UN RADIANTE DÍA DE SOL FACILITÓ LA CELEBRACIÓN DE SAN ILDEFONDO EN CASALGORDO

PINCELADAS FOTOGRÁFICAS DE LA ILUMINARIA DE LA VÍSPERA Y DE LA PROCESIÓN EN DÍA 25 CON EL ÁGAPE TRADICIONAL POSTERIOR.

La fiesta de San Ildefonso ha comenzado a anunciarse con cartelería.

Una gran iluminaria calentó en la vispera a los que acudieron al  chocolante que ofrecía la Cofradía.

Los ciclistas domingueros hicieron un alto en su ruta para palpar el ambiente festivo en Casalgordo.

El mercadillo artesano se instaló en la plaza por primera vez.

Arranque del arco mudéjar de la Iglesia de Calsalgordo

   San Ildefonso nació en Toledo el año 606 0 607. Era hijo de unos nobles visigodos, Esteban y Lucía. Se educó desde niño cerca de San Eugenio III, su tío. Estudió Filosofía y Humanidades en la Escuela de san Isidoro de Sevilla a partir de su adolescencia.

 

   Vovió a Toledo didicándose a la oración y el estudio en el monasterio Agaliense. Recibió las sagradas ordenanzas mayores de san Eladio y san Eugenio.

  

   Fue nombrado Arzobispo de Toledo a la muerte de su tío san Eugenio. Escribió "De virginitate perpetua Sanctae Mariae adversus tres infidelis". Según la tradición, la Virgen María se le apareció y le impuso una casulla.

   Muere el 667, siendo sepultado en la iglesia de Santa Leocadia de Toledo. Cuando la invasión de los árabes, los toledanos trasladaron su cuerpo a Zamora.  Sus restos reposan en la iglesia de San Pedro y San Ildefonso.

   San Ildefonso se destacó por su elocuencia. Su esfuerzo principal fue dar al pueblo en forma asequible la teología mariana y sacramentaria.

   Su fiesta se celebra el 23 de enero. Es patrón de las ciudades de Toledo y Zamora, también del pueblo de Herreruela de Oropesa (Toledo), de Casalgordo, anejo a Sonseca y algunos otros pueblo diseminados por España.

La Banda Juvenil de Sonseca amenizó la fiesta, tanto la procesión como el refrigerio.

Los tostones, patatas fritas... y  la tradicional "limoná" fueron compartidos por los asistentes a la fiesta.

EN 1681 HAY EN SONSECA 8 LICENCIAS DE POZOS DE NIEVE O HIELO

devengando por cada una de ellas 40 reales/años, en Ajofrín hay 10 licencias y devengan 140 reales año.

Nevada en Sonseca con la Torre Tolanca al fondo.

SIGLO XVII

   Los impuestos más importantes fueron para el periodo que estamos contemplando, los siguientes: Quinto y Arbitrio, Alcabala, Millón y Sisa (este último de carácter municipal), el derecho del Quinto es el único gravamen de carácter específico sobre la nieve. La nieve y los hielos beneficiados, es decir encerrados, eran controlados por el Ayuntamiento de Toledo en los pozos mismos. Otra carga fija sobre la nieve consistía en el tributo anual que los dueños de los pozos de nieve pagaban a la ciudad de Toledo, por tener construidos los pozos en jurisdicción de la Ciudad, concretamente en la zona llamada de los Montes de Toledo.
   Consistía el Quinto en el importe de la quinta parte del precio a que se vendiese la nieve en los pueblos donde se consume.
   El Millón se reduce a 2 maravedíes en cada libra de nieve que se consume.

Brocal y pila de granito típcios en un patio sonecano cubiertos por una gran nevada

   Los pueblos del Territorio Toledano poseyeron casi todos ellos pozos de nieve donde encerraban nieve, cuando el tiempo la procuraba o hielo recogido en las charcas o balsas, al igual que en el propio Toledo. Todos los lugares que poseyeron pozos de nieve necesitaban de una licencia o arbitrio para poder beneficiarla, esta licencia hasta 1681 la concedía la Casa-Arbitrio de la Nieve y Hielos del Reino, que residía en Madrid (Casa de Pablo Xarquíes, como heredera del privilegio Real).
   En ningún caso en estos pequeños pueblos y villas la propiedad del pozo es municipal, aún así siendo los derechos reales y municipales numerosos; de cualquier forma el comercio de la nieve y del hielo era una empresa rentable especialmente para la iniciativa privada. 

Pozo, en su día, de noria de huerta sonsecana cubierto de nieve

¿Dónde estarían estos pozos de nieve?

ANALES TOLEDANOS Núm XXV
La Renta de la nieve y del hielo en Toledo
Pilar Corella
DIP. PROV. DE TOLEDO
TOLEDO, 1968

Investigación de Manuel Aguado cedida gentilmente para este blog.

UNA SONSECANA DIO SU VIDA POR EL PUEBLO AFRICANO HACE 26 AÑOS

   La revista Bisagra publicó en febrero de 1989 un reportaje sobre la misionera sonsecana Isabel Rodríguez, muerta accidentalmente en Benin.

   Lo reproduzco recordando la efemérides y, sobre todo,  como pequeño homenaje a tantos y tantos  misioneros que ha dado y dan la vida gratuitamente por los demás por esos mundos de Dios.

Isabel nunca perdió la sonrisa a pesar de las numerosas dificultades.

   Una sonsecana, Isabel Rodríguez Matín, se ha convertido, después de su muerte, producida en accidente de tráfico el pasado mes de enero, en un auténtico emblema y ejemplo en el país africano de Benin, donde esta religiosa ha estado desarrollando su labor misionera durante los últimos años. Las gentes de este rincón africano y especialmente las de Beterú no olvidarán a sor Isabel.
   Precisamente en Beterú, Isabel Rodríguez se encontraba fundando una nueva misión en la que su labor sería la catecúmena, para lo cual, los misioneros del sector de Nikki-Pereré venían realizando encuentros para estudiar las costumbres de las gentes de la zona y fue de camino a Pereré, donde iba a celebrarse uno de estos encuentros, cuando Isabel Rodríguez encontró la muerte en un desafortunado accidente de tráfico.
   Sin embargo, lo que podría ser una luctuosa crónica de sucesos se convierte en un relato de esperanza por parte de los familiares de esta sonsecana, sus padres, Vicente y Victoria, que todavía viven en Sonseca, y sus hermanos, Vicente, Mavi y Mari, que quedaron sorprendidos de la forma en que todo el pueblo de Benin se volcó con ellos para mostrarles su gratitud tras la labor realizada en estas tierras por Isabel.

SEIS AÑOS EN ÁFRICA

   Isabel Rodríguez ha pasado los seis últimos años de su vida en el país africano de Benin. Sus padres recuerdan que su primer destino como religiosa fue en Lérida donde ya se especializó en enfermería, en un hospital de la Seguridad Social, para ser luego trasladada a Barcelola. Posteriormente, comenzó a ejercer su labor misionera como integrante de la congregación de las Terciarias, de tal forma que en los últimos seis años ha estado destinada en Benin.

Autoridades africanas acompañaron

a los familiares en el masivo entierro.

El grueso de su trabajo lo ha desarrollado en la localidad de Zagnanado, donde ha permanecido hasta hace unos tres meses como enfermera y educadora. Su labor, junto con otras cuatro misioneras españolas, consistía en atender a unos 150 enfermos diariamente en un dispensario que no se caracterizaba precisamente por contar con excesivos adelantos técnicos, aunque contaba con medicamentos procedentes de Alemania y Francia principalmente.
   En Zagnanado, Isabel tuvo que curar desde mordeduras de serpientes hasta infecciones, pasando por todo tipo de enfermedades, una de las cuales adquirió ella misma, la del paludismo, de la que se curó el pasado verano en nuestro país, en la última ocasión que Isabel estuvo en Sonseca donde acudía cada dos años. Todo ello lo realizaba, al igual que sus compañeros, hablando el dialecto de la región, que ya comenzaba a dominar esta sonsecana.

Su dedicación fue principalmente la sanitaria.

   Su familia pudo comprobar en tierras africanas el cariño que los nativos sentían por Isabel, que se ha convertido en un auténtico emblema para la nueva misión que se está creando en Beterú. Sin embargo, Isabel Rodríguez no era muy conocida en Sonseca hasta que, durante su estancia el pasado verano en el pueblo a lo largo de tres meses, entró en contacto con numerosos vecinos que le ayudaron para recoger una cantidad de dinero que rondó el millón de pesetas que han ido destinadas para la nueva fundación misionera de Benín en Beterú, dinero que ya se encuentra en tierras africanas.
   En la actualidad, la congregación a la que pertenecía Isabel Rodríguez, de las monjas Terciarias, está recopilando toda la labor llevada a cabo por esta misionera sonsecana para publicar posteriormente un libro sobre sus vivencias en tierras de África. De la figura de Isabel también se ha hecho eco la revista Selva y Sabana perteneciente a la Sociedad Misiones Africanas que dedica su primera página a  recordar a esta misionera sonsecana y donde se pone de manifiesto el dolor entre todos sus compañeros, religiosas y sacerdotes, así como de los nativos de la zona, situada al norte de Benín.
                      CARLOS NAVALÓN

OTROS MISIONEROS SONSECANOS

Baldomero Rielves estuvo destinado en la antigua Rodesia

   Sonseca cuenta  todavía con dos vecinos que se dedican a realizar labores misioneras. Se trata de Baldomero Rielves y Martín Martín Martín. El primero estuvo cinco años en Rodesia realizando una labor educativa entre los pequeños.
   Allí estuvo durante cinco años, desde el 65 al 70, en una primera etapa, y durante otros tres, posteriormente.
   Tiene 62 años y en la actualidad se encuentra en Madrid como misionero auxiliar del IEME, un instituto encargado de organizar misiones.
   El que sigue realizando su labor misionera es otro sonsecano Martín Martín Martín, que en la actualidad está destinado en Argentina donde también se dedica, desde su sacerdocio, a educar y evangelizar.

   Gracias a la colaboración promovida por Isabel Rodríguez entre la parroquía de Sonseca y Beterú en Benín, se fundó la O.N. G. Kinásibu que sigue su andadura en la actualidad ya con más de 26 años de historia.
   Para más información pueden consultar la entrada de este blog,  ASOCIACIONES: O.N.G. KINÁSIBU.

MANUEL CAMUÑAS SIGUE ESCRIBIENDO POESÍA Y PUBLICA UN LIBRO PARA SU DIVULGACIÓN.

TÍTULO: DÍAS DE SONRISA EN LAS HERIDAS
AUTOR: MANUEL CAMUÑAS BENÍTEZ
IMPRIME: Editorial LEDORIA JMR

  Qué es la vida sino una interrogación que se nos plantea desde el principio de nuestro viaje vita.
Al final está el punto, el punto y final, o no... ????????????? 

Introducción

   " En primer lugar fueron los poemas de la adolescencia, ingenuos e inmadiros, de cuyos nombres no quiero acordarme. Unos años después vinieron varios poemas con algo de calidad, pero no logro encontrarlos ni traerlos a la memoria, cubriéndose ellos de olvido y yo de ... 

Recital de posía en una de las Semanas Culturales del Centro Cultural Revuelo. Participaba Manuel Camuñas.

   A este avance en la la madurez de mis poemas contribuyeron los RECITALES POÉTICOS celebrados en el seno de las semanas culturales del Centro Cultural Revuelo de Sonseca, en homenaje a los grandes poetas de la lengua castellana y a algunos representantes de otros idiomas.
   Consumida esta etapa pasé a un largo periodo de nula creación, motivado principalmente por el alejamiento de la lectura. Pasó el tiempo y llegó el 2004, año en el que decido acercarme a la esencia de los versos, movido por la facilidad de acceso a la lectura que me proporciona la ONCE, y lo hago con la firme convicción de hacer malo el dicho de que hay muchos poetas pero poca poesía.
   Como ya está bien de dar vueltas a la noria para no sacar agua, te propongo lo que sigue para traerte y sumergirte en la lectura de este poemario.
   Este nuevo libro no pretende ser una rutina poética más, un enjambre de poemas de cera, un castigo literario al uso.
   Este libro es para mí, y ya son muchas, otra oportunidad de ser poeta, pero no un poeta por ope legis, sino un poeta por parto natural, un poeta que al levantarse de siesta tropieza con puntos y comas, confunde adjetivos, verbos y pronombres, exclama interrogando, subraya espacios en blanco, pone género a las preposiciones, o bucea al ducharse con rimas de relatividad y cobertura de chocolate.
   En cualquier caso, la verdad es que soy un poeta que dudo más que escribo, y si lees con detenimiento mis versos, reconocerás que tienen cierta carga de incertidumbre. Pero no te inquietes, eso no los invalida, al contrario, les otorga un plus, que todo lo que nos sorprende, eso sí, para bien, se agradece.
   Lo que te he contado hasta el momento, que es poco, así como lo que te queda por conocer del presente libro, puede serte delicioso y bello.
   Es posible que no lo creas, es posible, me hago cargo. Ahora bien, para salir de la duda, si es ese tu problema, sólo tienes que leerlo, únicamente leerlo, que no es paja ni moco de pavo, aunque no te preocupes, que leer y andar todo es empezar, no te digo más. Y para tu consuelo, satisfacción y felicidad, reconozco el esfuerzo que ese ejercicio supone, pero, ay amigo, todo lo que se logra mediante el esfuerzo transparente es más valorable que lo gratuito".

Presentación del libro colectivo de poesía Semilla de Inquietud. 
El joven, Manuel Camuñas, era uno de los diecioscho poetas.

EL MENDIGO
El mendigo tiene aureola de status libertatis,
evoca nostalgias en cada calle, en cada rincón,
bebe esperanzas en cada charco de sangre reventada,
y pone a remojo los días heridos;
el mendigo mueve los dedos como cascabeles,
sus manos de corteza de cedro quitan escamas a la tarde,
de sus labios de corcho brotan volutas de ternura,
y los perros ondean la cola en señal de sumisión;
el mendigo recoge tristezas en los aeropuertos,
entierra cadáveres al norte de la guerra fría,
y deshoja alternativas a la sombra de los parques;
el mendigo cultiva lirios en las papeleras de la ONU,
escribe cartas de capitulaciones a los pacifistas;
y habla con las mariposas en los baños de las embajadas;
el mendigo pinta los labios a las señales de stop,
abre los brazos y los templos se atragantan con los arrepentimientos,
abriga con versos ígneos las madrugadas de escarcha,
se toma en infusión éxitos y fracasos,
y en su pecho crecen acacias que hablan con los torturadores;
el mendigo tiene alma de mendigo,
se aloja fuera de las excentricidades del hombre Internet,
y a pesar de su cuerpo táctil, es invisible.
Nadie ensortija sus cabellos,
nadie le asocia con los poetas del realismo,
nadie rompió jamás su silencio,
nadie se descubrió desnudo en su pupilas,
nadie le ató los zapatos con trenzas de nube,
y nadie se inspiró en sus harapos de noches de relente;
sólo es un mendigo invisible que duerme en nuestro corazón. 

   En este poemario de Manuel, un pasajero viaja en un vehículo llamado tiempo. 
   "El viajero busca el lado humano de la acción del hombre, y en ese lugar encuentra el sosiego y la folicidad, ingrecientes determinantes para seguir su camino. Se sabe dueño de sus decisiones y plenamente consciente de que la felicidad no está en la meta sino en el viaje hacia la misma".

Pocos términos o palabras iniciadas con I encontramos en nuestro lenguaje coloquial de Sonseca y alrededores.

Las más relevantes las publicamos para su recuerdo, uso (si así lo desean) y disfrute lingüistico.

IMITÓN O INVITÓN. Dependía de los barrios del pueblo. En el juego de las canicas, aquí en Sonseca de los BOLINDRES con condena (círculo donde se situaban los bolindres)  se decía en el transcurso del juego imitón o invitón cuando cuando se tiraba la canica con cierta fuerza fuera de los corriente, con impulso añadido. Se utilizaban términos propios, "con invitón o imitón y con porra", "donde plante que alisen", "fuera canto"...

Juego de canicas o bolindres con condena en Sonseca

INDICIÓN. Ya se oye menos, pero se solía decir por inyección.
En una ocasión un niño se dirigía al barbero, sacamuelas, practicante... en estos términos:
- Señor..., me ha dicho me madre que vaya usted a poner una "indición" en "ca" el tío ... (el mote o apodo no lo incluyo por mal  sonante y desconsiderado)
INDILGAR. Se suele utilizar por endilgar. Adjudicar a alguien un cometido poco agradable.
- Sin estar yo presente me han "indilgao" hacer el escrito de reclamación.
INTE O INTER. Se usa para indicar la consecuencia de un acto o suceso producido en un momento preciso.
- Le dio una "patá" la mula en mal sitio y se quedo en el inte, inter.
También se utiliza para indicar el acierto de dar en un punto preciso.
Para acoplar las llantas a las ruedas de los carros de varas los fabricantes de carros tenían su maestría y daban los polpes con los martillos en los sitios que correspondía, en el inte o inter.
IRIAL por erial. Tierra sin labrar.
Cuando se iba a trabajar el campo a cierta distancia del pueblo, los desplazamientos se hacían montados en carros, galeras o en las propias caballerías. Se podía producir comentarios como:
- Esta tierra está de "irial" porque su amo se ha ido de portero a Madrid y no ha encontrado quien se la are.

Erial en la Vereda de Pelusa, término municipal de Sonseca

IRSUS y en ocasiones tembién VERSUS. Va diferencia con lo correcto que sería id, imperativo del verbo ir.
En la familia se comentan expresiones escuchadas como esta:
- ¡"Irsus" de ahí que "susundéis"! 
Una señora se la dirigía a unos aceituneros que recolectaba aceituna en un olivar con mucho barro por lo que andar era bastante trabajoso ya que se hundían en el terreno.
IRUTAR por eruptar. Echar los gases con sonidos poco agradables. Se considera de mal educados.
- Este hombre mío, "iruta" cuando menos te "escatas" (te lo esperas).