viernes, 29 de agosto de 2014

A LA VIRGEN MARÍA DE LOS REMEDIOS

   Siendo Herodes rey de Judea
y Augusto de Roma emperador;
Dios quiere y consuma la idea
que María inmaculada sea
Virgen Madre del Salvador.



   Cuando la gran prueba llegó
y el Señor fue crucificado, 
pues tanto, tanto nos amó,
que por nosotros se entregó;
allí estaba María a su lado.

   Nosotros los sonsecanos,
ante amores tan verdaderos,
juntos, todos hermanos
la devoción que caúsanos.
Nos hicimos alabarderos.



   De nuestra Madre virginal,
poniendo antaño los medios
para ser Patrona nuestra,
con la advocación ancestral
de Señora de los Remedios.

   Y fieles a los antepasados,
creyentes, todos los años;
la felicitan ilusionados,
agradecidos y emocionados,
pues de ella es el cumpleaños.



   Con la misa participada,
después el ofrecimiento;
ofreciendo a la madre amada
con el alma bien preparada
un regalo y un pensamiento.



   Anochecido sale la procesión
por nuestras calles y, vemos
con que fe respeto y pasión,
procesionan con devoción
a la Madre que más queremos.



   El alférez baila la bandera
en honor de nuestra Señora.
Con arte y valor él lo supera;
ya termina y se recupera.
La banda toca y la gente llora.

   Todo el año con fe ardiente,
sintiéndonos alabarderos,
visitémosle, está presente,
en su ermita toda paciente.
Corramos a ser los primeros.



   Demos gracias a la Señora.
Seamos todos agradecidos
a esta Madre intercesora,
que también es corredentora
por los favores recibidos.

   Mantengamos esta devoción
sin escatimar los medios.
Conservemos la tradición,
constantes en la oración
a la Patrona de los Remedios.
                  
              Guillermo R. M. V.