miércoles, 21 de julio de 2010
La leyenda de la Mora en verso
M. Sánchez de Rojas
NOS CUENTA EN VERSO LA LEYENDA
DE LA MORA
Era habitual colaborador en los Programas
de Ferias y Fiestas de la década de los años 50
Un moro superviviente,
dicen que errabundo andaba,
solitario y taciturno
rumiando frases coránicas;
con luengas barbas de nieve
y su típica chilaba;
con hidalgos y labriegos
impasible se cruzaba
mas un gesto apocalíptico
en su faz se dibujaba.
Aquel árabe dejó
una huella señalada;
en dura roca se observa
la figura de su planta.
En las salidas del sol,
cerca de Sonseca oraba,
sobre el otero que hoy
Cerro del Moro se llama.
Dicen que a su bella hija,
como un tesoro guardaba
en un secreto recinto
allá en la Torre Tolanca;
la que en esa fortaleza,
cuidadosa se peinaba,
en determinados días
y que después se ocultaba
en una lóbrega gruta
de profundidad ignorada.
Esta mística doncella
mágica guzla tocaba
cuyo son como un lamento
por los espacios flotaba.
Amor y miedo infundía,
los pastores la admiraban,
cuando en las altas almenas
a la campiña asomada,
con clara voz de cristal
a su guzla acompañaba.
Un día un apuesto zagal
sus amores la cantaba,
y a la vez como un apóstol
la doctrina le enseñaba.
En presencia de la mora
el pastor se santiguaba;
cantaba el Avemaría
y en los muros resonaba,
ella le correspondía,
el santo signo imitaba,
y abriéndose aquella flor
por rojos labios formada,
descubriendo dos hileras
de blanco y presioso nácar,
con dulzura repetía
esa oración sacrosanta.
El zagal iluminadollena una vasija de agua
en la oquedad de una roca
que este líquido filtraba
y llegando al alto muro,
con agilidad trepaba,
asido en las endiduras
de sus piedras milenarias.
La mora le da su manoinocente, inmaculada;
el galán absorto queda
ante la flor solitaria;
cuyo perfume oriental,
rara esencia que embriaga
deja al joven por momentos
sin aliento, sin palabra,
mas lleva su vista al Cielo,
la continencia brillaba.
Y llegándose a la moracuelga su santa medalla
en su cuello, y ella humilde,
la recibe arrodillada.
Después sobre su cabeza
vierte el cristalino agua,
diciendo: "Yo te bautizo
en ti brillará esta Gracia
en el nombre de Dios Padre
y del Hijo, que nos ama,
y del Espíritu Santo
que nos da fe y esperanza;
Soledad te doy por nombre
¡Soledad, mi dulce amada!
Su misión está cumplida;
el pastorcito ya baja,
mas en trágico momento,
sobre los muros resbala,
y abajo en la dura roca,
su último suspiro exhala.
Según viejas tradiciones,
en noches de luna clara,
lloró sobre aquella roca
una mujer enlutada;
repitiendo sus lamentos
la vieja Torre Tolanca.
¡Torre de nuestros amores,
de Sonseca, orgullo y gala!
¿Quién descubrirá tus glorias
y tragedias enterradas?PROGRAMA DE FERIAS Y FIESTAS DE 1956