para el optimismo, pero además nos cuesta lo mismo ser optimistas que pesimistas y no conocemos el futuro, así que entonces seamos optimistas, que es mejor para la salud, y en particular para el corazón.
Es el equivalente a nuestro no hay mal que por bien no venga, pero yo diría que con un punto más de optimismo. Hay razones para el optimismo, pero además nos cuesta lo mismo ser optimistas que pesimistas y no conocemos el futuro, así que entonces seamos optimistas, que es mejor para la salud, y en particular para el corazón.
Aquí,
en Sonseca, tenemos la iniciativa que nos ha hecho un gran pueblo, una
capacidad de trabajar duro demostrada, nuestros jóvenes cada vez más recorren
el mundo -me gusta decir que estamos criando ciudadanos del mundo- con lo que
se empapan de otras ideas y nuevas formas de concebir el futuro. Y además,
también han dado un paso más que nosotros en su preparación. Tenemos todo lo
necesario y no me cabe duda de que en algún momento todo esto germinará y
Sonseca volverá a brillar en la Mancha y en España. Estamos sembrando y tened
la absoluta certeza de que habrá cosecha.
Como
científico, sé que poco se puede conseguir con el esfuerzo individual. Ya
pasaron a la historia los genios que eran capaces de hacer grandes aportaciones
trabajando en solitario, como Ramón y Cajal, que da nombre a la calle donde
vivo. Además, las metas no se consiguen solo con esfuerzo. Se consiguen con
ilusión y sintiéndose parte de un grupo.
Imaginando siempre cual va a ser el gran resultado por el que estamos trabajando, que es mucho más que un triunfo personal.
El autor del Principito, Antoine de Saint-Exupéry, decía: Si quieres construir un barco, no empieces por buscar madera, cortar tablas o distribuir el trabajo. Crea primero en los hombres y mujeres la ilusión de surcar el mar libre y ancho. Yo creo firmemente que llegaremos a ver ese mar que nos ilusione y nos inspire para trabajar y reconstruir este barco que es Sonseca, y que navegaremos en la dirección adecuada para salir de este bache en el que ahora estamos. Y más que eso, estoy convencido de que será más pronto que tarde.
Imaginando siempre cual va a ser el gran resultado por el que estamos trabajando, que es mucho más que un triunfo personal.
El autor del Principito, Antoine de Saint-Exupéry, decía: Si quieres construir un barco, no empieces por buscar madera, cortar tablas o distribuir el trabajo. Crea primero en los hombres y mujeres la ilusión de surcar el mar libre y ancho. Yo creo firmemente que llegaremos a ver ese mar que nos ilusione y nos inspire para trabajar y reconstruir este barco que es Sonseca, y que navegaremos en la dirección adecuada para salir de este bache en el que ahora estamos. Y más que eso, estoy convencido de que será más pronto que tarde.
Izado de banderas en el pregón de Ferias y Fiestas de Sonseca por pregonero, alcalde y diputado. |
Ahora es tiempo de fiesta y celebración. Es tiempo de disfrutar de unos días sin más preocupación que pasarlo bien después de un año de trabajo duro. En estos días nos vemos todos. El que no pasee por el ferial no será por falta de ganas. Bueno, algunos con hijos pequeños desearían pasear algo menos por él. Para nuestros pequeños la Feria tiene una especial atracción, es mágica, cualquier juguete que ven en los puestos es aquel que siempre habían querido tener y las atracciones son siempre las mejores del mundo. Ahora bien, cualquier encuentro de sus padres con alguien al que saludan y con el que cruzan unas palabras es una frustración.
El tiempo que se tarda en recorrer la feria desde los coches eléctricos hasta la tómbola de los arcos es una buena indicación de cuánto tiempo llevas sin salir o sin venir. La vida social se pone al día, renuevas tu galería interna de las caras de los hijos de tus parientes y amigos que llevas tiempo sin verlos. Te das cuenta de que el tiempo no pasa en balde para nadie, incluido tú. Te enteras de las últimas novedades del pueblo y se come y se bebe demasiado. Pero bueno, ya habrá tiempo durante el invierno de compensar esos excesos.
Ahora
también es tiempo de honrar nuestras tradiciones. Es tiempo de oír la música de
las alabardas, que a pesar de lo mucho que llevo fuera no puedo evitar que me
toque el corazón. Porque me he criado con ella, porque lo he mamado, como decimos por aquí. Es tiempo de ver bailar la
bandera y admirar como el alférez la hace moverse como si fuera una pluma. Es
tiempo de acercarnos al ofrecimiento y ver lo que muchos vecinos ofrecen a la
Virgen. Es tiempo de ir a la rifa y pujar por algún objeto que nos haga
ilusión. Por último, no nos olvidemos de
conseguir la jarrita de los alabarderos en la plaza de la Virgen y añadirla a la
colección que va creciendo en casa año a año y que es el recuerdo materializado
de otra feria vivida.
Y
ahora, para terminar, gritad conmigo:
¡Vivan
las fiestas de la Virgen de los Remedios!
¡Viva
Sonseca!
Muchas
gracias, buenas noches y disfrutad de las fiestas.
Silvestre García-Ochoa
Dorado